Existe casi una unanimidad en que la primera versión de un quijote hablado fue la realizada por el director austríaco Georg Wilhelm Pabst en 1933, aunque lo más curioso de esta producción es que llegó por partida triple.
Aunque existe la posibilidad que este «primer Quijote» llevara la firma del brasileño Aquiles Tartati, poco o nada se sabe de esta obra de 1930 que pudo contar con Arlindo Augusto do Amaral como Caballero de la Triste Figura. Amén que en el futuro aparezca alguna prueba de esta cinta, debemos otorgar a Pabst el «parto» del primer Quijote con voz propia.
Una vez superados los quijotes mudos, de los que ya tratamos en ‘Los quijotes mudos. El hidalgo universal antes del cine sonoro‘, G. W. Pabst se le ocurrió rodar a la vez versiones de Don Quijote en francés, inglés y alemán. Aunque nos puede parecer todo un hito, no era ninguna novedad para el director austríaco, pues ya había realizado dobles versiones en La comedia de la vida (1931) y La Atlántida (1932).
Desgraciadamente la versión alemana se da por desaparecida aunque hay constancia de que se realizó. De esta forma nos tenemos que conformar solamente con las versiones en inglés, Adventures of Don Quixote, y francés, Don Quichotte. Se considera a la gala mejor versión pues la anglosajona sufrió algunas y mutilaciones para su distribución.
Una de las características de estas versiones de Pabst era su facilidad para cambiar de actores en unas u otras. Excepto con dos de los actores principales, Don Quijote y Dulcinea que fueron siempre interpretados por Feodor Chaliapine y Renee Valliers respectivamente, en el resto de casos se cambiaba a los intérpretes para cada versión, como con Sancho Panza que es interpretado por Dorville en la versión francesa y por George Robey en la inglesa
Esta película (vamos a hablar en singular aunque había algunas diferencias entre las versiones) se considera muy del estilo del director habituado a temas sobre exiliados, nómadas o gente que vaga por el mundo, como lo hace la pareja de Don Quijote y Sancho Panza en busca de aventuras. El propio director se había sido exiliado abandonando Alemania en ciernes de la llegada al poder de los nazis, incluyendo una breve estancia en Hollywood.
Desgraciadamente para él, en 1939 tuvo que regresar a Alemania por los fallecimientos de su suegro y luego de su padre en Viena. Su estancia coincidió con el comienzo de la Guerra Mundial y contra su voluntad tuvo que permanecer en Berlín, tratando de evitar ser usado por los propagandistas nazis como algunos colegas de profesión.
Víktor Tourjansky rechazó dirigir ‘Don Quijote’ porque debía realizarlo alguien con gran conocimiento de España y de sus costumbres
Don Quijote era un proyecto personal del ruso Feodor Chaliapine, uno de los grandes cantantes de ópera del siglo XX, que quedó asombrado de la fuerza del personaje tras participar en 1910 en la ópera Don Quichotte, de Jules Massenet, un afamado compositor francés que realizó obras similares sobre El Cid o Amadís de Gaula. Finalmente, un magnate griego aportó el dinero para la(s) película(s).
Lo que no le fue fácil a Chaliapin fue dar con el director adecuado para su proyecto. El primero en quien pensó fue el afamado Eisenstein, que no pareció estar interesado en la obra al igual que Charles Chaplin, que también lo rechazó. Tampoco Víktor Tourjansky aceptó el encargo aunque por diferente motivo, pues admitió que debía realizarlo alguien con gran conocimiento de España y de sus costumbres. Y así es como llegó, casi como última opción, a Pabst, aunque pronto se dio cuenta que lo primordial de la obra era el lucimiento de Chaliapin, incluso por encima del guion.
Adventures of Don Quixote (1933) – Versión inglesa subtitulada en español
Rodadas durante el otoño y el invierno de 1932, fueron estrenadas en Bruselas en marzo del año siguiente y en Londres a finales de mayo. La versión francesa contó con la asistencia del rey belga a su estreno. Más allá de las canciones que ensalzaban al mecenas de la película, como era de esperar en una obra tan personal, se considera que la obra tenía una alta fidelidad con los textos de Cervantes e incluso hay planos que recuerdan a las legendarias ilustraciones de Doré que adornan gran parte de los libros quijotescos.
Hubo algunos críticos que asociaron posteriormente la quema de libros que aparece en la película (en sus escenas finales) con las realizadas por la Alemania nazi. Esta comparación afectó negativamente a la reputación de la película pese a la total falta de veracidad. Es imposible que se inspiraran en ese hecho ya que sucedió en mayo de 1933, meses después de la finalización del rodaje.
Don Quichotte/Adventures of Don Quixote es considerada como una las últimas grandes obras de Pabst. Incluso Ferrán Herranz considera que si se hubiera retirado entonces, hoy sería un director mejor considerado.
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Hay una pequeña errata, Einstein es el científico, el director de cine era Eisenstein.
05 mayo 2023 | 10:26 am
Toda la razón emigrante, ya está corregido. Gracias por el aviso 🙂
05 mayo 2023 | 10:50 am