José Ángel Esteban. Señales de los rincones de la cultura. Y, por supuesto, hechos reales.

Piano para el domingo

Me gusta el piano, y me duele: esas cosas inalcanzables. Chano Domínguez ha tocado cerca de casa pero no he podido escucharlo. Es un gran músico, tiene oído amplio, toque de talento y disco nuevo, New Flamenco Sound, el primero que un español graba en el sello Verve. Me conformo con él y con la variada colección de ingredientes que, según propia confesión, han dado lugar a su gusto:

de Paco de Lucía, Yo sólo quiero caminar y Monasterio de Sal; el primer tema del Misterio de las Voces Búlgaras; la versión de Keith Jarret de All the things you are y la de Brad Mehldau; el aria de la última versión de las Variaciones Golberg, de Glenn Gould; el primer movimiento del Concierto número 2 para piano, percusiòn y orquesta de Bela Bártok; From the begining, de Emerson, Lake and Palmer; de Camarón, Potro de rabia y miel y todo el Everybody digs de Bill Evans

Ingredientes medidos remezclados en su cerebro, en sus dedos, en su talento.

Nada garantiza que con todos los ingredientes precisos el resultado sea placentero. A Brian de Palma, por ejemplo, no le ha salido. En La Dalia Negra, hay policías seductores y corruptos, policías ingenuos y cargados de culpa, pasados que vuelven a crecer como rabos de lagartija, mujeres fatales, mujeres fuertes, garitos, boxeo, sombreros, sexo dislocado, esquinas, poder, música afilada, disparos, carreras frustradas a la fama, una ciudad, por supuesto, y un misterio: toda la estantería de especies. Pues no. Hay estilo, sí; citas, como siempre; dios, pero ni pizca de emoción verdadera, de orden propio, de sentido. Sólo carcasa. Los dos tipos están perdidos en sus trajes, más pendientes de sus mandíbulas que de sus personajes y Scarlett Johansen parece un ama de casa despistada, inexistente. Hillary Swank se salva, pero no salva la película, aunque su aroma y su voz perduren después de apagada la pantalla.

Es domingo. Hagamosun paréntesis para la música excelente, haciéndole caso a Chano.
Con Bill Evans, tal vez el más dotado, y su Vals para Debby.
Con Keith Jarret, tal vez el más entregado. All the things you are, por supuesto.
Con Glenn Gould, tal vez el más volado, el genio. Las Variaciones, al completo. Increíble.
Y una vuelta de tuerca, Peace Piece, uno de los temas de Everybody Digs, de Evans, traducido nota a nota con una caligrafía de mimo, por la guitarra de Niño Josele.

Me voy a cocinar. Tengo los ingredientes, la compañía y el hambre. Ya veremos.

•••

Pongo la radio. Aquella cosa: en la guerra contra los caníbales no está permitido comerse a los caníbales.

A menos que de lo que se trate sea de alimentar (más) la guerra.

•••









4 comentarios

  1. Dice ser Mujer

    «…La nostalgia es la cita azul con el pasadoy una forma del sueño.Esa corriente oculta y silenciosaque se opone al olvido con decoro.Es el domingo triste del recuerdo.y la suave saudade de lo que un claro díafue tocante, entrañable.De lo que hubo hondo y belloentre tantas cosas…No sólo es el pasado,tiene intención de futuro.Adivina, esperaaquello que mañana no afeará la vida.»E.Gonzalez Tuñón»Elogio de la nostalgia», de Poemas para el atril de una pianola., 1965. Ed. Horizonte – Buenos Aires.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  2. Dice ser MM

    Si, es domingo.Hillary Swank habrá dejado tu aroma revoloteando por el pasillo de tu casa. Pero la fuerza del spot publicitario tiene que dar mil gracias por haber elegido a los esplendidos Muse, con su fuerza de su música hace que ese aroma permanezca más tiempo.El caníbal grita, silenciosamente. Da de comer a la guerra, de eso no te quepa duda. Se prevé un pasillo sin aromas, sin respeto. El espectáculo tiene que continuar..

    30 noviembre -0001 | 0:00

  3. Dice ser jaes

    https://www.youtube.com/watch?v=DR2DpgV8fPwQue siga, M. Gracias. HS no sabe la dirección de casa.Bolillos de lujo, M. También gracias.

    05 noviembre 2006 | 16:18

  4. Dice ser elpa

    De Hillary Swank me entusiasmó Boys don`t cry, o quizá fue sola ella, sobre todo durante los primeros minutos de la peli, cuando creía que ella era él. Para el que no la haya visto, es la historia de una mujer que se siente hombre y que se hace pasar por hombre. Aunque es verdad que Hillary Swank resultaba extremadamente atractiva, lo que de verdad me interesó fue, más allá de la confusión de géneros, la búsqueda de la identidad. Respeto a las personas que se buscan con honestidad. Me emocionan. Aunque para buscarse, afortunadamente, no tiene que ser uno siempre tan trágico. Buscarse en la música que escuchamos. Chano, Jarret o Bach. A veces en Debussy o incluso en Satie. En la escuchamos un tiempo atrás y retomamos cuando vuelve la lluvia, para recordarnos también quienes fuimos.Buscarse en los placeres…Hay bocados absolutos que ponen en contacto con uno mismo. Ser entonces solo el momento presente.Pero, ¿y jugar a saber quiénes seríamos (hipótesis. Nadie puede jurar quienes seremos) en una guerra? ¿juez, víctima o verdugo? ¿en primera línea de batalla o en la retaguardia? ¿Espía o parte de la resistencia?Siempre he querido imaginarme miembro de esta última. Pero, qué digo, seguramente sería un ratero estraperlista, sobreviviendo como uno buenamente puede.Mejor, mejor así. Ser el pez diminuto y más rápido, que escapa antes de tiempo.Para no tener que comer ni ser comido.

    05 noviembre 2006 | 23:46

Los comentarios están cerrados.