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La jugada de Junqueras para derrotar a España: reeditar Junts pel Sí (él sería president) y fichar a Fachin (Podem)

Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y ex vicepresidente del Govern, quiere jugar muy fuerte su última baza para ser el próximo president de la Generalitat de Cataluña.

Para lograrlo, Junqueras está tratando de convencer a dirigentes del PDeCAt de que está dispuesto a reeditar la coalición Junts pel Sí, siempre y cuando quede claro que él sería el próximo president de la Generalitat. Para ello, argumenta, según fuentes de toda solvencia de ERC, que él ha sido «generoso» y «leal» tanto con Artur Mas como con Carles Puigdemont. «Esta vez debe ser a la inversa», sostienen las fuentes de ERC.

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Sus argumentos, según el partido histórico del independentismo catalán, son rotundos. ERC sería, según todas las encuestas, el claro ganador de las elecciones autonómicas, por lo que considera que el PDeCAT no estaría en estos momentos para reclamar la presidencia ya que, los mismos sondeos, les otorgan un hundimiento histórico. Además, el PDeCAt está inmerso en una crisis interna absoluta, con Carles Puigdemont huido en Bélgica, Artur Mas moviendo hilos pero inhabilitado y hasta tres dirigentes con deseos de ser los candidatos (Josep Rull, Santi Vila y Neus Munté). Todo en un clima de riesgo de escisiones internas.

Junqueras se presentaría como el salvador del ‘procés’, ahora herido de muerte, y también del independentismo. Además, las organizaciones sociales independentistas (la Assemblea Nacional Catalana -ANC- y Òmnium Cultural),debilitadas tras la detención de sus líderes, los Jordis (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart), también podrían estar a favor de la operación para evitar a toda costa que los partidos defensores de una Cataluña unida a España pudieran hacerse con el Govern.

Desde ERC tienen claro que Raül Romeva, el destituido conseller de Exteriores, no podrá ser esta vez el cabeza de lista de la coalición tras el estrepitoso fracaso respecto al reconocimiento internacional de la ‘república catalana’. Ni un solo país, ni siquiera la extravagante Osetia del Sur (satélite de Rusia), ni Eslovenia, ni Andorra, ni Venezuela… ni ningún país africano, ningún país del mundo ha reconocido a Cataluña como un país independiente tras la DUI.

Carles Puigdemont

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, con Oriol Junqueras, vicepresident, y otros miembros del Govern.

Todo lo contrario, el varapalo ha sido tremendo en favor de la unidad de España y la defensa del orden constitucional. La Unión Europea, con Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña a la cabeza; Estados Unidos, China, Japón y todos los países latinoamericanos han cerrado filas con España.

Ni siquiera Escocia (parte de Reino Unido) ni Quebec (nación cultural de Canadá) han avalado la declaración unilateral de independencia.

En ERC da por completamente descartado a Romeva como cabeza de lista. Pero Junqueras, igual que hizo lanzando una OPA hostil a Iniciativa per Catalunya (ICV) incorporando a Romeva, quiere ahora dar también una estocada a la coalición de Ada Colau y Pablo Iglesias incorporando a Albano Dante Fachin, todavía líder de Podem, que está coqueteando abiertamente con los partidos independentistas.

Pablo Iglesias, consciente del hundimiento que está sufriendo Podemos en el resto de España a raíz de la posición del partido sobre Cataluña, ha dado un golpe encima de la mesa y ha pedido a Fachín que abandone Podemos si se siente más cercano al independentismo. Por su parte, Carolina Bescansa, una experta en análisis demoscópicos, vio pronto la deriva de fuerte caída de respaldo social que estaba sufriendo Podemos fuera de Cataluña justamente por no exhibir con nitidez un relato de defensa de una España unida, plurinacional y federal, pero unida.

Manifestación a favor de la unidad de España en Barcelona

Cientos de miles de catalanes se manifestaron a favor de la unidad de España en Barcelona. EFE

Y Junqueras está dispuesto a aprovecharse de la crisis interna de Podemos arrebatándole a su principal dirigente soberanista en Cataluña, Albano Dante Fachin, así como a algunos cuadros medios del partido y, si es posible, pegarle un bocado llevándose a una parte de sus votantes.

El dirigente de ERC cree, según las fuentes del partido independentista, que si se reedita la coalición Junts pel Sí, con él de candidato, podrían mantener, o casi, los 62 escaños que lograron en 2015. Para salvar un gobierno independentista, necesitarían que la CUP lograra unos 8 escaños (obtuvieron 10 en 2015). La mayoría absoluta son 68. Con 61-62 de Junts pel Sí, más 7-8 de la CUP podrían salvar la mayoría absoluta y dar un golpe fuerte a los partidos no independentistas: Ciudadanos (Inés Arrimadas), PSC (Miquel Iceta), PP (Xavier García Albiol) y la coalición que presenten Catalunya en Común, Podemos e Izquierda Unida, que liderará Xavier Doménech.

El plan B de Oriol Junqueras, en caso de quedarse a las puertas de la mayoría absoluta, sería convencer a Pablo Iglesias y a Ada Colau de un gobierno de izquierdas.

Pero ahora, el objetivo de ERC es allanar el camino a un nuevo Junts pel Sí (el plazo para decidirlo concluye el 7 de noviembre), con el PDeCAT sumiso a Junqueras para vencer a los partidos que defienden la legalidad y la unidad de España. Si lo logran, exigirá al Estado español un referéndum pactado para lograr la independencia y la creación de la ‘República Catalana’.

Guerra en el PDeCAT: Rull (duro), Vila (moderado) y Munté (dúctil) quieren ser candidatos a presidente de Cataluña

Las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre han cogido al PDeCAT (a las que se presentará pese a que suponen reconocer la legalidad española) en completo fuera de juego, con el partido a un paso de la fragmentación ante la falta de un liderazgo claro.

Mas y Puigdemont

Los ex presidentes de la Generalitat, Artur Mas, y Carles Puigdemont, respectivamente. (EFE)

Por un lado, el ex conseller de Territorio, Josep Rull, pretende ser el candidato con el argumento de mantener la línea dura independentista. Hoy ha hecho un gesto simbólico yendo a su despacho supuestamente a trabajar para desafiar la aplicación del artículo 155 de la Constitución, un gesto que no ha sido secundado por ningún otro de los consellers destituidos. Incluso, la presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, ha acatado la orden del 155 y ha dado por disuelta la cámara autonómica.

Rull es un perfecto conocedor del aparato del PDeCAT. No en vano, fue elegido secretario de Organización de CDC en 2011, y posteriormente coordinador general en 2014. Era un de los preferidos por Artur Mas, ex president de la Generalitat, para sucederle al frente del partido. No obstante, con los resultados de las elecciones autonómicas de 2015, en los que la CUP tenían la llave del Govern, el partido anticapitalista exigió que Artur Mas no fuera de nuevo el president, sino Carles Puigdemont, entonces un diputado por Girona y ex alcalde de esa ciudad. La CUP no quería a Artur Mas por su vinculación con la época de corrupción de Jordi Pujol y el caso 3%, y también porque consideraba que Puigdemont estaba mucho más comprometido con la independencia que Artur Mas.

Josep Rull

El ex conseller Josep Rull

Rull, ahora, pretende optar a ser el candidato del PDeCAT a president de la Generalitat, pero hay sectores del partido que consideran que su perfil duro y su talante poco pactista con los partidos no independentistas no es el idóneo ni el conveniente -a diferencia de Oriol Junqueras (líder de ERC), que sí tiene vías de comunicación abiertas sobre todo con Podemos, pero incluso con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría-.

En el lado contrario estaría Santi Vila, el ex conseller de Empresa que dimitió el día que Puigdemont descartó convocar elecciones autonómicas y optó por seguir adelante con la votación de la DUI. Su perfil sería el de un PDeCAT que volvería a la línea moderada, capaz de pactar con casi cualquier partido del arco parlamentario y defensor de un referéndum legal pactado con el Estado.

Vila ha defendido la línea histórica de CiU como partido de mayoría social y transversal catalanista, y ha elogiado la posición actual del PNV de Íñigo Urkullu e incluso el perfil centrista de Alberto Núñez Feijoo. No obstante, la deriva independentista de Junts pel Sí le ha llevado a secundar posiciones que no compartía, y finalmente decidió dimitir. Ahora, pretende devolver al PDeCAT a la centralidad y moderación que históricamente había tenido. Si no lo logra, no es descartable que se produzca una escisión en el partido y que Vila arrastre con él a alcaldes, concejales y militantes partidarios de volver a la moderación.

Neus Munté y Santi Vila

Los ex consellers Neus Munté y Santi Vila

Otra aspirante a liderar el PDeCAT es Neus Munté, que sería una vía intermedia entre Rull y Vila. Munté, ex consellera de Presidencia en el gobierno de Puigdemont es también la vicepresidenta del PDeCAT. Una histórica de CiU que incluso estuvo entre quienes optaban a presidir la Generalitat cuando la CUP vetó a Artur Mas.

Tres políticos resultarán decisivos para declinar quién puede llevarse el gato al agua y ser el candidato del PDeCAT a la presidencia de la Generalitat son Marta Pascal, actual coordinadora general, y el ex president Artur Mas. Este último, que no puede ser porque resultó inhabilitado por la consulta del 9N, quiere evitar que salga adelante la opción moderada de Santi Vila, y, si no puede ser él, preferiría a Rull o Munté. No obstante, Artur Mas es consciente de que cualquiera de los dos logrará un resultado muy pírrico en unas elecciones en las que, según las encuestas, gran parte del voto independentista se concentrará en Oriol Junqueras (ERC).

Por su parte, Marta Pascal es más partidaria de una vuelta al pragmatismo histórico de CiU, consciente de que el proceso se está llevando por delante al PDeCAT con constantes rupturas internas y, especialmente, con miucha pérdida de respaldo social. Además, Pascal cree que la imagen del PDeCAT junto a la CUP, anticapitalistas, no conviene más a su partido, la casa histórica de la burguesía catalana. De hecho, agradeció a Santi Vila su dimisión tras intentar por todos los medios evitar la ruptura del diálogo entre el Govern y el Estado.

Y en tercer lugar la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat, Mercé Conesa, quien también es partidaria de volver a una senda de pragmatismo, viendo que la línea independentista está arrasando al PDeCAT y que el sueño de la república catalana se ha desvanecido (ningún país la ha reconocido), las empresas más importantes han huido y la sociedad catalana está más fracturada que nunca. Conesa, según fuentes del partido, se estaría debatiendo entre la opción de Neus Munté o Santi Vila, aunque también recibe peticiones de alcaldes que la animan a ella a dar el paso. Conesa, no obstante, prefiere reservarse, consciente de que optar ahora a presidenta de la Generalitat sería prácticamente dilapidar su carrera política en vista de los malos resultados que auguran las encuestas para el PDeCAT.

El partido ha acordado presentarse hoy a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, sin nombrar candidato todavía, y con Carles Puigdemont en Bélgica previsiblemente pidiendo asilo.

Ahora, la batalla interna en el partido heredero de CiU es total entre tres almas: la independentista radical (Josep Rull), la moderada partidaria de poder entenderse con el Constitucionalismo (Santi Vila) y la media Cataluña no independentista, o una síntesis entre estas dos posiciones (Neus Munté).