Habitualmente cuando nos referimos a las grandes películas del cine mudo, suelen aparecer las primeras imágenes de los hermanos Lumière o Edison, los trucajes de Méliès, el uso de los planos de Griffith, los magníficos escenarios de Guazzoni, las extravagancias de Wienne o el rey del montaje, Einstein, sin olvidar, por supuesto, a los grandes cómicos como Chaplin o Buster Keaton.
Sin embargo hoy vamos a hablar de una de las películas más importantes de la época muda pero demasiado desconocida para la gran mayoría: La carreta fantasma del sueco Victor Sjötröm, que en la década de los 20 fue capaz de plasmar unos recursos técnicos excepcionales y guiar de manera excepcional la narrativa de una novela de éxito.
Victor Sjötröm (1879-1960) fue un pionero del cine sueco que vivió su infancia en Nueva York aunque aprendió cine en Francia, al lado de los hermanos Pathé (de los que hablamos en ‘La compañía de los hermanos Pathé, la empresa que industrializó el cine’). Además de director, también destacó como actor, aunque en esta facetasobresalió sobre todo tras la aparición del cine sonoro, momento en el cual su trabajo detrás de la cámara entró en cierta decadencia. Su carrera fue muy prolífica ya que realizó 55 películas como director, 44 como actor y firmó una veintena de guiones. Esta tripe faceta de Victor aparece en la La carreta fantasma, un juego sinestro con la muerte.
De sus obras como director podemos destacar Ingeborg Holm (1913), El milagro (1914), Érase una vez el hombre (1917), Los proscritos (1918) o El viento (1928), película que dirigió durante su estancia en Hollywood a finales de los años 20. Como protagonista su papel más destacado llegó en Fresas salvajes (Ingmar Bergman, 1957), película galardonada con el Oso de Oro en Berlín. De nuevo un guiño a la muerte, donde interpreta a un viejo profesor que hace balance de su vida en sus últimos momentos.
Pero de entre todas ellas, sin duda, aparece La carreta fantasma (1921), donde Sjötröm también ejerce de protagonista en el personaje de David Holm, que fallece en el último momento del año. La historia es una vieja leyenda de una especie de viaje de la muerte, un carruaje que va recogiendo las almas de los difuntos. El último fallecido del año es quien debe conducir el siniestro vehículo.
El director realiza la narración a través de flashbacks y dobles exposiciones, donde es capaz de crear una unión entre cuerpo y alma, donde la muerte aparece sobre especie de neblina. El guión es del propio director, y se basa en la novela El carretero de la muerte que escribió en 1912 Selma Lagerlöf, tres años después de recibir el Premio Nobel de Literatura, que la convirtió en la primera mujer en lograrlo.
Imágenes de ‘La carreta fantasma‘ (1921)
Mucho más interesante que los efectos especiales rimbombantes, estrepitosos, ruidosos, violentos y escandalosos de las pelis modernas.
26 febrero 2022 | 3:32 pm