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Los Coloraos, amparados por la Ley de Memoria Democrática

Más vale tarde que nunca. Los amigos de los Coloraos (fusilados por orden de Fernando VII en 24 de agosto de 1824) estamos de enhorabuena, tras la publicación en el BOE de la Ley de Memoria Democrática que podría proteger «lugares de memoria» dignos de recuerdo como el Pingurucho dedicado a los Mártires de la Libertad. La Voz de Almería ha publicado los detalles.

Información del La Voz de Almería sobre la declaración de los Coloraos como «lugar de memoria».

Precisamente, el pasado 18 de octubre, en la presentación de mi libro («La prensa libre no fue un regalo») en el Teatro Apolo de Almería, recibí de manos de Alfredo Sánchez, destacado activista del Bicentenario de los fusilamientos, el PIN que lo representa. Desde entonces lo llevo con orgullo en mi solapa.

Luciendo el PIN del Bicentenario de los Coloraos junto a Alfredo Sánchez.

El pasado 27 de septiembre, tras la presentación de mi libro en el Ateneo de Madrid, tuve ocasión de felicitar personalmente a Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática, por haber conseguido sacar adelante una Ley que yo llamaría de «Justicia Democrática». Esa tarde también hablamos de nuestros Coloraos.

Abrazo, agradecido, a Fernando Martínez en el Ateneo de Madrid.

Cuando el actual secretario de Estado de Memoria Democrática era alcalde de Almería, a través de nuestro común amigo Miguel Naveros, me encargó que leyera el Himno de los Coloraos y un extracto de la carta que el periodista Benigno Morales redactó el 23 de agosto de 1824, víspera de su fusilamiento. Así lo hice, no sin emoción, a los pies del Pingurucho que conmemora la hazaña de nuestros Mártires de la Libertad, enemigos del absolutismo y la Inquisición impuestos por el rey felón.  Benigno Morales compuso el himno de la expedición de los Coloraos titulado «El Grito Nacional», cuyo estribillo, cantado a coro, era:

Libertad y unión: alzad, / venid, guerreros de España: / las cadenas arrojad: / ¡viva la libertad!.

Al gritar este estribillo, me estremecí de emoción y se me puso la piel de gallina.

Himno de la expedición de Los Coloraos (1824) contra la tiranía de Fernando VII

Con mi hijo David a cuestas (hace 33 años) tras el homenaje a los Coloraos.

Hacía pocos años que habíamos recuperado la libertad en España tras la muerte, en 1975, del último tirano. El Monumento a los Coloraos, destruido por la Dictadura antes de la primera visita del general Franco a la ciudad (que confundió Coloraos por Rojos), había sido reconstruido, por suscripción popular, con mármol blanco de Macael. Y ahí sigue en pie, pese a los intentos frustrados de miembros del PP que quieren retirarlo de la Plaza Vieja (hoy de la Constitución), donde está ubicado, y trasladarlo a otro sitio menos relevante. No lo conseguirán. El recuerdo de estos Mártires está muy asentado entre los almerienses amigos de la Libertad. Estoy convencido de que en el PP abundan también los amigos de la Libertad que no comparten la manía que algunos alcaldes y concejales de su partido tienen contra el Pingurucho de los Coloraos y su actual localización.

El 24 de agosto de 2024 se cumplirán los 200 años del fusilamiento de los Coloraos. Y el Pingurucho seguirá en su sitio. Allí estaremos.

¡Vivan los Coloraos!

 

Noche de emociones y abrazos en el Ateneo

Dicen que el halago debilita, pero a mí me da alas. Ayer lo comprobamos mi ego y yo, en la presentación de mi libro «La prensa libre no fue un regalo» en el Ateneo de Madrid.

mesa de presentadores

Glosaron mi libro el teniente general Andrés Cassinello, los periodistas Manuel Saco, Nativel Preciado y Joaquín Estefanía e hizo de moderador mi paisano Antonio Cantón. Ricardo Urías (Junta de Gobierno del Ateneo) presidió la sesión.

Recibí tantos piropos y abrazos que la emoción impidió que mi vanidad se elevara como un globo de feria.

Lleno

El venerable salón de actos del Ateneo de Madrid se llenó de amigos.

Muchas gracias a tantos amigos que nos acompañaron y gratitud eterna a quienes glosaron mis memorias profesionales y personales con tanto cariño y análisis profundo de la Transición: el teniente general Andrés Cassinello Pérez, autor del prólogo, Manuel Saco, editor del manuscrito junto con mi hijo Erik, y autor del preámbulo, Nativel Preciado, cofundadora del semanario Doblón, cuando pensé que iba a morir, Joaquín Estefanía, ex director de El País y padrino de mi hijo David, y Antonio Cantón, hermano adoptivo, maestro de ceremonias y moderador del coloquio.

Manel Saco, Joaquín Estefanía y Andrés Cassinello.

Menudo grupo de amigos. Todos a favor, incluso con críticas justas que me fortalecen y agradezco.

Con Nativel

Con Nativel Preciado, cofundadora del semanario Doblón donde publiqué el artículo sobre la Guardia Civil del general Campano que casi me cuesta la vida.

Firmé varias docenas de libros que Marcial Pons vendió en el venerable salón de actos del Ateneo.

Marcial Pons vendió varias docenas de libros que pude firmar con dedicatoria al término de la sesión.

Una tarde memorable que no olvidaré fácilmente.

Entre Francisco Ros y Fernando Martínez, al salir del Ateneo para compartir tertulia y copa.

Con Fernando Martínez, ex alcalde de Almería y actual secretario de Estado de Memoria Democrática, Francisco Ros, ex secretario de Estado con el Gobierno Zapatero, Manuel Saco y otros amigos del núcleo duro disfrutamos de una rica tertulia en un bar típico de la zona. Aun tengo que asimilar tantas emociones y abrazos.

Jon Rico, Julio Ruiz y Alberto Ruiz, compañeros de tenis. Y vino hasta Gregorio García Arranz, que me gana siempre, y no salió en la foto.

Necesito perder mañana al tenis para rebajar mi ego. Lo digo en serio. No faltaron los principales colegas del tenis y la talla de madera. La maestra de talla tenía clase en la Escuela de Arte La Palma. Lástima. Y el historiador Ángel Viñas, principal impulsor desde hace años de mi libro, junto con nuestro común amigo Gabriel Jackson, siguió el acto desde la primera fila pero no pudo quedarse a la copa. En vísperas de la pandemia celebramos en Barcelona un homenaje póstumo al historiador Jackson y allí fue donde Viñas me dio el empujón final para que concluyera mi manuscrito. Dos semanas después, nos confinaron. Este libro es, pues, un «daño» colateral del Covid. Con los ojos cerrados, firmaría ahora mismo que no hubiera existido el Covid aunque nunca hubiera terminado este libro fruto del confinamiento. Puto Covid.

 

¡Qué Cambio! De la opresión hacia la libertad

Fundadores y ex directivos de Cambio 16 nos juntamos ayer, en una sesión de trabajo, para avanzar con la Expo, Catálogo, etc., de nuestro semanario desde 1971 hasta 1977, o sea, desde la opresión de la Dictadura hasta la conquista de la libertad tras las primeras elecciones libres del 15-J. En noviembre del año pasado, Cambio 16 cumplió medio siglo (nació unos días antes de la demolición del diario Madrid) y la pandemia nos había impedido avanzar con el proyecto. Este año, gracias sobre todo a Román Orozco, Ignacio Fontes y Miguel Ángel Aguilar, vamos progresando a mejor ritmo.

Los 8 del «núcleo duro» de fundadores y ex directivos de Cambio 16, en la sede la Asociación de Periodistas Europeos. Detrás de nosotros, la colección completa del diario Madrid, cerrado por Franco, nos contempla.

Nos hicimos esta foto para compartirla con Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática, y felicitarle por su impulso a la nueva Ley de su departamento. Se llama de Ley Memoria Democrática, pero yo la llamaría de «Justicia Democrática».

El «núcleo duro» del Proyecto «¡Qué Cambio! ayer en plena faena. Nos faltó Manolo Saco que está en Ourense.

Manolo Saco fue el primer contratado por la empresa que pensaba lanzar Cambio 16 y se encargó de comprar las grapas y los primeros folios en la papelería de la esquina. Yo fui el segundo. Ambos celebramos en mi casa, con unos churros, el 50 aniversario del número cero de Cambio 16, nacido en septiembre de 1971.

Con Manolo Saco celebrando el año pasado el 50 aniversario del número cero de Cambio 16.

Este año pensamos celebrar el 51 aniversario del número 1 de Cambio 16 en Almería, coincidiendo con la presentación de mi libro («La prensa libre no fue un regalo») el 18 de octubre a las 20.00 horas en el Teatro Apolo de mi tierra (y la del secretario de Estado de Memoria Democrática). No confundir con la presentación que, con entrada libre, haremos el martes, 27 de septiembre, a las 19.00 h,  en el Ateneo de Madrid.

 

Portada del número 1 de Cambio 16, noviembre 1971.

Con Manolo Saco en Almería en septiembre del año pasado,