Editado por el sello BONGO JOE RECORDS llega el primer largo de Blanco Teta. Abrimos la marmita: Todos los géneros en una marmita de punk vanguardista, hyperpop, thrash, punk, noise, ruidismo experimental… un debut ecléctico en todos los sentidos, una manera de expresarse profundamente expansiva donde el trabajo y la colaboración, en un mundo virtual como el nuestro, se esfuerza por ser lo más orgánica posible. Dame miedo, dame sangre, úsala para pintar consignas en la pared, abre un disco con “Shuga”. Son Carola, Carlos, Violeta y Josefina. Son María T-Ta con Gabriela Mistral montando las texturas que amalgaman los sonidos. ¿Éramos violentos por el Wifi o el Wifi nos hizo violentos? Escucha Wifimental y esuchca “ME KGO NEL LABURO” con Lucy Patané y el cello de Violeta García va tan rápido que nos sepulta como una pantera que se sube encima del cadáver de Dee Dee Ramone, en la Plata.
En la Plata hay aire fresco, de cumbia psicótica, por eso “Hoy no” tiene algo de Embajada Boliviana, de ser inclusivo en la decadencia del lustro. Estoy en Pánico, estoy en Perra Vida y estoy en Nina Hagen, tengo cuchillas afiladas detrás de los labios para que el beso duela como tienen que dolor los besos, así que subo la intensidad con “RnR”, se mete el calzón entre las nalgas, pienso en los dos minutos de gloria de las Vulpes. La velocidad de Carola en la batería y cómo Josefina Barreix escupe las palabras (aprovechando las cuchillas que lleva, recuerden). Hambre de perro, hambre de tormenta, llega “La luz” y la radio sintoniza voces que no deberían estar ahí, cintas abiertas que grabaron las últimas palabras de Poly Styrene, así, el susurro es tormenta en Ezeiza y se caerán todos los aviones que no lleven los coros de los Prisioneros, en psicosis formativa, Daniel Melero se puso falda para presentar sus revox al mundo. Llega “Perro” cuando todavía están los ecos de La Pestilencia. Hablé con Héctor, pero la punk era Andrea. Sin Andrea no habría nada, solo sed y los huecos que le dejaban a Celeste Carballo los señorones del rock nacional, “Rompe, paga”, eres peligroso, eres la falopa de los cerdos, que siempre buscan trufa… entre tanto ramalazo de rabia estilística se distinguen algunas cosas más personales del combo: voces discordantes procesadas, elementos ruidistas que juegan sobre fragmentos de electrónica y un violonchelo que ocupa el espacio habitual que tiene la guitarra en el rock más clásico. Bienvenidos a la dimensión elegida. Estáis tan cerca que os guiará el olor. Y el ruido.