"Hasta la victoria, a veces". Roberto Fontanarrosa

Archivo de la categoría ‘Venezuela’

¿Qué se dirán el Príncipe y Chávez este lunes?

El lunes coincidirán el Príncipe Felipe y Hugo Chávez. Se verán durante la asunción de Cristina Kirchner como presidenta de la Argentina. Es la primera vez que estarán cara a cara desde el incidente de la Cumbre Iberoamericana, en la que el Rey mandó a callar al presidente de Venezuela.

Las cancillerías de ambos países están trabajando duro para este momento. La idea es que, si no se puede arreglar de una vez el conflicto, al menos no continúe la escalada. No son pocos los que temen un exabrupto verbal de Chávez. (Aunque a juzgar por lo ocurrido en Chile, deberían de mirar para ambos lados.)

Aún así, todavía no está claro si el presidente y el heredero tendrán un encuentro privado. Ayer Chávez anunciaba que se reuniría con Felipe y hoy, desde Zarzuela, lo desmienten.

¿Podrá Chávez entenderse con Felipe mejor que con su padre? ¿Qué le dirías si fueras el Príncipe?

¿Hasta dónde puede salpicar la derrota de Chávez?

Curioso ejercicio el de leer en los medios las conclusiones del «No» venezolano a la reforma de la constitución.

A toro pasado, no son pocos los que aseguran que la derrota del venezolano se puede leer como un freno al avance del socialismo en la región. Algo de razón no les falta, el entramado político latinoamericano tiene mucho de castillo de naipes y Chávez representa -apoyado en su montaña de petrodólares- los cimientos del cambio.

Los principales afectados serían Bolivia y Ecuador. En ambos países (en Ecuador menos que en Bolivia), los cambios están costando más de lo que originalmente parecía. Eso sí: ni Correa ni Morales ni Chávez han dado por el momento ningún signo palpable de marcha atrás.

Independientemente de lo te gustaría que finalmente suceda ¿Cómo crees que afectará la derrota de Chávez en las urnas al resto de países de la región?

Venezuela en su laberinto

(ACTUALIZADO)

Al final hubo elecciones y Venezuela no desapareció. Sigue ahí. Decirlo ahora parece una tontería, pero al leer las noticias la semana pasada todo indicaba que en Venezuela podría suceder cualquier cosa.

Ahora, tanto el gobierno como la oposición coinciden en que el resultado de la elección será ajustado. Y ambos muestran una cautela de la que no supieron hacer gala hasta ahora.

Con el triunfo del “sí” Venezuela tendría una constitución más socialista y muchísimo más presidencialista. Esto sucede en una región en la que basta seguir la historia para ver que la concentración de poder de los mandatarios nunca se tradujo en buenas noticias para sus ciudadanos.

Según las primeras comunicaciones, el presidente venezolano ha salido para admitir su derrota porque, según sus palabras, «Venezuela no se merece tanta tensión».

Si se tiene en cuenta que Chávez goza con un 60 por ciento de aprobación de la gestión según Latinobarómetro, el triunfo del “No”, daría da lugar a una nueva figura de votante: el chavista que ya no otorga apoyo incondicional a su presidente.

Aún así, la discusión sobre el futuro de Venezuela está llena de lugares comunes, que no ayudan a entender realmente el momento histórico que vive ese país.

Es curioso que una de las cosas que más se le criticó a la propuesta de reforma sea la de darle al presidente la posibilidad de reelección indefinida.

Estas críticas se hacen en España, un país moderno y pujante que no puede ni cambiar, ni ratificar ni remover al Jefe del estado y que permite, -siempre mediante el voto popular-, reelegir indefinidamente a sus políticos. Esto les permitió a varios presidentes de autonomías gobernar por décadas.

¿Acaso algunas comunidades autónomas pueden reelegir en las urnas a sus mandatarios indefinidamente porque son “listos” y los venezolanos no deben, porque son otra cosa? Esta idea -aunque no dicha de este modo-, subyace en la mayoría de los comentarios que se escucharon en los medios los últimos días. Lamentable.

Otra hipérbole repetida estos días era el uso del tristemente célebre «porque no te callas» que le espetó el Rey a Chávez. Varios medios repitieron con descaro que ese era el lema que había adoptado la oposición durante la campaña.

Aunque tanto oposición como gobierno (que llegó a amenazar con la nacionalización de los bancos españoles si el Rey no pedía perdón), intentaron sacar provecho del incidente, lo cierto es que la campaña no pareció pivotar sobre la relación que mantienen Caracas y Madrid.

Si se habla de política exterior, a los venezolanos les preocupa mucho más, como es lógico, la relación con la vecina Colombia y con los EE.UU.

Es la décima elección que se lleva a cabo desde la llegada de Chávez al poder. Como resaltan varios medios locales, lo más importante de las elecciones que se realizaron en Venezuela era la posibilidad de hacerlas y de que no se esté seguro acerca del resultado. Aunque ése no es el único criterio para garantizar la buena salud de la democracia, es uno de los principales.

Menos democracia en América Latina

El semanario The Economist publica un tremebundo estudio sobre la percepción de la democracia en América Latina.

Según el informe de Latinbarometro citado en el texto, en casi todos los países de la región hay menos ciudadanos que creen en la democracia como el mejor sistema de gobierno.

Los países dónde más cae el apoyo a la democracia son El Salvador, Honduras, Chile y la Argentina. Los ejemplos de la Argentina y de Chile son especialmente llamativos.

En el primer caso, el descrédito a la democracia crece a pesar de la fuerte recuperación económica que experimenta el país; y en el caso de Chile, sucede tras varios años de estabilidad económica. ¿Por qué?

Según el informe, la pérdida de credibilidad de la democracia en la Argentina se debe en parte a que este año el presidente Néstor Kirchner cediera formalmente el poder de la República en manos de su mujer, Cristina Fernández de Kirchner.

Los argentinos, tan aficionados a los records, lograron uno más. Es la primera vez en la historia democrática de occidente que un presidente entrega el bastón presidencial en manos de su mujer.

Aunque Fernández de Kirchner fue elegida legítimamente en las urnas, no resulta extraño entender porque un número de argentinos pierden la fe en la democracia.

En el caso de Chile, el desgaste de las instituciones democráticas estaría sustentado en la incapacidad de la presidenta Bachelet de lograr las mejoras sociales que prometió en 2006.

Chile es, además, el país dónde más crece el aprecio a los regímenes autoritarios (sólo superado en términos reales por Paraguay, Guatemala y Perú). Una ironía si se tiene en cuenta que Chile se ha librado por de la presencia de Pinochet hace menos de un año.

El artículo no hace mención a que en Ecuador es el país dónde más crece el apoyo a la democracia junto con Bolivia, Panamá y Costa Rica.

Si lo que dice The Economist es cierto, una posible conclusión podría ser que una mejora en la economía no garantiza necesariamente una mejora en las instituciones ni en la percepción que la gente les tiene. Y esto, a priori, es bueno. Sobre todo si tiene en cuenta que los burócratas de turno los peores monjes negros del continente justificaron durante décadas las peores atrocidades con el argumento de que «la econmomía va bien».

Los gobernantes, los ciudadanos y el tercer sector tienen el desafío de fortalecer el sistema de gobierno que tantos años ha costado mantener.


Por cierto, esto es Cruz del Sur, un blog dónde comentaremos algunas cosas que pasan (y otras que nos gustaría) en América Latina. Gracias por venir.