Los animales pueden mejorar nuestra salud mental, pero no siempre, no esperemos que hagan milagros

Ayer iba en coche escuchando cómo hablaban en la radio dos mujeres que habían intentado suicidarse. El colofón, afortunadamente sin éxito, a sus problemas de salud mental. Las estaban entrevistando porque este jueves es el Día Mundial de la Salud Mental.

Al final de la charla una de ellas contaba como ahora estaba mucho mejor y nombraba como una de las causas de su recuperación a su perro. La otra intervino inmediatamente para recordar a su gato. Ambos animales se habían convertido en un sostén muy positivo, sin efectos negativos secundarios .


Efectivamente, los animales nos ayudan a estar mejor por dentro y por fuera. Hoy nos lo recuerda el portal Wamiz, que nos ha hecho el favor de recopilar (enlazando, como debe ser) varios estudios científicos que redundan en ello y lo ha adornado con una infografía. Al final de este texto os los dejo.

Es cierto. Claro que sí. Más allá de estudios científicos más o menos rigurosos somos legión los que nos sentimos más acompañados, más felices, más estables, más estructurados, compartiendo nuestra vida con un animal.

Pero ojo, que esta explosión de cifras positivas no nos lleve a confusión. Un animal no es una muleta emocional, un animal puede suponer muchos retos, costes en tiempo, paciencia y dinero, no siempre es la mejor opción añadir a tu vida la responsabilidad que supone si no estás bien.

Un animal no es un medicamento que funcione en todos los organismos más o menos de la misma manera. No es una cura, es en todo caso un apoyo, y no sirve para todo el mundo. Solo es eficaz en esas personas predispuestas a amar y dejarse amar por él. Hay mucha gente a la que los animales les resultan indiferentes o incluso una presencia indeseable. También para los que son algo agradable pero que no compensa el trabajo que dan. Evitemos entregar animales a personas que no los deseen de corazón y estén dispuestos a responsabilizarse de ellos.

Un animal no hace milagros. Un animal puede traer más estrés y sufrimiento en una situación ya complicada.

El corazón debe guiar nuestros pasos por la vida, pero siempre de la mano de la reflexión.

Un estudio realizado en Francia asegura que el 40% de los propietarios encuestados tienen un animal porque se sienten menos estresados.

Las mascotas nos ayudan también a aumentar la autoestima. Nos hace sentir acompañados y queridos. Su efecto en nuestra salud mental es obvio: nos dan afecto y nos brindan consuelo. Con todo el cariño y los beneficios que nos procuran, no es de extrañar que el 62% de los propietarios aseguran haber decidido tener un animal porque los hace más felices.
Tener una mascota también es beneficioso para la salud de toda la familia. Entre los adultos, los perros proporcionan una forma alternativa de apoyo social y aumento de la actividad física. Esto reduce el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares en un 11% y el riesgo de padecer muerte prematura en un 33%. La presencia de un animal de compañía en casa, y especialmente de un perro, nos hace más activos y, como resultado, nuestra salud mejora. Los propietarios hacen más ejercicio: pasean a su perro, juegan con él y algunos incluso participan en las cada vez más populares en España: las canicross.

De acuerdo con la información recopilada por Wamiz, entre las personas mayores, la actividad física entre los propietarios de mascotas mayores de 65 años aumenta un 12%.Los dueños de los perros caminan un promedio de 30 minutos más a la semana que los que no tienen perro. Esta actividad es suficiente para cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para obtener importantes beneficios.

En el caso de mujeres mayores se asocia el tener un perro con una mayor probabilidad de caminar al menos 2,5 horas a la semana. Los investigadores también encontraron que los dueños de perros tenían menos períodos continuos de permanecer sentados en comparación con los demás. Su forma física sería, por tanto, la equivalente a la de una persona 10 años más joven. Es decir, reduce las posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas y menos problemas óseos y musculares.


La cachorra que acompaña este texto se llama Tundra y tiene cuatro meses. Necesita un hogar con urgencia. Fue rescatada con dos de una perrera municipal pero nadie se ha interesado por ella. Si sigue creciendo en un chenil acabará siendo invisible, sus opciones de ser adoptada se reducirán drásticamente.

Tundra se entrega en acogida ó adopción con seguimientos, contrato, pasaporte europeo, microchip, vacunas, analíticas, desparasitaciones, esterilización (con compromiso) y revisión veterinaria. Está en Córdoba pero puede viajar a cualquier punto de España. Todo esto será a coste cero para el adoptante.

Contacto: informacion@elamigofielcordoba.org

1 comentario

  1. Dice ser Beatriz Elena Giraldo Perez

    Es muy triste pero a veces por hacer un bien te perjudicas yo adopte un perrito porque lo iban a sacrificar me he echo cargo de todos sus gastos.pero nes solo eso cada perrito abandonado tiene su historia y el mío es super nervioso y ansioso casi no lo puedo ni sacar a la calle y he estado mirando un adiestrador y cobran 30 la hora así que antes de adoptar entérate bien de la historia del perro porque al paso que voy no lo voy a poder tendré conmigo no tengo dinero para poder pagar un adiestrador.

    11 octubre 2019 | 12:41

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