Por Ane Santiago Quintas
Me llama la atención cómo la gente joven va perdiendo algunos valores que para mí, mujer joven también, son básicos.
Cada vez más a menudo me encuentro con escenas en el transporte público donde a adolescentes y a jóvenes algo más mayores se les tiene que llamar la atención para que cedan su asiento a una embarazada o a personas mayores, porque ellos no parecen inmutarse frente a esas circunstancias.
Yo soy la primera que está cansada y me apetece sentarse, pero creo que la educación y la empatía, aunque no las enseñen en la escuela, deberían estar por encima de todo.