Quién fue… Helen Mills

Hola amigos. Hoy os traigo una nueva historia de esas de blanco y negro que tanto me gustan. Se trata de una de las pioneras del deporte femenino, o al menos, una de las que empezó a ser famosa de veras. Es la historia de Helen Wills.

Helen Wills nació el 6 de octubre de 1906 en Centerville (hoy Fremont), California. Brillante estudiante, se formó en la Universidad de Berkeley, donde se graduó en 1925. Dos años antes había comenzado su exitosa carrera tenística, con una victoria en el US Open de 1923. En los Juegos Olímpicos de París de 1924 (los últimos en los que hubo tenis antes de Seúl 88), logró dos oros (individual y dobles). Además, ese año repitió victoria en el US. Fue cuando empezó su reinado.

Para que os hagáis una idea, entre 1919 y 1938, disputó 433 partidos, de los que ganó 398. Además, encadenó la friolera de 159 partidos seguidos no sólo ganando, sino también sin ceder un solo set. Este récord está todavía vigente. Así, ganó ocho veces Wimbledon (dos de ellas, enfrentándose en la final a nuestra Lilí Álvarez), siete veces el US Open y cuatro veces Roland Garros (nunca participó en el Open de Australia).

Estos éxitos la convirtieron en la mujer deportista más famosa de su tiempo. Más tarde, surgiría una de las rivalidades más intensas del mundo de Entreguerras, entre ella y la francesa Suzanne Lenglen. Curiosamente, sólo se enfrentaron una vez, en Cannes, con victoria para la gala.

Se dice que Wills era una de las jugadoras más frías de la historia. No mostraba sus emociones, no hacía ningún gesto y conseguía concentrarse 100% en el tenis, obviando todo lo demás, incluido el público. Este hieratismo le valió el calificativo de Miss Little Poker Face por parte de la prensa estadounidense.

Tal era el dominio de Wills sobre la pista, que en 1933 disputó un partido de exhibición en San Francisco contra un hombre, el octavo jugador del mundo entonces, Phil Neer. Wills ganó 6-3, 6-4.

En resumen, Wills fue la número uno del mundo nueve veces entre 1927 y 1938. Un dominio de once años que sólo está al alcance de los mejores.

Cuando empezó la II Guerra Mundial, Helen Wills se retiró. El motivo de su retirada fue bastante curioso, la verdad. Estaba paseando su perro cerca de su casa cuando otro can que caminaba suelto por la zona se enfrentó a su mascota. Ella intentó separar a los animales con tan mala suerte que recibió un mordisco en el dedo índice de su mano derecha. El dedo quedó bastante maltrecho y este suceso la obligó a dejar el tenis.

Retirada en California, se dedicó a escribir artículos de prensa y a pintar, su otra gran afición (de hecho, llegó a exponer sus obras). Helen Wills siguió practicando el tenis hasta cumplidos los 80. Finalmente, en 1998, Helen Wills falleció en su casa de Carmel, California.

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