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"No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras" Juan Luis Vives

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ERC ‘esconde’ a Marta Rovira para frenar la sangría en los sondeos y refuerza el protagonismo de Rufián, Romeva y Tardà

La dirección de Esquerra Republicana de Catalunya ha decidido ‘esconder’ durante la campaña electoral a Marta Rovira, (número dos de la lista de ERC) señalada por Oriol Junqueras -líder de la formación independentista y actualmente encarcelado en la prisión de Estremera- como posible próxima presidenta de la Generalitat.

Marta Rovira en un acto electoral de ERC

La secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira, durante su intervención en un acto electoral en Girona. EFE/Robin Townsend.

El motivo es la sangría en las encuestas, en las que ERC ha pasado de tener la victoria prácticamente asegurada con unos 40 escaños en noviembre, a ver amenazado el triunfo en votos no solo por Ciudadanos e Inés Arrimadas, el principal adversario político del llamado bloque unionista, sino a poder verse superados incluso por Junts per Catalunya, la formación que lidera Carles Puigdemont, que está remontando.

Por ello, la formación independentista va a dar más protagonismo mediático durante la última semana de campaña antes de los comicios del 21D a otros dirigentes de la formación, como el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, quien ha recalcado que el candidato de su formación a la investidura es «Oriol Junqueras» (y no Marta Rovira).

También está recobrando protagonismo el diputado en el Congreso Gabriel Rufián, quien ha calificado de «carceleros» al PSC (para frenar las expectativas de revalidar un tripartito de izquierdas con los socialistas y los Comunes de Ada Colau), hipótesis defendida por Podemos pero que estaría beneficiando a Puigdemont a costa de ERC.

Otros dirigentes que están ganando protagonismo son Raül Romeva, ex conseller de Exteriores y número tres de ERC -quien ha augurado un «desastre colectivo» si gobierna Ciudadanos-, y el ex conseller de Justicia Carles Mundó, quien puso en duda que Puigdemont pueda ser el próximo president de la Generalitat -por sus problemas judiciales-. Ambos ex consellers, Romeva y Mundó, también fueron encarcelados, aunque posteriormente fueron puestos en libertad.

Tanto Tardà como Rufián, Romeva y Mundó están participando, y van a seguir haciéndolo, en comparecencias con los medios de comunicación y entrevistas, mientras que la figura de Marta Rovira se va a reservar más para mítines y actos de campaña de ERC.

No en vano, la excesiva exposición en público de Rovira está mostrando las carencias de la candidata y está perjudicando las expectativas electorales de ERC. En el programa de Jordi Évole -en el que se enfrentó en un debate frente a Inés Arrimadas- evidenció que no sabía la cifra de parados en Cataluña -tampoco Arrimadas-.

Por otra parte, dijo que la vía unilateral era un invento del Estado español, pero a los pocos días ella misma aseguró que ERC volvería a la vía unilateral si el Gobierno de Rajoy no aceptaba un referéndum pactado. Por otra parte, también subrayó que el eslógan de ‘Espanya ens roba‘ era una «mentira» de los partidos políticos que defienden la unidad de España para «generar división» entre los catalanes, pero se acreditaron tuits de dirigentes de ERC utilizando ese eslógan.

Incluso, el diario británico The Guardian cuestionó la idoneidad de Marta Rovira para ser aspirante a presidenta de la Generalitat de Cataluña e incluso criticaron que no sabe expresarse en castellano, la lengua que utilizan habitualmente la mitad de los catalanes.

Por otra parte, fuentes de la formación independentista admiten que Rovira está sumamente preocupada ante la posibilidad de resultar incriminada, y encarcelada, por su participación en el ‘procès’. De hecho, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llanera ha ordenado a la Guardia Civil que detalle el grado de implicación de Marta Rovira en la estrategia para tratar de dejar sin efecto la Constitución Española y el Estatut de Autonomía en Cataluña.

Fuentes de ERC admiten el desgaste electoral del partido y lo atribuyen, fundamentalmente, al encarcelamiento de Junqueras, el verdadero líder del partido, y su imposibilidad de poder hacer campaña electoral en igualdad de condiciones, según aseguran. Además, niegan que estén escondiendo a Marta Rovira: participa en la campaña en primera línea, como otros dirigentes del partido, aseguran desde ERC.

 

Puigdemont, lanzado, puede noquear a la débil ERC de Rovira… y beneficiar a C’s

La retirada de la orden de detención europea contra el ex president Carles Puigdemont puede permitir al candidato de Junts per Catalunya hacer campaña electoral por los municipios catalanes, mientras Oriol Junqueras continúa en la cárcel de Estremera y su partido, ERC retrocediendo en las encuestas.

Puigdemont

El expresident Carles Puigdemont en su intervención por videoconferencia desde Bruselas durante el acto electoral de inicio de campaña. EFE/Susanna Sáez.

Mientras Puigdemont ha podido realizar entrevistas y actos continuamente desde su ‘exilio’ en Bélgica, Junqueras apenas ha podido transmitir mensajse al exterior y el liderazgo de Esquerra Republicana ha sido asumido por Marta Rovira, quien se está diluyendo como un azucarillo en medio de una campaña electoral inédita por todas las circunstancias.

Puigdemont está remontando en los sondeos -la prueba más cercana es el sondeo del CIS– que sitúa ya al ex president en tercera posición. El ex alcalde de Girona decidió desterrar las siglas de su partido, el PDeCAT, y hacer una candidatura al Parlament a su gusto, provocando críticas internas en el partido que todavía trata de tutelar Artur Mas.

Pero la apuesta parece ir dándole buenos resultados, a tenor de la remontada electoral que está protagonizando a costa de la debilitada ERC, quien parecía tener la victoria asegurada. Ahora, sin embargo, es Ciudadanos y su candidata, Inés Arrimadas, quien se perfila como la candidata más votada en Cataluña y disputando la victoria en escaños a ERC.

Paradójicamente, en la medida en que Puigdemont remonte a costa de ERC estará facilitando la victoria de Ciudadanos y, en caso de confirmarse esta la noche del 21D, el mensaje al mundo podría ser pésimo para el independentismo: la victoria de un partido que nació en Cataluña para defender la unidad de España.

Arrimadas erige a Cs como la garantía para acabar con el procés interminable

La candidata de Ciudadanos Inés Arrimadas durante el inicio de campaña para las elecciones del 21 de Diciembre que el partido celebró en Barcelona. EFE/Enric Fontcuberta

Puigdemont solo podría salvar los muebles si las candidaturas independentistas (Junts per Catalunya, ERC y la CUP) lograran revalidar la mayoría absoluta en escaños (en votos lo dan ya casi por perdido).

Mientras, en Moncloa y en la sede central del PP en la calle Génova se ve con suma preocupación el resultado de su partido en Cataluña: según el CIS quedará último perdiendo cuatro escaños. Y creen que el resultado podría ser incluso peor si cala la llamada al voto útil a Inés Arrimadas. El único consuelo, y no menor, sería que el independentismo perdiera la mayoría absoluta en primer lugar, y el segundo que se pudiera conformar una mayoría de gobierno constitucionalista.

En este supuesto, fuentes del PP consideran que será muy complicado, en el caso de que se confirmaran los resultados que augura el CIS, lograr un gobierno de corte constitucionalista, ya que la llave la tendría Catalunya en Comú-Podem, quien muy difícilmente apoyaría la investidura de Inés Arrimadas.

Creen más probable en el PP un gobierno socialista presidido por Miquel Iceta, y apoyado por Podemos, C’s y el PP -además de la antigua Unió Democràtica de Catalunya de Josep Antoni Duran i Lleida, ya semi engullida por el PSC-. En cualquier caso, la decisión que tomen Ada Colau y Pablo Iglesias será muy difícil: apoyar un gobierno independentista o un gobierno constitucionalista. La vía intermedia deseada por Pablo Iglesias (un tripartito de izquierdas presidido por ERC pero condicionado por su partido y el PSC) no sumaría mayoría absoluta. Si necesitaran a la CUP, el PSC nunca entraría en ese ya de por sí complicado gobierno tripartito.

El mensaje que se prepara desde Moncloa, más de cara al resto del Estado -y del mundo- que hacia Cataluña, es ‘vender’ que gracias a la aplicación del artículo 155 de la Constitución el Gobierno de Mariano Rajoy ha restituido la legalidad y el orden en Cataluña, y todo ello ha sido ratificado democráticamente en las urnas. Además, creen que una victoria de un partido constitucionalista en Cataluña -Ciudadanos- sería la estocada mortal al procés independentista.

Miquel Iceta

El candidato del PSC Miquel Iceta abrió su campaña electoral para las próximas elecciones del 21D en un acto celebrado en L’Hospitalet de Llobregat. EFE/Andreu Dalmau

En el PSOE, por su parte, esperan un muy buen resultado del candidato del PSC, Miquel Iceta, pero al mismo tiempo saben que, en el caso de que llegara a gobernar, podría suponer un gran problema para la estabilidad interna: sus mensajes a favor de un estado plurinacional, competencias blindadas para Cataluña, un hacienda propia catalana o la condonación de la deuda, podrían provocar ipso facto el rechazo del resto de federaciones socialistas, especialmente de la andaluza (Susana Díaz), la aragonesa (Javier Lambán) o la castellano-manchega (Emiliano García-Page). Todo ellos barones que se enfrentaron abiertamente a Pedro Sánchez en el proceso de primarias.

Así las cosas, la recién iniciada campaña catalana se juega en el tablero catalán, pero tiene consecuencias directas, y decisivas, en el tablero español. Y, por extensión, en la estabilidad de la Unión Europea de los Estados (cuestionada por Puigdemont) y las relaciones entre Estados Unidos, la UE y Rusia (a quien los dos primeros acusaron de interferir en los asuntos internos de España favoreciendo la causa independentista promoviendo noticias falsas en las redes sociales).

La jugada de Junqueras para derrotar a España: reeditar Junts pel Sí (él sería president) y fichar a Fachin (Podem)

Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y ex vicepresidente del Govern, quiere jugar muy fuerte su última baza para ser el próximo president de la Generalitat de Cataluña.

Para lograrlo, Junqueras está tratando de convencer a dirigentes del PDeCAt de que está dispuesto a reeditar la coalición Junts pel Sí, siempre y cuando quede claro que él sería el próximo president de la Generalitat. Para ello, argumenta, según fuentes de toda solvencia de ERC, que él ha sido «generoso» y «leal» tanto con Artur Mas como con Carles Puigdemont. «Esta vez debe ser a la inversa», sostienen las fuentes de ERC.

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Sus argumentos, según el partido histórico del independentismo catalán, son rotundos. ERC sería, según todas las encuestas, el claro ganador de las elecciones autonómicas, por lo que considera que el PDeCAT no estaría en estos momentos para reclamar la presidencia ya que, los mismos sondeos, les otorgan un hundimiento histórico. Además, el PDeCAt está inmerso en una crisis interna absoluta, con Carles Puigdemont huido en Bélgica, Artur Mas moviendo hilos pero inhabilitado y hasta tres dirigentes con deseos de ser los candidatos (Josep Rull, Santi Vila y Neus Munté). Todo en un clima de riesgo de escisiones internas.

Junqueras se presentaría como el salvador del ‘procés’, ahora herido de muerte, y también del independentismo. Además, las organizaciones sociales independentistas (la Assemblea Nacional Catalana -ANC- y Òmnium Cultural),debilitadas tras la detención de sus líderes, los Jordis (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart), también podrían estar a favor de la operación para evitar a toda costa que los partidos defensores de una Cataluña unida a España pudieran hacerse con el Govern.

Desde ERC tienen claro que Raül Romeva, el destituido conseller de Exteriores, no podrá ser esta vez el cabeza de lista de la coalición tras el estrepitoso fracaso respecto al reconocimiento internacional de la ‘república catalana’. Ni un solo país, ni siquiera la extravagante Osetia del Sur (satélite de Rusia), ni Eslovenia, ni Andorra, ni Venezuela… ni ningún país africano, ningún país del mundo ha reconocido a Cataluña como un país independiente tras la DUI.

Carles Puigdemont

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, con Oriol Junqueras, vicepresident, y otros miembros del Govern.

Todo lo contrario, el varapalo ha sido tremendo en favor de la unidad de España y la defensa del orden constitucional. La Unión Europea, con Alemania, Francia, Italia y Gran Bretaña a la cabeza; Estados Unidos, China, Japón y todos los países latinoamericanos han cerrado filas con España.

Ni siquiera Escocia (parte de Reino Unido) ni Quebec (nación cultural de Canadá) han avalado la declaración unilateral de independencia.

En ERC da por completamente descartado a Romeva como cabeza de lista. Pero Junqueras, igual que hizo lanzando una OPA hostil a Iniciativa per Catalunya (ICV) incorporando a Romeva, quiere ahora dar también una estocada a la coalición de Ada Colau y Pablo Iglesias incorporando a Albano Dante Fachin, todavía líder de Podem, que está coqueteando abiertamente con los partidos independentistas.

Pablo Iglesias, consciente del hundimiento que está sufriendo Podemos en el resto de España a raíz de la posición del partido sobre Cataluña, ha dado un golpe encima de la mesa y ha pedido a Fachín que abandone Podemos si se siente más cercano al independentismo. Por su parte, Carolina Bescansa, una experta en análisis demoscópicos, vio pronto la deriva de fuerte caída de respaldo social que estaba sufriendo Podemos fuera de Cataluña justamente por no exhibir con nitidez un relato de defensa de una España unida, plurinacional y federal, pero unida.

Manifestación a favor de la unidad de España en Barcelona

Cientos de miles de catalanes se manifestaron a favor de la unidad de España en Barcelona. EFE

Y Junqueras está dispuesto a aprovecharse de la crisis interna de Podemos arrebatándole a su principal dirigente soberanista en Cataluña, Albano Dante Fachin, así como a algunos cuadros medios del partido y, si es posible, pegarle un bocado llevándose a una parte de sus votantes.

El dirigente de ERC cree, según las fuentes del partido independentista, que si se reedita la coalición Junts pel Sí, con él de candidato, podrían mantener, o casi, los 62 escaños que lograron en 2015. Para salvar un gobierno independentista, necesitarían que la CUP lograra unos 8 escaños (obtuvieron 10 en 2015). La mayoría absoluta son 68. Con 61-62 de Junts pel Sí, más 7-8 de la CUP podrían salvar la mayoría absoluta y dar un golpe fuerte a los partidos no independentistas: Ciudadanos (Inés Arrimadas), PSC (Miquel Iceta), PP (Xavier García Albiol) y la coalición que presenten Catalunya en Común, Podemos e Izquierda Unida, que liderará Xavier Doménech.

El plan B de Oriol Junqueras, en caso de quedarse a las puertas de la mayoría absoluta, sería convencer a Pablo Iglesias y a Ada Colau de un gobierno de izquierdas.

Pero ahora, el objetivo de ERC es allanar el camino a un nuevo Junts pel Sí (el plazo para decidirlo concluye el 7 de noviembre), con el PDeCAT sumiso a Junqueras para vencer a los partidos que defienden la legalidad y la unidad de España. Si lo logran, exigirá al Estado español un referéndum pactado para lograr la independencia y la creación de la ‘República Catalana’.

Guerra en el PDeCAT: Rull (duro), Vila (moderado) y Munté (dúctil) quieren ser candidatos a presidente de Cataluña

Las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre han cogido al PDeCAT (a las que se presentará pese a que suponen reconocer la legalidad española) en completo fuera de juego, con el partido a un paso de la fragmentación ante la falta de un liderazgo claro.

Mas y Puigdemont

Los ex presidentes de la Generalitat, Artur Mas, y Carles Puigdemont, respectivamente. (EFE)

Por un lado, el ex conseller de Territorio, Josep Rull, pretende ser el candidato con el argumento de mantener la línea dura independentista. Hoy ha hecho un gesto simbólico yendo a su despacho supuestamente a trabajar para desafiar la aplicación del artículo 155 de la Constitución, un gesto que no ha sido secundado por ningún otro de los consellers destituidos. Incluso, la presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, ha acatado la orden del 155 y ha dado por disuelta la cámara autonómica.

Rull es un perfecto conocedor del aparato del PDeCAT. No en vano, fue elegido secretario de Organización de CDC en 2011, y posteriormente coordinador general en 2014. Era un de los preferidos por Artur Mas, ex president de la Generalitat, para sucederle al frente del partido. No obstante, con los resultados de las elecciones autonómicas de 2015, en los que la CUP tenían la llave del Govern, el partido anticapitalista exigió que Artur Mas no fuera de nuevo el president, sino Carles Puigdemont, entonces un diputado por Girona y ex alcalde de esa ciudad. La CUP no quería a Artur Mas por su vinculación con la época de corrupción de Jordi Pujol y el caso 3%, y también porque consideraba que Puigdemont estaba mucho más comprometido con la independencia que Artur Mas.

Josep Rull

El ex conseller Josep Rull

Rull, ahora, pretende optar a ser el candidato del PDeCAT a president de la Generalitat, pero hay sectores del partido que consideran que su perfil duro y su talante poco pactista con los partidos no independentistas no es el idóneo ni el conveniente -a diferencia de Oriol Junqueras (líder de ERC), que sí tiene vías de comunicación abiertas sobre todo con Podemos, pero incluso con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría-.

En el lado contrario estaría Santi Vila, el ex conseller de Empresa que dimitió el día que Puigdemont descartó convocar elecciones autonómicas y optó por seguir adelante con la votación de la DUI. Su perfil sería el de un PDeCAT que volvería a la línea moderada, capaz de pactar con casi cualquier partido del arco parlamentario y defensor de un referéndum legal pactado con el Estado.

Vila ha defendido la línea histórica de CiU como partido de mayoría social y transversal catalanista, y ha elogiado la posición actual del PNV de Íñigo Urkullu e incluso el perfil centrista de Alberto Núñez Feijoo. No obstante, la deriva independentista de Junts pel Sí le ha llevado a secundar posiciones que no compartía, y finalmente decidió dimitir. Ahora, pretende devolver al PDeCAT a la centralidad y moderación que históricamente había tenido. Si no lo logra, no es descartable que se produzca una escisión en el partido y que Vila arrastre con él a alcaldes, concejales y militantes partidarios de volver a la moderación.

Neus Munté y Santi Vila

Los ex consellers Neus Munté y Santi Vila

Otra aspirante a liderar el PDeCAT es Neus Munté, que sería una vía intermedia entre Rull y Vila. Munté, ex consellera de Presidencia en el gobierno de Puigdemont es también la vicepresidenta del PDeCAT. Una histórica de CiU que incluso estuvo entre quienes optaban a presidir la Generalitat cuando la CUP vetó a Artur Mas.

Tres políticos resultarán decisivos para declinar quién puede llevarse el gato al agua y ser el candidato del PDeCAT a la presidencia de la Generalitat son Marta Pascal, actual coordinadora general, y el ex president Artur Mas. Este último, que no puede ser porque resultó inhabilitado por la consulta del 9N, quiere evitar que salga adelante la opción moderada de Santi Vila, y, si no puede ser él, preferiría a Rull o Munté. No obstante, Artur Mas es consciente de que cualquiera de los dos logrará un resultado muy pírrico en unas elecciones en las que, según las encuestas, gran parte del voto independentista se concentrará en Oriol Junqueras (ERC).

Por su parte, Marta Pascal es más partidaria de una vuelta al pragmatismo histórico de CiU, consciente de que el proceso se está llevando por delante al PDeCAT con constantes rupturas internas y, especialmente, con miucha pérdida de respaldo social. Además, Pascal cree que la imagen del PDeCAT junto a la CUP, anticapitalistas, no conviene más a su partido, la casa histórica de la burguesía catalana. De hecho, agradeció a Santi Vila su dimisión tras intentar por todos los medios evitar la ruptura del diálogo entre el Govern y el Estado.

Y en tercer lugar la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat, Mercé Conesa, quien también es partidaria de volver a una senda de pragmatismo, viendo que la línea independentista está arrasando al PDeCAT y que el sueño de la república catalana se ha desvanecido (ningún país la ha reconocido), las empresas más importantes han huido y la sociedad catalana está más fracturada que nunca. Conesa, según fuentes del partido, se estaría debatiendo entre la opción de Neus Munté o Santi Vila, aunque también recibe peticiones de alcaldes que la animan a ella a dar el paso. Conesa, no obstante, prefiere reservarse, consciente de que optar ahora a presidenta de la Generalitat sería prácticamente dilapidar su carrera política en vista de los malos resultados que auguran las encuestas para el PDeCAT.

El partido ha acordado presentarse hoy a las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, sin nombrar candidato todavía, y con Carles Puigdemont en Bélgica previsiblemente pidiendo asilo.

Ahora, la batalla interna en el partido heredero de CiU es total entre tres almas: la independentista radical (Josep Rull), la moderada partidaria de poder entenderse con el Constitucionalismo (Santi Vila) y la media Cataluña no independentista, o una síntesis entre estas dos posiciones (Neus Munté).

Al borde del precipicio… algo se empieza a mover en Cataluña y España

En una situación de máxima tensión en las calles de Cataluña y gran preocupación en el resto de España. Con un Govern en rebeldía amenazando con una declaración unilateral de independencia y un Gobierno de España que no está logrando ni aplacar la insurrección ni encontrando vías de entendimiento y diálogo. Con decenas de miles de catalanes independentistas protestando en las calles frente a la «represión policial» y con decenas de miles de catalanes no independentistas indignados con la deriva ilegal del Govern. Con el Jefe del Estado, Felipe VI, llamando al respeto del orden constitucional, apoyado por el PP, Ciudadanos y gran parte del PSOE, y cuestionado por los nacionalistas, Podemos y algunos socialistas.  Con el conflicto copando las portadas y las televisiones de los grandes medios de comunicación mundiales. Con los grandes organizaciones empresariales muy preocupadas y algunas empresas catalanas cayendo con fuerza en la bolsa y otras migrando a otras regiones. Con Cataluña al borde del caos y el enfrentamiento social… parece que algo se mueve a nivel político.

Rajoy y Puigdemont

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, regala un facsímil de El Quijote al presidente de la Generalitat Carles Puigdemont en La Moncloa. Paco Campos/EFE

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dejado pasar unos días antes de aprobar la declaración unilateral de independencia (hasta el próximo lunes), seguramente esperando una vía de diálogo con el Estado español, exigida por la Unión Europea. Pero al mismo tiempo hace declaraciones en medios de comunicación internacionales pronosticando que declarará la independencia. Puigdemont confía, probablemente, en buscar un acuerdo que se base en un referéndum de independencia pactado con el Estado. Legal y vinculante. La CUP de Anna Gabriel exige la declaración de independencia ya, el lunes a más tardar, mientras ERC de Oriol Junqueras quiere forzar la máquina al máximo, pero, en la línea de Puigdemont, creen que la más deseable sería un referéndum pactado con el Estado, si Rajoy (más Sánchez y Rivera) se aviene forzado por la amenaza de ruptura y la presión internacional.

El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, busca que la presión de Alemania y Francia, y del Vaticano fuercen a una negociación pero siempre en el marco de la Constitución Española. El acuerdo se basaría en una reforma de la Carta Magna con un nuevo sistema de financiación autonómica que beneficiaría a Cataluña y otras CCAA, pero sobre la base innegociable para el PP de que la soberanía nacional seguiría siendo del conjunto del pueblo español.

Rajoy ha frenado la tesis del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, de aplicar ya el artículo 155 de la Constitución para convocar elecciones autonómicas anticipadas en Cataluña. Solo lo haría, la aplicación del 155, si Puigdemont declarara la independencia de forma unilateral. Llegado a ese extremo de ruptura total, el Gobierno de España, según fuentes del PP, haría valer toda la fuerza coercitiva del Estado, con el apoyo del PSOE y Ciudadanos, y el beneplácito de la Unión Europea (Merkel y Macron piden a Rajoy que agote las vías de diálogo, pero le apoyarán en la opción de restituir por la fuerza el orden constitucional si Puigdemont rompe la baraja).

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias. EFE

El PSOE de Pedro Sánchez está apoyando al Gobierno de España, pero sigue haciendo gestos hacia el Govern en busca de un posible acuerdo para desbloquear la complicada situación. Fuentes de Ferraz aseguran que Sánchez rechaza aplicar el artículo 155, como sí exigen ex dirigentes socialistas como Alfonso Guerra, e incluso ha pedido reprobar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría por la actuación «desproporcionada» de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil para evitar el referéndum del 1 de octubre. No obstante, existe división interna en el PSOE. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, está en desacuerdo y pide centrar la crítica en quienes considera que han quebrado la ley, Junts pel Sí y la CUP, y no en el Gobierno de España. En cualquier caso, Pedro Sánchez quiere dejar una puerta abierta al diálogo con los independentistas en busca de un acuerdo hacia una España federal, descentralizada, en la que Cataluña tendría un reconocimiento como nación, dentro de una España nación de naciones. También apuesta por conceder un estatus especial a Cataluña, con competencias blindadas a nivel cultural, como le ha pedido Miquel Iceta, líder del PSC. Pero, como Rajoy y Rivera, Pedro Sánchez apuesta por una reforma constitucional en la que no se pusiera en cuestión que la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español.

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Pablo Iglesias y Ada Colau rechazan tanto la declaración unilateral de independencia como la aplicación del artículo 155. Apuestan por una mediación internacional en busca de un referéndum pactado y vinculante, en la línea de lo que reclama Carles Puigdemont. Pero, eso sí, sin aprobar en ningún caso una independencia sin celebrar antes un referéndum con garantías y acordado con el Estado español.

Podemos apuesta por primera vez por un diálogo directo entre el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, -no pedirá su dimisión si hay opciones de diálogo- y por el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, así como entre todas las fuerzas políticas españolas. Socios de Podemos como Izquierda Unida o Compromís discrepan con Iglesias en cuanto a la mediación internacional y creen que deben ser los políticos españoles quienes sean capaces de solucionar el problema. Así lo ha manifestado Alberto Garzón.

Pablo Iglesias quiere una reforma de la Constitución hacia un Estado federal español y plurinacional, que reconociera el derecho de autodeterminación también a Euskadi y Galicia.

Rajoy con Urkullu

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el lehendakari, Íñigo Urkullu.

Y otro actor clave es el Gobierno vasco de Íñigo Urkullu y el PNV, que se ha ofrecido como mediador entre las dos partes, el Gobierno de Rajoy y el de Puigdemont. Urkullu apuesta, como Iglesias, por un referéndum pactado como fórmula para superar el conflicto, aunque cree que Euskadi podría sentirse cómoda en España si ésta pasa a ser un Estado plurinacional.

Sobre toda esta complejidad surge, pese a todo, una pequeña esperanza de abrir vías de diálogo en busca de una solución que, en ningún caso, pasara por la balcanización de España. Al borde del precipicio, algo empieza a moverse. Ojalá sea positivo.

La declaración unilateral divide al independentismo: la CUP la exige, el PDeCAT la rechaza y ERC no la descarta

Carles Puigdemont

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, con Oriol Junqueras, vicepresident, y otros miembros del Govern.

El independentismo catalán está convencido de que el próximo 1 de Octubre habrá cientos de miles de personas reclamando el derecho a votar, el derecho a decidir, sobre la secesión de España por todos los rincones de Cataluña.

Fuentes tanto de Junts pel Sí, la alianza entre el PDeCAT y ERC, que gobierna Cataluña, como de la CUP, partido anticapitalista que les da respaldo parlamentario para sumar mayoría absoluta, dan por hecho que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (incluidos los agentes de los Mossos d’Esquadra) tratarán de impedir a toda costa la celebración del referéndum. No obstante, también creen que el impacto mediático a nivel internacional «será enorme» y esperan que, tras el 1-O, el Gobierno español que preside Mariano Rajoy se pliegue a pactar un referéndum legal.

Pero, si el Estado impide la celebración de la consulta del 1 de Octubre, declarada ilegal por el Tribunal Constitucional, hay sectores del secesionismo partidarios de que

Manifestación independentista

Senyeras y esteladas en la movilización de la ANC y Òmnium el 11-S en Barcelona. (ACN)

Carles Puigdemont realice una declaración unilateral de independencia.

En concreto, la CUP, que lidera la diputada autonómica Anna Gabriel, es partidario de aprobar la declaración unilateral tanto si se celebra el referéndum y gana el Sí, independientemente de la participación, como si el Estado lo impide. En ese caso, el argumento sería que Cataluña es un sujeto político soberano que decide por sí mismo su futuro, y en una votación en el Parlament a favor de la independencia sería suficiente con hacer valer la mayoría absoluta secesionista: los diputados de Junts pel Sí más los de la CUP.

Esta misma opinión es compartida, básicamente, por las cúpulas de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en concreto por su presidente Jordi Sánchez, y también por el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, las dos entidades independentistas con mayor capacidad de respaldo social.

No obstante, el PDeCAT, herederos de la antigua Convergència i Unió, el partido histórico de la burguesía catalana y del que forman parte el President de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el ex president Artur Mas, rechazan la vía de la declaración unilateral de independencia. El PDeCAT sabe que el Estado español aplicaría ipso facto el artículo 155 de la Constitución Española, suspendería la autonomía catalana y asumiría el control institucional de todo el Govern. Además, el PDeCAt sabe que ningún país de la Unión Europea, ni Estados Unidos, reconocería a una hipotética Cataluña declarada unilateralmente independiente.

Y, además, sostienen que la fractura social sería inmensa, ya que toda la oposición catalana estaríatotalmente en contra –Ciudadanos, el PSC y el PP, pero también Catalunya Sí que es Pot, la coalición de la que forma parte Podem y también el partido de Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona-. Estos partidos políticos, además, no suman mayoría absoluta en escaños en el Parlament, pero sí lograron más votos totales que los partidos independentistas.

Fuentes del PDeCAT admiten que Puigdemont no ha descartado completamente la declaración unilateral de independencia, pero referentes del partido, como la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat del Vallés, Mercè Conesa, el portavoz del PDeCAt en el Congreso, Carles Campuzano, el conseller de Empresa Santi Vila o el responsable de Organización del PDeCAT David Bonvehí se oponen por completo a esta vía. “Supondría un ridículo internacional, porque nadie nos reconocería como Estado independiente, y un gravísimo enfrentamiento social en la propia Cataluña que tardaría décadas en cicatrizar, por no hablar de la respuesta represiva del Estado”, aseguran estas fuentes del sector moderado del PDeCAT.

ERC, decisivos

Por su parte, el actor que puede declinar la balanza hacia uno u otro lado es la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) de Oriol Junqueras. ERC no descarta, y nunca ha descartado, una declaración unilateral, aunque consideran que la vía idónea sería un referéndum pactado con el Estado, con plenas garantías, en el que venciera el Sí.

Pero, sabedores de que un Gobierno del PP nunca lo permitirá, y de que uno eventual del PSOE con Podemos tampoco está claro que lo pudiera facilitar, ERC no cierra la puerta a la declaración unilateral. “Si el Estado español no nos deja otra salida, Cataluña deberá decidir por sí misma haciendo valer la mayoría que exista en el Parlament”, sostienen fuentes de Esquerra.

Ahora, a medida que se aproxima el 1 de Octubre, la tensión interna entre las formaciones independentistas se incrementa: la CUP exigiendo no ceder y proclamar la independencia de forma unilateral, amplios sectores del PDeCAT oponiéndose por completo y ERC, a la expectativa, conscientes también de que en unas hipotéticas próximas elecciones autonómicas su formación se perfila como ganadora por primera vez desde la restauración de la democracia en España.

El equipo de Sánchez prevé noquear a Iglesias en unas terceras elecciones

Pese a las fuertes presiones externas e internas, Pedro Sánchez está decidido a que el PSOE vote No a la investidura de Mariano Rajoy tanto este viernes como ante un eventual nuevo intento del presidente en funciones tras las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre.

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias

Pedro Sánchez con Pablo Iglesias. EFE

¿Tiene una alternativa de Gobierno Pedro Sánchez? «No. Los números no nos dan», según reconocen fuentes de su equipo de máxima confianza. «Solo cabrían dos opciones complicadísimas y ninguna de las dos le gustan a Pedro». O bien gobernar con Podemos y Ciudadanos, o bien con Podemos y los independentistas.

La primera es casi imposible por el veto mutuo entre Pablo Iglesias y Albert Rivera (el líder del partido morado llamó «chicle de McGyver» al jefe del partido naranja y este recordó que Iglesias «insultó a Felipe González y a Adolfo Suárez y elogia a Otegi«).

La segunda opción es todavía más improbable: un gobierno del PSOE apoyado por Podemos -que reclama el derecho a decidir de Cataluña, Euskadi y Galicia-, más los independentistas catalanes -ERC y CDC- que directamente ponen como condición obligatoria fecha para el referéndum de autodeterminación. «Con la línea rupturista que mantienen Puigdemont y Junqueras es imposible entenderse, y menos condicionados por la CUP», aseguran.

Mariano Rajoy con Albert Rivera

Mariano Rajoy con Albert Rivera. EFE

Por tanto, qué lleva a Pedro Sánchez a votar No y No a Mariano Rajoy sabiendo que no puede liderar una alternativa de Gobierno.

Las razones, según fuentes de su entorno de máxima confianza, son varias:

  1. Pedro Sánchez da por hecho que en unas terceras elecciones en diciembre el PP, con Rajoy al frente, volvería a ganar, incluso con algo más de porcentaje de voto a costa de Ciudadanos. Pero el PSOE, según confían en el equipo de confianza de Pedro Sánchez lograría una subida considerable, a costa principalmente de Podemos y un poco de Ciudadanos.
  2. El actual secretario general del PSOE considera que podría volver a darse un resultado por el que su partido (que crecería a costa de Podemos) más Ciudadanos sumaran más diputados que el PP, como ocurrió el 20 de diciembre de 2015. Si ello ocurriera, y Podemos se hundiera -y el liderazgo de Pablo Iglesias se pusiera en cuestión-, la formación podemista podría -esta vez sí- facilitar un gobierno de un PSOE reforzado más Ciudadanos, mediante una abstención. En el PSOE se confía en que el sector de Íñigo Errejón podría tomar el control del partido y arrinconar a Pablo Iglesias, «que sigue desnortado tras fracasar su estrategia de sorpasso».
  3. Si, por el contrario, el PP y Ciudadanos estuvieran rozando la mayoría absoluta, e incluso pudieran lograrla sumando juntos, y mantuvieran su actual acuerdo, «el PSOE y Pedro serían ya la única oposición fuerte y clara, Podemos volvería a ocupar el espacio tradicional de Izquierda Unida, con mucho menos respaldo en escaños», prevén las fuentes del equipo de la dirección de Ferraz.

    Pedro Sánchez y Susana Díaz

    Pedro Sánchez y Susana Díaz en un acto del PSOE. EFE

  4. O presidente del Gobierno, o líder claro de la oposición, Pedro Sánchez se reforzaría dentro del PSOE y podría ajustar cuentas con «todos los que no paran ni han parado de ponerle trabas desde dentro del partido». Se mira desde Ferraz al Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. «Hay un duelo pendiente con Susana Díaz y Pedro está decidido a mantenerlo». «Con Vara, Page o Lambán no hay problema, solo buscan su protagonismo, con Susana es distinto, ha ido a por Pedro desde casi el primer día», aseguran las fuentes de Ferraz.
  5. Y como resumen, el objetivo de Pedro Sánchez en unas terceras elecciones sería noquear a Mariano Rajoy -si los números le dieran-, noquear a Pablo Iglesias -objetivo que dan por hecho- y noquear a Susana Díaz -objetivo que está pendiente-. «Si nos abstenemos, Pedro está muerto, nuestra gente, nuestros militantes no se lo perdonarían, y es la fuerza que tiene Pedro frente a Susana».

Las siguientes etapas a sortear ahora por Pedro Sánchez son los rifirrafes internos con los barones (en Ferraz creen que Susana Díaz seguirá callada, pero prevén reproches de Guillermo Fernández Vara (presidente de la Junta de Extremadura), Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Javier Fernández (Asturias) y Ximo Puig (Comunidad Valenciana).

Y sortear las elecciones autonómicas de Galicia y Euskadi del 25 de septiembre en dos plazas muy complicadas para el PSOE: en ambas prevén una bajada en escaños, aunque lucharán por que el popular Alberto Núñez Feijóo pierda la mayoría absoluta y por que el PSE mantenga lo mejor posible el tipo en el País Vasco y pueda ser decisivo condicionando un probable ejecutivo de Urkullu.

«Luego vendrá la batalla gorda en el Comité Federal, pero Pedro también tiene muchos fieles que saldremos en su apoyo… El PP y Ciudadanos tendrán que entenderse con el PNV, y no les resultará nada fácil. En cualquier caso, Pedro habrá cumplido con su promesa de votar No a Rajoy. Y si Rajoy no resulta investido, cosa que es probable, en octubre ya empezaremos la precampaña de las generales». Las terceras consecutivas.

Cifuentes, Colau, Bonig, Junqueras… liderazgos reforzados tras el 26J

Las elecciones generales del pasado 26 de junio reforzaron a Mariano Rajoy como probable próximo presidente del Gobierno, a falta de superar su investidura y sellar acuerdos con otras fuerzas parlamentarias (pese a su victoria quedó lejos de la mayoría absoluta). Por su parte, Pedro Sánchez superó el match ball que hubiera supuesto un sorpasso por parte de Pablo Iglesias, quien naufragó en su objetivo de máximos -ganar en votos y escaños al PSOE-.

Iglesias perdió un millón de votos respecto a diciembre a pesar de la coalición con Izquierda Unida, alianza que ha cuestionado Íñigo Errejón abriendo una crisis interna en la formación morada. El dirigente de Podemos sí ha defendido la alianza con IU y ha replicado a Errejón: «Tenemos que parar el balón y reconfigurar el equipo». El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, fue más allá ante las críticas de Errejón y advirtió: «Hay que extirpar las malas hierbas» e instó a formular cualquier crítica a nivel interno y no a través de los medios de comunicación.

Pedro Sánchez no reforzó su liderazgo al perder cinco escaños, pero ganó tiempo y sabe que, tal como lleva años haciendo Rajoy, el que resiste gana. Susana Díaz perdió las elecciones generales en Andalucía ante el PP y, aunque superó con creces a Podemos, hoy por hoy no tiene la fuerza suficiente para apartar a Sánchez de la secretaría general del PSOE.

Albert Rivera no tiene aún rival interno en Ciudadanos, pero se dejó 400.000 votos y 8 escaños el 26J y el peso político de su partido no se puede comparar ni al de Unidos Podemos, ni al PSOE, ni mucho menos al PP. Una arriesgada política de ambigüedad respecto al Gobierno -ni apoyar al posible Ejecutivo del PP ni estar en la oposición frontal- puede salirle bien o, según temen dirigentes periféricos de C’s, muy mal. «Si el próximo Gobierno va bien, el PP sería el beneficiado, si va mal, el PSOE y Podemos tienen las de ganar», argumentan.

Ada Colau con Pablo Iglesias

Ada Colau con Pablo Iglesias

¿Qué otros dirigentes políticos han salido reforzados del 26J?

Pese al fiasco de Podemos, es indudable que Ada Colau ha reforzado su liderazgo político. En Comú Podem repitió victoria en Cataluña de forma clara: 12 escaños por 9 de ERC, 8 de CDC, 7 del PSOE, 6 del PP y 5 de Ciudadanos. No perdió ningún escaño respecto a diciembre de 2015, aunque perdió 80.000 votos. Solo ERC y el PP subieron en votos en Cataluña, mientras cayeron bastante en votos CDC (85.000) y C’s (112.000).

Dos victorias consecutivas en Cataluña permiten a Colau seguir adelante con su pretensión de crear un partido político dirigido al margen de Podemos, de corte izquierdista pero firme defensor del derecho a la autodeterminación de Cataluña. Colau y su equipo de confianza atribuyen la caída en votos de En Comú Podem a las dudas que generó Pablo Iglesias entre su potencial electorado al asegurar que el derecho a decidir podía aparcarse en aras de un hipotético acuerdo de Gobierno entre Podemos y el PSOE.

Ada Colau considera que el derecho a decidir de Cataluña es irrenunciable y cree que la mejor formar de garantizarlo es tener un partido de estricta obediencia catalana. Su objetivo sería ganar votos del ala catalanista del PSC y de descontentos de la CUP por sus continuas divisiones internas.

Oriol Junqueras conversa con Soraya Sáenz de Santamaría

Oriol Junqueras conversa con Soraya Sáenz de Santamaría

En Cataluña también sale reforzado Oriol Junqueras, vicepresidente de la Generalitat y presidente de ERC. Su partido creció en votos hasta un total de 629.294 y en junio mantuvo los 9 escaños que ya había logrado en diciembre de 2015. Por contra, CDC se quedó en 481.000 votos, con un porcentaje menor que el PSC y casi a la par con el PP.

Junqueras tiene muchas opciones de convertirse en el próximo presidente del Gobierno catalán, especialmente si ERC se presenta por separado y vence a CDC en el lado independentista. Hoy por hoy solo Ada Colau podría impedir su victoria y no está claro que la alcaldesa de Barcelona se atreviese a optar a presidenta de la Generalitat. El actual president, Carles Puigdemont, salpicado por el escándalo de corrupción Efial, ni siquiera tiene el control de CDC, aún en manos de Artur Mas.

Junqueras podría acaparar el voto independentista tradicional de ERC y pegarle un buen bocado tanto a CDC como a la CUP.

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid

En Madrid, la rotunda victoria del PP con 15 escaños, dos más que en diciembre de 2015, y un 38% de los votos refuerza a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, como la baronesa más fuerte del Partido Popular. Ahora, solo le falta plasmar ese liderazgo en un congreso regional en el que previsiblemente copará la dirección con cargos afines y pasará página a la época de Esperanza Aguirre.

Y en la Comunidad Valenciana, el reforzamiento de Isabel Bonig, presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, es también evidente. El PP valenciano, como el de Madrid, logró dos escaños más que en diciembre (35% de los votos), pero con la dificultad añadida de que en la Comunidad Valenciana gobierna un bipartito (PSOE-Compromís) apoyado parlamentariamente por Podemos. Además, Isabel Bonig y su equipo tuvieron que gestionar el escándalo del caso Taula, que supuso la imputación de casi todos los concejales colocados en la lista municipal por la ex alcaldesa Rita Barberá.

Isabel Bonig, presidenta del PP valenciano

Isabel Bonig, presidenta del PP valenciano

Bonig tiene el respaldo total de la dirección nacional del PP para, en el próximo congreso regional, conformar una dirección a su medida y para continuar con la línea de mano dura contra los cargos salpicados por casos de presunta corrupción.

Otros dirigentes reforzados por los resultados electorales han sido Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente del PP andaluz, Nagua Alba, lideresa de Podemos Euskadi,

 

Así quiere Sánchez formar su gobierno, ¿se lo permitirán Mas y Junqueras?

Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, está decidido a intentar liderar un gobierno de centro-izquierda en España. Cree que puede lograrlo y piensa que en caso de no conseguirlo se convertiría en presa fácil para Susana Díaz, la lideresa socialista andaluza.

Rajoy con Sánchez

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el líder del PSOE, Pedro Sánchez.

Para ello, va a esperar su momento. Sabe que Mariano Rajoy, con el voto en contra del PSOE, no tiene posibilidad ninguna de ser investido presidente del Gobierno. El jefe del Ejecutivo en funciones sólo contaría con los 123 diputados del PP (122 más el díscolo Gómez de la Serna, que estará en el Grupo Mixto), así como los 40 escaños de Albert Rivera, que se ha mostrado –como Rajoy- partidario de un gobierno de concentración PP-PSOE-Ciudadanos.

Y nada más. Rajoy (con 163 escaños a favor) se quedará a 13 de la mayoría absoluta. Con un esfuerzo máximo y, sobre todo, con cesiones competenciales e inversiones relevantes en infraestructuras podría llegar a lograr el respaldo de los 6 escaños del PNV. Ese escenario se contemplaba en Moncloa antes de los comicios, quedarse a tres o cuatro escaños de la mayoría absoluta junto a Ciudadanos y necesitar al PNV. Pero se han quedado más lejos de lo que esperaban y la aritmética no cuadra: 163 escaños más seis del PNV serían 169 y Rajoy tampoco llegaría. Rivera

Además, el PNV es más proclive a entenderse con el PSOE –que ya es su socio prioritario en el Parlamento vasco y lo consideran un partido centralista pero menos reacio a ampliar competencias autonómicas-. El partido de Íñigo Urkullu no tiene ahora malas relaciones con el PP, e incluso coinciden en muchos proyectos e iniciativas de corte económico y laboral, pero los nacionalistas vascos sí se oponen frontalmente a Ciudadanos, el único partido –junto a UPyD– que hablaba abiertamente de eliminar el concierto vasco y recentralizar competencias.

Así, Pedro Sánchez da por hecho que, si Rajoy fracasa en su intento de conformar un gobierno, el Rey Felipe VI tanteará sus opciones y le encargará a él la tarea de armar un nuevo Ejecutivo. Pedro Sánchez tendrá seguramente su oportunidad y la quiere aprovechar.

¿Pero cómo? El PSOE cuenta con sus 90 escaños, más los dos de IU, que pese a obtener un resultado digno en votos, se hundió en escaños y no está para grandes exigencias. El gran socio del PSOE sería Podemos, con 69 escaños. El escollo principal es el referéndum de autodeterminación en Cataluña. Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, quiere mantener el pulso a favor del referéndum hasta el límite. No quiere renunciar al llamado derecho a decidir, una promesa electoral de En Comú-Podem, que les llevó a ganar con claridad las elecciones generales no sólo en Barcelona sino en el conjunto de Cataluña. En Comú-Podem logró 12 escaños con el 24,74% de los votos, por los 9 de ERC (15,98%), 8 del PSC (15,7%) y DL (15,08%, el partido de Artur Mas), y 5 de C’s (13,05%) y el PP (11,12%). iglesias-colau

Fue un triunfo histórico en Cataluña y tanto Ada Colau como Pablo Iglesias saben que renunciar al llamado derecho a decidir sería engañar a su casi millón de votantes catalanes. La CUP y ERC serían los grandes beneficiados en un futuro de esta promesa incumplida.

Además, en Galicia, la coalición Podemos-En Marea-Anova-EU logró un gran resultado, segunda fuerza con seis escaños y el 25,04% de los votos, por detrás del PP (10 escaños, pero por delante del PSOE en votos y con los mismos escaños) también con la promesa de defender el derecho a decidir tanto en Cataluña como en el “resto de naciones del Estado, como Galicia”. Y tampoco están dispuestos a renunciar a su promesa electoral.

Pedro Sánchez es muy consciente de que el Comité Federal del PSOE, a instancias de Susana Díaz, le ha puesto como límite para pactar con Podemos que la formación que lidera Pablo Iglesias renuncie al derecho de autodeterminación. El artículo 1 apartado dos de la Constitución Española dice textualmente: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”. Chacon-Diaz

La postura histórica de los dos grandes partidos españoles, el PP y el PSOE, es que cualquier eventual referéndum que afecte a la soberanía nacional, que afecte por tanto a la unidad de España, se debería realizar al conjunto del pueblo español, y no a una parte de él (en este caso Cataluña). Esa posición es compartida por otros partidos nacionales, como Ciudadanos.

Podemos e IU, en cambio, defienden que el referéndum debería ser en la región afectada (ya fuera esta Cataluña o Euskadi), alineándose con las tesis de los partidos nacionalistas, pero con la diferencia sustancial de que tanto el partido de Pablo Iglesias como el de Alberto Garzón aseguran que defenderían un ‘No a la independencia’ en un hipotético referéndum. Además, ambos partidos contraponen a la independencia y al actual Estado autonómico una tercera vía consistente en un Estado plurinacional plenamente descentralizado y federado.

Fuentes del PSOE creen que en este punto podría llegar el entendimiento con Podemos (también con IU). Aparcar el referéndum a cambio de apostar por una profundización del Estado federal y plurinacional, así como un nuevo sistema de financiación autonómica. Pedro Sánchez no se negaría a calificar a Cataluña como nación, en la línea de lo que defiende el PSC. Pero sabe que varios de sus barones no se lo pondrían nada fácil, como Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Javier Fernández (Asturias), Emiliano García Page (Castilla-La Mancha), además de Susana Díaz (Andalucía).

Pero 90 (PSOE), más 69 (Podemos y sus aliados), más dos (IU), 161, siguen sin dar para la mayoría absoluta. E incluso serían menos que los 163 de PP y Ciudadanos.

¿Cómo prevé conseguir Pedro Sánchez los escaños que le faltan?

Da por hecho que puede lograr el voto a favor de los seis parlamentarios del PNV (bastaría con seguir apoyando un gobierno cómodo de Urkullu, comprometerse a culminar el Tren de Alta Velocidad a toda Euskadi y ceder algunas competencias estatales, el PNV cifra en 35 las pendientes del Estatuto de Guernika).

De lograrlo ya serían 167 diputados, cuatro más que los 163 del PP y Ciudadanos. Pedro Sánchez también podría lograr fácilmente el apoyo del único diputado de Coalición Canaria, con quien ya gobierna en coalición en Canarias. Ya sumarían 168.

Bildu, con dos escaños, podría abstenerse, o incluso votar a favor del gobierno PSOE-Podemos-IU. No en vano, difícilmente Bildu se opondrá a un gobierno en el que esté Podemos, que ha sido socio electoral en Navarra en los recientes comicios –en el Senado- y con quienes comparten gobierno autonómico en Navarra o municipal en Pamplona.

La clave volverá a estar en Cataluña. El voto en contra de ERC (nueve escaños) y de Democràcia i Llibertat (el partido de Artur Mas, ocho escaños) impediría el gobierno “progresista” al que aspira a liderar Pedro Sánchez. artur mas

¿Qué puede ofrecer el secretario general del PSOE a ERC y CDC, dos partidos que están abiertamente por la ruptura de España y la independencia de Cataluña, para que le voten a favor, o al menos se abstengan los dos?

El aludido referéndum de autodeterminación no, ya que es una línea roja que le ha marcado expresamente el Comité Federal del PSOE a Pedro Sánchez.

¿Un Estado plurinacional y federal que reconozca a Cataluña como nación, además de un nuevo sistema de financiación que primara a la región? Difícilmente contentaría a quienes pretenden la independencia total, y además contaría con el recelo de los barones más poderosos del PSOE (Díaz, Page, Vara, Fernández, Puig…), además de con la oposición frontal del PP y de Ciudadanos.

Pedro Sánchez y Ximo Puig

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Por la vertiente social, y la influencia de la izquierda catalana, desde el PSC y En Comú-Podem quizá podrían arrastar a la abstención de ERC. ¿Pero cómo convencería Pedro Sánchez a Artur Mas y Carles Puigdemont, nuevo presidente de la Generalitat catalana para que se abstengan sus diputados? ¿A cambio de qué? Esa es la gran incógnita sobre la investidura de Pedro Sánchez.

Necesitará, probablemente, mayoría simple en segunda votación. La clave será la posición de ERC y el partido de Artur Mas. Si votan en contra de su investidura, habrá nuevas elecciones en España. Si se abstienen, habrá gobierno de centro-izquierda, seguramente del PSOE apoyado en el Parlamento por Podemos, IU y el PNV como socios centrales.

IU, UPyD, ERC y Compromís, los otros ‘trasquilados’ por el ciclón Podemos

Pablo Iglesias

Pablo Iglesias, líder de Podemos.

La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha arrojado como grandes titulares el fuerte crecimiento de Podemos (que se ha convertido en la primera fuerza política en voto directo de España, con un 17,6% de los votos, y tercera en estimación de voto 22,5% de los votos); la significativa caída del Partido Popular, que baja a la tercera posición en voto directo -11,7%- aunque mantiene la primera en estimación de voto -27,5%-; y la paulatina mejoría del PSOE, que tras la dimisión de Rubalcaba por el fracaso en las pasadas europeas de junio parece remontar, poco a poco, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez: los socialistas suben del 21,2 al 23,9 en intención de voto. En definitiva, España pasa de un bipartidismo a un tripartidismo (PP, PSOE y Podemos sumarían juntos el 73,9% de los votos).

¿Dónde está el 26,1% restante?

Cayo Lara

El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara

Izquierda Unida es la cuarta fuerza política en intención de voto, según el CIS, pero con una caída brutal: pasa del 8,2 al 4,8% de los votos. IU es la formación más fagocitada por Podemos, y en menor medida por el PSOE. Cayo Lara, que antes de las europeas de junio se mostraba crítico con Pablo Iglesias, se está abriendo ya a la posibilidad de pactos. Obviamente, si no lo hace corre el riesgo de ser casi engullida por Podemos. Además, un sector de IU, liderado por el diputado nacional Alberto Garzón y por la parlamentaria en la Asamblea de Madrid Tania Sánchez (compañera sentimental de Pablo Iglesias) son partidarios de impulsar ya alianzas con Podemos.

UPyD es la quinta formación política en intención de voto, 4,1%, pero tenía el 5,9% en julio. Su caída también es muy importante proporcionalmente, y sus fugas van en varias direcciones (Podemos, algo PSOE y algo Ciudadanos). Rosa Díez se ha enfrentado a una crisis interna por la posible alianza con Ciudadanos, a la cual ella era muy reacia desde el principio. La lideresa de la formación magenta ha impuesto sus tesis, pero por el camino han caído el eurodiputado Sosa Wagner (que fue cabeza de lista al Parlamento europeo y acaba de dimitir tras ser relevado de portavoz por sus críticas a la dirección) o el coordinador de UPyD en la Comunidad Valenciana, Alexis Marí, que criticó la falta de educación de la cúpula de Rosa Díez y Toni Cantó, y respaldó a Sosa Wagner por su postura favorable a un entendimiento con Ciudadanos, el partido de Albert Rivera.

Oriol Junqueras

El líder de ERC, Oriol Junqueras

CiU, sexta fuerza, con un 3,8% de los votos, ha mejorado y ha subido del 2,9% de los votos en julio al 3,8% en octubre. Quizá el protagonismo que ha cobrado de nuevo Artur Mas con el 9-N alternativo ha impulsado a la formación nacionalista, justamente en detrimento de ERC (séptima fuerza política en España), que cae de un 3,3 a un 2,3% de los votos. El caso de corrupción de Jordi Pujol parece no haber hecho mella en CiU, mientras Esquerra Republicana tendría fugas en unas generales hacia Podemos.

La octava fuerza política estatal sería Compromís, la formación econacionalista valenciana que se presenta coaligada con los ecologistas de Equo, con un 1,1% en estimación de voto. No obstante, Compromís, sufre un significativo retroceso al caer tres décimas (logró un 1,4% de intención de voto en el CIS de julio). Es otra de los partidos políticos que sufre directamente el efecto ciclón de Podemos.

Completan el top ten de la política española las formaciones nacionalistas vascas: en esta ocasión el PNV, que mantiene su 1% en intención de voto, sería la primera fuerza en Euskadi en unas generales, al caer Amaiur una décima, del 1% al 0,9% de los votos.