«Manufactura española de películas para cinematógrafos» era como se anunciaba en revistas especializadas la empresa Hispano Films, una de las muchas productoras que surgieron en las primeras décadas del siglo pasado aprovechando las mejoras económicas gracias a la situación del país tras la Primera Guerra Mundial. Llegaron a ser cerca de una treintena y la mayoría estaban situadas en Barcelona, centro neurálgico de la industria. La mayoría fueron efímeras y terminaron desapareciendo en pocos años.
La empresa fue fundada por Alberto Marro y Ricardo de Baños. Antes Marro, Luis Macaya y Segundo de Chomón habían fundado “Macaya y Marro”, un proyecto que acabó tras la muerte de Macaya y con Segundo de Chomón emigrando a Francia a trabajar para la Pathé. Marro continuó con el proyecto y junto a Baños fundaron la Hispano Films en 1908. Se sabe que ya en 1909 estaban establecidos en la calle Gervasio de la Ciudad Condal con su “establecimiento de películas cinematográficas”.
En sus inicios, Alberto Marro se dedicó a la exhibición ambulante de variedades, donde ofrecía proyecciones de películas y había colaborado con Chomón en el rodaje de documentales y películas con trucajes. Por su parte, Ricardo de Baños había aprendido el oficio trabajando para la Gaumont, donde grababa zarzuelas sonoras para sus películas mediante el sistema de sincronización cronophone. Entre sus trabajos destacan el documental La guerra del Riff (1909) y algunos largometrajes como Don Juan de Serrallonga (1910) y Sacrificio (1914). Su hermano Ramón de Baños también formó parte del proyecto como cámara y técnico de laboratorio.
La Hispano Films rodó películas pornográficas para el rey Alfonso XIII
La productora comenzó con reportajes de actualidad y documentales, aunque destacó sobre todo por sus películas de aventuras y melodramas. Entre ellos destacamos Locura de amor (1909) y dos versiones de Don Juan Tenorio (1908 y 1910). También filmaron historias de personajes históricos como Justicia de Felipe II y Don Pedro el Cruel en 1911 o Diego Corrientes en 1914.
Con la producción de Sacrificio surgieron problemas entre los socios que forzaron la salida de Baños en 1914. El barcelonés fundó Royal Films, con la que produjo una nueva versión de Don Juan Tenorio (1921). La empresa realizó películas pornográficas para el rey Alfonso XIII, a las que era muy aficionado como ya comentamos en ‘El doblaje y la censura en España durante el siglo XX‘. Aunque dedicado principalmente a la dirección de fotografía, en la década de los 30 dirigió su primera y única cinta con sonido, El relicario (1933), cuyo fracaso económico y la posterior llegada de la Guerra Civil, supuso el final de la empresa.
Con Marro en solitario, la Hispano Films realizó la adaptación de la novela Entre naranjos de Blasco Ibáñez en Tierra de naranjos (1914), el serial Los misterios de Barcelona (1915) o El testamento de Diego Rocafort (1917). La empresa continuó hasta 1918, cuando un incendio de los estudios acabó con el todo el patrimonio de Alberto Marro. Aún así hay registros de actividad de la empresa en Austria hasta 1921.
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