Seguro que muchos habréis visto la película animada de Disney Frozen, pero igual no imagináis que está inspirada en un pueblo que fue trascendental para un periodo de la prehistoria europea.
Frozen. El reino de hielo (Chris Buck y Jennifer Lee, 2013), narra la profecía que condena a un reino a vivir un invierno que nunca acaba y donde los protagonistas, Annay Kristoff, emprenden un viaje con un reno en busca de la Reina de los Hielos para que logre acabar con el hechizo. Hasta aquí todo normal, pero lo curioso de la historia es que el pueblo protagonista, Arendelle, se inspira en un lugar específico de las montañas de Austria.
Hallstatt es un pueblo tranquilo (o lo era antes de dispararse la locura turística por la película como podemos leer aquí) que no llega al millar de habitantes. No pasaba de ser un lugar lleno de encanto, bañado por un lago glaciar entre montañas, que ocultaba una enorme importancia histórica. El lugar fue tan trascendente que generó una cultura, la Cultura de Hallstatt, que se extendió por gran parte de Europa entre el final de la Edad del Bronce y los comienzos de la Edad del Hierro, en una cronología aproximada entre 1.200 a.C y 450 a.C. Principalmente es conocida como el periodo más importante del Hierro Europeo.
Situada a 73 kilómetros de Salzburgo, todo se generó a raíz de la aparición en el siglo XIX de una necrópolis en las cercanías. Formada por unas 2.000 tumbas, mostraba una sociedad que era característica de aquel periodo. Desde 1997, el paisaje forma parte del Patrimonio Mundial por la Unesco.
Preciosa foto del pueblo de Ciudad de Hallstatt (El Universo)
La Cultura Hallstática y la Edad del Hierro
Basada en una estructura de jerarquías guerreras, la Cultura de Hallstatt se extendió por gran parte de Europa, tanto hacia occidente como a oriente. Eran sociedades cuya economía era principalmente el cultivo y la ganadería, y estaban muy jerarquizadas, donde las élites controlaban los excedentes y las materias primas. La zona de Hallstatt destacaba en la minería de hierro y sobre todo de la sal. Aunque la metalurgia del hierro fue muy importante en la última etapa de esta cultura, fueron características las «espadas de antenas» fabricadas en bronce (aleación de estaño y cobre) como se muestra en la imagen inferior. Usaban moldes bivalvos, que eran dos piezas acopladas donde se vertía el metal líquido para darle la forma deseada.
Fabricación de las «espadas de antenas» de Hallstatt durante el Bronce Final (Amazon/Facebook)
Hallstatt y el mundo funerario
Una de las áreas más importantes para la arqueología siempre es la relacionada con el mundo funerario, ya que suele ser la que aporta las mayores evidencias de las sociedades antiguas. En la Cultura Hallstática aparecen las dos grandes tendencias, la incineración y la inhumación. La primera heredada de la Edad del Bronce, por la influencia de la Cultura de los Campos de Urnas. Con la llegada del Hierro cambió esa tendencia, que no dejaba de ser una moda, y aumentaron las inhumaciones. En las tumbas de la necrópolis de Hallstatt hay paridad entre ambos tipos de enterramiento, casi un 50% de cada una.
Descubrimiento de la enorme «Cratera de Vix» en una tumba hallstática en la Borgoña francesa (La Borgoña turismo/El País)
Entre las principales características funerarias de esta época están las llamadas «tumbas principescas». Las élites guerreras dirigentes querían ser enterrados en lugar preminente y a la vista de todos, siendo uno de los principales símbolos de poder del mundo antiguo. Además solían sepultarse con grandes ajuares, como las armas típicas de los guerreros del bronce, cerámicas, objetos de valor como la famosa «Crátera de Vix» e incluso los carros que se usaban para el transporte del cuerpo gasta su última morada.
Recreación de una típica «tumba principesca» de Hallstatt en la Edad de Hierro (Pinterest)
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Hallstatt, el llamado pueblo más bonito del mundo, ya era archiconocido antes de que se estrenara la película, incluso tiene limitado el número de turistas desde antes. Otro yacimiento arqueológico inigualable de Hallstatt son las propias minas de sal. Por sus condiciones ambientales únicas se han conservado materiales blandos como madera, tejidos y cuero. Entre los restos se conservan herramientas, restos de comida, coprolitos e incluso algún cadaver de mineros accidentados o enterrados allí mismo y perfectamente momificados.
16 junio 2023 | 2:30 pm