Quién fue… Jim Thorpe

Seguimos con porciones de la historia deportiva de Estados Unidos (no hay ningún motivo, es sólo un venazo que me ha dado). Sé que algunos de vosotros conocéis a este personaje, porque de hecho lo habéis nombrado en algunas ocasiones, pero eso no quita para que hable sobre él en este vuestro blog. De nuevo cogemos la máquina del espacio-tiempo para hablar de una leyenda: Jim Thorpe.

Prague, Oklahoma (territorio Indio), Estados Unidos. 27 de mayo de 1887. La pareja formada por Hiram Thorpe y Charlotte Vieux, hijos ambos de padres europeos y madres indias, tienen gemelos, Charlie y Jim. Este último, pese a que es inscrito como Jacobus Franciscus Thorpe, es criado en una reserva con el nombre de Wa-Tho-Huk (que significa Camino Iluminado), si bien lo hace bajo la fe católica. En 1904 se va a vivir a Carlisle, Pennsylvania, donde empezó a trabajar como granjero.

En 1907, con 20 años, empieza su carrera atlética (en el atletismo, no es que fuera hincha del Atleti -como era indio…-) y como jugador de fútbol americano, siendo elegido como All American durante tres años consecutivos (traduzco: fue elegido como el mejor jugador en edad universitaria en su puesto de Estados Unidos). A todo esto, también competía en lacrosse, en béisbol y en, ojo, baile de salón.

Como miembro de los Carlisle Indians de fútbol americano, llegó a jugar contra el que luego sería presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower, que se lesionó en un encontronazo con Thorpe y que diría que fue el mejor jugador que se encontró en un terreno de juego.

Con 24 años, Thorpe formó parte del equipo olímpico estadounidense que participó en los Juegos de Estocolmo de 1912. Durante el viaje en barco a Europa, Wa-Tho-Huk seguía entrenando a bordo. Una vez allí, Thorpe arrasó en las pruebas de pentathlon y decathlon. El encargado de entregarle una de las medallas de oro fue el rey Gustavo de Suecia, que le estrechó la mano y le dijo «Señor, es usted el más grande atleta del mundo». Thorpe respondió «Gracias, rey».

Pero la gloria deportiva de Thorpe se oscureció al año siguiente, cuando le fueron retiradas las dos medallas, acusado de ser profesional (antaño, los Juegos eran para deportistas amateurs), en concreto en el béisbol.

Precisamente, fue en el béisbol donde Thorpe siguió su carrera. En 1913 empezó a jugar en los New York Giants. Luego pasó por los Cincinnati Reds y por los Boston Braves, el último equipo en el que jugó (1919). A pesar de ello, Thorpe compatibilizó desde 1915 la práctica del béisbol con la del fútbol americano.

El fútbol era su deporte favorito y fue al que más tiempo dedicó. Jugó en los Canton Bulldogs, en los Cleveland Indians, en los Oorang Indians, en los Rock Island Independents, en los NY Giants, en los Tampa Cardinals y en los Chicago Cardinals.

Y por si fuera poco, también jugaba al baloncesto en una gira que hacía con un equipo llamado World Famous Indians… casi nada.

Cuando dejó el deporte, Jim tuvo que buscar trabajo. Hizo de extra en películas (muchas del Oeste), de albañil y de marino mercante. Se hizo alcohólico, se casó tres veces y tuvo ocho hijos y sufrió un cáncer de boca. Pero no fue hasta el 28 de marzo de 1958 cuando murió, víctima de un ataque al corazón.

Muchos años más tarde, en 1982, le fueron devueltas (de manera póstuma) las medallas de Estocolmo 1912, unos metales que dicen que le retiraron por ser mestizo. Y es que Jim Thorpe nunca se pudo despegar de los lugares comunes adheridos a su sangre india. Pero sí que demostró que el deporte no entiende de razas para reservar una plaza en su Olimpo a los mejores.

Hasta mañana.

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