Cada vez más se acerca una de mis épocas favoritas el año: mayo. Y no es que me guste por ser el mes en el que más aflora mi alergia, ni por la primavera en sí (que también). Mayo me gusta porque es el mes de Eurovisión.
Me encanta Eurovisión, llevo años cubriendo el Festival para este periódico y desde dentro es aún más impresionante que lo que se ve por la tele. Eurovisión es muy muy top.
Este año será un año raro: la polémica estará más que servida, algo que es ya habitual, pero en esta ocasión con un tema mucho más tenso, el conflicto israelí.
Desde que Netta se alzase con la victoria el pasado mes de mayo en Lisboa, mucho se ha hablado sobre este tema pero ha sido ahora cuando a Televisión Española le ha explotado en toda l a cara: Natalia, Alba y María, las tres favoritas para representar a España en el Festival, no están muy de acuerdo con eso de ir a Israel.
En la charla que mantuvieron con César, Irene y Fernando, responsables de Eurovisión en TVE, dejaron más que clara su disconformidad con ir a cantar a Israel. Si desde hace días ya se venía comentando en los medios especializados y en las redes sociales el poco interés de los concursantes con ir al Festival, en esta ocasión justificaron su actitud pasota con este tema.
Viendo como estaba el patio, los de RTVE, que ya puestos he de decir que son de lo mejorcito en lo profesional y lo personal, les propusieron ver Eurovisión como una gran oportunidad ante 200 millones de espectadores de todo el mundo para «reivindicar» sus ideas, cosa que me parece muy bien, y a la vez me aterra por el miedo a que estas tres (que también son mis favoritas junto a Famous), puedan liarla parda sobre el escenario de Tel Aviv.