Se irán, pero nos dejarán una vida entera de recuerdos

Hoy se ha ido Florentino, al que recogí abandonado en un pinar hace dieciséis años siendo aún un cachorro maullador. Gracias Miguel y Encarni por haberle dado el mejor hogar y el mejor final posible.


Se irán, lo harán. Se irán y nosotros lo veremos. Y así debe ser. Lo sabemos aunque no queramos saberlo, aunque no queramos pensarlo.

Se irán y nosotros lo veremos porque tienen unas vidas mucho más intensas y cortas que las nuestras; unas vidas en las que no desperdician ni un segundo en aquello que no merece la pena; en las que lo realmente valioso reina; unas vidas que siempre tienen sentido.

Algunos se irán antes de lo que teníamos previsto, aún jóvenes. Otros, más afortunados, se irán ya ancianos. Los habrá que necesiten de nuestra ayuda para irse dignamente, nuestro último regalo.

Se irán y se llevarán sus lametones, sus ronroneos, sus recibimientos entusiastas al abrir la puerta, sus siestas a nuestro lado, sus estallidos de pura alegría tras la pelota, al encontrar algún colega peludo o al descubrir el mar o la nieve.

Se irán, pero nos dejarán una vida entera de recuerdos. Nos dejarán muchos aprendizajes si somos capaces de interiorizarlos, porque no hay mejores maestros de la felicidad. Olvidad los manuales de autoayuda y observadlos.

Nos dejarán la devoción que nos tuvieron.

Antes o después pagaremos el peaje de verlos partir. Algo que para ellos es natural y no entraña frustraciones ni sufrimiento por lo que ya no vivirán.

Mientras estén aquí hay que ser conscientes de ello. Mientras estén aquí hay que disfrutar de ellos tanto como podamos.

Y os lo digo a vosotros, me lo digo a mí misma. Ellos ya lo saben, ellos no necesitan que nadie se lo recuerde.

Mientras pisemos el mundo hay que avanzar riendo, jugando, corriendo y gozando del calor del sol, de las palabras amigas, de las caricias, las flores y la música.

Para nosotros también son dos días.

2 comentarios

  1. Dice ser manolín

    el mío (la mía) acaba de irse después de 19 años.
    No es raro que al levantarme o en cualquier otro momento del día le busque y le eche de menos.
    Cuando preparaba el pescado o las gambas era un alegría verle dar vueltas a mi lado y pedir con insistencia su ración.
    Le echaré siempre en falta.

    12 diciembre 2020 | 21:56

  2. Dice ser Susana

    El pasado 23 de noviembre, dormí a mi amada gata Kyra, tras 18 y 7 meses. Una maravilla de gata como su hermano Gollum
    con 16 años.
    Mi corazón tiene 2 trozos menos.

    12 diciembre 2020 | 21:57

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