El autismo y los perros

Mi hijo mayor, que ahora tiene doce años, tiene autismo y es altamente dependiente. También es un niño feliz con el que vivimos una vida tan normal como la de cualquiera. Una vida familiar en la que siempre ha habido animales.

Sabiendo mi amor por los animales, especialmente los perros, es frecuente que me hayan preguntado si hemos intentado la terapia con animales con Jaime. Suelo explicar algo que es verdad, que no todas las intervenciones funcionan con todos los niños, que precisamente con mi hijo los perros apenas son un estímulo porque está demasiado habituado a ellos.

No obstante, eso no quiere decir que para muchos otros niños y adultos no sea una intervención satisfactoria. Todo es cuestión de probar y además hacerlo con personas que tengan a sus perros en buenas condiciones, tratados como animales de casa.

En las intervenciones asistidas con animales, que están en plena explosión desde hace pocos años, hay gente con buena voluntad a la que le faltan conocimientos y también gente que directamente quiere lucrarse sin importarle nada mucho más, manteniendo un puñado de goldens o labradores en el sótano del chalet en condiciones más que discutibles.

También hay niños que pueden beneficiarse de tener un perro de asistencia, que es algo distinto a los de terapia. Un perro de asistencia para una persona con autismo, como sucede con los que asisten a personas con discapacidades visuales y motoras, está entrenado y tiene un vínculo con esa persona para ayudarle de distintas maneras.


En el caso del autismo suelen estar preparados para evitar peligrosas conductas de fuga, apoyarle en el sueño y las criáis y, en términos generales, emocionalmente. Es una pena que en los centros escolares españoles no puedan acudir acompañados de estos animales, algo que sí sucede en otros países.

Conseguir uno de estos animales es complicado. Es costoso y hay más demanda que oferta. Y también aquí hay que tener cuidado y no acudir a cualquiera. Otra opción existente es estudiar un poquito para preparar a tu perro de familia, de la raza y tamaño que sea, en un animal que nos eche una mano con esa persona con autismo. Echar un ojo al británico programa Paws puede ayudarnos a ahondar en ello.

Mucho ojo, eso sí, con creer que un perro, ya sea de terapia, asistencia o de familia, puede obrar milagros. No va ser así. Y sumar un animal a la familia siempre supone una responsabilidad, más trabajo, más complicaciones y costes.

He visto ya en varias ocasiones, alguna de hecho ha asomado a este blog, a personas que han comprado un cachorro de labrador o golden, las razas que asociamos con las terapias y la asistencia aunque puedan ser otras, creyendo que le iba a venir bien a su hijo con autismo sin más. Lo que se encontraron en cambio es con una situación insostenible, con un cachorro al que hay que educar sin que sepan bien cómo, que sobre-estimula o asusta al niño con sus juegos, con obligaciones añadidas en una situación familiar ya complicada de entrada. Con un doloroso fracaso en definitiva.

Hay que meditarlo muy bien antes. Y si de verdad queremos y estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de sumar un perro a la familia pensando también en una miembro de la misma con autismo, una buena opción es obviar la tumultuosa fase de cachorro, acercarse a una buena protectora y dejarse asesorar buscando un animal tranquilo, con un buen carácter contrastado y un tamaño suficiente para soportar tal vez el cariño sin control de la fuerza de esa persona.

También hay que decir que no hay soluciones exactas. Esto no son matemáticas. El autismo, cuyo día mundial se celebra hoy, se manifiesta de muy diferentes maneras, implica muy distintas capacidades en la persona que lo tienen, y además esas personas son únicas, con sus gustos y personalidades y que no deben ser eclipsadas por un diagnóstico.

No todas gustarán de los animales, no todas se beneficiarán de su presencia, y aquellas que sí disfruten de su compañía y potencialmente puede ser bueno para ellos, pueden hacerlo de muchos modos.

Reflexionar a fondo, asumir compromisos y pensar siempre en el bienestar del animal es la clave.

3 comentarios

  1. Dice ser El final... No

    todo muy bien todo muy bien menos el final.
    porque la clave no es el bienestar del animal.
    La clave es el bienestar del niño y el animal debe ser un instrumento para conseguir ese bienestar!

    02 abril 2019 | 16:01

  2. Dice ser O el final... sí

    La clave es el bienestar del niño SIN dañar ni maltratar al animal. Faltaría más!

    02 abril 2019 | 17:29

  3. Dice ser El ser humano antes que el animal

    Esa es la diferencia entre el animalista y el amante de los animales?..
    Ambos están contra el maltrato animal.
    Pero se diferencian en lo siguiente
    El animalista sostiene que el ser humano es un animal más y por lo tanto tiene igualdad de derechos entre animales y seres humanos.
    La persona normal sabe que el ser humano es superior en liquidar a los animales y que es el único que tiene derechos.
    Y así por ejemplo si para salvar a un ser humano tiene que morir un animal o incluso para mejorar su vida pues lo procedente es que muera. o que trabaje para el ser humano.
    O que le dé sus huevos su cuero etcétera etcétera.
    Algunos con tal de no matar a vuestro perro dejarías morir a vuestro hijo

    02 abril 2019 | 20:41

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