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"No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras" Juan Luis Vives

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ERC ‘esconde’ a Marta Rovira para frenar la sangría en los sondeos y refuerza el protagonismo de Rufián, Romeva y Tardà

La dirección de Esquerra Republicana de Catalunya ha decidido ‘esconder’ durante la campaña electoral a Marta Rovira, (número dos de la lista de ERC) señalada por Oriol Junqueras -líder de la formación independentista y actualmente encarcelado en la prisión de Estremera- como posible próxima presidenta de la Generalitat.

Marta Rovira en un acto electoral de ERC

La secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira, durante su intervención en un acto electoral en Girona. EFE/Robin Townsend.

El motivo es la sangría en las encuestas, en las que ERC ha pasado de tener la victoria prácticamente asegurada con unos 40 escaños en noviembre, a ver amenazado el triunfo en votos no solo por Ciudadanos e Inés Arrimadas, el principal adversario político del llamado bloque unionista, sino a poder verse superados incluso por Junts per Catalunya, la formación que lidera Carles Puigdemont, que está remontando.

Por ello, la formación independentista va a dar más protagonismo mediático durante la última semana de campaña antes de los comicios del 21D a otros dirigentes de la formación, como el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, quien ha recalcado que el candidato de su formación a la investidura es «Oriol Junqueras» (y no Marta Rovira).

También está recobrando protagonismo el diputado en el Congreso Gabriel Rufián, quien ha calificado de «carceleros» al PSC (para frenar las expectativas de revalidar un tripartito de izquierdas con los socialistas y los Comunes de Ada Colau), hipótesis defendida por Podemos pero que estaría beneficiando a Puigdemont a costa de ERC.

Otros dirigentes que están ganando protagonismo son Raül Romeva, ex conseller de Exteriores y número tres de ERC -quien ha augurado un «desastre colectivo» si gobierna Ciudadanos-, y el ex conseller de Justicia Carles Mundó, quien puso en duda que Puigdemont pueda ser el próximo president de la Generalitat -por sus problemas judiciales-. Ambos ex consellers, Romeva y Mundó, también fueron encarcelados, aunque posteriormente fueron puestos en libertad.

Tanto Tardà como Rufián, Romeva y Mundó están participando, y van a seguir haciéndolo, en comparecencias con los medios de comunicación y entrevistas, mientras que la figura de Marta Rovira se va a reservar más para mítines y actos de campaña de ERC.

No en vano, la excesiva exposición en público de Rovira está mostrando las carencias de la candidata y está perjudicando las expectativas electorales de ERC. En el programa de Jordi Évole -en el que se enfrentó en un debate frente a Inés Arrimadas- evidenció que no sabía la cifra de parados en Cataluña -tampoco Arrimadas-.

Por otra parte, dijo que la vía unilateral era un invento del Estado español, pero a los pocos días ella misma aseguró que ERC volvería a la vía unilateral si el Gobierno de Rajoy no aceptaba un referéndum pactado. Por otra parte, también subrayó que el eslógan de ‘Espanya ens roba‘ era una «mentira» de los partidos políticos que defienden la unidad de España para «generar división» entre los catalanes, pero se acreditaron tuits de dirigentes de ERC utilizando ese eslógan.

Incluso, el diario británico The Guardian cuestionó la idoneidad de Marta Rovira para ser aspirante a presidenta de la Generalitat de Cataluña e incluso criticaron que no sabe expresarse en castellano, la lengua que utilizan habitualmente la mitad de los catalanes.

Por otra parte, fuentes de la formación independentista admiten que Rovira está sumamente preocupada ante la posibilidad de resultar incriminada, y encarcelada, por su participación en el ‘procès’. De hecho, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llanera ha ordenado a la Guardia Civil que detalle el grado de implicación de Marta Rovira en la estrategia para tratar de dejar sin efecto la Constitución Española y el Estatut de Autonomía en Cataluña.

Fuentes de ERC admiten el desgaste electoral del partido y lo atribuyen, fundamentalmente, al encarcelamiento de Junqueras, el verdadero líder del partido, y su imposibilidad de poder hacer campaña electoral en igualdad de condiciones, según aseguran. Además, niegan que estén escondiendo a Marta Rovira: participa en la campaña en primera línea, como otros dirigentes del partido, aseguran desde ERC.

 

La jugada de Junqueras para derrotar a España: reeditar Junts pel Sí (él sería president) y fichar a Fachin (Podem)

Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y ex vicepresidente del Govern, quiere jugar muy fuerte su última baza para ser el próximo president de la Generalitat de Cataluña.

Para lograrlo, Junqueras está tratando de convencer a dirigentes del PDeCAt de que está dispuesto a reeditar la coalición Junts pel Sí, siempre y cuando quede claro que él sería el próximo president de la Generalitat. Para ello, argumenta, según fuentes de toda solvencia de ERC, que él ha sido «generoso» y «leal» tanto con Artur Mas como con Carles Puigdemont. «Esta vez debe ser a la inversa», sostienen las fuentes de ERC.

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Sus argumentos, según el partido histórico del independentismo catalán, son rotundos. ERC sería, según todas las encuestas, el claro ganador de las elecciones autonómicas, por lo que considera que el PDeCAT no estaría en estos momentos para reclamar la presidencia ya que, los mismos sondeos, les otorgan un hundimiento histórico. Además, el PDeCAt está inmerso en una crisis interna absoluta, con Carles Puigdemont huido en Bélgica, Artur Mas moviendo hilos pero inhabilitado y hasta tres dirigentes con deseos de ser los candidatos (Josep Rull, Santi Vila y Neus Munté). Todo en un clima de riesgo de escisiones internas.

Junqueras se presentaría como el salvador del ‘procés’, ahora herido de muerte, y también del independentismo. Además, las organizaciones sociales independentistas (la Assemblea Nacional Catalana -ANC- y Òmnium Cultural),debilitadas tras la detención de sus líderes, los Jordis (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart), también podrían estar a favor de la operación para evitar a toda costa que los partidos defensores de una Cataluña unida a España pudieran hacerse con el Govern.

Desde ERC tienen claro que Raül Romeva, el destituido conseller de Exteriores, no podrá ser esta vez el cabeza de lista de la coalición tras el estrepitoso fracaso respecto al reconocimiento internacional de la ‘república catalana’. Ni un solo país, ni siquiera la extravagante Osetia del Sur (satélite de Rusia), ni Eslovenia, ni Andorra, ni Venezuela… ni ningún país africano, ningún país del mundo ha reconocido a Cataluña como un país independiente tras la DUI.

Carles Puigdemont

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, con Oriol Junqueras, vicepresident, y otros miembros del Govern.

Todo lo contrario, el varapalo ha sido tremendo en favor de la unidad de España y la defensa del orden constitucional. La Unión Europea, con Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña a la cabeza; Estados Unidos, China, Japón y todos los países latinoamericanos han cerrado filas con España.

Ni siquiera Escocia (parte de Reino Unido) ni Quebec (nación cultural de Canadá) han avalado la declaración unilateral de independencia.

En ERC da por completamente descartado a Romeva como cabeza de lista. Pero Junqueras, igual que hizo lanzando una OPA hostil a Iniciativa per Catalunya (ICV) incorporando a Romeva, quiere ahora dar también una estocada a la coalición de Ada Colau y Pablo Iglesias incorporando a Albano Dante Fachin, todavía líder de Podem, que está coqueteando abiertamente con los partidos independentistas.

Pablo Iglesias, consciente del hundimiento que está sufriendo Podemos en el resto de España a raíz de la posición del partido sobre Cataluña, ha dado un golpe encima de la mesa y ha pedido a Fachín que abandone Podemos si se siente más cercano al independentismo. Por su parte, Carolina Bescansa, una experta en análisis demoscópicos, vio pronto la deriva de fuerte caída de respaldo social que estaba sufriendo Podemos fuera de Cataluña justamente por no exhibir con nitidez un relato de defensa de una España unida, plurinacional y federal, pero unida.

Manifestación a favor de la unidad de España en Barcelona

Cientos de miles de catalanes se manifestaron a favor de la unidad de España en Barcelona. EFE

Y Junqueras está dispuesto a aprovecharse de la crisis interna de Podemos arrebatándole a su principal dirigente soberanista en Cataluña, Albano Dante Fachin, así como a algunos cuadros medios del partido y, si es posible, pegarle un bocado llevándose a una parte de sus votantes.

El dirigente de ERC cree, según las fuentes del partido independentista, que si se reedita la coalición Junts pel Sí, con él de candidato, podrían mantener, o casi, los 62 escaños que lograron en 2015. Para salvar un gobierno independentista, necesitarían que la CUP lograra unos 8 escaños (obtuvieron 10 en 2015). La mayoría absoluta son 68. Con 61-62 de Junts pel Sí, más 7-8 de la CUP podrían salvar la mayoría absoluta y dar un golpe fuerte a los partidos no independentistas: Ciudadanos (Inés Arrimadas), PSC (Miquel Iceta), PP (Xavier García Albiol) y la coalición que presenten Catalunya en Común, Podemos e Izquierda Unida, que liderará Xavier Doménech.

El plan B de Oriol Junqueras, en caso de quedarse a las puertas de la mayoría absoluta, sería convencer a Pablo Iglesias y a Ada Colau de un gobierno de izquierdas.

Pero ahora, el objetivo de ERC es allanar el camino a un nuevo Junts pel Sí (el plazo para decidirlo concluye el 7 de noviembre), con el PDeCAT sumiso a Junqueras para vencer a los partidos que defienden la legalidad y la unidad de España. Si lo logran, exigirá al Estado español un referéndum pactado para lograr la independencia y la creación de la ‘República Catalana’.

Guerra en el PDeCAT: Rull (duro), Vila (moderado) y Munté (dúctil) quieren ser candidatos a presidente de Cataluña

Las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre han cogido al PDeCAT (a las que se presentará pese a que suponen reconocer la legalidad española) en completo fuera de juego, con el partido a un paso de la fragmentación ante la falta de un liderazgo claro.

Mas y Puigdemont

Los ex presidentes de la Generalitat, Artur Mas, y Carles Puigdemont, respectivamente. (EFE)

Por un lado, el ex conseller de Territorio, Josep Rull, pretende ser el candidato con el argumento de mantener la línea dura independentista. Hoy ha hecho un gesto simbólico yendo a su despacho supuestamente a trabajar para desafiar la aplicación del artículo 155 de la Constitución, un gesto que no ha sido secundado por ningún otro de los consellers destituidos. Incluso, la presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, ha acatado la orden del 155 y ha dado por disuelta la cámara autonómica.

Rull es un perfecto conocedor del aparato del PDeCAT. No en vano, fue elegido secretario de Organización de CDC en 2011, y posteriormente coordinador general en 2014. Era un de los preferidos por Artur Mas, ex president de la Generalitat, para sucederle al frente del partido. No obstante, con los resultados de las elecciones autonómicas de 2015, en los que la CUP tenían la llave del Govern, el partido anticapitalista exigió que Artur Mas no fuera de nuevo el president, sino Carles Puigdemont, entonces un diputado por Girona y ex alcalde de esa ciudad. La CUP no quería a Artur Mas por su vinculación con la época de corrupción de Jordi Pujol y el caso 3%, y también porque consideraba que Puigdemont estaba mucho más comprometido con la independencia que Artur Mas.

Josep Rull

El ex conseller Josep Rull

Rull, ahora, pretende optar a ser el candidato del PDeCAT a president de la Generalitat, pero hay sectores del partido que consideran que su perfil duro y su talante poco pactista con los partidos no independentistas no es el idóneo ni el conveniente -a diferencia de Oriol Junqueras (líder de ERC), que sí tiene vías de comunicación abiertas sobre todo con Podemos, pero incluso con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría-.

En el lado contrario estaría Santi Vila, el ex conseller de Empresa que dimitió el día que Puigdemont descartó convocar elecciones autonómicas y optó por seguir adelante con la votación de la DUI. Su perfil sería el de un PDeCAT que volvería a la línea moderada, capaz de pactar con casi cualquier partido del arco parlamentario y defensor de un referéndum legal pactado con el Estado.

Vila ha defendido la línea histórica de CiU como partido de mayoría social y transversal catalanista, y ha elogiado la posición actual del PNV de Íñigo Urkullu e incluso el perfil centrista de Alberto Núñez Feijoo. No obstante, la deriva independentista de Junts pel Sí le ha llevado a secundar posiciones que no compartía, y finalmente decidió dimitir. Ahora, pretende devolver al PDeCAT a la centralidad y moderación que históricamente había tenido. Si no lo logra, no es descartable que se produzca una escisión en el partido y que Vila arrastre con él a alcaldes, concejales y militantes partidarios de volver a la moderación.

Neus Munté y Santi Vila

Los ex consellers Neus Munté y Santi Vila

Otra aspirante a liderar el PDeCAT es Neus Munté, que sería una vía intermedia entre Rull y Vila. Munté, ex consellera de Presidencia en el gobierno de Puigdemont es también la vicepresidenta del PDeCAT. Una histórica de CiU que incluso estuvo entre quienes optaban a presidir la Generalitat cuando la CUP vetó a Artur Mas.

Tres políticos resultarán decisivos para declinar quién puede llevarse el gato al agua y ser el candidato del PDeCAT a la presidencia de la Generalitat son Marta Pascal, actual coordinadora general, y el ex president Artur Mas. Este último, que no puede ser porque resultó inhabilitado por la consulta del 9N, quiere evitar que salga adelante la opción moderada de Santi Vila, y, si no puede ser él, preferiría a Rull o Munté. No obstante, Artur Mas es consciente de que cualquiera de los dos logrará un resultado muy pírrico en unas elecciones en las que, según las encuestas, gran parte del voto independentista se concentrará en Oriol Junqueras (ERC).

Por su parte, Marta Pascal es más partidaria de una vuelta al pragmatismo histórico de CiU, consciente de que el proceso se está llevando por delante al PDeCAT con constantes rupturas internas y, especialmente, con miucha pérdida de respaldo social. Además, Pascal cree que la imagen del PDeCAT junto a la CUP, anticapitalistas, no conviene más a su partido, la casa histórica de la burguesía catalana. De hecho, agradeció a Santi Vila su dimisión tras intentar por todos los medios evitar la ruptura del diálogo entre el Govern y el Estado.

Y en tercer lugar la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat, Mercé Conesa, quien también es partidaria de volver a una senda de pragmatismo, viendo que la línea independentista está arrasando al PDeCAT y que el sueño de la república catalana se ha desvanecido (ningún país la ha reconocido), las empresas más importantes han huido y la sociedad catalana está más fracturada que nunca. Conesa, según fuentes del partido, se estaría debatiendo entre la opción de Neus Munté o Santi Vila, aunque también recibe peticiones de alcaldes que la animan a ella a dar el paso. Conesa, no obstante, prefiere reservarse, consciente de que optar ahora a presidenta de la Generalitat sería prácticamente dilapidar su carrera política en vista de los malos resultados que auguran las encuestas para el PDeCAT.

El partido ha acordado presentarse hoy a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, sin nombrar candidato todavía, y con Carles Puigdemont en Bélgica previsiblemente pidiendo asilo.

Ahora, la batalla interna en el partido heredero de CiU es total entre tres almas: la independentista radical (Josep Rull), la moderada partidaria de poder entenderse con el Constitucionalismo (Santi Vila) y la media Cataluña no independentista, o una síntesis entre estas dos posiciones (Neus Munté).

Al borde del precipicio… algo se empieza a mover en Cataluña y España

En una situación de máxima tensión en las calles de Cataluña y gran preocupación en el resto de España. Con un Govern en rebeldía amenazando con una declaración unilateral de independencia y un Gobierno de España que no está logrando ni aplacar la insurrección ni encontrando vías de entendimiento y diálogo. Con decenas de miles de catalanes independentistas protestando en las calles frente a la «represión policial» y con decenas de miles de catalanes no independentistas indignados con la deriva ilegal del Govern. Con el Jefe del Estado, Felipe VI, llamando al respeto del orden constitucional, apoyado por el PP, Ciudadanos y gran parte del PSOE, y cuestionado por los nacionalistas, Podemos y algunos socialistas.  Con el conflicto copando las portadas y las televisiones de los grandes medios de comunicación mundiales. Con los grandes organizaciones empresariales muy preocupadas y algunas empresas catalanas cayendo con fuerza en la bolsa y otras migrando a otras regiones. Con Cataluña al borde del caos y el enfrentamiento social… parece que algo se mueve a nivel político.

Rajoy y Puigdemont

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, regala un facsímil de El Quijote al presidente de la Generalitat Carles Puigdemont en La Moncloa. Paco Campos/EFE

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dejado pasar unos días antes de aprobar la declaración unilateral de independencia (hasta el próximo lunes), seguramente esperando una vía de diálogo con el Estado español, exigida por la Unión Europea. Pero al mismo tiempo hace declaraciones en medios de comunicación internacionales pronosticando que declarará la independencia. Puigdemont confía, probablemente, en buscar un acuerdo que se base en un referéndum de independencia pactado con el Estado. Legal y vinculante. La CUP de Anna Gabriel exige la declaración de independencia ya, el lunes a más tardar, mientras ERC de Oriol Junqueras quiere forzar la máquina al máximo, pero, en la línea de Puigdemont, creen que la más deseable sería un referéndum pactado con el Estado, si Rajoy (más Sánchez y Rivera) se aviene forzado por la amenaza de ruptura y la presión internacional.

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, busca que la presión de Alemania y Francia, y del Vaticano fuercen a una negociación pero siempre en el marco de la Constitución Española. El acuerdo se basaría en una reforma de la Carta Magna con un nuevo sistema de financiación autonómica que beneficiaría a Cataluña y otras CCAA, pero sobre la base innegociable para el PP de que la soberanía nacional seguiría siendo del conjunto del pueblo español.

Rajoy ha frenado la tesis del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, de aplicar ya el artículo 155 de la Constitución para convocar elecciones autonómicas anticipadas en Cataluña. Solo lo haría, la aplicación del 155, si Puigdemont declarara la independencia de forma unilateral. Llegado a ese extremo de ruptura total, el Gobierno de España, según fuentes del PP, haría valer toda la fuerza coercitiva del Estado, con el apoyo del PSOE y Ciudadanos, y el beneplácito de la Unión Europea (Merkel y Macron piden a Rajoy que agote las vías de diálogo, pero le apoyarán en la opción de restituir por la fuerza el orden constitucional si Puigdemont rompe la baraja).

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias. EFE

El PSOE de Pedro Sánchez está apoyando al Gobierno de España, pero sigue haciendo gestos hacia el Govern en busca de un posible acuerdo para desbloquear la complicada situación. Fuentes de Ferraz aseguran que Sánchez rechaza aplicar el artículo 155, como sí exigen ex dirigentes socialistas como Alfonso Guerra, e incluso ha pedido reprobar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría por la actuación «desproporcionada» de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil para evitar el referéndum del 1 de octubre. No obstante, existe división interna en el PSOE. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, está en desacuerdo y pide centrar la crítica en quienes considera que han quebrado la ley, Junts pel Sí y la CUP, y no en el Gobierno de España. En cualquier caso, Pedro Sánchez quiere dejar una puerta abierta al diálogo con los independentistas en busca de un acuerdo hacia una España federal, descentralizada, en la que Cataluña tendría un reconocimiento como nación, dentro de una España nación de naciones. También apuesta por conceder un estatus especial a Cataluña, con competencias blindadas a nivel cultural, como le ha pedido Miquel Iceta, líder del PSC. Pero, como Rajoy y Rivera, Pedro Sánchez apuesta por una reforma constitucional en la que no se pusiera en cuestión que la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español.

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Pablo Iglesias y Ada Colau rechazan tanto la declaración unilateral de independencia como la aplicación del artículo 155. Apuestan por una mediación internacional en busca de un referéndum pactado y vinculante, en la línea de lo que reclama Carles Puigdemont. Pero, eso sí, sin aprobar en ningún caso una independencia sin celebrar antes un referéndum con garantías y acordado con el Estado español.

Podemos apuesta por primera vez por un diálogo directo entre el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, -no pedirá su dimisión si hay opciones de diálogo- y por el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, así como entre todas las fuerzas políticas españolas. Socios de Podemos como Izquierda Unida o Compromís discrepan con Iglesias en cuanto a la mediación internacional y creen que deben ser los políticos españoles quienes sean capaces de solucionar el problema. Así lo ha manifestado Alberto Garzón.

Pablo Iglesias quiere una reforma de la Constitución hacia un Estado federal español y plurinacional, que reconociera el derecho de autodeterminación también a Euskadi y Galicia.

Rajoy con Urkullu

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el lehendakari, Íñigo Urkullu.

Y otro actor clave es el Gobierno vasco de Íñigo Urkullu y el PNV, que se ha ofrecido como mediador entre las dos partes, el Gobierno de Rajoy y el de Puigdemont. Urkullu apuesta, como Iglesias, por un referéndum pactado como fórmula para superar el conflicto, aunque cree que Euskadi podría sentirse cómoda en España si ésta pasa a ser un Estado plurinacional.

Sobre toda esta complejidad surge, pese a todo, una pequeña esperanza de abrir vías de diálogo en busca de una solución que, en ningún caso, pasara por la balcanización de España. Al borde del precipicio, algo empieza a moverse. Ojalá sea positivo.

La declaración unilateral divide al independentismo: la CUP la exige, el PDeCAT la rechaza y ERC no la descarta

Carles Puigdemont

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, con Oriol Junqueras, vicepresident, y otros miembros del Govern.

El independentismo catalán está convencido de que el próximo 1 de Octubre habrá cientos de miles de personas reclamando el derecho a votar, el derecho a decidir, sobre la secesión de España por todos los rincones de Cataluña.

Fuentes tanto de Junts pel Sí, la alianza entre el PDeCAT y ERC, que gobierna Cataluña, como de la CUP, partido anticapitalista que les da respaldo parlamentario para sumar mayoría absoluta, dan por hecho que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (incluidos los agentes de los Mossos d’Esquadra) tratarán de impedir a toda costa la celebración del referéndum. No obstante, también creen que el impacto mediático a nivel internacional «será enorme» y esperan que, tras el 1-O, el Gobierno español que preside Mariano Rajoy se pliegue a pactar un referéndum legal.

Pero, si el Estado impide la celebración de la consulta del 1 de Octubre, declarada ilegal por el Tribunal Constitucional, hay sectores del secesionismo partidarios de que

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Carles Puigdemont realice una declaración unilateral de independencia.

En concreto, la CUP, que lidera la diputada autonómica Anna Gabriel, es partidario de aprobar la declaración unilateral tanto si se celebra el referéndum y gana el Sí, independientemente de la participación, como si el Estado lo impide. En ese caso, el argumento sería que Cataluña es un sujeto político soberano que decide por sí mismo su futuro, y en una votación en el Parlament a favor de la independencia sería suficiente con hacer valer la mayoría absoluta secesionista: los diputados de Junts pel Sí más los de la CUP.

Esta misma opinión es compartida, básicamente, por las cúpulas de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en concreto por su presidente Jordi Sánchez, y también por el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, las dos entidades independentistas con mayor capacidad de respaldo social.

No obstante, el PDeCAT, herederos de la antigua Convergència i Unió, el partido histórico de la burguesía catalana y del que forman parte el President de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el ex president Artur Mas, rechazan la vía de la declaración unilateral de independencia. El PDeCAT sabe que el Estado español aplicaría ipso facto el artículo 155 de la Constitución Española, suspendería la autonomía catalana y asumiría el control institucional de todo el Govern. Además, el PDeCAt sabe que ningún país de la Unión Europea, ni Estados Unidos, reconocería a una hipotética Cataluña declarada unilateralmente independiente.

Y, además, sostienen que la fractura social sería inmensa, ya que toda la oposición catalana estaríatotalmente en contra –Ciudadanos, el PSC y el PP, pero también Catalunya Sí que es Pot, la coalición de la que forma parte Podem y también el partido de Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona-. Estos partidos políticos, además, no suman mayoría absoluta en escaños en el Parlament, pero sí lograron más votos totales que los partidos independentistas.

Fuentes del PDeCAT admiten que Puigdemont no ha descartado completamente la declaración unilateral de independencia, pero referentes del partido, como la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat del Vallés, Mercè Conesa, el portavoz del PDeCAt en el Congreso, Carles Campuzano, el conseller de Empresa Santi Vila o el responsable de Organización del PDeCAT David Bonvehí se oponen por completo a esta vía. “Supondría un ridículo internacional, porque nadie nos reconocería como Estado independiente, y un gravísimo enfrentamiento social en la propia Cataluña que tardaría décadas en cicatrizar, por no hablar de la respuesta represiva del Estado”, aseguran estas fuentes del sector moderado del PDeCAT.

ERC, decisivos

Por su parte, el actor que puede declinar la balanza hacia uno u otro lado es la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) de Oriol Junqueras. ERC no descarta, y nunca ha descartado, una declaración unilateral, aunque consideran que la vía idónea sería un referéndum pactado con el Estado, con plenas garantías, en el que venciera el Sí.

Pero, sabedores de que un Gobierno del PP nunca lo permitirá, y de que uno eventual del PSOE con Podemos tampoco está claro que lo pudiera facilitar, ERC no cierra la puerta a la declaración unilateral. “Si el Estado español no nos deja otra salida, Cataluña deberá decidir por sí misma haciendo valer la mayoría que exista en el Parlament”, sostienen fuentes de Esquerra.

Ahora, a medida que se aproxima el 1 de Octubre, la tensión interna entre las formaciones independentistas se incrementa: la CUP exigiendo no ceder y proclamar la independencia de forma unilateral, amplios sectores del PDeCAT oponiéndose por completo y ERC, a la expectativa, conscientes también de que en unas hipotéticas próximas elecciones autonómicas su formación se perfila como ganadora por primera vez desde la restauración de la democracia en España.

Cifuentes, Colau, Bonig, Junqueras… liderazgos reforzados tras el 26J

Las elecciones generales del pasado 26 de junio reforzaron a Mariano Rajoy como probable próximo presidente del Gobierno, a falta de superar su investidura y sellar acuerdos con otras fuerzas parlamentarias (pese a su victoria quedó lejos de la mayoría absoluta). Por su parte, Pedro Sánchez superó el match ball que hubiera supuesto un sorpasso por parte de Pablo Iglesias, quien naufragó en su objetivo de máximos -ganar en votos y escaños al PSOE-.

Iglesias perdió un millón de votos respecto a diciembre a pesar de la coalición con Izquierda Unida, alianza que ha cuestionado Íñigo Errejón abriendo una crisis interna en la formación morada. El dirigente de Podemos sí ha defendido la alianza con IU y ha replicado a Errejón: «Tenemos que parar el balón y reconfigurar el equipo». El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, fue más allá ante las críticas de Errejón y advirtió: «Hay que extirpar las malas hierbas» e instó a formular cualquier crítica a nivel interno y no a través de los medios de comunicación.

Pedro Sánchez no reforzó su liderazgo al perder cinco escaños, pero ganó tiempo y sabe que, tal como lleva años haciendo Rajoy, el que resiste gana. Susana Díaz perdió las elecciones generales en Andalucía ante el PP y, aunque superó con creces a Podemos, hoy por hoy no tiene la fuerza suficiente para apartar a Sánchez de la secretaría general del PSOE.

Albert Rivera no tiene aún rival interno en Ciudadanos, pero se dejó 400.000 votos y 8 escaños el 26J y el peso político de su partido no se puede comparar ni al de Unidos Podemos, ni al PSOE, ni mucho menos al PP. Una arriesgada política de ambigüedad respecto al Gobierno -ni apoyar al posible Ejecutivo del PP ni estar en la oposición frontal- puede salirle bien o, según temen dirigentes periféricos de C’s, muy mal. «Si el próximo Gobierno va bien, el PP sería el beneficiado, si va mal, el PSOE y Podemos tienen las de ganar», argumentan.

Ada Colau con Pablo Iglesias

Ada Colau con Pablo Iglesias

¿Qué otros dirigentes políticos han salido reforzados del 26J?

Pese al fiasco de Podemos, es indudable que Ada Colau ha reforzado su liderazgo político. En Comú Podem repitió victoria en Cataluña de forma clara: 12 escaños por 9 de ERC, 8 de CDC, 7 del PSOE, 6 del PP y 5 de Ciudadanos. No perdió ningún escaño respecto a diciembre de 2015, aunque perdió 80.000 votos. Solo ERC y el PP subieron en votos en Cataluña, mientras cayeron bastante en votos CDC (85.000) y C’s (112.000).

Dos victorias consecutivas en Cataluña permiten a Colau seguir adelante con su pretensión de crear un partido político dirigido al margen de Podemos, de corte izquierdista pero firme defensor del derecho a la autodeterminación de Cataluña. Colau y su equipo de confianza atribuyen la caída en votos de En Comú Podem a las dudas que generó Pablo Iglesias entre su potencial electorado al asegurar que el derecho a decidir podía aparcarse en aras de un hipotético acuerdo de Gobierno entre Podemos y el PSOE.

Ada Colau considera que el derecho a decidir de Cataluña es irrenunciable y cree que la mejor formar de garantizarlo es tener un partido de estricta obediencia catalana. Su objetivo sería ganar votos del ala catalanista del PSC y de descontentos de la CUP por sus continuas divisiones internas.

Oriol Junqueras conversa con Soraya Sáenz de Santamaría

Oriol Junqueras conversa con Soraya Sáenz de Santamaría

En Cataluña también sale reforzado Oriol Junqueras, vicepresidente de la Generalitat y presidente de ERC. Su partido creció en votos hasta un total de 629.294 y en junio mantuvo los 9 escaños que ya había logrado en diciembre de 2015. Por contra, CDC se quedó en 481.000 votos, con un porcentaje menor que el PSC y casi a la par con el PP.

Junqueras tiene muchas opciones de convertirse en el próximo presidente del Gobierno catalán, especialmente si ERC se presenta por separado y vence a CDC en el lado independentista. Hoy por hoy solo Ada Colau podría impedir su victoria y no está claro que la alcaldesa de Barcelona se atreviese a optar a presidenta de la Generalitat. El actual president, Carles Puigdemont, salpicado por el escándalo de corrupción Efial, ni siquiera tiene el control de CDC, aún en manos de Artur Mas.

Junqueras podría acaparar el voto independentista tradicional de ERC y pegarle un buen bocado tanto a CDC como a la CUP.

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid

En Madrid, la rotunda victoria del PP con 15 escaños, dos más que en diciembre de 2015, y un 38% de los votos refuerza a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, como la baronesa más fuerte del Partido Popular. Ahora, solo le falta plasmar ese liderazgo en un congreso regional en el que previsiblemente copará la dirección con cargos afines y pasará página a la época de Esperanza Aguirre.

Y en la Comunidad Valenciana, el reforzamiento de Isabel Bonig, presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, es también evidente. El PP valenciano, como el de Madrid, logró dos escaños más que en diciembre (35% de los votos), pero con la dificultad añadida de que en la Comunidad Valenciana gobierna un bipartito (PSOE-Compromís) apoyado parlamentariamente por Podemos. Además, Isabel Bonig y su equipo tuvieron que gestionar el escándalo del caso Taula, que supuso la imputación de casi todos los concejales colocados en la lista municipal por la ex alcaldesa Rita Barberá.

Isabel Bonig, presidenta del PP valenciano

Isabel Bonig, presidenta del PP valenciano

Bonig tiene el respaldo total de la dirección nacional del PP para, en el próximo congreso regional, conformar una dirección a su medida y para continuar con la línea de mano dura contra los cargos salpicados por casos de presunta corrupción.

Otros dirigentes reforzados por los resultados electorales han sido Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente del PP andaluz, Nagua Alba, lideresa de Podemos Euskadi,

 

Escocia quiere otro referéndum tras el ‘brexit’; el secesionismo catalán también

La victoria de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea tiene múltiples consecuencias. Una de ellas es que está rebrotando el sentimiento independentista en Escocia, donde se ha impuesto en la votación la permanencia en la Unión Europea, a diferencia de Inglaterra y Gales.

La primera ministra de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, amenazó con solicitar un segundo referéndum de independencia si Gran Bretaña optaba por la salida de la UE, como así ha sido. Con un rotundo 62% de los votos frente a un 38%, los nacionalistas escoceses han decantado la balanza hacia la permanencia en Europa, en contraste con Inglaterra y Gales, donde mayor es el sentimiento de pertenencia al Reino Unido.

Independentistas catalanes a favor de la secesión de Escocia del Reino Unido

Independentistas catalanes a favor de la secesión de Escocia del Reino Unido

En 2014 ya hubo un referéndum en Escocia sobre la independencia, pactado entre el primer ministro británico, David Cameron, y el entonces primer ministro de Escocia, Alex Salmond. La victoria del No a la independencia fue rotunda, un 55,3% frente a un 43,7%, lo que supuso la posterior renuncia de Salmond.

Nicola Sturgeon tomó las riendas del Partido Nacionalista Escocés y en las elecciones generales británicas de 2015 logró una contundente victoria: los nacionalistas obtuvieron 56 de los 59 escaños, cuando en 2010 solo habían logrado 6 escaños.

Esa victoria, lograda por la concentración del voto nacionalista en el SNP frente la división de los probritánicos entre conservadores, laboristas y liberales, ha dado alas a Sturgeon para plantear un nuevo referéndum de independencia y la salida de la UE es una excusa perfecta.

Está por ver qué pasará en Londres, quién y cuándo sucederá a David Cameron, y si permitirá otro referéndum en Escocia después de que hace solo dos años se haya celebrado uno con un resultado muy claro a favor de la permanencia en Gran Bretaña.

¿Y las consecuencias en España?

El independentismo catalán reclama también un referéndum de independencia y pone el escocés como ejemplo a seguir. En Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) se ha abogado mayoritariamente por defender una consulta pactada con el Estado, mientras que la CUP reclama una declaración unilateral de independencia y en ERC no se descarta, ante la negativa del Gobierno español a celebrarlo.

No obstante, los resultados de las elecciones autonómicas en Cataluña el 27 de septiembre de 2015, planteadas como plebiscitarias por el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, arrojaron una victoria en escaños de los partidos independentistas, pero una victoria en votos de los partidos que defienden, cada uno con sus matices, la permanencia de Cataluña en España (52% frente al 48%).

Puigdemont con el ex primer ministro escocés, Salmond

Puigdemont con el ex primer ministro escocés, Salmond

Ahora, los independentistas catalanes esperan a los resultados del 26 de junio en las elecciones generales para ver si un nuevo gobierno en España facilitaría un referéndum en Cataluña. No parece nada fácil ya que el único de los partidos con opciones de gobernar que defiende la consulta, Unidos Podemos, necesitaría, según todas las encuestas, gobernar apoyado al menos por el Partido Socialista, que rechaza un referéndum en Cataluña. El PSOE, al igual que el PP y Ciudadanos, sostienen que en un hipotético referéndum deberían votar el conjunto de los españoles, y no sólo los pertenecientes a una Comunidad Autónoma. Incluso, Pablo Iglesias se ha mostrado dubitativo sobre este asunto en la campaña electoral, asegurando que no debe ser una línea roja para poder conformar un gobierno con los socialistas, pero remarca que es su apuesta y no renuncia a celebrarlo en Cataluña. el País Vasco y Galicia.

Tanto ERC como CDC ponen como condición para apoyar a cualquier posible gobierno en España la celebración del referéndum… mientras miran de reojo a Escocia.

¿Qué políticos escribirán libros este año?¿Por qué hubo un boom en 2015?

2015 fue uno de los años con más elecciones en España desde la democracia: hubo elecciones municipales y autonómicas el 24 de mayo y elecciones generales el 20 de diciembre. Además, Andalucía celebró elecciones anticipadas el 22 de marzo y Cataluña también, el 27 de septiembre.

Todo ello, y teniendo en cuenta que un año antes, en 2014, también hubo comicios europeos, provocó una eclosión de la edición y venta de libros de temática política tanto en 2015 como en 2014. También ayudó la aparición de nuevos partidos, que enarbolaron la bandera de la regeneración, y que ya en las elecciones europeas lograron dar la sorpresa como Podemos, y en menor medida Ciudadanos.

En cambio, 2016 apunta a que la actividad editorial en cuanto a libros de contenido político va a menguar, como parece lógico. Y ello pese a que habrá comicios autonómicos en Euskadi y Galicia, y no se descarta que haya unas nuevas elecciones generales, si Mariano Rajoy y Pedro Sánchez no logran ser investidos presidentes.

Iglesias en la presentación de su libro

Pablo Iglesias, líder de Podemos, en la presentación de su libro ‘Una Nueva Transición’. EFE

Pero eso no significa que no vaya a haber muchos y variados libros sobre políticos, o escritos por políticos, durante este año.

Así, desde la editorial Akal, que el año pasado publicó el libro ‘Una Nueva Transición’, de Pablo Iglesias, (video de la presentación del libro) y que recientemente han publicado ‘La verdad sobre el caso Nóos’, de Diego Torres (ex socio de Iñaki Urdangarin) avanzan que publicarán un libro sobre política, que dará mucho que hablar. De momento mantienen el secretismo.

En Espasa, el año pasado publicaron ‘El cambio sensato’, de Albert Rivera, -en el que el líder de Ciudadanos se reivindicaba como “la tercera vía política al margen del PP-PSOE” y defendía eliminar subvenciones a sindicatos a y patronal. En 2014, entre otros libros de políticos, publicaron uno del actual presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ‘La jungla de los listos’ sobre “corrupción, abusos y tropelías cometidas en España”. Sin embargo, de momento no tienen previsto publicar ningún libro de políticos en 2016.

'El Cambio Sensato', de Albert Rivera.

‘El Cambio Sensato’, libro de Albert Rivera.

En cambio, en ediciones Península sí van a publicar de forma inminente (el 26 de enero) un libro que confían en que dé mucho juego. En concreto, uno de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ex gobernador del Banco de España durante el gobierno de Zapatero, que se titula ‘Economistas, políticos y otros animales’. MAFO rompe un largo silencio y reprocha que “tenemos profesionales capaces de diseñar las políticas que hay que adoptar” para que España se sitúe entre las “democracias ilustradas” pero “nadie las pone en marcha”.

Península, que el año pasado también publicó el libro ‘Recuperar el futuro’, de Luis Garicano (hombre fuerte de Ciudadanos en el área económica) también publicará en febrero el libro ‘Preso pero Libre’ de Leopoldo López, el líder de la oposición venezolana al régimen de Nicolás Maduro, que se encuentra encarcelado. Se basa en las conversaciones que mantiene con su mujer, la también opositora Lilian Tintori, cuando le visita a la prisión y sus notas manuscritas, sacadas clandestinamente de la cárcel militar de Ramo Verde. Es un libro de un político extranjero pero el tema, la situación política en Venezuela, está permanentemente de actualidad en España.

Ediciones Turpial es una editorial que publica habitualmente libros de política en su colección Libros Urgentes. En 2015 lanzaron cinco títulos. El de más éxito ‘Conversación con Juan Carlos Monedero, por el periodista Ramón Lobo (en primera y segunda edición). En este libro el cofundador de Podemos criticó la reorientación del partido hacia posiciones socialdemócratas defendida por Íñigo Errejón y Carolina Bescansa, y apoyada por Pablo Iglesias, y defendió su actuación en el llamado ‘caso Monedero’ por el que cobró 425.000 euros por asesorar a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Otros libros sobre política de Ediciones Turpial fueron ‘Conversación con Luis García Montero, candidato de IU a presidente de la Comunidad de Madrid, por Jesús Maraña; ‘Conversación con Ángel Gabilondo’, candidato del PSOE a presidente de la Comunidad de Madrid, por Juan Cruz, y ‘Conversación con Jordi Sevilla’, ex ministro socialista y miembro del comité de ‘sabios’ de Pedro Sánchez. En 2016 van a continuar con sus libros políticos, «estamos ampliando la colección», aunque de momento no pueden adelantar nada.

La editorial Almuzara, que en 2015 no publicó ningún libro sobre políticos, sí lo hará este año por partida doble. Una biografía sobre Antonio Fontán, periodista que también fue el primer presidente del Senado en la Transición española; y un libro sobre las memorias de Javier Rupérez, diplomático que empezó en la UCD en 1977 y se afilió al PP en 1989. En 1979 fue secuestrado por ETA durante 31 días. Arnaldo Otegi fue uno de los acusados de participar en el secuestro, aunque posteriormente absuelto por falta de pruebas. Javier Rupérez ha sido embajador de España ante la OTAN, ante Naciones Unidas, y en países como Estados Unidos, Etiopía, Polonia o Finlandia.

Bosch (ERC) con Posada (PP) y Díez (UPyD)

Alfred Bosch (ERC) con Jesús Posada (PP) y Rosa Díez (UPyD) en la presentación del libro a favor de la independencia de Cataluña. EFE

Otro de los temas estrellas que no podían faltar en los libros sobre política en los últimos tiempos es el asunto catalán. Alfred Bosch, actual portavoz de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, escribió ‘Como amigos. La independencia de Cataluña también interesa a los españoles’, de Galaxia Gutenberg, que curiosamente fue presentado por el popular Jesús Posada, ex presidente del Congreso, y Rosa Díez, ex líder de UPyD. Ambos partidos, PP y UPyD, defensores a ultranza de la unidad de España.

También sobre Cataluña, y otros temas, habla un libro escrito el año pasado por un político, pero desde una posición ideológica totalmente opuesta. ‘Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión’, de Planeta, es la visión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, en la que relata conversaciones con otros políticos sobre temas de actualidad: Zapatero, Aznar, Felipe González, Wert, Solana, Piqué o Fernández Díaz, entre otros.

Margallo, en la presentación de su libro.

Margallo, en la presentación de su libro. EFE

Y sobre Cataluña también ha escrito un libro recientemente Josep Borrell, ex ministro del PSOE. ‘La cuentas y los cuentos de la Independencia’, de la editorial Los Libros de la Catarata, es un análisis muy crítico de Borell con los argumentos políticos esgrimidos por Artur Mas, expresidente de la Generalitat y líder de CDC, y Oriol Junqueras, actual vicepresidente económico del Gobierno catalán y máximo dirigente de ERC.

Un libro escrito por una política sobre otra mujer que ahora es política, de 2015, es ‘No, mi general’, de Plaza Janés. Lo escribió Irene Lozano, entonces diputada de UPyD, sobre Zaida Cantera, entonces capitán del Ejército español. Hoy ambas son diputadas del PSOE en el Congreso.

Y también encontramos casos de políticos que escriben de libros que no son de política, como el caso de Borja Sémper, dirigente del PP vasco. Sémper ha escrito libros de poesía contemporánea, como ‘Maldito (Des)Amor’, de la editorial Lapsus Calami.

Una política que debuta como escritora es María Jesús Puchalt, concejal del PP en el Ayuntamiento de Valencia, que ha escrito ‘Mar de Azahar’, una novela intimista de desamor e intriga. Lo publicará la editorial Versátil el próximo mes de abril y creen que puede ser una sorpresa muy exitosa.

Runrún en Moncloa: casi pacto fiscal para Artur Mas si suspende el 27-S y evita la declaración de independencia

mas-rajoy En el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy, a muy alto nivel, se está extendiendo una idea reclamada desde el empresariado catalán que se está barajando seriamente en Moncloa para tratar de lograr un acuerdo con el Gobierno catalán que preside Artur Mas: una ambiciosa reforma de la financiación autonómica beneficiosa para Cataluña (cercana al pacto fiscal vasco) a cambio de que CiU se olvide de la convocatoria anticipada de elecciones prevista para el 27 de septiembre y la posterior amenaza de declaración unilateral de independencia. Ésta se daría sólo con el acuerdo de CDC, ERC y la CUP, en el hipotético caso de que alcanzaran mayoría absoluta en el Parlament, y la oposición de Ciutadans, el PSC, el PP, Podemos e ICV, y posiblemente incluso UDC, la formación de Duran i Lleida.

El acuerdo con Artur Mas, además, debería suponer también la renuncia al llamado derecho a decidir, que en el Gobierno central consideran ilegal por rebasar la Constitución, o al menos que CiU aparcara la posibilidad de celebrar referéndums inconstitucionales durante una larga temporada.

Se buscaría una solución a la británica, al estilo de la que David Cameron tiene previsto ofrecer al Gobierno autónomo de Escocia: más dinero y competencias a cambio de cohesionar el Reino Unido durante el máximo tiempo posible.

Rajoy estaría sopesando esta opción, pese a sus evidentes riesgos, para buscar una solución duradera al conflicto catalán. Al acuerdo, consideran en el Gobierno, podrían sumarse también el PSC y el PSOE (partidarios también de ofrecer a Cataluña algunas concesiones simbólicas, como aceptar el término ‘nación’ o el blindaje de competencias en materia cultural y lingüística). Duran i Lleida

El líder de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran i Lleida, lleva mucho tiempo trabajando en esta línea y sus reuniones y comidas con dirigentes y diputados del PP y el PSOE son relativamente frecuentes, y también con representantes del empresariado madrileño. Pero especialmente con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que siempre ha tratado de dar una imagen de búsqueda del acuerdo con el Gobierno catalán, como le ha sugerido el propio Duran, convencido éste de que más pronto que tarde se tendrá que llegar a un acuerdo entre el Gobierno de España y el Ejecutivo catalán.

En Moncloa también creen que dos partidos que van a ser importantes en Cataluña, como Podemos y Ciutadans, podrían respaldar el acuerdo, cada uno con sus matices. E incluso ICV, los socios de Izquierda Unida en Cataluña.

Rechazo al pacto fiscal en 2012

Para Rajoy, el principal problema sería que Artur Mas inició el llamado proceso independentista catalán justo después de que el presidente del Gobierno de España rechazara, en septiembre de 2012, una petición expresa de pacto fiscal. Entonces, Rajoy le dijo a Mas que no había “margen para negociar”.

Vender ahora una oferta de pacto fiscal para Cataluña podría provocar que desde sectores del PP cercanos a las tesis de Aznar y FAES, y desde algunos medios de comunicación, se acusara a Rajoy de claudicar ante Mas.

Pero los defensores en el Gobierno de buscar un acuerdo con el Ejecutivo catalán creen que en ningún caso se trataría de una rendición, todo lo contrario. Sostienen que tres años después la deriva de Mas la sociedad catalana se ha fragmentado (los partidarios del ‘No’ a la independencia representan el 48% de los catalanes frente al 44% de los defensores del ‘Sí’, según el último barómetro del Centre d’Estudi d’Opinió (CEO) de la Generalitat). Recuerdan también que CiU se ha desplomado desde 2010, ese año logró 62 escaños (cerca de la mayoría absoluta), cayó a 50 en los comicios de 2012 y ahora los distintos sondeos le dan entre 30 y 35 diputados. artur mas

Artur Mas, atenazado por ERC y la ANC

Y creen que el president de la Generalitat estaría buscando una salida honrosa al conflicto, pero creen que se encuentra atenazado por ERC y, sobre todo, por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), el movimiento popular independentista que lidera Carme Forcadell.

Por ello, algunos ministros creen en el Gobierno que sería un buen momento de tratar de acercar posturas con Artur Mas antes de que se meta en un callejón sin salida definitivo y quede a expensas de ERC. En esta línea estarían, además de Sáenz de Santamaría, el ministro de Asuntos Exteriores, José María García-Margallo, que siempre ha considerado que se puede ofrecer una reforma del sistema de financiación que beneficie a Cataluña, pero también a otras comunidades autónomas que lo reclaman de forma urgente como Madrid, la Comunidad Valenciana o Baleares. Las regiones que se opondrían serían, fundamentalmente, Extremadura, Galicia o Asturias.

El resultado que se pretende, consideran dirigentes del Gobierno, no obstante, valdría la pena: lograr un acuerdo con el Ejecutivo catalán, suspender el adelanto de las elecciones autonómicas y el riesgo de una posterior declaración unilateral de independencia, así como distanciar a CiU del bloque separatista y atraerlo a la centralidad, aseguran.

La UE, en contra de cualquier proceso ilegal

En el Ejecutivo de Rajoy son conscientes de que a las malas Artur Mas tiene mucho que perder porque la ley está de su lado, el Tribunal Constitucional tumbará (como ha hecho hasta ahora) todas las iniciativas que rebasen el marco constitucional y porque la Unión Europea es contraria al proceso soberanista catalán si éste se realiza al margen de la ley española. Ningún país de la UE reconocería la eventual independencia unilateral catalana y, en caso de lograrla, supondría de facto su expulsión de la zona euro sólo con que un país miembro lo solicitara.

Y el Gobierno de España, además, siempre tiene la opción de una medida extrema (que nadie desea, recalcan desde el Ejecutivo de Rajoy) como sería la aplicación del artículo 155 para forzar la suspensión de la autonomía y el control de ésta por parte del Estado, del que la Generalitat Catalana forma parte. Para ello, recuerdan además que hay una mayoría de catalanes que rechaza la independencia. Pero todo ello sólo ocurriría en el caso de que Artur Mas siguiera adelante con el proceso, sostienen en el Gobierno. Justo es lo que se pretende con la posible oferta de financiación autonómica que estaría sopesando seriamente Rajoy, evitar que Mas se lance al abismo. Rivera

El principal problema para CiU vendría de ERC, partido que ahora mismo pisa los talones en las encuestas a la formación que lidera Artur Mas, y que tiene por principal objetivo político la independencia de Cataluña. Romper la eventual alianza con la formación que lidera Oriol Junqueras sería complicado de ‘vender’ para CiU en Cataluña, salvo que la ruptura fuera debido a que Artur Mas ha logrado un sistema de financiación muy beneficioso para Cataluña, que el dirigente nacionalista podría calificar casi como ‘pacto fiscal’. Y, además, Mas y CiU podrían volver a entenderse con otros muchos partidos del arco parlamentario catalán en ese punto, como el PSC (fundamentalmente), pero también en temas concretos incluso con el PP (si hubiera acuerdo), Podemos y hasta Ciudadanos, partido que rechaza frontalmente la independencia.

Lo primero, las elecciones municipales iglesias-colau

No obstante, las cúpulas del PP y de CiU, y los Ejecutivos español y catalán indirectamente, están centrados y volcados ahora en las elecciones municipales del 24 de mayo (y autonómicas en otras 13 regiones), y el posible ofrecimiento no se produciría hasta pasados estos comicios.

En el Gobierno creen que CiU necesitará al PSC para poder salvar el Ayuntamiento de Barcelona, y eso en el caso de que logren vencer a Ada Colau, a la que el CIS otorgaba la victoria en votos y concejales. Un eventual pacto de Xavier Trias con los socialistas ayudaría a arrastrar a CiU hacia la moderación. También creen que el poder hegemónico de CiU en las Diputaciones Provinciales puede quedar algo mermado con la mayor fragmentación municipal.

Todo ello, sostienen fuentes del Gobierno de Rajoy, ayudaría a un entendimiento en el que están volcados pesos pesados del empresariado catalán, Duran i Lleida, Miquel Iceta (líder del PSC) y del que Sáenz de Santamaría y Margallo son partidarios, aunque conscientes de que el posible acuerdo tendrá mucha oposición tanto desde los sectores más independentistas de Cataluña como desde las posiciones más reacias a concesiones a Cataluña dentro del propio PP, entre ellos algunos barones.