A finales de los años veinte se desarrolló una tecnología que iba a revolucionar para siempre la industria cinematográfica. El 6 de octubre de 1927 todo cambió. Durante la proyección de la película El cantante de jazz (Alan Crosland, 1927), se escuchó a su protagonista Al Jolson: «Esperen un momento, pues todavía no han oído nada. Escuchen ahora…”
La llegada del sonido al celuloide permitió escuchar la voz de los protagonistas y enterrar definitivamente los carteles donde se mostraban los diálogos. Sin embargo, ese nuevo mundo de posibilidades no fue favorable para todos. Muchos no supieron adaptarse a la nueva era y estrellas del cine mudo vieron como sus carreras se frustraron de manera repentina. Todo este proceso aparece en dos películas excepcionales, The artist (Michel Hazanavicius, 2011) y Babylon (Damien Chazelle, 2022), dos producciones que nos muestran el mismo periodo desde focos bien distintos.
Hazanavicius trató de imitar las antiguas películas mudas rodando en blanco y negro, y sin ningún tipo de sonido (salvo en momentos puntuales y por necesidades del guion). La trama se centra en el ocaso de una de las grandes estrellas del cine mudo de finales de los años 20, George Valentin (Jean Dujardin), que se niega a participar en la nueva tecnología y sigue insistiendo en el rodaje de películas mudas incluso asumiendo los riesgos económicos. En paralelo, Peppy Miller (Bérénice Bejo) es una joven y prometedora actriz, una «it girl», que comienza trabajando de extra junto a George pero que se sube a la ola del nuevo arte sonoro como una gran estrella que eclipsa al antiguo galán de la pantalla.
Pese a la ausencia de sonido, con unos pocos diálogos escritos, la película tiene el ritmo suficiente para disfrutarla en cada momento, lo que nos permite centrarnos en la gesticulación de los actores, algo que fue característico de la época muda.
El personaje de George Valentin es ficticio pero está inspirado en estrellas como John Gilbert o Douglas Fairbanks como confirmó el director y también en la insistencia de personajes como Charles Chaplin, que rodó ya en tiempos sonoros películas como Luces de la ciudad (1931) o Tiempos modernos (1936), donde se mantenía la esencia del cine mudo.
Babylon es una película más estándar. También abarca el final de la época muda pero desde un punto de vista diferente. Son los excesos de Hollywood que llegan a puntos de auténtico delirio con fiestas donde no faltan ni elefantes… y por supuesto llenas de sexo, alcohol y drogas. Se trata de auténticas bacanales al estilo romano, todo un homenaje al dios Baco.
Los protagonistas son la gran estrella del cine mudo Jack Conrad (Brad Pitt) y la estrella en ciernes Nellie LaRoy (Margot Robbie). Ambos son ficticios pero nos recuerdan a estrellas de la época, donde de nuevo aparece la imagen de John Gilbert, inspirado en el físico y sobre todo en su carrera, que acabó con la llegada del sonido. Nellie LaRoy es una aspirante a actriz que sabe hacerse un hueco entre la industria de los años 20. Es una muestra de ese grupo de it girls, mujeres que supieron hacerse sitio en base a su belleza y perseverancia como Clara Bow, que popularizó el término en It (Josef von Sternberg, 1927).
Pero no solo Jack y Nellie, gran parte de los actores de Babylon tienen su equivalencia en el Hollywood mudo, de los que destaca Manny Torres, interpretado magníficamente por Diego Calva, y que recuerda al director y productor mexicano Joselito Rodrigues, un inmigrante que supo abrirse paso en el complejo universo hollywoodiano.
Pese a que el fondo de ambas producciones es el mismo, no comparten el final. La extravagancia de Babylon no podía tener un final feliz. No ocurre lo mismo en The artist. La perseverancia de Peppy Miller, que siente una mezcla de ternura, admiración y lástima por George, logra evitar la tragedia y le ofrece una oportunidad irrechazable. En las últimas escenas aparece un guiño a la famosa pareja Fred Astaire y Ginger Rogers. Los protagonistas ofrecen un nuevo espectáculo a Al Zimmer (John Goodman), el todopoderoso dueño de los estudios Kinograph, que sonríe con su habitual puro ante montones de billetes bailando claqué.
The artist obtuvo numerosos premios, de todos ellos hay que destacar las diez nominaciones a los Oscar, de los que obtuvo cinco estatuillas (entre ellos lo de película, director y actor principal), convirtiéndose en la gran triunfadora de la noche. También logró tres Globos de Oro, siete Bafta y seis Cesar. Jean Dujardin logró el premio de Cannes como Mejor actor. Babylon fue nominada para tres Oscar (vestuario, banda sonora y diseño de producción). A destacar las nominaciones a los Globos de Oro para las actuaciones de Diego Calva y Margot Robbie.
Mis dos películas más representativas del final del cine mudo y sus consecencias son «El crepúsculo de los dioses» de Billi Wilder y «Cantando bajo la lluvia» de Gene Kelly. También están en las antípodas una de otra en cuanto a estilo y destino de sus personajes.
11 marzo 2024 | 3:56 pm