Chile queda muy lejos y aquí nadie se ha enterado. Hemos sabido que había problemas porque la comunidad chilena en España está movilizando sus voces.
En su país las aguas no están calmas. Un grupo de mapuches de la Región de la Araucanía, en el sur, están intentando, desde hace tiempo, recuperar algunos de sus terrenos en territorios ocupados actualmente por grandes terratenientes. Se han producido varios enfrentamientos con la policía. En el último de ellos los carabineros mataron con un balazo por la espalda al indígena Matías Catrileo. Hay varios presos mapuches. Uno de ellos, la indígena Patricia Troncoso, mantiene una huelga de hambre líquida desde el 12 de octubre pasado. Ahogado por acusaciones sobre este y otros temas, esta semana renunció el Ministro del Interior chileno, Belisario Velasco, conocido por la implementación de un controvertido sistema de desmantelamiento de grupos subversivos que incluyó el empleo de informantes e infiltrados trabajando a sueldo para el gobierno.
Anteayer, en el consulado chileno en Barcelona, un grupo de 25 personas expresó su apoyo a la resistencia que llevan a cabo las comunidades mapuches. Al interior del consulado, repartieron octavillas, gritaron y cantaron mientras en el exterior cortaban la calle y desplegaban pancartas de solidaridad con los indígenas.
Hace unas semanas, Nélida Molina, de la Asociación de Chilenos en España (ACHES), nos llamó la atención por el mismo hecho, y ayer mismo nos envió un documento en donde se explica lo sucedido.
El clima se ha venido calentando desde hace un tiempo. Ya hace un año, una representante mapuche había venido a Madrid, invitada por la ONG Paz con Dignidad, para hablar sobre el sufrimiento de su pueblo y las violaciones estatales a sus territorios y a su integridad física.
Los chilenos en España exigen el fin a la militarización de las comunidades en conflicto, y la libertad a los presos políticos mapuches.
Noticia de la muerte de Catrileo, en Chile
Les recomiendo el documental ‘Apaga y vámonos’ de Manel Mayol, en el que se narra el atropello al que los mapuches se ven sometidos por parte de esa empresa españolísima llamada ENDESA (antes alemana que catalana), que en América latina no tiene ningún reparo en ejercer el caciquismo colonialista más descarado.
30 noviembre -0001 | 00:00