Algunas palabras sobre Toma de tierra de Bruno Galindo (Libros del KO, 2022) -Segunda parte-

Aquí podéis leer la primera parte

Sigo con mi carta a Bruno, a Bruno Galindo. Por su libro, su Biblia, mi Biblia, nuestra Biblia. «Toma de Tierra» de ediciones del KO.

Me hubiera gustado estar en aquel festival de spoken word. En uno en el que ibas a estar tú y en el que estuvo Julio de la Rosa. Había publicado un libro con el Chorrito de Plata. Julio había publicado otro. Recuerdo estar actuando en un centro cívico de Zaragoza y que Julio no paró de hablar durante 40 minutos. Solo utilizó la guitarra para cantar unos fragmentos de I wanna be your dog de Iggy Pop en uno momento dado. En su libro inventaba una historia, un tipo componía un LP entero, al modo de Gainsbourg, en una sola noche y como título utilizaba ¿Por qué no nos hicimos todo el daño de una sola vez? El nombre de mi primer libro. Creo que también tocó un fragmento de un tema de Sonic Youth aquella noche.

En los noventa todos queríamos capturar el frame de la película de Jess Franco en la que Silvia Superstar enseñaba un pecho. He buscado aquellas fotos. Fui al cine al ver la película. Me sentí como un rijoso Jacinto Molina. Por alguna razón tengo su disco en solitario por duplicado. También tengo dos copias en vinilo de Easter de Patti Smith. Y si hay que unir, si hay que buscar las casualidades, estaremos todos de acuerdo que el pezón es una manera de encontrar paralelismos dobles.

El labio de Tere de los Desechables. El disco que grabaron con un sello aragonés, Grabaciones Interferencias, Amor pirata, en 1988. Iban en un coche con las casetes promocionales y se salieron de la nacional a la altura de los Monegros. Todo el desierto se quedó cubierto de cintas rotas y carátulas reventadas. Ángel Altoaguirre estaba en la guitarra. El más salvaje de los mitos olvidados de nuestra historia. Eran como los Cramps. Demasiado sencillo. Está claro que la versión de Fever ayuda en la comparación. Luego volveremos a Lux&Poison, sobre todo cuando tenían a Candy del Mar en el bajo.

 

Bruno, ¿sigues soñando los mismos ácidos que Arnaldo Baptista? Recuerdo aquella entrevista en Zona de Obras, en el monográfico dedicado a Brasil. Recuerdo a Sergio, otra vez Sergio, con El Justiciero, y luego a La Costa Brava tratando de sonar como Tom Zé y el concierto de Os Mutantes en el recinto de la Expo de Zaragoza, después de la Expo, con Sidonie de teloneros. Recuerdo que hicieron un fragmento de Bat Macumba antes de que salieran los brasileños. Recuerdo viajar a Guadalaja con Sergio y pensar que el mundo era Tropicalismo.

«Tomo notas para esta carta a la 1:38 y me emociona seguir leyendo y leyendo tu libro. He tomado química. Luego tomaré algo más. Escribo mensajes a mánagers de estrellas del rock, escritores malditos y jóvenes poetisas y les recomiendo que se compren tu libro si quieren ser felices. Pienso en despertar a mi mujer y agitar tu libro frente a su rostro y decirle: “Estelibroloexplicatodo”. Sueño con que mi hijo sea lo suficientemente mayor para entender que los los grandes músicos se interpretan a sí mismos y, como explicas tan bien, necesitan una capacidad capilar adecuada para triunfar».

Tú lo dices: “Interpretándose a sí mismos pero también a quienes estuvieron antes e, incluso, milagrosamente, ya contienen a los próximos artistas que están naciendo”. La última vez que mi hijo tuvo fiebre de madrugada, cuando no quiso tomarse el jarabe de naranja con una baja concentración de ibuprofeno, le ofrecí uno de mis muñecos de colección, guardados en su embalaje original, como premio si tomaba la medicación. Abrió con gusto un muñeco de Hulk. La masa, con su piel verde, me hace pensar qué superhéroe elegirías, ¿si Sex Pistols son el Escuadrón Suicida es posible que Iggy Pop fuera Hulk o mejor Henry Rollins? Está claro que Sting es John Constantine pero para eso no hay que aprobar ni segundo de cultura pop. Eso sí, me gustaría recordar aquí que The Police invitaron a The Cramps a ser sus teloneros en una gira por Europa a principios de los ochenta. Por entonces Sting salía a tocar sin camiseta. Hoy podría seguir haciéndolo pero resultaría extraño. Como ver a tu padre sin camiseta sobre un escenario. Volvemos a tu libro: “El rock, la cultura en general, es generadora de leyenda, por eso Los Planetas son legendarios y Estopa no”.

 

El bajo Rickenbacker que le vendiste a Juan Aguirre lo usó por primera -y quizá únicamente- en directo en el homenaje a Guille Martín que se hizo en Zaragoza el 26 de enero de 2007. Ráscale Guille. Tocó con La Costa Brava. Una Costa Brava muy especial. Recuerdo comer con Sergio en el Pascualillo, un restaurante que había en el Casco Viejo, paella y vino con gaseosa. Le faltaba la mitad de la banda, solo Algora en la voz y Ricardo Vicente en la guitarra. Necesitaban otro guitarra, Rafa Domínguez de Guisante, viejo compinche de Sergio en Muy Poca Gente, en la batería Pablo de Picore y en los teclados Pablo Malatesta -que por aquel tiempo tocaba con De Vito y estaba de road mánager de la banda-. Necesitaban un bajista. Juan Aguirre llamó a Algora y le dijo que se acababa de comprar un bajo. Que quería tocar con La Costa Brava. Y lo hizo, dos o tres temas. Era el final de La Costa Brava. Sergio murió en el verano de 2008.

Estoy seleccionando temas para la mixtape que acompaña esta carta. Grabada en un cedé y enviado en un papel de periódico doblado. El sample de Initials BB de Gainsbourg. La que dice “Almería”, aparece en el tributo al hombre, a Gainsbarre, “Nouveau Western” de MC Solaar. Bruno Galindo paseando por Almería al encuentro de John Lennon. Mi mujer y yo bajo un sol de justicia por senderos desérticos cerca del Mediterráneo, buscando la casa de Salvador Dalí en Cadaqués. Un desierto imposible con un oso disecado en la entrada y lugares de diseño imposible. Un oso disecado, como en Perdidos.

Pienso en el demonio, en John L. Hooker, en Robert Johnson y su guitarra de diez dólares, como cantaba en la versión de 20000 days on Earth de Bosson Higgs Blues Nick Cave. La escena de Cave conduciendo y la aparición fantasmal de Kylie Minogue en la parte de atrás. Aunque el verdadero fantasma es Michael Hutchence. Diez dólares por el alma del cantante de INXS, diez dólares australianos.

Dos hijos muertos. El baile con la muerte. Como si se cobrara con intereses el hambre atrasada. La muerte frente a Nick Cave. En Spinning Song solo hay tiempo para recordar al rey abandonado.

Hooker en la entrevista que le haces, Bruno, a 78 r.p.m, con la guitarra abriéndose paso como una cuchilla industrial sobre el disco de piedra o el cilindro de cera. ¿Cera y piedra son los únicos materiales capaces de contener al demonio? ¿Hay que entender el blues o ser genéticamente cercano? Es como ser Boris Vian y escribir novelas del oeste firmando como Vernom Sullivan, como Raúl Núñez o Jesús Ferrero, con las novelas pulp baratas, intercambio en kioskos que ya no existen.

Si Allen Ginsberg vivió tres días en San Francisco, con todas las luces doradas deteniendo el tiempo, hay más gente que asegura haberlo visto caminar por las calles de Frisco que lectores de sus libros posteriores. ¿Ves todos esos esqueletos? Guardan cajas de música para el entierro de Bob Dylan. ¿Cómo es posible que Bob alcanzara la perfección junto al guitarrista de David Bowie? Una araña de marte, no sé, no me cuadra, sí, claro, lo de Roger lo entiendo. ¿Qué fue de Scarlet? De aquella gira de vendedores de crecepelo lo mejor fue que Joni Mitchell escribiera Coyote.

Luis Auserón tuvo a Joe Strummer en su casa. Un hare krishna como el muerto viviente que aparecía en el corte final de Dawn of the dead. Leyendo Toma de tierra, Bruno, no sé si es un libro sobre Joe Strummer o sobre el recuerdo de Joe Strummer. Como si Joe Strummer fuera una red que lo atrapara todo, que lo dejara todo atado y bien atado. Un espíritu que revolotea en cada hoja. Y yo me doy cuenta, Bruno, que no he hablado casi de Joe Strummer en esta larga carta, como si no hubiera tiempo. Espero que me disculpes.

Superestrellas con la genética capilar necesaria, uno de los grandes momentos del libro: el disco Soutpaw grammar de Morrissey, volvemos a las casualidades, uno de los LP´s más raros del ex-Smiths, con canciones larguísimas, de desarrollos imposibles, pero que estuvo durante muchos años en una de esas tiendas apaches de discos, de las que sobrevivían en la ciudad cuando ya no había más que descargas largas y copiadoras reventadas. El sitio se llamaba, se llama en realidad, discos Leyenda, Leyenda Rock. Tenían sus catálogos de pirateo, sus contactos para conseguirte el pirata, la edición japonesa, lo que quisieras…pero sobre todo trataban el heavy, el rock duro, algo de siniestro de ese que da miedo. En sus estantes solo estaba aquel disco de Morrissey, aquel cedé perdido en la noche de los tiempos. Yo entraba una y otra vez a la tienda, miraba el precio disparado, no me atrevía, estaba en su stock limitado, entre hard rock y metal. The Teachers Are Afraid of the Pupils, 11 minutos. Ahora soy el profesor, ahora soy el que tengo miedo de los alumnos. Dame sustancias, dame Morrissey.

En tu libro puedes esconder tus propios huevos de Pascua, encontrar en Real Oasis un antecedente a las bandas tributo, algunas hoy giran mezclando miembros originales como otros que son músicos seguidores. Una amalgama situacionista que me deja impávido, blancazo al canto. Al final es como cuando los solistas sacan su primer disco y la gente les pide temas de su antigua banda. El cantante les quiere gritar… ¿no habéis pensado que si hubierais hecho esto hace tres años no nos hubiéramos separado? A Josele le siguen pidiendo Desde el jergón, a Miqui Puig Bonito es y a Enrique le pueden pedir lo que quieran, que el silencio de verdad ha llegado.

¿Dónde estabas tú el día que murió Michael Jackson? ¿y en el que murió Prince? Recuerdo que el día que se marchó Leonard Cohen, el día que ya no vio David Bowie estaba sentado frente al ordenador en la sala de profesores de mi instituto y miraba por la ventana intentando buscar algún adolescente apesadumbrado al recibir una notificación en su móvil. No había lloros, no había nada. Me lo guardé todo para mí. Pensé que había hecho bien dejando los gitanes y el marlboro rubio light. Prince y Jacko pedían fentanilo y yo tomo cada día una buena cantidad de píldoras de tramadol. Mi excusa es el dolor crónico producto de las horas de estudio para aprobar la oposición. Podría sentirme culpable hasta que pienso en Kiko Veneno y sus horas de opositor, horas en las que no se echó ningún cantecito y nadie se lo ha criticado hasta ahora.

«Dicen que hay mártires y hay fundadores. Dicen que un libro de música sin política es como un alma muerta, la puedes seguir llevando encima pero no sirve para nada, es todo cáscara. Miguel Boyer, Franco y José María Aznar, el Chavismo, la Nicaragüa de Ortega, las televisiones controladas. ¿Estás, Galindo, dudando sobre la libertad cultural de los países donde ha triunfado la gran Revolución Unipersonal? «

Cuando Enrique Bunbury se marchó a Cuba después de dejarnos colgados en Zuera -minicapital del capitalismo aragonés-, me vino a la mente esa sensación de ojos tapados y de gasolineras repletas de productos en el estrecho camino que los turistas recorrían por el interior de la Alemania Oriental en dirección a Berlín.

Estoy enganchado al Sonido Tijuana. Pronto podré ver en directo a los Nortec Collective, a Camilo Lara, a la gente del Instituto Mexicano de Sonido, me imagino ese cedé trucho, tostado en mitad de una noche, aquellos discos recopilatorios de Zona de Obras, la pollera colorada, el sonido Paraguay, los años en los creímos en el advenimiento de Titán y los seguidores del divino Aquamosh. Estoy en la página 202 y leo el texto de Rafa Saavedra y me viene a la cabeza el libro Estampas del valleo de Rolando Hinojosa-Smith, del que escribí un poco hace unos meses. Y las canciones, sobre todo las canciones de aquella tarde en la frontera.

He estado obsesionado con Muchachita punk de Fogwill desde que lo compré de segunda mano en una librería de lance en la calle Corrientes. Durante la pandemia, mientras mi padre peleaba contra la misma muerte que se había llevado por delante a mi amigo Sergio, me sometí a un viaje al final de la noche y leí los cuentos completos de Fogwill, mientras intercambiaba audios de noche cruzada con Antonio Birabent. Recuerdo estar en Palermo Hollywood, antes de Palermo Bagdad, comprando vinilos en cubetas más caras que los discos, soñando que en alguna de las discotecas a las que iba a con Celeste me iba a cruzar con Adrián Dárgelos saliendo del baño. Jessico estaba muy de moda en Buenos Aires en aquel octubre. Luego dirán que lo que pegaba fuerte era la Bersuit, pero en los garitos, en los boliches se bailaba Fizz. ¿Recuerdas a Osvaldo Lamborghini, Octavio? Recuerdo un artículo, un fragmento en Zona de Obras, una frase, sobre una habitación, sobre estar solo y dejar de estarlo. Busco entre las revistas, es el número especial años 70, junto a un texto sobre William Borroughts, todos en tóxica compañía.

El Theremin es un instrumento oscense. Es un instrumento de spoken word. Silvia Grijalba desde Albuquerque, la ciudad del duque, Morgana y Justo Bagüeste de teloneros de Enrique Bunbury en su primera gira en solitario en 1998, en el Príncipe Felipe. Tocó el Jinete de José Alfredo Jiménez con bases electrónica. Justo, genio de Huesca, el hombre de los ambientes, viviendo una existencia límite, juntándose con su viejo aliado, el vampiro-poeta Javier Carnicer y grabando Lijas. Javier me besó en la boca y me dejó el sabor infinito que no pienso soltar. Yo también sé escupir palabras. Yo también fui parte de la Canción de Amor de 24horas de Javier Corcobado, lo prometo, tengo hasta un contrato firmado un disco con mi nombre.

¿Recuerdas a Fernando Arrabal? Autoproclamado embajador de Confesiones de Margot desde el artículo que le dedicamos en el número 0 del fanzine. El fanzine más parecía una hoja parroquial que una publicación fuera de la ley, pero me imagino que las cosas siempre han funcionado de esa manera al principio. Me dice su editor que la historia de Fernando Arrabal puede que sea así o no, que entre l´Overture y le Finale pudieron pasar más cosas o menos. Lo que sí es cierto es que Franz Ferdinand manteó al patafísico durante uno de sus conciertos en París. O quizá no. Topor, la vida es un ajedrezado y Boris Vian murió dejando una única biografía traducida al español.

Cuando ya no sabía qué hacer, llorar antes de entrar a clase, llorar en clase, llorar al salir, recurrí a las sustancias y me descargué una copia trucha de las Estrategias oblicuas de Brian Eno en español latino para poder seguir afrontando la vida y la literatura. Unas líneas antes o dentro de unas líneas, no lo sé ya, te conté que Paul Collins vivió en casa de una amiga baterista en la sierra de Madrid, donde Vicente Aleixandre se iba a curar, a tomar los aires, y que allí les contó el tumultuoso tema de la canción de The Nerves. Leo en la biografía de Deborah Harry que estará con Chris Stein hasta el final. Las líneas paralelas que se acabarán juntando en el infinito, como en un disco de Tequila. Nuestro hijo se ha dormido y vemos una copia pirata de Historias de Nueva York, la parte del pintor, con Like a rolling stone de Dylan en directo como si no hubiera un mañana y en un momento dado se ve a Deborah Harry de público en una performance ridícula y pretenciosa con Steve Buscemi. Ojalá existieran los mercadillos y las cintas de vhs con copias piratas de lo que fuera, casetes con voces en directo de cantantes muertos. Eso sería más auténtico que la existencia. “La música no tiene que conformar al público sino provocarle”.

Termino esta segunda parte con esta frase de tu libro, una frase que merece un libro sobre la cultura en general: “Las cosas pasan de ser vistas como de mala o buena calidad , pasan a parecernos justas o injustas”

Nos vemos en la tercera y última parte (espero)

1 comentario · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Y el cielo es agua

    Hablando de Biblias, ¿sabe ya los humanos que el Dos en el que creen hizo la Tierra, las plantas verdes, el día y la noche y otras cosas antes que el Sol entre otros disparates? ¿Saben ya que por seguir esas cosas no paran de violentarse unos a otros en lugar de entenderse bien como buena gente?

    16 julio 2022 | 11:41 am

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