De nuevo la serie Isabel y sus personajes aterrizan en el blog. Hoy vamos a hablar de un personaje importante y a la vez oscuro de la serie: El odiado y temido arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo.
El personaje de Carrillo recae en Pedro Casablanc (1963), que nos ofrece una gran actuación y del que nunca te puedes fiar. El actor español, nacido en Casablanca, es un habitual de las series aunque también ha hecho teatro y doblaje.
El Carrillo de la serie (como lo fue en la realidad) es ambicioso y no duda en aliarse con unos u otros para conseguir su fin: el poder. Eclesiástico, político y apasionado por los conjuros de la alquimia, fue un apoyo fundamental para Isabel de Castilla, sobre todo tras la fatal muerte de su hermano Alfonso. Sus aspiraciones eran tan altas que pensaba que reinaría junto a Isabel y Fernando, casi a modo de triunvirato.
Alfonso Carrillo, Arzobispo de Toledo
Alfonso Carrillo de Acuña (1412-1482) fue uno de los personajes clave en el final de la Edad Media en la península. Es un buen ejemplo de los últimos personajes medievales, un eclesiástico con ejército propio que deseaba el poder de un rey. España, aunque separada en reinos, era ya una realidad y se encaminaba hacia la modernidad de la mano de los Reyes Católicos.
El arzobispo Alfonso Carrillo era un defensor a ultranza de la unión de los reinos cristianos peninsulares
Consagrado desde joven a la vida eclesiástica (era sobrino de cardenal) siempre demostró un carácter belicoso y un gran apego por las armas. Su enorme ambición le llevó a cambiar de bando en numerosas ocasiones a lo largo de su vida. Con apenas 22 años ya era obispo de Sigüenza y entró a formar parte del Consejo Real de Juan II (padre de Isabel la Católica). Apoyó al válido Álvaro de Luna hasta que cayó en desgracia, poniéndose a favor de su sobrino Juan Pacheco. También se mantuvo al lado del nuevo rey, Enrique IV, hasta que decidió formar la unión nobiliaria contra el monarca. Aprovechó a los hermanastros del rey (Isabel y Alfonso) para tratar de derrocar al monarca de cualquier forma, incluyendo la teatral Farsa de Ávila (os aconsejo este artículo sobre este curioso acontecimiento: ‘La Farsa de Ávila, teatro contra Enrique IV‘). Propició el matrimonio de Isabel con Fernando de Aragón, llegando incluso a falsificar la bula papal necesaria para que los primos obtuvieran el legítimo matrimonio.
Sin embargo, el afán desproporcionado de poder que tenía el primado de España (ya era Arzobispo de Toledo desde la época de Juan II) le fue separando de «Los Católicos». Además el apoyo de estos a los Mendoza, incluyendo el capelo cardenalicio que logró Pedro González de Mendoza, el Cardenal Mendoza, al que aspiraba el propio Carrillo, terminó por socavar una relación que había sido muy provechosa para Isabel en tiempos difíciles.
Aprovechando la guerra entre los Reyes Católicos y el rey Alfonso de Portugal, que defendía el derecho al trono de su esposa, la niña Juana la Beltraneja de solo 13 años, volvió a cambiar de bando. La guerra no terminó bien para el portugués y Carrillo perdió su poder y gran parte de su fortuna. Falleció en 1482 en Alcalá de Henares, en cuya catedral reposan sus restos. Curiosamente era un gran aficionado a la alquimia, incluso escribió un tratado sobre ello, y dedicado a esa práctica, pasó sus últimos años.
Escena de la despedida de Isabel y Carrillo
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Otro cuyo poder emanaba del miedo del vulgo a un dios que creó el sol después de las plantas verdes.
25 mayo 2022 | 5:50 pm