Cuidado antes de arrancar el coche los días de frío, puede haber un gato dentro

En torno a las seis y media de la mañana. Mi perra va olisqueando la calle, con ganas de hacer los deberes pronto para volver al calor de nuestra casa, en la que ahora dormitan tras desayunar tres gatos. Tula es almeriense y friolera. Al pasar junto a un coche, cuyos cristales su dueño tendrá que rascar para poder conducir si lo va a necesitar pronto, un gato blanco y sucio sale por debajo y desaparece tras regatear unos contenedores.

Sale por debajo, pero tal vez salía de su interior. Del calor que el motor albergaba cuando fue allí aparcado. Muchos gatos callejeros se guarecen en el interior de los vehículos, aprovechando la temperatura residual durante los días de frío como los que ahora vive Madrid.

Hay muchos gatos sin dueño malviviendo en nuestras ciudades. Sombras fugaces condenadas a una vida corta sorteando distintos peligros. Y los hay que a veces, por demasiado jóvenes, ancianos o enfermos, quedan atrapados dentro de esos mecanismos, que incluso acaban heridos o muertos al poner el coche en marcha y no poder salir.

Por eso en estas fechas conviene recordar la necesidad de dar un par de golpes, de leves patadas a las ruedas delanteras o a la chapa que al al lado o tocar levemente el claxon, antes de arrancarlo, para asegurarnos de no acabar con una vida de camino al trabajo o al colegio de los niños.

Es mucho más habitual de lo que suponéis.

Rabito es joven, apenas tiene cuatro meses. Es juguetón y cariñoso, como buen cachorro, y busca un hogar.

Contacto: Adopciones@madridfelina.com

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