Ayuda a los gatitos huérfanos, pero no robes los cachorros a sus madres

Da igual que estemos en pandemia, hay asuntos estacionales que no cambian. Llega la agradable tibieza primaveral, los árboles en flor, la temporada de fresas, las tardes más largas, la procesionaria del pino (no todo iban a ser buenas noticias) y las camadas de gatitos.

En estas fechas se suceden los nacimientos felinos. Las gatas que sobreviven como pueden en las ciudades (ojalá ningún gato sin hogar, ningún gato malviviendo en nuestras calles), con frecuencia tienen que parir en sitios poco recomendables, por expuestos y por peligrosos. Y no es raro que tengan que cambiar de lugar a sus pequeños, de uno en uno, o dejarlos solos varias horas, para alimentarse.

Tampoco es nada raro que haya gente que se encuentre con estos pequeños y, tomándolos por huérfanos, se los lleve. Mala idea. Las asociaciones protectoras no dejan de recordarnos que hay que asegurarse de que su madre no está cerca, atendiéndolos.

Es cierto que hay gatitos huérfanos a los que conviene rescatar; las gatas suelen ser buenas madres, pero a veces están enfermas, a veces se producen accidentes. Pero también es verdad que con quién mejor están los cachorros es con sus madres; que sacar adelante a gatitos lactantes puede ser muy complicado, muy exigente; que las madres sufren mucho si vuelven dónde habían dejado a su prole (incluso pueden tener problemas de salud, como mastitis) y se encuentran con que ha desaparecido; y que las asociaciones que los albergan están siempre hasta los topes, más necesitadas de ayuda que de más mininos a los que atender.

El rescate de gatitos solo debe producirse si la madre no aparece (pueden ausentarse largo rato, espera y vigila al menos tres horas sin tocarlos); si están claramente desatendidos (como los gatos que veis en las imágenes, a los que rescaté recién paridos de la calle y cuya madre, enferma, ni siquiera había limpiado) o si han sido claramente abandonados por un ser humano, por ejemplo, depositándolos en una caja o una bolsa.

Y si los rescatas, tienes que estar dispuesto a responsabilizarte de ellos, cuidándolos tú directamente, lo que supone alimentarles cada poco con leche adecuada y estimularles para hacer sus necesidades hasta que tengan unas ocho semanas, darles cuidados veterinarios si lo necesitan y ayudar a que encuentren buenas familias, manteniéndolos aislados de otros gatos hasta asegurarte de que están sanos. Si quieres vivir la experiencia de criar uno o varios cachorros sin madre, escribe a las protectoras de tu zona ofreciéndote como casa de acogida. Estarán encantadas de ayudarte en el proceso.

Ayuda a los gatitos que lo necesiten, por supuesto, pero no robes los cachorros a sus madres.

 

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2 comentarios

  1. Hay que tener cuidado con los recién nacidos, por si acaso mejor ni tocarlos, si acaso darle comida y agua a la madre que ellas ya saben.

    25 marzo 2021 | 12:03

  2. Dice ser Gloria

    Que no les quiten los bebes alas mamis si porcasualidad se quedan huerfanos entonces se les recojen se ledan una vida nueva y carantizada de biene estar

    13 mayo 2021 | 23:34

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