Mucho antes que apareciera la exitosa saga de Parque Jurásico, Jurassic Park, llegaron los primeros intentos de introducir a los grandes animales prehistóricos en la pantalla, en historias donde compartían aventuras con humanos.
Fue durante el siglo XIX cuando surge la paleontología como una disciplina científica y comenzó la difusión de las teorías evolutivas, apoyadas con trabajos como los de Darwin, y con ello comenzó a volar la imaginación de muchos literatos como Julio Verne o Arthur Conan Doyle. El primero escribió Viaje al centro de la tierra en 1864, donde aparecen dinosaurios marinos enfrentados entre sí, mientras los protagonistas cruzan una especie de mar en el interior de la tierra. Años más tarde, en 1912, Arthur Conan Doyle publicó El mundo perdido, que narra las aventuras de una expedición científica desplazada a Sudamérica donde descubre un auténtico mundo aislado, con extrañas criaturas de forma humana y monstruosos animales ya extinguidos.
De la novela de Conan Doyle surgió, en 1925, la película homónima que contó con fantásticos efectos especiales para la época a cargo de Willis O’Brien, el creador de estos mundos fantásticos cuyo gran trabajo culminaría con la emblemática King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933). Para O’Brien El mundo perdido fue un ensayo general para su posterior proyecto. El truco que usaba era el stop-motion que consistía en recrear el movimiento de las maquetas de los dinosaurios fotograma a fotograma, que al unirlos parecían tener movimiento (Aquí tenéis más info sobre el stop-motion).
El Mundo perdido (Harry O. Hoyt, 1925) fue el primer largometraje de aventuras de humanos y dinosaurios, aunque O’Brien ya había realizado pruebas en cortometrajes como The Dinosaur and the Missing Link: A Prehistoric Tragedy (1915) o The Ghost of Slumber Mountain (1918).
La “Tierra de Mapple White” era él universo jurásico creado por Conan Doyle cerca del Amazonas. Se trata de una zona aislada donde aún perduran hombres-mono con pterodáctilos, estegosaurios, megalosaurios, plesiosaurios y otras muchas criaturas salvajes como si no hubiera pasado el tiempo. Este universo paralelo fue imitado en muchas obras posteriores, como la Isla Nublar de Michael Crichton en su novela Parque Jurásico (1990), llevada al cine por Steven Spielberg en 1993.
La historia de El Mundo perdido es el viaje del profesor Challenger, interpretado por el oscarizado Wallace Beery, que decide ayudar Paula (Bessie Love) a rescatar a su padre, Mapple White, perdido en medio del Amazonas y que «milagrosamente» ha logrado enviar el diario a su hija. Así es como emprende la aventura con un grupo de voluntarios que son testigos de la existencia de extraños seres ya extinguidos y son testigos de luchas entre los feroces dinosaurios. Cuando regresan a la civilización se traen con ellos un brontosaurio (este es una modificación de la novela de Doyle, que era un pterodáctilo), y ya sabemos que estas cosas nunca salen bien… El animal se escapa para volver a su hogar en el Amazonas, vía río Támesis. Antes de su huida y ante el pánico de la gente, va destrozando los sitios por donde pasa.
El propio Conan Doyle se involucró en la producción de la película, revisando las maquetas de los dinosaurios junto al director y quedando asombrado del trabajo de O’Brien.
El film fue todo un éxito aunque la cinta casi se pierde tras un incendio en 1940. Fue restaurada con diferentes metrajes, lo que hace que actualmente haya diferentes versiones de distinta duración. Debido a su interés histórico fue seleccionada para su preservación en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Como curiosidad fue la primera película proyectada en un avión de línea comercial.
Aunque nadie duda de la existencia de los dinosaurios, probada por el registro fósil, sabemos que no compartieron periodo geológico con los primeros homínidos, de hecho vivieron separados en muchos millones de años.
La llamada Era de los Dinosaurios es el Mesozoico, formado por los periodos Cretácico, Jurásico y Triásico, que comenzó hace 251 millones de años y finalizó hace 66. La hominización surgió en África hace unos 8 millones de años, dentro de la siguiente era, la Cenozoica (que llega hasta la actualidad). Dentro de esta era, nuestro periodo actual es el Cuaternario, que dio comienzo hace 2,5 millones de años. Es en el Cuaternario donde se ha desarrollado gran parte de las especies anteriores al Homo sapiens. Primero en el Pleistoceno, dentro del Paleolítico (Inferior, Medio y Superior) y ya en el actual Holoceno, desde hace 11.700 años, con los cambios climáticos y el fin de las glaciaciones que provocaron los periodos transaccionales hacia el Neolítico, la gran revolución que transformó a los hombres «cazadores-recolectores» en «productores».
Sobre la desaparición es los grandes réptiles hay muchas conjeturas y pocas certezas, algo habitual en los estudios sobre la Prehistoria. Un meteorito, erupción de volcanes o cambios drásticos de temperatura son algunas de las que se manejan… no lo sabemos con seguridad, pero sí que nos separaron de ellos muchos millones de años, aunque agradecemos a escritores como Conan Doyle, sus historias que lo contradicen.