Cuidado con la nieve y los perros

A los perros, como a las personas, la nieve les genera dos reacciones. Los hay que adoran jugar y saltar sobre ella, que incluso a una edad avanzada vuelven a ser cachorros juguetones sobre el manto blanco. También los hay, como a la que tengo yo ahora que es almeriense hasta la médula, que huyen de ella, que recelan de ese agua congelada, y prefieren permanecer al calor del hogar. Para muchos perros estos días van a ser los de descubrir la nieve por primera vez. Y en los que nosotros también averigüemos si les entusiasma o les repele. No fuerces las cosas si ves que no es lo suyo.

Pero tanto con unos como con otros hay que bajar a la calle a que hagan sus necesidades, incluso a que se ejerciten un poco. Con todos hay que ser prudentes. La nieve puede ser muy divertida, pero ante el menos riesgo, mejor quedarse en casa y salir al exterior lo mínimo imprescindible y en lugares seguros, que los árboles pueden vencerse con el peso acumulado o el suelo resbalar. Lo más importante es nuestra seguridad.


Pese a que todos los canes, por regla general, soportan mejor el frío que el calor excesivo y un paseo por la nieve no debería suponer ningún problema, conviene tener en cuenta algunas sencillas recomendaciones para evitar sustos:

Lo que más hay que vigilar son las patas.
Antes de salir de casa conviene frotar las almohadillas de las patas, sin duda la parte de su anatomía que más puede sufrir, con aceite corporal (también hay productos específicos y botines para perros, pero si no los tenemos no es plan de hacer venir al señor de Amazon con la que cae). De regreso al hogar, toca limpiar bien las patas con agua tibia y sécarlas a conciencia. Al menor síntoma de cojera, hay que acudir al veterinario. Si ha podido pisar sal o anticongelante (que es muy tóxico), hay que evitar que se las chupe.

Además, hay que tener especialmente cuidado con perros de tamaño pequeño, con los de patas cortas que tengan muy pegada la barriga al suelo y con razas frioleras. No es mala idea llevar una toalla para poder secarles y puede que sea preciso ir con abrigo (mejor si es impermeable y fluorescente). En la nieve hay más posibilidades de que se pierdan, bien porque se despista ellos, bien porque nosotros dejemos de verlos. Además el chip, la chapa con nuestro número de teléfono móvil a la vista es siempre recomendable.

Por supuesto, hay que tenerlo controlado. Que no juegue y corra como loco en zonas por las que pueda molestar a otros viandantes o causar accidentes de cualquier tipo. Por su bien y por el de los demás.

¡A cuidarse sobre esta nevada insólita!


FOTOS: Marta Fernández Jara / Europa Press

1 comentario

  1. Dice ser Puaj

    Eso es como los petardos.

    09 enero 2021 | 20:28

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