Quién fue… Johnny Weissmuller

Timisoara, 1904. Esta ciudad, actualmente en Rumanía, formaba parte del Imperio Austrohúngaro entonces. El matrimonio formado por Peter Weissmüller y Elisabeth Kersch, ambos de origen judío-alemán (si bien católicos), tienen un hijo, al que llaman Johann, si bien es inscrito como Janos (la forma húngara del nombre). Es junio. Siete meses después, en enero de 1905, desembarcan los tres en la ya legendaria isla de Ellis, Nueva York. Una vez en Estados Unidos, se dirigen a Pennsylvania, donde ya vive desde hace un año, un familiar, Johann Ott. En 1906, ya con un hijo nacido en Estados Unidos, los cuatro miembros de la familia Weissmüller se establece en Chicago.

Con 9 años, el pequeño Johnny (que adoptó ese nombre para integrarse mejor en los Estados Unidos), contrajo la poliomelitis. Como medida para recuperarse, el médico le recomendó que nadara. Era el inicio de una carrera. Años más tarde, Johnny y su hermano Peter perfeccionaron su técnica en el Lago Michigan. Al poco, Weissmuller (perdió la diéresis en Estados Unidos) empezó a nadar para la YMCA (la Young Men’s Christian Association).

El padre de Johnny abrió un bar, se convirtió en alcohólico y comenzó a maltratar a su mujer y a sus hijos. La historia acabó en divorcio. No obstante, se sabe que Peter Weissmüller padre murió en 1938 y su ex mujer, en 1946.

De adolescente, empezó a trabajar de socorrista en el Lago Michigan. Allí, William Bachrach, un entrenador de natación, se quedó con su cara y empezó a entrenarlo y compitió en los Campeonatos de Estados Unidos de 1921, ganando las pruebas de 50 y 220 yardas. Fue entonces cuando Weissmuller falseó sus datos de nacimiento, para figurar como nacido en Pennsylvania en lugar de en el Imperio Austrohúngaro. El motivo estaba claro. Johnny no quería tener ningún problema para entrar en el equipo nacional estadounidense.

En efecto, entró, y llegó a los Juegos Olímpicos de 1924 en París, donde ganó tres oros: 100, 400 y 4×200 metros libres. Cuatro años después, en Amsterdam, logró otros dos oros (100 y 4×200 libres). Al año siguiente acabó su carrera como nadador, toda dentro del amateurismo. Quién sabe si hubiera sido profesional, porque en su carrera aficionada logró 52 victorias en campeonatos estadounidenses y batió 67 récords del mundo. Casi nada. Nunca perdió una carrera en su trayectoria.

Weissmuller quiso aprovechar su tirón y en 1929 firmó un contrato con una firma de ropa interior para hacer de modelo. Ese mismo año debutó en el cine, en una película titulada Glorifying the American Girl. Pero es en 1932 cuando firma un contrato con la Metro Goldwyn Mayer. El reto es interpretar a Tarzán, el personaje creado por Edgar Rice Burroughs. La primera película es un éxito. Weissmuller filma otras seis y se convierte en el Tarzán definitivo. En 1942, Weissmuller firma por otra productora, la RKO, y hace otras seis pelis como el Rey de los Monos. En total, 12 películas que le reportan 2 millones de dólares de la época. Además, populariza el famoso grito de Tarzán, que en realidad es la mezcla de la voz de un tenor, de una soprano y de un llamador de cerdos.

En 1948 deja Tarzán y se embarca en otro papel, el de Jungle Jim, en otra serie de trece películas. A finales de los 50 se fue a Chicago a fundar una empresa constructora de piscinas, que tuvo poco éxito. En 1965 se trasladó a Florida, donde se dedicó a jugar al golf y creó el Salón de la Fama de la Natación. Además, abrió una atracción turística llamada la Jungla de Tarzán. Comenzó la época en la que Weissmuller hacía apariciones estelares, cameos y campañas publicitarias. En 1973 se trasladó a Las Vegas, donde estuvo trabajando en el hotel MGM como ‘saludador’, vamos como tipo que recibe a los clientes.

En 1974, hospitalizado tras caerse y romperse una cadera y una pierna, se le diagnosticaron serios problemas cardiacos. En 1977 sufrió varias apoplejías y en 1979 estuvo ingresado varias semanas en un hospital californiano, tras lo que se trasladó a vivir a Acapulco, México, donde cinco años después, el 20 de enero de 1984, falleció a causa de un edema pulmonar. Fue enterrado en Acapulco. En su funeral sonó el famoso grito de Tarzán. Fue una de sus últimas voluntades.

Es curiosa esta historia, porque siendo uno de los más grandes nadadores de todos los tiempos, el nombre de Johnny Weissmuller se vio siempre vinculado a Tarzán.

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