Es uno de esos personajes que merecen su lugar en la historia del cine. Director, operador de cámara, creador de trucajes, inventor, emprendedor,… es probablemente la figura más destacada de la cinematografía española en sus primeros años. Muchas de las grandes películas del cine mudo llevaron su sello de una u otra forma, como el Napoleón de Glance o Cabiria de Pastrone.
A medio camino siempre entre París y Barcelona, trabajó para los grandes de la época, como los hermanos Lumière, Méliès o la Pathé. Antes vivió la Guerra de Cuba, a la que algunas fuentes indican que fue como voluntario y otros para cumplir el servicio militar. Sea como fuere, hay constatado que a primeros del siglo ya estaba instalado en París y dedicado plenamente a la industria del séptimo arte.
Segundo de Chomón nació en 1871 en Teruel y, aunque comenzó estudios de ingeniería, pronto se vio enormemente atraído por el nuevo invento que habían popularizado los hermanos Lumière. Sobre lo curioso de su nombre tiene una explicación fácil. Fue el segundo hijo y como ya imaginan, a su hermano gemelo le pusieron Primo de Chomón. Esto nos los cuenta Ramón Alós en el documental El hombre que quiso ser Segundo (2014) sobre la vida del cineasta.
En 1909 había firmado un total de 75 películas como operador de la Pathé, donde había experimentado todo tipo de trucajes, travelings o animaciones. Tenía un taller en Barcelona donde experimentaba sus trucos con maquetas.
Algunas de estas primeras películas fueron Choque de trenes (1902), de apenas dos minutos, casi un documental y donde mezclaba imágenes reales y trucajes realizados en su taller, o Gulliver en el país de los gigantes (1903), otro cortometraje del que se tienen pocas referencias.
Su primera gran obra fue El hotel eléctrico, rodada en 1908 para la Pathé y en la que empleó de manera magistral (y que seguramente inventó) el llamado paso de manivela o “imagen por imagen”, que actualmente conocemos como stop-motion. Esta técnica no es nada más que fotogramas fijos que al unirlos parecen tener movimiento. Es similar a la inventada por Reynaud en su Teatro Mágico. La paternidad de esta técnica es compartida junto a Stuart Blackton y Méliès (podéis ver ‘Méliès, el mago que inventó el cine de ciencia ficción‘).
Escena del corte de pelo de Julienne Mathieu con el paso de manivela de Segundo de Chomón en ‘El hotel eléctrico‘ (1908)
Durante estos años en la Pathé, dirigió también Pulgarcito (1909) y participó en La Passion de Notre-Seigneur Jésus Christ, la “eterna” película dirigida por Zecca, que tardó 2 años en rodarse ya que contaba con 31 escenas y una duración de 44 minutos, lo que era enorme para la época.
Su fama como experto en trucajes le llevó a trabajar con la productora italiana Itala Film en varios filmes entre los que destacó Cabiria (Giovanni Pastrone, 1914), donde el operador español participó de manera muy activa con la técnica de travelling para mostrar los enormes decorados. Usó también grandes reflectores y espejos para los efectos de luz. El propio Pastrone, al parecer, diseñó el carrello que usó de Chomón, una especie de carrito que permitía el movimiento de la cámara. Hay quien afirma que el diseño del curioso aparato fue del propio cámara español, aunque fue el director italiano quien finalmente lo patentó.
Ya en sus últimos años participó en otra de las grandes grandes producciones del cine mudo, Napoleón (Abel Glance, 1927), donde fue partícipe directo de las grandes innovaciones técnicas de la cinta. También puso su granito de arena en la producción franco-española El negro que tenía el alma blanca (Benito Perojo, 1927).
Al final de su vida, el pionero había participado en unas 500 películas. Falleció en París en 1929, posiblemente tras contraer alguna enfermedad en un viaje previo a Marruecos.
Tráiler del documental ‘El hombre que quiso ser Segundo’ (2014)
Este personaje fue uno de los pioneros más destacados de los primeros años del cine en blanco y negro. LEi incluso que fabricó su propia cámara cinematográfica para poder filmar sus peliculas…Todo un genio.
19 marzo 2022 | 6:03 pm