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"No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras" Juan Luis Vives

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A Mónica Oltra le ‘ponen’ Tania Sánchez y Varoufakis… y el sexo entre naranjos

La vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mónica Oltra, sorprende ahora con una entrevista en Interviu, donde desvela diversas intimidades.

Mónica Oltra

La diputada de Compromis, Mònica Oltra, con el líder del Bloc, Enric Morera

La lideresa de Compromís está logrando una proyección mediática que la sitúan de lleno en la nueva hornada de políticos que pretenden marcar una nueva forma de hacer las cosas desde la Administración.

Con esta valiente entrevista, Mónica Oltra da un paso más en ese incremento progresivo del nivel de conocimiento a nivel español.

Asegura que el sitio más raro donde ha hecho el amor ha sido en un campo de naranjos y, pese a estar casada con un hombre, no descarta tener sexo con una mujer: «No está entre mis prioridades, pero creo que nunca se debe uno cerrar las puertas».

Mónica Oltra, que según desvela tuvo su primera experiencia sexual a los 16 años, dice que el hombre que le parece más sexy es el recientemente dimitido ministro de Finanzas griego Yannis Varoufakis.

Respecto a las mujeres, Oltra sostiene: «Uxue Barkos cuando empezó era muy guapa. Me pone esa manera fría y distante de Tania Sánchez«.

Preguntada por si prefiere el look de Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, o el de Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, responde: «Probablemente Pablo Iglesias, hablando sobre la manera de vestir y de proyectarse. Mi marido además tiene un look más parecido a Pablo, tiene coleta. La llevaba mucho antes». colau-pablo-iglesias

Es lógico que se decante por el líder de Podemos antes que por el de Ciudadanos, tanto por afinidad ideológica (centro-izquierda) como por afinidad personal. Con Pablo Iglesias mantiene una muy buena relación, han comido y cenado juntos, y el primero trató de que Oltra fuera la presidenta de la Generalitat Valenciana, con el argumento de que sumando los escaños de Compromís (19) y Podemos (13) superaban a los del socialista Ximo Puig (23). Finalmente el PSOE no cedió y Oltra tuvo que conformarse con ser vicepresidenta, y que Compromís copara otras consellerias, la presidencia de Les Corts y la alcaldía de Valencia, entre otros puestos relevantes.

¿Y qué saca Podemos de todo ese ‘sexo’ con Compromís? Pablo Iglesias está pensando en La Moncloa, y en engullir a los restos de Izquierda Unida. Por ello, el todavía eurodiputado ha ofrecido a Oltra una alianza de cara a las generales, posiblemente bajo la fórmula Podemos-Compromís. Ese eventual tándem político podría aspirar a ser la primera fuerza de la izquierda en la Comunidad Valenciana en las elecciones generales de noviembre o diciembre, superando al PSOE, e incluso aspirar a superar al Partido Popular.

Tanto Iglesias como Oltra dan por hecho que IU perderá su diputado por Valencia (actualmente representado por Ricardo Sixto) y confian en llevarse casi todos sus votos no sólo en Valencia sino también en Alicante y Castellón.

Albert Rivera

El presidente de Ciutadans, Albert Rivera.

¿Y por qué a Oltra no le va tanto Albert Rivera? El líder de Ciudadanos creó Ciutadans para hacer frente a la deriva soberanista en Cataluña desde un partido de centro. Defiende la España autonómica y se opone al derecho a decidir (derecho de autodeterminación) del pueblo catalán.

Por su parte, Oltra procede de Iniciativa del Poble Valencià, un sector nacionalista que formaba parte de Izquierda Unida. Este grupo se escindió de IU y se unió al Bloc Nacionalista Valencià liderado por Enric Morera (actualmente presidente de Les Corts Valencianes), un partido que ha sido socio de CiU en algunas elecciones europeas. Y de ahí surgió Compromís, partido al que también se sumaron fuerzas minoritarias ecologistas, valencianistas… Compromís sí defiende el derecho a decidir y algunos de sus cuadros, sobre todo del Bloc, son partidarios de un acercamiento de la Comunidad Valenciana a Cataluña en todos los ámbitos (cultural, social, infraestructuras…).

Por ello, entre Albert Rivera y Mónica Oltra no hay química. Nueve concejales de Ciudadanos han apoyado gobiernos de izquierdas (en los que también estaba Compromís) en ayuntamientos valencianos y han sido expulsados.

Es lógico que a Oltra le pongan más Varoufakis y Pablo Iglesias que Rivera, partidario de entenderse más con el PP y el PSOE, si Ciudadanos no puede gobernar, y que tacha a Compromís de «partido separatista», algo que Mónica Oltra niega.

El PP de Castellón fulmina a la novia de Carlos Fabra en la Diputación y apunta ahora a su hija Andrea, diputada nacional

Esther Pallardó

La vicepresidenta de la Diputación de Castellón, Esther Pallardó. Foto Javier VIlar

La dirección provincial del PP de Castellón, que preside Javier Moliner, ha fulminado a Esther Pallardó, la pareja sentimental de Carlos Fabra, ex líder popular en la provincia y expresidente de la Diputación.

La condena a prisión a Carlos Fabra a cuatro años de cárcel por fraude fiscal ha supuesto su aislamiento y debilitamiento absoluto en el PP, lo que está provocando el progresivo relegamiento de los cargos más leales al que durante 22 años presidió la formación popular en Castellón.

El joven Javier Moliner, que curiosamente fue elegido por Carlos Fabra como su sucesor en la presidencia del PP de Castellón primero y de la Diputación después, es quien está llevando a cabo la laminación total del fabrismo. Moliner está haciendo gala de una contundencia total frente a posibles casos de corrupción y también quiso dejar claro desde el principio que no toleraría la más mínima injerencia de Carlos Fabra en su liderazgo.

Así, Moliner se ha desprendido durante esta legislatura de dos puntales de Carlos Fabra en la Corporación Provincial, los diputados Francisco Martínez y Adelino Santamaría.

Ahora, el PP de Castellón ha comunicado a Esther Pallardó, la ex jefa de prensa de Carlos Fabra, que acabó convirtiéndose en su pareja sentimental, que no repetirá ni como vicepresidenta de la Diputación ni tan siquiera de concejal en el Ayuntamiento de Burriana.

Y los siguientes en caer pueden ser otras dos mujeres muy cercanas a Carlos Fabra. Primero Marisol Linares, quien fuera secretaria general del PP de Castellón y mano derecha de Fabra durante muchos años, que podría quedar fuera de las candidaturas al Parlamento valenciano por Castellón. Esa es la clara intención de Javier Moliner, el nuevo barón provincial del PP.

Andrea Fabra junto a su padre, Carlos Fabra

Andrea Fabra junto a su padre, Carlos Fabra, condenado a prisión. Imagen: Atlas

La otra mujer es Andrea Fabra, hija de Carlos Fabra y esposa de Juan José Güemes, ex consejero de Sanidad en el Gobierno de Madrid con Esperanza Aguirre. El PP de Castellón quiere relevarla de diputada en el Congreso por la provincia. Pero en este caso no lo tendrán tan fácil. Andrea Fabra mantiene buenas relaciones personales con distintos altos cargos de Génova y esa puede ser su salvación: tradicionalmente el PP logra tres diputados en el Congreso por Castellón y el PSOE dos.

No obstante, aunque Andrea Fabra lograra que Génova la salvara frente a la presión del PP de Castellón po relevarla,  la caída en votos tanto del PP como del PSOE podría provocar que Podemos y Ciudadanos lograran un escaño cada uno, lo que dificultaría la ‘supervivencia’ de Andrea Fabra en el Congreso y podría suponer el fin de la saga familiar. La familia Fabra ha tenido hasta siete miembros distintos presidentes de la Diputación de Castellón desde el último tercio del siglo XIX… pero parece que puede llegar a su fin.

 

Toni Cantó naufraga en Valencia: los sondeos dejan a UPyD fuera de Les Corts

Dos encuestas conocidas en un breve intervalo (una de Metroscopia publicada por El País el 9 de octubre y otra de Sigma Dos difundida por el PP valenciano el 14 de octubre) coinciden en que UPyD, la formación que lidera Rosa Díez, no entraría, a día de hoy, en Les Corts Valencianes al no superar la barrera electoral del 5% de los votos a nivel autonómico. Sigma Dos le otorga un 3,8% de los votos y Metroscopia aún menos, un 3,3%.

El diputado de UPyD Toni Cantó. (EFE)

El diputado de UPyD Toni Cantó. (EFE)

Tal resultado sería un fracaso absoluto para la formación magenta, especialmente porque en los pasados comicios europeos de junio logró un buen resultado, 8,47% de los votos (147.723 sufragios). Y porque además el diputado nacional y conocido actor Toni Cantó será previsiblemente su candidato a presidente de la Generalitat: este sábado se enfrentará en primarias a otros dos candidatos, los desconocidos José Vera (un médico de 75 años de Elche) y Ernesto Santillán (un dirigente de Valencia que tiene cierto predicamento entre las bases).

Es cierto que las encuestas son sólo eso encuestas, pero sí apuntan tendencias, y la de UPyD en la Comunidad Valenciana, uno de sus principales graneros de voto, no es nada buena pese al fuerte desgaste tanto del PP como, en menor medida, del PSPV-PSOE.

¿Qué ha pasado para que UPyD no sólo vea frenado su ascenso, sino que incluso sufra un significativo retroceso?

En mi opinión varios factores están debilitando a la formación magenta de Rosa Díez y Toni Cantó, no sólo en la Comunidad Valenciana sino en toda España.

Una muy importante es la potente irrupción de Podemos, el partido de Pablo Iglesias, que con su mensaje ‘anticasta’ y ‘antiprivilegios’ ha eclipsado a UPyD como el partido abanderado de la regeneración política. E incluso los ha englobado dentro del ‘establishment’ y, por tanto, una parte más de la ‘casta’.

Otro asunto que ha debilitado, y mucho, a UPyD es su guerra interna a raíz del hipotético pacto con Ciudadanos. Los improperios cruzados entre el eurodiputado Francisco Sosa Wagner, defensor de la alianza con el partido de Albert Rivera, y los diputados nacionales Irene Lozano y Carlos Martínez Gorriarán sin duda ha dañado la imagen de partido de aire fresco y sensato de UPyD.

El pasado 19 de agosto Wagner denunció que en UPyD hay “prácticas autoritarias”, en alusión sin citarla a Rosa Díez. Por su parte, Lozano contestó al día siguiente que “es difícil” que alguien “iguale en mezquindad” al eurodiputado por el que sólo dos meses antes pedían el voto. Y Martínez Gorriarán fue más allá: acusó a Sosa Wagner, que fue el cabeza de lista de UPyD al Europarlamento, de practicar “corrupción política pura, ha engañado masivamente, es un mentiroso al 100%”.

La guerra interna, que ha derivado en apertura de expedientes disciplinarios para todos ellos, no ha acabado, aunque sí ha menguado. Wagner, de hecho, se congratuló del nombramiento de Miguel Arias Cañete como comisario europeo de Energía, mientras que horas después Martínez Gorriarán la consideró “una mala noticia”.

Albert Rivera

El presidente de Ciutadans, Albert Rivera.

El posible pacto con Ciudadanos, que es prácticamente imposible según confiesan fuentes de la dirección de UPyD, sigue debilitando a la formación de Rosa Díez. De hecho, Albert Rivera, casi omnipresente en ciertos medios de comunicación nacionales debido al proceso independentista que se vive en Cataluña, aprovecha para presentar a Ciudadanos como un partido nacional, nuevo, defensor de la unidad de España y que, según dice, a diferencia de UPyD antepone los intereses nacionales a los de partido, al buscar una alianza con Rosa Díez. Le va comiendo terreno, creando estructuras internas por todas las comunidades y realizando un mensaje similar en asuntos como la defensa de la unidad de España, mientras les acusa de no tender puentes, sino lo contrario, hacia un pacto electoral. Y UPyD no está sabiendo combatir a nivel comunicativo la inteligente estrategia de Ciudadanos y Albert Rivera.

Pero el resultado final puede ser que ambos partidos obtengan unos resultados pobres en muchas comunidades y ayuntamientos, al quedar fragmentados. Para Ciudadanos no sería tan malo porque sería su primera intentona, seguramente entrará en bastantes ayuntamientos pequeños y medianos, y, además, prevé un crecimiento significativo en Cataluña. Pero sí para UPyD, un partido más obligado a dar un salto cuantitativo y cualitativo importante, especialmente en un contexto de una crisis económica, social y política que ya dura seis años y que está debilitando mucho al bipartidismo tradicional.

Comunidad Valenciana, fragmentación política

Una de las pruebas es la Comunidad Valenciana donde UPyD y Ciudadanos, de poder entrar con fuerza en el Parlamento valenciano y los principales ayuntamientos (Valencia, Alicante, Elche, Castellón…) pueden quedar fuera de casi todos ellos.

González Pons con Fabra

El eurodiputado del PP, Esteban González Pons, con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra

Volviendo a los sondeos, ambos arrojan un retroceso del PP, que, aún ganando con claridad, perdería la mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana y lograría entre 32 diputados (Metroscopia) y 43 (Sigma Dos) con entre un 30% y un 36,4%. En el Parlamento valenciano están en juego 99 diputados, la mayoría absoluta se logra a partir de 50.

La segunda fuerza sería el PSOE que lograría entre 23 y 29 diputados. Podemos irrumpiría con mucha fuerza, al conseguir entre 17 y 20 escaños. Tanto Compromís como Esquerra Unida accederían también al Parlamento valenciano, pero con mucha menos fuerza de la prevista por la irrupción de Podemos: Compromís, coalición en la que tanto Mònica Oltra como Enric Morera aspiran a ser los candidatos a presidir la Generalitat, lograría entre 10 y 14 escaños; Esquerra Unida, por su parte lograría entre 5 y 7 diputados.

Así, lo lógico es que hubiera un pacto cuatripartito de izquierdas, en el que Podemos resultaría clave. El problema es que Pedro Sánchez, líder del PSOE, ya ha dicho que descarta pactar con “los populistas” de extrema izquierda, a quienes equipara con la extrema derecha francesa de Marie Le Pen.

Ximo Puig

El líder del PSPV, Ximo Puig, en la votación del secretario general del PSOE.

De acatar las órdenes de Pedro Sánchez, el líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, necesitaría entonces poder sumar más diputados que el PP con una alianza con Compromís y Esquerra Unida, para formar un gobierno en minoría, con el PP y Podemos en la oposición y que, juntos, sumarían más diputados que el equipo de gobierno.

Otra opción de gobierno sería un pacto PP-PSOE, el preferido por la clase empresarial valenciana, pero descartado en principio por Ximo Puig. Esta hipotética alianza sí sumaría una clara mayoría absoluta.

Y otra posibilidad de gobierno, con la que sueña Alberto Fabra, el actual presidente de la Generalitat, sería un gobierno en minoría del PP, con pactos puntuales con el PSPV-PSOE como socio prioritario, y casi exclusivo. Para ello, el PP valenciano necesitaría lograr una clara victoria electoral, cerca de la mayoría absoluta, que el PSOE quedara con un muy mal resultado y Podemos casi alcanzara a los socialistas.

Un Ximo Puig debilitado tendría muy complicado conformar un gobierno cuatripartito, de hecho el candidato de Podemos (que aún se desconoce) podría reclamarle ser el presidente, o presidenta, de la Generalitat Valenciana.

Pero para todo esto aún faltan mucho, las elecciones autonómicas son el 24 de mayo de 2015. Todos los partidos políticos tienen margen de mejora, y de empeoramiento.

Rajoy relevará a la imputada Castedo y baraja sustituir a Fabra por Rita Barberá

Rajoy con Barberá

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pasea junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, por los jardines de La Moncloa el pasado viernes 12 de septiembre.

El alcalde de Valladolid, el lenguaraz Javier León de la Riva, ha abierto la caja de Pandora sobre las candidaturas del PP en la Comunidad Valenciana. De la Riva afirmó el lunes: «Habrá que ver si Rita Barberá es candidata a la Alcaldía o a otra cosa».

En el PP no pasó desapercibida la reunión que mantuvieron recientemente Rajoy y Barberá en la Moncloa. Muchos la interpretaron como la voluntad del presidente del Gobierno y líder del PP de postularla como candidata a presidenta del Gobierno valenciano.

Esto significaría, por tanto, el relevo del actual presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, a quien de momento las malas encuestas no ayudan a su intención de ser el candidato. Fuentes del PP de la sede de Génova sostienen que «Rajoy debería buscar acomodo a Alberto Fabra en caso de relevarlo». «Quizá el Senado», apuntan.

Desde el entorno de Alberto Fabra aseguran, no obstante, que «el President trabaja sin descanso para sacar adelante a la Comunidad Valenciana» y recuerdan que su intención es ser el candidato del PP a la presidencia de la Generalitat.

Pero en Madrid hay un runrún cada vez más intenso: Rajoy quiere de candidatos, dicen en Génova, al tándem Rita Barberá (Generalitat) y Esteban González Pons (Ayuntamiento de Valencia).

Pero González Pons prácticamente acaba de aterrizar en Bruselas, es el actual portavoz del PP en el Europarlamento, y preferiría seguir allí.

Rajoy, Cospedal y González Pons

La secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En primer plano, Esteban González Pons. Foto: Ángel Díaz/EFE

Por ello, es posible que Rajoy permitiera a Rita Barberá elegir a la persona que la sustituiría de candidata a alcaldesa:«Se habla incluso de presentar a un independiente, una persona de prestigio en la sociedad valenciana». Tal candidato, caso de que finalmente Rajoy aceptara esta opción, estaría ‘apadrinada’ por Rita Barberá, quien lideraría la campaña electoral, tanto en la Comunidad Valenciana como en la ciudad de Valencia, apoyando al ‘tapado’.

No obstante, fuentes del PP no descartan que, si no encuentran a un candidato independiente de garantías, presentar a un candidato del partido. Al respecto, creen que el actual portavoz del PP en Les Corts, Jorge Bellver; la actual concejal de Medio Ambiente, Mari Àngels Ramón-Llin, o el secretario general del PP de la provincia de Valencia, Vicente Betoret, (actual alcalde de Vilamarxant pero afincado en Valencia) pueden tener opciones.

No obstante, el deseo del presidente nacional del PP, sostienen fuentes de la dirección nacional, es presentar a Rita Barberá y a González Pons para tratar de salvar ambos gobiernos, el de la Generalitat y del Ayuntamiento de Valencia.

En cuanto a la Generalitat, las encuestas no pintan bien para la formación de la gaviota, que hoy en día, y según la práctica totalidad de los sondeos publicados, perdería la mayoría absoluta. No obstante, seguirían ganando con claridad a un PSPV-PSOE que también está a la baja.

De hecho, es probable que el Parlamento valenciano pase de tener cuatro fuerzas PP (con mayoría absoluta), PSPV, Compromís y Esquerra Unida, a estar mucho más fragmentado con la entrada de Podemos, que se perfila como tercera fuerza política, y de UPyD, que superaría no sin dificultades la barrera del 5% de los votos a nivel autonómico. Toni Cantó será seguramente su candidato. Eso sí, una eventual alianza con Ciudadanos les permitiría acceder a Les Corts con más fuerza en escaños.

La cúpula del PP cree que, con Rita Barberá de candidata a presidenta de la Generalitat, los populares lograrían una victoria muy clara respecto al PSOE, lo que dificultaría la conformación de un gobierno cuatripartito de izquierdas con Podemos, Compromís y Esquerra Unida. De hecho, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ya ha descartado públicamente ningún pacto de gobierno con Podemos, a quienes califica de «populistas» y equipara a la extrema derecha francesa.

En el PP consideran que Rita Barberá podría «salvar la Generalitat» gobernando en minoría, con pactos puntuales con el PSPV o UPyD.

¿Y en el Ayuntamiento de Valencia? En la actualidad el PP tiene 20 concejales (mayoría absoluta) por ocho ediles del PSOE, 3 de Compromís y 2 de Esquerra Unida. UPyD no logró entrar.

El el PP creen que podrán quedarse al borde de la mayoría absoluta, con entre 16-17 concejales de un total de 33. Si UPyD entrara esta vez en el Consistorio, dicen en el PP, sería más fácil asentar una mayoría de gobierno «sólida».

El PSOE está enfrascado en elecciones primarias entre el actual portavoz, Joan Calabuig (respaldado en la sombra por el líder del PSPV, Ximo Puig), y el concejal Pedro Sánchez, que está aglutinando a diversas corrientes críticas.

Por su parte, a la izquierda del PSOE se está impulsando una posible coalición electoral bajo el paraguas de Ganemos o Guanyem, que podría dar entrada a Compromís, Esquerra Unida y Podemos. No obstante, las posiciones a día de hoy están muy alejadas y es complicado que tal alianza, que podría incluso aspirar a superar al PSOE en votos, cuaje.

Sonia Castedo

La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, en el pleno del Ayuntamiento.

Donde sí tiene claro el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que habrá un relevo es en el Ayuntamiento de Alicante. Fuentes de la dirección nacional del PP señalan a la actual consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez-Zaplana, ex concejal en el Ayuntamiento, como sustituta de la actual alcaldesa, Sonia Castedo, quien se encuentra doblemente imputada en el caso Brugal.

El riesgo, temen en el PP, es que Castedo decida presentarse con un partido independiente a su medida y pueda lograr un buen resultado.

Por último, en el Ayuntamiento de Castellón el actual alcalde, Alfonso Bataller (que relevó a Alberto Fabra), se perfila de candidato, con el apoyo como número dos de la candidatura de Javier Moliner, actual presidente provincial del PP y de la Diputación Provincial de Castellón.

Montoro reparte el pastel … y la Comunidad Valenciana se come las miguitas

Rajoy saluda a Fabra

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

No señor Monago, no. Los mochuelos y los yuppies sí se enteran. Es muy fácil. Tal como coinciden los principales periódicos nacionales de Madrid en sus portadas (20minutos, El País, El Mundo, ABC), la Comunidad Valenciana es la más perjudicada por el actual sistema de financiación autonómica. También Baleares sale trasquilada. Son las dos únicas regiones que sufren tajo gordo tanto en el déficit fiscal (aquí por debajo de Madrid y Cataluña, que es aún mayor, sobre todo Madrid) como en la financiación (en esto Madrid y Cataluña están en la media).

Apela usted, señor Monago, a la solidaridad y a no tocar nada de nada. Normal. Tal como certifica el informe de los expertos encargado por el Ministerio de Hacienda, Extremadura tuvo en 2011 una balanza fiscal (diferencia entre lo que recauda cada Comunidad y lo que acaba recibiendo del Estado) más que positiva. 2.991 millones de euros. La Comunidad Valenciana, en cambio, un déficit fiscal de 2.018 millones de euros. Se dice pronto. ¿Por qué merecen más solidaridad los extremeños que los valencianos, señor Monago?

Pero es que ahí no acaba la injusticia. La balanza fiscal es una injusticia para Valencia, pero la financiación autonómica lo es mucho más. De cada 100 euros que reparte el Estado en la financiación, la Comunidad Valenciana recibe 88,4 por habitante por 115,1 que recibe Extremadura. ¿Es justo eso, señor Monago? Cada riojano, 123, cada cántabro, 123… ¿Es justo?

No se trata de lloriquear como plañideras, ni de utilizarlo para sembrar la animadversión hacia el resto de españoles como hacen algunos nacionalistas. Se trata de reivindicar lo que es justo para corregir un sistema muy injusto.

En la Comunidad Valenciana empieza a haber una sensación de hartazgo que no sabemos cómo puede desembocar. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, prometió que cambiaría el sistema de financiación autonómica cuando estaba en la oposición. Ganó en noviembre de 2011 por mayoría absoluta y, previsiblemente, no va a cambiar el sistema de finaciación, que el mismo reconocía que era injusto, antes de las elecciones, ni las autonómicas, ni las generales.

El Gobierno valenciano, todos los partidos políticos valencianos, los empresarios valencianos, los sindicatos y la práctica totalidad de entidades sociales valencianas exigen que se rectifique cuanto antes este discriminatorio sistema, que afecta de lleno al sostenimiento del Estado del Bienestar Social. Pero el ministro Cristóbal Montoro y su mano derecha, el secretario de Estado, Antonio Beteta, se dedican a dar largas y a desautorizar al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, cuando reclama lo que es justo.

Obviamente, están cavando la fosa para la tumba del PP en la Comunidad Valenciana, pero no sé si se percatan de que, indirectamente, también están comenzando a cavar la tumba del propio PP nacional. Si se creen que manteniendo los graneros de votos de Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cantabria y La Rioja, y hundiéndose en la Comunidad Valenciana y Madrid van a volver a ganar las elecciones generales con mayoría holgada, es que están fuera de la realidad.

Fabra con los empresarios valencianos

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en un acto con empresarios valencianos.

De momento, en la Comunidad Valenciana se perfila un gobierno cuatripartito de izquierdas, capitaneado por un PSPV-PSOE a la baja, condicionado por los econacionalistas de Compromís (que se espera que acaparen gran parte del creciente malestar de los valencianos con el maltrato del Estado), más Esquerra Unida (IU) y Podemos.

Un cuatripartito que puede abrir otro frente por el ‘derecho a decidir’ (Compromís, EU y Podemos lo defienden), y el PSPV, aunque defiende un Estado federal unitario, podría alienarse con la posición del PSC (sus hermanos de Catalunya) a favor del ‘derecho a decidir’ si se ve forzado por sus previsibles tres socios de gobierno. La Comunidad Valenciana se convertiría a partir de mayo de 2015 en otro problema gordo para la cohesión territorial de España tal como la concibe el PP, que se sumaría al de Cataluña, el País Vasco y, probablemente, también Navarra. Galicia, de momento, la tiene controlada el PP con la mayoría absoluta de Alberto Núñez-Feijóo.

El PP valenciano podría pasar a la oposición no sólo por los casos de corrupción que le salpican (Carlos Fabra, Pedro Hernández, Gürtel…) y por algunos escándalos como el aeropuerto de Castellón o el cierre de Canal 9, sino, sobre todo, por la sensación de que si gobierna su partido en España la Comunidad Valenciana se lleva las migas del pastel que reparten Montoro y Rajoy, y que engullen Monago y otros. Y encima Alberto Fabra aparece como un mendigo ninguneado constantemente por el Gobierno central, por Génova… y despreciado por el beneficiado Monago, que le llama ‘yuppie’ y ‘mochuelo’ (como a Ignacio González).

Sectores del PP valenciano temen que el runrún que empieza a correrse entre algunos alcaldes y empresarios hasta ahora afines a los populares llegue a concretarse: la creación de un partido autonomista valenciano de centro-derecha. El modelo sería un partido tipo Coalición Canaria o Unión del Pueblo Navarro. Con vocación de gobierno en la Comunidad Valenciana e influyentes en Madrid, reinvidicativos en cuanto a infraestructuras pero sin llegar a tener ningún tipo de aspiración secesionista.

La patronal valenciana está más que harta con Montoro… y empiezan a cansarse también del propio Rajoy. Y no estamos hablando del numeroso empresariado mediano valenciano, que también.

José Vicente González, máximo responsable de Cierval; José Vicente Morata, presidente del Consejo Superior de Cámaras de la Comunitat Valenciana; el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, especialmente crítico con Montoro; Federico Félix, presidente de Pro AVE; el presidente de la Confederación de Empresarios de Castellón, José Roca; Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), o el propio Juan Roig, dueño de Mercadona. Las ramas sindicales de UGT y CCOO apoyan también la reinvidicación y están al tanto de los movimientos.

Los pesos pesados empresariales se están organizando y en cualquier momento van a pegar un puñetazo en la mesa tan fuerte que le pueden saltar las gafas por los aires a Montoro. De momento, más le vale recibirlos pronto y no cabrearlos más.

Los contactos de la patronal valenciana con el poderoso (y de momento silencioso) empresariado madrileño han comenzado. Rajoy tiene que buscar una solución para Cataluña, pero al mismo tiempo debe dejar de asfixiar a la Comunidad Valenciana y a Madrid. El reparto del pastel debe cambiarse y debe ser justo. Si no lo es, habrá movimientos políticos de calado. En Valencia ya se están produciendo.

Ábalos, el hombre fuerte de Pedro Sánchez en Valencia

El nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, está perfilando su nueva Ejecutiva, con la que deberá encarar las próximas y decisivas citas electorales (comicios autonómicos y municipales de mayo de 2015 y los comicios generales previstos para noviembre de 2015).

Sánchez quiere realizar una profunda renovación tanto en la cúpula del partido como en la dirección del Grupo Parlamentario. Quiere caras nuevas y gente de confianza.

Pedro Sánchez

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez

Su principal apoyo en su enfrentamiento interno en primarias con Eduardo Madinaha sido la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la poderosa lideresa del PSOE andaluz.

Pero no ha sido el único. Entre las federaciones más importantes que han apoyado a Pedro Sánchez está la valenciana, si bien el resultado en la Comunidad Valenciana de su  principal adversario Eduardo Madina ha sido bueno, y la victoria del nuevo líder del PSOE, por estrecho margen.

Ximo Puig, líder del PSPV, ha pregonado oficialmente una «neutralidad activa», aunque ha respaldado de tapadillo a Pedro Sánchez. Por contra, sus adversarios internos en la Comunidad Valenciana, tanto Toni Gaspar, como el vicesecretario general y portavoz del PSPV Francesc Romeu han hecho campaña abiertamente por Madina.

En realidad, el más firme de los apoyos a Pedro Sánchez en el PSOE valenciano ha sido el del diputado nacional y secretario general del PSPV de la provincia de Valencia, José Luis Ábalos. Es quien ha estado en el equipo de confianza de Sánchez desde hace semanas y ha preparado con él la estrategia política y los actos de apoyo en Valencia.

Ábalos

El diputado nacional del PSOE José Luis Ábalos

Por ello, ahora Ábalos suena para un puesto relevante en la nueva dirección. Si Sánchez le ofreciera un cargo de relevancia éste debería renunciar a la secretaría general provincial en Valencia.

El gran perdedor en el socialismo valenciano ha sido el portavoz Francesc Romeu, que desafió abiertamente Ximo Puig, dijo que es muy débil y se atrevió a cuantificar en un 60% los apoyos que obtendría Eduardo Madina.

El resultado verdadero ha sido de un 45,5% para Pedro Sánchez, un 41% para Madina y un 13,5% para Tapias, el candidato de la corriente minoritaria Izquierda Socialista.

La cabeza de Romeu ahora podría rodar en el PSPV. Muchos cargos cercanos a Ximo Puig consideran que debe dar un golpe de efecto, destituirlo y quitarse un problema.

Al respecto, argumentan que Francesc Romeu está cuestionando constantemente el liderazgo de Ximo Puig «de una forma desleal». «Si Ximo quiere evitar que haya otros que se atrevan a imitarle, debe cortar de raíz estas insubordinaciones que debilitan mucho al socialismo valenciano».

El terremoto Podemos sacude a la izquierda valenciana

La fuerte irrupción de Podemos, el partido de Pablo Iglesias, tras lograr cinco eurodiputados y algo más de un millón de votos en los pasados comicios europeos, ha sacudido la política nacional y, especialmente, la valenciana.

Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, líder de Podemos.

El PSPV de Ximo Puig sufrió, como el PP valenciano, un descalabro absoluto (perdieron 331.176 votos).

Compromís se quedó en unos discretos 138.488 votos y sexta fuerza política, mientras que EU logró ser tercera fuerza, pero solo por 37.000 votos de ventaja sobre Podemos.

El partido de Pablo Iglesias y su mensaje contra la ‘casta’ logró en toda España un 8% de votos: dos sondeos ya le dan casi el doble, entre el 14 y el 15%. ¿A costa de quién? Los nervios afloran en los partidos tradicionales de la izquierda.

En Izquierda Unida, el diputado valenciano Ricardo Sixto ha dimitido por desavenencias con el coordinador general de la formación, Cayo Lara, (temen que el huracán Podemos se los lleve por delante).

Más enigmática es la posición de Mònica Oltra, referente de Compromís, que se ha dedicado a echar flores a Podemos y Pablo Iglesias. Sin duda, ella sería una candidata ideal a presidenta de la Generalitat por la formación del televisivo politólogo. Si así fuera, que no lo creo, Enric Morera y el Bloc (socios mayoritarios de Compromís) también podrían sufrir una bajada muy considerable.

El líder del PSPV, Ximo Puig

El secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, en rueda de prensa tras conocerse el resultado electoral de las elecciones europeas. EFE/Gustavo Grillo.

Por su parte, los socialistas valencianos de Ximo Puig no saben qué hacer para evitar que Podemos se les acerque y amenace su histórico liderazgo en la izquierda.

Las últimas discrepancias en el PSPV se han producido a raíz del debate entre Monarquía y República. Mientras Ximo Puig amagó con defender la consulta ciudadana sobre el modelo de Estado, pero va a acabar votando a favor de la Monarquía (sin referéndum), Francesc Romeu (el verso suelto del PSPV) defiende la III República abiertamente.

Estas contradicciones son aprovechadas por Podemos para equiparar al PSOE con el PP. PPSOE, los llaman. Y así logran, entre la izquierda más indignada, debilitar a los socialistas poco a poco y recortarles distancia electoral.

La preocupación es gorda en el PSPV, en Esquerra Unida y en Compromís, menor en UPyD, e insignificante en el PP. En la formación que lidera Alberto Fabra la preocupación, y gorda, es recuperar y movilizar a una gran parte de sus votantes desencantados que se han quedado en casa (y muchos no volverán si no son capaces de ilusionarles) o han optado por partidos como Ciudadanos, VOX o UPyD. Ése es el reto de Alberto Fabra. La política valenciana está más apasionante, y abierta, que nunca.

Alberto Fabra (PP) y Ximo Puig (PSOE) quedan muy tocados en Valencia

Tanto el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, como el líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, quedan tocados, muy tocados, tras el desplome del PP y del PSOE el domingo en las elecciones europeas.

El Partido Popular ha bajado en la Comunitat Valenciana del 52,8% de 2009 al 29% del domingo, mientras que el PSPV ha caído del 37,4% al 21,6%. Dos bruscos descensos que, pese a todo, parece que no han hecho mella en ambos dirigentes políticos.

González Pons con Fabra

El eurodiputado del PP, Esteban González Pons, con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra

Fabra, de hecho, parece sentirse satisfecho tras haber ganado por 7,5 puntos al PSOE, pero su formación ha sufrido un castigo espectacular. Corrupción, recortes, deuda, aeropuerto sin aviones, cierre de Canal 9, sin reforma de la financiación autonómica… todo ello ha calado no sólo en los votantes críticos de centro-izquierda, sino también en el tradicional votante del PP.

Y Ximo Puig también parece estar contento por haber recortado bastante la abismal distancia con el PP y porque la formación de la gaviota perdería su mayoría absoluta de extrapolarse estos resultados a unas elecciones autonómicas. No obstante, Puig no puede obviar que los socialistas valencianos también se han pegado un batacazo descomunal, perdiendo 16 puntos y cosechando una nueva derrota electoral, pese a que habían difundido el rumor de que podían ganar en votos en la Comunitat Valenciana.

Sin duda, el electorado valenciano de izquierdas sigue viendo al PSOE como responsable, junto al PP, de los recortes de estos últimos años a nivel nacional, de los desahucios y del incremento del paro, así como de aplicar sin rechistar todas las órdenes de la ‘troika’, como ha recalcado hasta la saciedad Pablo Iglesias, líder de Podemos, y que tanto ha asumido parte de la ciudadanía.

¿Qué pasará ahora? Ambos, Fabra y Puig, se han debilitado (bastante más el presidente de la Generalitat) pero el partido no está sentenciado: en política un año es mucho (y poco). Los dos partidos cuentan con una militancia muy numerosa, experiencia en mil batallas políticas y un resorte institucional (sobre todo el PP que gobierna la Generalitat, las tres diputaciones provinciales y los cuatro grandes ayuntamientos de la Comunitat) que seguro que, pese a la fuerte caída del bipartidismo, les mantendrá al frente de las encuestas hasta 2015.

Ximo Puig tiene a favor que el PP sólo podría entenderse con UPyD, no con Podemos, EU ni Compromís. Unas Cortes fragmentadas le interesa para quebrar la mayoría popular, pero le complicaría gobernar a partir de 2015.

Alberto Fabra, por su parte, necesitará recuperar los 4,6 puntos que le han birlado Ciudadanos y Vox, movilizar a su electorado abstencionista (deberá presentar listas electorales limpias de corrupción, un proyecto ilusionante y, sobre todo, confiar en que la recuperación económica se traduzca en decenas de miles de puestos de trabajo). También tendrá que tener cohesionado el partido y eso significa no apoyarse sólo en unos pocos dirigentes.

Si no lo logra, perderá la mayoría absoluta y su carrera política se acabará. Y después de hacer todo esto, además, deberá tender puentes a UPyD para, en el caso de poder gobernar conjuntamente, no ver cómo en el último momento la formación magenta se entiende con el PSOE y EU. Una tarea, por tanto, nada fácil.

El líder del PSPV, Ximo Puig

El secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, en rueda de prensa tras conocerse el resultado electoral de las elecciones europeas. EFE/Gustavo Grillo.

Ximo Puig, por su parte, necesitará trasladar a la sociedad que va a liderar un proyecto del centro-izquierda valenciano que, por muy plural que sea, pasa por él. Deberá tratar de recuperar miles de votos que se han ido a Podemos, EU y Compromís para gobernar con la máxima independencia posible, y si es sólo con EU mejor.

El proceso de primarias (con sus pequeños problemas) fue positivo, un signo de regeneración y aperturismo. Pero Puig deberá seguir en la misma línea y tendrá que predicar con el ejemplo en asuntos como la corrupción y las imputaciones: no vale pedir que el PP prescinda de sus imputados y defender a los suyos (caso de Orengo, ex alcalde de Gandia y portavoz del PSPV en la Diputación de Valencia).

Y por último, ambos, Fabra y Puig, dependerán también de cómo lo hagan sus partidos a nivel nacional. Si el Gobierno de Rajoy recrudece sus recortes, endurece la reforma laboral y sigue exprimiendo el Estado del Bienestar Social para cumplir con el objetivo de déficit, Alberto Fabra puede despedirse de volver a presidir la Comunidad Valenciana. Necesitará el presidente de la Generalitat que la economía mejore, que se creen los 600.000 puestos de trabajo prometidos en España entre 2014 y 2015 (unos 60.000 en la Comunitat) y aún así el gobierno estaría en el aire.

Ximo Puig necesita que el PSOE supere la crisis interna tras la dimision de Rubalcaba y acertar al posicionarse en la elección del sucesor: en el Congreso de Sevilla apoyó a Carme Chacón, lo que le distanció de Rubalcaba. Si el PSOE se cohesiona en torno a un proyecto renovado, Puig se beneficiará, pero si el proceso se cierra en falso y hay crisis de liderazgo a nivel federal, el ex alcalde de Morella podría perder opciones de gobernar la Comunitat.

En definitiva, ambos quedan debilitados (Ximo Puig algo menos), pero son los que siguen teniendo más opciones que nadie (casi los únicos) de gobernar la Comunitat Valenciana a partir de las próximas autonómicas de mayo de 2015.