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Tampoco Breton Woods es una marca de Whisky. Porque el periodismo internacional no es solo cosa de hombres, ocho mujeres ofrecen un punto de vista diferente sobre lo que pasa en el mundo.

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Guantánamo: pasado, presente y… ¿futuro?

mapa Guantánamo

Ubicación de Guantánamo. / Wikimedia

La base militar de Guantánamo, está situada en la región del mismo nombre en la isla de Cuba, frente a la costa de Haití, un lugar estratégico en el Mar Caribe. Pero, ¿desde cuándo está bajo jurisdicción estadounidense? Hay que remontarse a la guerra de Cuba contra España en 1898. En ésta, Estados Unidos intervino, pero su ayuda no fue gratuita.
En la primera Constitución de la República de Cuba, Washington forzó la inclusión de la llamada Enmienda Platt, por la que Cuba cedía a EE.UU. «por el tiempo necesario y para los propósitos de estación naval y estación carbonera» dos territorios, en Guantánamo y en Bahía Honda (aunque éste último nunca se hizo efectivo).

Preso en Guantánamo

DVIDSHUB / Flickr

La base de Guantánamo y la prisión, abierta en 2002, siguen funcionando. Los primeros detenidos, por tanto, llegaron hace 15 años, momento en el que George W. Bush comenzaba su peculiar “Guerra contra el terrorismo”. Al no ser territorio de Estados Unidos, los métodos de interrogatorio y las garantías para los presos no responden ante las leyes del país. Ni ante las de Cuba, ni siquiera ante las de la comunidad internacional.

Es decir, los presos están en una suerte de limbo jurídico. Los detenidos no tienen abogado, no tienen presunción de inocencia, no tienen comunicación con sus familiares y tampoco tienen derecho de apelación ante las comisiones militares. Además, el maltrato a los prisioneros fue reportado por Cruz Roja Internacional, que remitió al gobierno de Estados Unidos un informe denunciando la aplicación de métodos “equivalentes a la tortura”. La prisión llegó a albergar a más de 700 presos, ahora sólo quedan 41.
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¡Hasta siempre, Barack!

Barack Obama deja atrás 2 mandatos y ocho años de historia americana con algunos momentos inolvidables que nos gustaría repasar en este artículo. Desde John F. Kennedy, Barack Obama es el presidente más progresista que ha tenido Estados Unidos. Un mandatario que a diferencia de su posterior, Trump, defensor del racismo, defendió las minorías olvidadas con Clinton y Bush.

Obama fue el primer presidente negro de Estados Unidos. El 20 de enero de 2009 delante de una multitud concentrada delante del Congreso, el mandatario asumió el poder con la mano en la Biblia que un día utilizó Abraham Lincoln.

Hay algunos logros relevantes del mandatario estadounidense que han pasado a la historia:

La economía fue su punto fuerte. Evitó la catástrofe tras la crisis financiera de 2008 y devolvió estabilidad a la economía, contagiando a su vez al resto del mundo. Ejemplos de ello son las grandes empresas, beneficiadas de la globalización, como Apple o Amazon, empresas que siguen creciendo constantemente. Sacó a Estados unidos de la crisis financiera utilizando iniciativas totalmente distintas de las aplicadas en Europa. El keynesianismo de Obama fue un éxito para la economía de los Estados Unidos: intervención del estado cuando sea necesario, flexibilización monetaria, subsidios directos e inversión pública. Controló la inflación aumentando el gasto público, los impuestos y el crecimiento económico. Invirtió en infraestructuras, tecnología, energías renovables, investigación y educación.

Un segundo acierto de la era Obama fue iniciar la reforma del sistema de salud, la mayor reforma sanitaria de EEUU en casi medio siglo. En 2008, en un país que, a diferencia de la mayoría de los países desarrollados, no contaba con un sistema de cobertura universal, Obama instauró la extensión de la protección de la salud de los más vulnerables. Hoy, menos de un 10% de la población no esta cubierta.
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El reto de Guantánamo

Guantánamo

Una vista de la cárcel de Guantánamo / 20 Minutos

Aprobada la ley de reforma migratoria, ahora el presidente estadounidense, Barack Obama, tiene otra patata caliente entre las manos: el cierre de Guantánamo. Esta cárcel la abrió su antecesor, George Bush, en 2002 en suelo cubano para, supuestamente, combatir el terrorismo internacional.

La realidad es que el penitenciario ha llegado a encerrar entre rejas a más de 700 hombres, muchos de los cuales sin ser juzgados, y han sido víctimas de torturas como se denuncia en el documental “Camino a Guantánamo”, (dirigida por Michael WinterbottomMat Whitecross en 200), en el que se relata la vida de cuatro jóvenes británicos de origen pakistaní, que van una boda en su país de origen y acaban la cárcel en suelo cubano.

Ya en campaña, una de las grandes promesas de Obama fue que iba a cerrar esa cárcel, pero claro, ¿qué hacer con los presos? La población de Estados Unidos no quería ni oír hablar de trasladarlos en suelo estadounidense y el problema se ha ido diluyendo en el tiempo. Sin embargo, ahora, en su segundo y último mandato, parece que Obama está decidido a cumplir su promesa.

En este contexto, el pasado domingo 7 de diciembre, seis presos (cuatro sirios, un tunecino y dos palestinos), ninguno de ellos con cargos penales, han abandonado Guantánamo para ir a Uruguay, donde son acogidos como refugiados. El gobierno de ese país interpreta que no pueden regresar a sus sitios de origen, donde podrían ser juzgados injustamente o ser víctimas de abusos.

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Estados Unidos, derechos humanos y otros cuentos.

Crédito: Flickr / U.S. Mission Photo: Eric Bridiers

Crédito: Flickr / U.S. Mission Photo: Eric Bridiers

¿Cuando unes las palabras Estados Unidos y derechos humanos qué te viene a la cabeza?  Métodos de tortura, ciber espionaje, Guantánamo, guerra contra el terrorismo, pena de muerte…Y podría seguir.

Esta semana el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, formado por 18 expertos independientes de distintos países, se ha reunido en Ginebra (donde se encuentra una de las 3 oficinas regionales de la organización) con una delegación de 32 oficiales norteamericanos para poner sobre la mesa las vergüenzas del abanderado sueño americano. En esta reunión, que sirve para que el Comité revise periódicamente el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos por parte de los estados que lo han ratificado, se recordó ayer que Estados Unidos incumple con su compromiso, dentro y fuera de casa.

Estados Unidos ratificó el tratado en 1992 pero según el Comité el país comete abusos en un amplio abanico de temas. Además, este grupo de expertos, que no responde al interés de ningún gobierno, también aprovechó la ocasión para demostrar su preocupación en temas que prácticamente ya forman parte del ADN norteamericano, como el uso de armas de fuego o la pena de muerte –practicada en 32 estados-.

De hecho, Walter Kälin, abogado suizo miembro del comité, apuntó en este sentido la noticia que ha ocupado más de una portada en Estados Unidos esta semana: Un tribunal de EUA ha liberado a un reo que pasó 30 años en el corredor de la muerte en una prisión de Luisiana. Glenn Ford, el reo liberado, se suma ya a otras 143 personas sentenciadas a pena de muerte exoneradas tiempo después. “144 casos de gente condenada a muerte de manera errónea es un número suficientemente impactante”, dijo Kälin. Apuntando también a la desproporcionada representación de afroamericanos sentenciados a pena de muerte Kälin añadió: “La discriminación es mala, pero cuando lleva a la muerte es inaceptable”.

Las deficiencias son subrayadas por parte del Comité, con sus contundentes preguntas, que van desde las muertes causadas por el uso de drones y la vigilancia masiva por parte de la NSA hasta el tratamiento humano de inmigrantes y prisioneros, especialmente contra la discriminación de minorías. Otros temas que ayer salieron a juicio fueron la segregación en las escuelas, los preocupantes niveles de personas sin techo y la criminalización de éstas, el maltrato de enfermos mentales y jóvenes en prisiones o la vigilancia masiva de las comunidades islámicas por parte de la policía de Nueva York.

“El gobierno de Estados Unidos tiene ahora una oportunidad para revertir su acción, remediar la violación de estos derechos y tomar acciones concretas como desclasificar el informe del Senado sobre la tortura por parte de la CIA”, dijo ayer Jamil Dakwar, director del  Programa de Derechos Humanos de la Unión Americana de Libertades Civiles, también presente en Ginebra estos días. Y es que se pide a Obama que desclasifique y haga público el informe de 6.300 páginas sobre el uso de técnicas de tortura durante la administración Bush.

Aunque es cierto que a la práctica no implica ningún tipo de sanción, no está de más que Naciones Unidas ponga en una posición incomoda al gigante americano y le recuerde algo tan básico como que si un estado ratifica un tratado debe cumplirlo. No vale sólo con salir en la foto. Esta vez el país de Obama ha quedado bien retratado.

BLANCA BLAY

blanca.blay@gmail.com

@blancablay

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¿Un gran discurso (vacío)?

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El presidente Barack Obama repasa su discurso una última vez antes de comparecer ante el Congreso. Fotografía tomada por el fotógrado de la Casa Blanca Pete Souza.

Este martes Obama pronunció su quinto discurso sobre el estado de la Unión, que según indica la Constitución, debe hacer el presidente de Estados Unidos ante el Congreso periódicamente (normalmente una vez al año). En este acto, que sigue unos protocolos muy marcados, el presidente informa sobre la condición del estado de la nación, o sea que hace una especie de balance sobre el país y las políticas nacionales. Es la ocasión para que éste, aprovechando la importancia mediática del acto, subraye su agenda legislativa, para la que necesita el apoyo del Congreso, y sus prioridades tanto nacionales como en política exterior.

El caso es que en su discurso del martes, Obama dejó bien clara su actitud ante el Congreso: “Sea donde sea y en cualquier momento puedo dar pasos sin la ley para dar más oportunidades a más familias americanas, y eso es lo que haré”. Se refería a aprovecharse más de su poder ejecutivo y actuar por decreto aunque en gran medida necesitará el apoyo tanto del Senado como de la Cámara de Representantes. “Cuando el debate nos impide llevar a cabo las funciones más básicas de la democracia –cuando nuestras diferencias nos llevan a un cierre parcial del gobierno- entonces no estamos haciéndolo bien a los ojos del pueblo americano”, añadió.

Y es que en los últimos cinco años, y especialmente desde que en 2011 la Cámara de Representantes tiene mayoría republicana, la oposición del Congreso a las principales iniciativas legislativas de la Casa Blanca han entorpecido los planes de Obama. Algunos ejemplos que él mismo menciona en su discurso: la promesa de cerrar Guantánamo o la reforma migratoria que todavía convoca el sueño americano.

Que, por cierto, en el discurso, de una hora y pico, no faltan ni el toque de superioridad nacional ni la reproducción de estereotipos. Ahí van algunas de las frases que Obama suelta entre punto y punto: “Mis queridos americanos, ningún otro país en el mundo hace lo que nosotros hacemos.” “Michelle y yo queremos que todos los niños tengan las mismas oportunidades que este país nos dio”. “Después de cinco años de esfuerzo, Estados Unidos están mejor posicionados para el siglo XXI que ninguna otra nación en la tierra”. Y otras perlas de este tipo.

Bien, Obama también aprovechó para llevarse los méritos de la reforma sanitaria y sacarle brillo en un intento de hacer lucir una reforma compleja que se puso en marcha en 2013 con muchas dudas en el aire. Además, repasó otros logros (entendido como promesas cumplidas; no logros en sí) durante su presidencia, como la retirada de las tropas de Irak y poner fin a la guerra de Afganistán (las tropas se retirarán en 2014). Ahora quedan a su suerte. Eso sí, “America debe moverse de la ocupación permanente. Es por eso que he impuesto límites prudentes en el uso de drones”, dijo Obama el martes.

En el discurso no faltó tampoco una mención a la desigualdad: salarios estancados, dificultad para salir de la pobreza, paro. También hizo hincapié en la discriminación que sufren las mujeres americanas: “Las mujeres ganan 77 centavos por cada dólar que gana un hombre. En 2014 esto es una vergüenza”. Totalmente de acuerdo, claro está.

En política internacional, a la que dedicó poco rato de su discurso, pasó por encima temas como la guerra estancada en Siria, el conflicto árabe-israelí o las negociaciones con Irán entre otros. De Siria no añadió poco más que palabras vacías que se suman a la actitud de la comunidad internacional. Sobre el conflicto en Oriente Medio dijo: “Mientras hablamos, la diplomacia americana da soporte a israelíes y palestinos mientras entablan conversaciones difíciles pero necesarias para acabar con el conflicto; conseguir dignidad y un estado independiente para los palestinos, y paz duradera y seguridad para el Estado de Israel (ojo con la guinda del pastel!), un estado judío que sabe que America siempre estará a su lado.” Respecto a Irán, Obama está convencido que las negociaciones darán sus frutos y se podrá impedir que Irán obtenga el arma nuclear. Por otro lado, con Europa y Asia las relaciones van viento en popa según Obama y su (interés comercial común) amistad sigue por el buen camino.

A pesar de su habitual magnificencia al hablar y las buenas estrategias de sus asesores, que deciden llevar una decena de personas que ejemplifican “el buen ciudadano americano” para que sean el hilo de su discurso, sabemos lo que ha hecho y lo que no ha hecho Obama. Tomamos nota de lo que el presidente pretende hacer (ya veremos cómo): Guantánamo, subida de salarios, reforma migratoria, igualdad salarial para mujeres y hombres, crecimiento económico, fomentar el empleo, reforma energética, Irán, Siria…¿Habrá sido un gran discurso (vacío)? ¿Rescatará Obama su credibilidad perdida y su popularidad? ¡Dios bendiga a América!

BLANCA BLAY

@BlancaBlay

blanca.blay@gmail.com

Ese naranja butano que pesa sobre Obama

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Activistas de Amnistía Internacional piden el cierre de Guantánamo. Amnesty International USA

Pesa sobre él, sobre el país. Pesa como una losa. La prisión de Guantánamo es la piedra en el zapato de Obama y también de Estados Unidos. Cuando relevó a George Bush como presidente Obama heredó la guerra contra el terrorismo iniciada a raíz de los atentados del 11-S en 2001. Guantánamo pretendía ser eso: el símbolo de la guerra contra Al Qaeda, la fuerza de un país medida en rejas, el miedo encerrado entre paredes frías.

Lo sería costara la que costara, literalmente. Según calculan abogados a favor del cierre del centro de detención, mantenerlo abierto cuesta ni más ni menos que 2,7 millones de dólares (cerca de 2 millones de euros) al año por cada preso. Para Bush el precio más alto ya se había pagado. Así, el 11 de enero de 2002 los primeros detenidos empezaron a llegar a Guantánamo. Las imágenes dieron la vuelta al mundo, era una demostración de poder.

Desde entonces, un máximo de 779 personas han estado en el centro de detención durante varios años. Ahora sólo quedan 155 presos, la mayoría de ellos provenientes del Yemen. Del total de 779 presos que han llegado a ver con sus propios ojos algo de lo que poco se sabe, sólo siete han sido condenados y sentenciados. ¡Siete! Otros nueve murieron en el centro y 615 han sido transferidos a países como Afganistán, Arabia Saudita o Pakistán (en la mayoría de casos, sus países de origen).

En los últimos doce años centenares de presos han llegado a la bahía de Cuba sin saber cuándo saldrían. Bush no quiso que su condición fuera de “prisioneros de guerra” así que el 7 de febrero de 2002 se determinó que los detenidos serían “enemigos combatientes en la guerra contra el terrorismo”. De este modo, quedaban fuera de la protección de las convenciones de Ginebra.

Con la llegada de Obama parecía que la suerte de esos presos iba a cambiar. En 2009 el presidente ordenó el cierre de Guantánamo en un año, una de sus principales promesas electorales. «Pretendemos ganar esta pelea. Vamos a ganarla en nuestros términos» dijo Obama tras firmar los decretos. Su decisión permitió a muchos acusarle de blando en la guerra contra el terrorismo. Pero su inacción ha sido mucho peor, empezando por la huelga de hambre que iniciaron un buen número de presos, siendo alimentados de manera forzosa.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, que fue de las primeras en recibir con una sonrisa la noticia del cierre del centro de detención, denunció en 2012 que “las instalaciones sigue existiendo y hay individuos que siguen detenidos de manera arbitraria e indefinida». Estamos ya en 2014 y sigue igual. El tiempo corre y con él la indignación y la vergüenza del país aumenta. Guantánamo fue un error que debe enmendarse y terminar. Los informes sobre métodos de tortura para llevar a cabo interrogaciones, el limbo legal, los papeles de Wikileaks. Ese color naranja butano que visten los prisioneros ha quedado en nuestra memoria. Irak, Afganistán. Es el turno de Guantánamo.

BLANCA BLAY

@Blancablay

blanca.blay@gmail.com