¿Es la Tierra de Liliana nuestra Tierra? Uso mayúsculas para poder seguir en la distancia la luz que exhalan las páginas. Editado por Páginas de Espuma en 2022, estos son cuentos de un terruño lejano, infectado de radio y celsio, luminoso en la enfermedad, bello en la regeneración. ¿Es Ciencia-ficción cuando carne y metal no discuten? Vengo de unas lecturas en este mismo blog en las que el animismo andino se mezcla con la construcción de sociedades imposibles, urbanismos que escapan a la comprensión, confluyen en relatos que nos recuerdan que el pasado olvidado puede convertirse en el mejor presente. Más allá de la capacidad narrativa de Liliana Colanzi, que es sobresaliente y evocadora, está su manera de trasladarnos a través de la sangría que separa las distintas corrientes espacio-temporales con la única guía de la poesía que suena a través de sus dedos: un teclado, una máquina de escribir, un simulador de vida.
Generaciones que se acumulan en vientres ajenos, calles estrechas llenas de entradas para almacenaje y descarga de datos, ciudadelas que se erigen como faros malditos para ermitaños y alimañas con alma. El pisco psicodélico, el aire escaso, los dioses olvidados que algún día volverán al corazón de sus devotos, convirtiéndolos en un delivery extraño de dimensiones inescrutables. Seis relatos que giran sin continuidad aparente pero que, de alguna manera extraordinaria, atrapan tu corazón, amante del futurismo, del desvarío social, de la proteína básica de la que está hecha la materia, aminoácidos en el cielo, circuitos en la vasta profundidad del terruño.
La cueva, con la que se abre el libro, nos transporta en todas las direcciones de la física tradicional y en alguna de las dimensiones no euclídeas, proponiéndonos antes que no existieron o que hemos olvidado y mañana a los que no llegaremos o hemos superado ya. Atómito es ciberpunk con mal de altura, hojas de coca sintética, música electrónica para el neurotrance, un hilillo de sangre que sale del aneurisma básico del que quiere olvidar. En La deuda y Los ojos más verdes nos detenemos, pasamos a ser Adela en el carrusel, más Mariana Enríquez que Solange Rodríguez Pappe. El camino angosto es una distopía de manual, maravillosa por lo que sugiere más que por lo que muestra y el final apoteósico que da nombre al libro, Ustedes brillan en lo oscuro es como volver a los años en los que los casetes del Aviador Dro o los Ronich se tomaban la vida menos en serio.
Liliana Colanzi es uno de esos descubrimientos que, como Philip K. Dick, solo se puede encontrar una vez. No es casualidad, es un espín dirigido por una divinidad andina.