Visitamos Collado Mediano el día después del gran incendio. La cicatriz marcada en la montaña nos indica el camino a seguir.

Las urbanizaciones cercanas, respiran aliviadas. Y la emoción de lo vivido es patente entre los vecinos de la zona.

Indefensión e impotencia ante la fuerza de las llamas. Ahora nadie mira la montaña cercana de la misma manera.

La tranquilidad está marcada por los chicos de amarillo. El fuego ha desaparecido, pero no el calor acumulado. Las tareas de vigilancia continúan. Bajo sus pasos, el pueblo, agradecido.

Llegamos a lo más alto. Naturalezas muertas, y silencios amplificados. Los rostros indican que la pelea fue dura. Se sigue trabajando, sin respiro.

Se venció esta batalla, pero la guerra no termina. Media España es ahora noticia, y pasto de las llamas.

Tras los camiones, nodrizas, hidroaviones, helicópteros y batefuegos… una persona, un trabajador, o un amigo. El pueblo duerme tranquilo tras el susto. Y estos currantes siguen, con gesto serio, su camino.