Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

Sin candados; ley de vida

Imagine que le vendieran el coche con un libro diciendo a dónde puede conducirlo, y a qué sitios no; o el piso con la condición de que los viernes alternos no pise siquiera el salón. De esta manera le gustaría a la industria editorial (fonogramas, películas, libros) controlar el uso de las canciones, los textos o las imágenes. Los sistemas de candado tecnológico (DRM, digital rights management, gestión de derechos digitales) no sólo impiden la copia de los archivos digitales, sino que controlan su uso; el número de veces que puede escucharse una canción sin pagar, o el tiempo durante el que puede verse una película. Los editores realmente pensaban que nos íbamos a comprar canciones de tres escuchas o películas para verlas en 24 horas, y a precios exorbitantes. Mientras existe una alternativa, gratuita y sin DRMs, como son los programas de intercambio entre iguales (P2P). La realidad, poco a poco, está prevaleciendo, y las canciones y películas pronto carecerán de candados. ¿Es tan difícil entender que el público prefiere utilizar lo que compra sin limitaciones?

9 comentarios

  1. Dice ser Suso

    Estoy con Goliat. Los editores se han suicidado y no hay marcha atrás. Ahora ya no pueden ni siquiera dar las cosas gratis, le han hecho una campaña bestial al emule… ahora ya nadie quiere las (canciones, películas… etc) ni siquiera si las ponen a un precio razonable, ni siquiera si le quitan el DRM, ni si quiera sin publicidad. Porque ya todos sabemos como conseguirlas gratis, cómodamente desde casa, sin publicidad, sin DRM, y aún por encima no solo no da mala conciencia, sino un cierto gustillo.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  2. Dice ser Rafa

    Estoy con Suso. El peor fracaso de estas asociaciones de editores está en que una de sus principiales armas era el ataque moral. Con esos anuncios estilo «Si descargas musica es como si robaras un banco» que intentan hacernos sentir culpables y lo único que consiguen es que te sientas orgulloso de darles una patada en los dientes a los que quieren hacer de la cultura un monopolio.Por cierto, ¿Se acuerda alguien de Telecinco «Doce meses, doce causas»? ¿Se acuerda alguien de ese mes donde la causa fue la piratería? Ese magnífico «documental» en el que relacionaron la descarga ilegal de música con el top mata, los videojuegos violentos, la pornografía infantil y el tráfico de blancas, todo sin despeinarse.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  3. Es que, en general, el «consumo» de información está cambiando constantemente y cuando se afecta el «mercado», entonces las voces de alarma (los quejidos) saltan.Esta aldea que es el planeta, merced a internet, ya no acepta pasivamente reglas de juegos impuestas por terceros en discordia (intermediarios).Se trata de libre flujo i-rre-pre-sa-ble, ¿vale?¡Benditos cambios que averguenzan a Orwell y McLuhan!Javier Miranda-Luque.INKLESS MEDIA PROJECT.

    10 abril 2007 | 4:18

  4. Dice ser David malaguita

    Los editores a los que se refiere el artículo no deben leer 20 minutos porque de lo contrario se habrían dado cuenta de cuán fácil (o no) es ganar dinero a mansalva sacando a la calle un diario gratuito, por paradógico que parezca.La SGAE y demás entidades similares, que con esto de internet viven sin vivir en ellos de tan histéricos y paranoicos que están, mesándose los cabellos con desesperación cada vez que ceden a la tentación de abrir la simpática mula cargada de regalos para los que saben esperar, no parecen enterarse de que el negocio quizá ya no esté en vender discos (como no lo esta en vender periódicos) sino en vender publicidad. Así, si yo fuese Teddy Bautista and company, en vez de estar con cara de estreñido y con actitud muy poco amigable los días pares y los impares, me quitaría ese traje ridículo de perseguidor de malhechores, de implacable perito de empresa aseguradora en busca de fraudes, y montaría una mega página web de descargas gratuitas que a buen seguro sería de las más visitadas, ergo, de las más codiciadas por los anunciantes, ergo, de las más rentables. De esta forma los chicos de la SGAE podrán seguir cobrando sus estipendios por haber hecho alguna vez alguna canción del verano.Saludos.

    10 abril 2007 | 10:07

  5. Dice ser Goliat

    «…y las canciones y películas pronto carecerán de candados»Pues un poco tarde, ya. Con sus recientes hechos, los editores, los autores, los intérpretes, las productoras, y en general toda la industria fonográfica (también la videográfica y la del libro, en menor medida) se han ganado la animadversión de toda una generación de potenciales clientes.Los que tenemos entre 20 y 50 años hemos aprendido que a esta gentuza lo único que les interesa es sacarnos los cuartos, y aplicando el dicho de que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón, nos hemos propuesto acceder a esta pseudo-forma de cultura de cualquier otra forma que no sea pagando.Como decían por ahí, lo único que les queda por recibir de nosotros es lo que puedan sacar de la publicidad de terceros, porque no creo que esperen más después de 5 años haciendo el gilipollas. ¿O qué otro nombre tiene dedicarte a meterle el dedo en el ojo a quien te da de comer y no es masoca?

    10 abril 2007 | 10:46

  6. Dice ser irene

    jajjajaj Rafa, no lo vi porque no veo nunca telecinco excepto el CSI.jejjejejej me parto con sus «documentales»en cuanto a la SGAE, pues si, la han cagado, primero por tener unos representantes tan malos, porque a ver ¿alguien tiene un disco de Ramoncin o del tal Teddy Bautista, que sea posterior a 1980?? joder, es que si saliera Alejandro Sanz o Shakira que si que venden discos pos fale, ¿pero estos dos que sacaron un par de canciones (ramoncin solo una)que nos quieren vender??¿¿quien coño piratea a ramoncin???en segundo lugar, como dice Malaguita (por fin estamos de acuerdo en algo) hubieran acabado antes haciendose su propio emule.y la putada de todo esto es para variar, los artistas, porque en este pais se inventaron unos saca cuartos que se llamaron intermediarios (los hay de todo tipo, consultorias, inmobiliarios, fruticolas, discograficas,distribuidoras, etc) que son los que se llevan el pastizal, mientras que el grupillo de turno se parte los cuernos en los concienrtos, por eso creo, que los grupos de musica y autores, deberian tener su pagina con su musica para descargar o vender sus cd’s con su propio sello, sin distribuidoras ni discograficas, en españa gente como Violadores del verso o Duo Kie lo hacen, y antiguamente Extremoduro o reincidentes vivian de lo que generaban sus conciertos a los que acudiamos en masa gracias a la libre distribucion de sus maquetas. Ya lo decian Baron Rojo con la cancion: con botas sucias, donde habla de como la discografica CBS se forra por nada.en fin, es mi opinionsauludos

    10 abril 2007 | 13:21

  7. Dice ser Sarasate

    Yo no diría gratis. Porque pagamos el ADSL.¿Cuánta gente se daría de baja de su conexión a Internet si no pudiera bajarse música y películas?Me temo que un alto porcentaje. Para navegar basta con un módem tradicional.Pero en lo que sí estoy de acuerdo en que las cosas tienen su precio, y ese precio viene marcado irremediablemente por una serie de circunstancias de valor y de mercado, justas o injustas, pero que ni la SGAE ni nadie puede controlar a su gusto. Y por eso hay que preguntarse: en el hipotético caso de que ya no se pudiese copiar música a través del P2P, cuánta gente volvería a pagar por un CD esos precios que las compañías fijaban con la impunidad que daba el «son lentejas». Creo que muchos ahora, al menos, muchos se lo pensarían.Saludos,

    10 abril 2007 | 14:57

  8. Dice ser museo8bits

    Pues ya podemos «agradecer» a ZP un nuevo intento de erigir a la SGAE y demás fauna en Juez, jurado y, como no, verdugo de cualquier web. Leed :http://www.todoscontraelcanon.es/index2.php?body=article&id_artic…entre el inútil que nos gobierna y el más inútil que lo pretende, cada día más asqueado de toda esa G++++++.

    10 abril 2007 | 23:42

  9. Dice ser lux1008

    el bit libera, si es libre(tam-tam.tumblr.com)Estamos transitando de una cultura basada en la materia tangible, en átomos, a otra basada en la información liberada de condiciones físicas, de límites de espacio-tiempo, formulada sobre bits.En esta época de inflexión es entendible que prevalezca la discrepancia de pareceres entre los representantes de los antiguos soportes y los de los nuevos. Los libros todavía salen al mercado en papel, las películas todavía se venden y alquilan sobre video disco, y las obras musicales todavía se lanzan en disco compacto. Esto significa que hay una industria editorial en esos tres frentes afectada por el cambio. Los receptores y usuarios de la cultura, el público, la audiencia, los lectores, están abrazando de una forma definitiva y sin retorno, las obras que se les presentan en formato digital.Los bits no necesitan mas que una conexión a internet para transmitirse, y cualquiera puede almacenar las obras que soportan, ya sea temporalmente o definitivamente, en sus propios dispositivos de memoria (regrabables o no). El fabricante está quedando fuera de juego, resulta innecesario.Estos editores de obras culturales que tradicionalmente han usado soportes atómicos, físicos, materiales, para distribuir sus productos, ahora tratan de seguir haciéndose imprescindibles con el sagaz recurso de cobrar peaje a los consumidores que se retransmiten copias digitales de esas obras. Como si ellos tuvieran todavía que sufragar un costo inexistente por esa duplicación que en todo caso es esfuerzo de los propios consumidores. Ese tributo estilo feudal se llama «canon» y lo tratan de cargar a toda máquina electrónica aunque su uso no esté destinado ni siquiera al copiado de obras asociadas a sus representados.El esquema es equívoco y equivocado, porque se confunde el bit con el átomo. Los bits han liberado al consumidor de la dependencia respecto del fabricante o editor de obras culturales en soporte material. Sin embargo, las leyes, sostenidas por los grupos de presión de la industria editorial, siguen sin reflejar la evidencia, y tuercen el proceso natural de la digitalización y difusión universal gratuita de la cultura, en el intento de pararlo, tratando de exprimirlo económicamente, cuando su virtud radica precisamente en el hecho de que el bit, si es libre, libera.Resulta paradójico que en países de corte social demócrata, como España en estos momentos, los poderes vigentes sigan tratando de frenar el tsunami de la cultura global y su acceso gratuito sin más condición de clase y poder adquisitivo de por medio.La digitalización significa posibilitar el uso y disfrute de la literatura universal, toda la música y la cinematografía, por todos los seres humanos con un receptor multimedia conectado a internet a su alcance. Desde luego que de los seis mil millones de habitantes del planeta, estamos lejos de conseguir ese acceso para todos, pero iniciativas como el reparto de terminales a bajo coste (Negroponte) y la generalización de las redes wi-fi públicas, están acercando esa realidad.Eliminado el factor coste que hasta ahora constituía el negocio de los publicadores de contenidos en soporte tangible, queda resolver el sustento de los autores, los creadores. La respuesta está tímidamente llegando, pero se muestra evidente: la publicidad, el apadrinamiento, las marcas comerciales, los grandes esponsors, revisitando a los mecenas del renacimiento pero en este caso por su propio interés, serán los encargados de hacerse con la imagen de los artistas que el público refrende (a base de hits en el bit torrent colectivo), para su mutuo beneficio.Finalmente, los átomos seguirán siendo la respuesta, la solución al rompecabezas de los derechos de autor en la era de los bits: los productos físicos y tangibles, y también las empresas de servicios cuyos productos no pueden ser clonados digitalmente, sostendrán como recurso publicitario a los grandes rostros que la audiencia cultural ama y disfruta.

    12 abril 2007 | 19:33

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