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La abrumadora simplicidad de la realidad

Querido desconocido:

En pleno auge del pesar y la rabia brutalmente contenida en mi persona escribo estas líneas sin más motivo que la empatía de quien las lea. En ellas no voy a andarme por las ramas y voy a mostrarle sin más la abrumadora simplicidad de la realidad que me ha tocado vivir que, precisamente por simple, se ha vuelto insoportable.

Soy un chico muy normal de casi veintisiete años, nacido y criado en la provincia de Málaga en el seno de una familia media española. Tengo trabajo a diferencia de 5 millones de compatriotas. Soy animador turístico en la sobreexplotadísima Costa del Sol, mi sueldo no me permite pagar un alquiler con lo que me veo obligado a vivir en una añeja habitación de personal de un hotel, cosa que, aunque me mantiene veinticuatro horas en el lugar de trabajo y sin apenas posibilidad de desconectar, me permite ahorrar un par de cientos de euros al mes.

A todo esto hay que sumarle que, dada la naturaleza de mi trabajo, los niveles de estrés y agotamiento que alcanzo son desorbitados y además, a causa del afán ahorrador facilitado por la libertad a la hora de determinar el volumen de trabajo de cada empleado que el gobierno del Rajoy ha dado a las empresas, me he quedado solo en el departamento.

Una pareja. (ARCHIVO)

Una pareja. (ARCHIVO)

Tengo pareja, de hecho hace dos meses que pusimos papeles de por medio y formalizamos nuestra relación. Desde entonces solo hemos pasado juntos dos semanas, ya que a causa del panorama laboral español nos hemos visto obligados a poner mil kilómetros de por medio. Esa persona es la causa de cada uno de mis despertares, es lo que me mantiene en pie y me anima a seguir intentándolo un día más. Después de una vida de autoestima por los suelos, malos momentos y pesimismo, llegó y me hizo sentir que tengo mucho que ofrecer, que se me puede querer de verdad, que merezco que alguien me regale su vida entera.

Pero cuando pasa la euforia de sentir que también puedo ser feliz me topo con la barrera de la distancia. Saber que la realidad que la ineptitud de todos los que nos han gobernado hasta ahora nos ha pintado me hace imposible sentir que alguien me respira en la nuca por la mañana es lo más frustrante que pueda imaginarse. El no saber qué hace, con quién está, si se encuentra bien o si me necesita, esa impotencia de no poder cumplir lo que le prometí, de no poder estar ni en la salud ni en la enfermedad, esa sensación de haber fallado es amarga y casi me vence a veces.

Encontrar trabajo en España no es fácil y si estás justo al otro lado del país pues imagínese. Las necias palabras que intentan convencernos de que todo va bien, han convertido las de la persona más especial de mi vida en impersonales impulsos de ondas que se envían de móvil a móvil. ¿Impotencia, rabia? No, esto vas más allá, es odio por esa gente que se erige como salvador de este país pero acaba salvando solo a quienes le conviene, es repulsión por los que deciden qué es lo «mejor» o qué necesitamos para vivir, es el más absoluto asco por todos los que se dedican a decir que eso está mal y que ellos lo harían mejor mientras siguen sin aportar soluciones a una crisis que va sumir a la gran mayoría del pueblo español en la más absoluta miseria y preocupándose de las reservas del BCE sin pensar siquiera en las de la despensa de una familia media.

Es muy triste que se hable de «estado de bienestar» si ni con un trabajo fijo, una pareja estable y la única aspiración de una vida tranquila se puede ser feliz. Simplemente, seguiré secándome las lágrimas cada día para que mis clientes no vean que estoy jodido, animándome al mirar la playa por la ventana mientras me acabo de despertar con mi café matutino y dando las buenas noches a la foto de aquel beso que nos dimos en un chiringuito de la playa de Los Álamos pocos días después de conocernos. No voy a dejar de dar pasitos con la esperanza de que algún dia el billete sea de un solo trayecto, aunque tarde toda una vida en llegar. La esperanza con su verde luz iluminará cada intento y prometo lograrlo le pese a quien le pese y, cuando lo haga voy a dedicar mis esfuerzos a reírme de quienes cavaron zanjas en mi camino, cuando los vea en las riñas de patio de colegio en las que se ensalzan como quinceañeras por ver quien se lleva el pedazo más grande sin saber que su castigo es no tener nunca suficiente.

Sin más y esperando haber causado alguna sensación que le haya puesto en mi lugar por un momento, se despide siempre agradecido,

 Por J. Del Valle

8 comentarios

  1. Dice ser Pragmaticus

    NO haber votado al PPSOE.

    23 julio 2014 | 18:38

  2. Dice ser Carlos

    Llevas toda la razón del mundo, yo llevo varios años en el paro, y a veces pienso que en este pais sólo nos queda el derecho al pataleo. Tú, si eres joven sigue pataleando que alguien te oirá. Yo tengo la toalla en la mano y no sé donde tirarla. Un abrazo fuerte.

    23 julio 2014 | 18:53

  3. Dice ser LINCE 1

    Pues, amigo: Un personaje tan peculiar como Marhuenda (el tertuliano omnipresente) le diría usted que debería estar encantado. Acaba de decir, hace muy poco, que en su periódico hay trabajadores jóvenes que cobran 500 euros; y está tan contentos.

    23 julio 2014 | 20:21

  4. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    Todo es cuestión de cambio,
    el cambio que tanto cacarearon
    y que en práctica no pusieron,
    todo es tener voluntad
    de querer cambiar el sistema
    y la verdad es que podemos,
    las urnas dan esa posibilidad
    solo hay que escoger
    la papeleta adecuada,
    sin dejarse influenciar
    sin dejarse equivocar
    ni por bulos ni por miedos,
    pensando en que poder…podemos
    y podemos, porque somos muchos más,
    que los que nos están jodiendo
    la vida, la ilusión y voluntad.

    24 julio 2014 | 6:13

  5. Dice ser Type

    Hay que elegir: o la economía al servicio de las personas, o las personas al servicio de la economía. Lo segundo ya lo conocemos.

    24 julio 2014 | 13:00

  6. Dice ser Tia de SobrinoS

    Siento desanimarte mas pero yo no creo en la recuperacion de España y teniendo una situacion como la que tu desdribes hace seis meses decidi dejar mi trabajo e irme de España. Lo mejor de esa decision fue tomar las riendas de mi propia vida y dejar de vivir con miedo al futuro.
    Mi consejo para todos los jovenes, sin hijos e hipotecas sobre todo,es que se vayan de España. El mundo es enorme y esta lleno de posibilidades.
    España es una republica bananera….ah no ni siquiera es una republica, pero bananera es un rato.

    24 julio 2014 | 15:41

  7. Dice ser Brisha

    Te lo dire en pocas palabras: Eres joven y no tienes muchas obligaciones familiares? Buscate la vida, deja de trabajar para los demas y trabaja para ti, pide ayuda a los familiares y montate un negocio de lo «tuyo».
    Trabajaras lo mismo, ganaras (muy posiblemente) la misma miseria (despues de impuestos) pero tendras la satisfacion de ser un autoexplotado.

    Suerte en la proxima vida

    25 julio 2014 | 14:48

  8. Dice ser Cada día más fastidiados

    Los ladrones del bienestar, la ilusión y la esperanza se han apoderado de los gobiernos. La reforma laboral del despido y la precariedad deja totalmente desnudos a los trabajadores. Hay que elegir entre políticas para cuatro o políticas para la mayoría.

    27 julio 2014 | 23:57

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