¿Recuerdas el día que te invité a convertir una de tus paredes en una divertida y original pizarra? Allí podrías pintarrajear todo aquello que se te pasase por la imaginación –es ideal para los cuartos de los peques– e incluso convertirla en un calendario mural del que presumir con tus visitas.

Bueno, pues hoy quiero que vuelvas a mirar a tus paredes con otros ojos. Como si fuesen, por ejemplo, un gigantesco panel metálico donde sujetar todo aquello que quieras sin chinchetas, celofán, agujeros o masilla estilo Blu Tack.

¿Cómo que cómo? Pues muy sencillo: aplicando una pintura magnética.

Aunque su nombre puede llevar a engaño, pues la pintura en sí NO ES magnética, así que no vamos a imantar las paredes. Más bien, al contrario: esta gama de pinturas contiene pequeñas partículas de hierro ligero que favorece la atracción a los imanes magnéticos como si de una placa de metal se tratase.

Vamos, que podrás colgar de la pared imanes de todo tipo como si fuese la nevera, ¿a que suena divertido y muy práctico? Lo es. Ya no necesitarás agujerear o manchar la pared para colocar pósters, fotos, o cualquier tipo de objeto ligero que te venga en gana. Incluso podrás fijar notas sin pegamento y utilizarla como tablón interactivo.

E igual que con la pintura de pizarra, esto a tus hijos les va a encantar.

¿Qué si es fácil aplicarla? ¿Qué en cuántos colores está disponible?

Facilísimo, mucho más de lo que estás pensando, verás:

La pintura en sí es de un color gris oscuro, y lo primero que necesitas es aplicar varias capas para reforzar esa estructura metálica: más partículas de hierro, más atracción y mejor sujeción.

Así que, antes de nada, prepara tu pared. Si no sabes cómo, te recuerdo aquel vídeo en el que te enseñaba cómo tapar los agujeros y las grietas de una pared antes de pintar, y ese otro donde te mostraba cómo pintar con rodillo (y los pormenores previos al trabajo).

Repasado esto, aplica tu pintura magnética capa por capa, dejando secar entre manos el tiempo que especifique el fabricante en el envase. Agita bien antes el bote para homogeneizar su composición y, ATENCIÓN, utiliza gafas y mascarilla para proteger tus ojos y no inhalarla, ¿de acuerdo?

Bien, da al menos 3 manos, y después espera otras 6 horas. Ahora ya está lista para recibir un par de capas de la pintura convencional al agua que quieras poner encima, sea el color que sea. O incluso puedes darle un toque retro vintage chulísimo poniendo un bonito papel pintado, ¿do you remember how?

Y no te preocupes por nada más, esta pintura es muy segura ya que no es perjudicial para la salud ni interfiere con aparatos electrónicos.

Trucos adicionales:  

• ¿Cómo calcular la pintura necesaria? multiplica el alto y el ancho de cada pared y suma todas las cantidades. Después restar las medidas de puertas y ventanas. Aunque sé generoso al comprarla: ¡necesitarás dar unas cuantas manos!
• Tipo de pared: una pared rugosa necesitará más capas que una lisa.

Ya está, así de fácil. Ahora ve pensando en trasladar tu original colección de imanes a la entrada, a esa esquina del salón donde tanto le pega, o al estudio para ayudarte a tener a mano notas y papelotes. ¡Y en la oficina le sacarás aún más partido!

Bueno, ¿qué te parece? ¿Qué pared te gustaría convertir en pizarra magnética?