Por Yolanda Mangas
Me gustaría aprovechar este espacio para rendirle un pequeño homenaje a mi padre, Bautista, al que muchos le conocen como ‘Mangas’. Porque todos los días, aunque haga frío o llueva, enfundándose un gorro de lana, madruga y se recorre varias bocas de estaciones de metro en busca de ejemplares de 20minutos que reparte entre vecinos, dueños de comercios y en el centro de mayores al que acude a diario.
Cada vez le cuesta más conseguir los ejemplares, porque en cada sitio como mucho puede reunir cuatro. Y en algunos puntos han dejado de repartirse. Pero él no se rinde, porque no quiere dejar a nadie sin su periódico. Y los días que no puede ir porque está enfermo, o tiene que ir al médico o al pueblo a visitar a su hermano, le echan de menos. Mi madre le regaña y le dice «que le deben de pagar muy bien». Pero él lo hace de forma totalmente gratuita y altruista. Lo único que consigue es un caramelo diario y el agradecimiento de todas esas personas. Es el ser más bueno y generoso que he conocido en mi vida. Te quiero mucho papá.
Hay personas que viven más pensando en los demás que en si mismos, viven para agradar, servir, ayudar de la mejor manera que pueden a sus vecinos y amigos. Son pequeños gigantes, pequeños hacia sí y gigantes desde sí mismos. Desgraciadamente estas cosas a menudo pasan desapercibidas, aparentemente no se valoran, y es muy hermoso que tú, Yolanda, sí lo hayas valorado expresamente y de la forma tan hermosa en que lo has hecho; seguro estoy que para tu papá tu artículo y tu misma, son el mejor regalo.
03 mayo 2013 | 18:35