Continuamos con los personajes de la serie de Isabel, esta vez con uno de los nobles más importantes de la corte y además miembro de la poderosa familia de los Mendoza.
Juan Meseguer interpreta al señor de Mendoza, el primogénito del marqués de Santillana y uno de los hombres más poderosos de Castilla. En la serie se resalta su compromiso y lealtad al trono, muy por encima de otros nobles como Juan Pacheco, en los que prima sus intereses personales por encima del reino. Calculador y muy político, lucha siempre por la estabilidad de Castilla incluso a sabiendas de que las decisiones del monarca no son siempre las mejores.
Diego Hurtado de Mendoza, duque del Infantado
Diego Hurtado de Mendoza (1415-1479) pertenecía a la casa de los Mendoza, asentados en Guadalajara y que formaban una de las familias más importantes del reino de Castilla. Era el primogénito de Íñigo López de Mendoza, I marqués de Santillana y Catalina Suárez de Figueroa. Tuvieron numerosa y distinguida prole, de los que destacaron, además de Diego, Iñigo (conde de Tendilla), Lorenzo (vizconde de Torija y conde de Coruña) y por encima de todos su quinto hijo, Pedro González de Mendoza, cardenal y arzobispo de Toledo, otro de los personajes clave en la serie y que trataremos próximamente.
Juan Meseguer como Diego Hurtado de Mendoza
Al igual que su padre, que fue muy influyente en las cortes de Juan II y Enrique IV, Diego tuvo un papel destacado aunque no tuvieron la buena relación que se muestra en la serie. De hecho en 1459 el rey expulsó a Diego de Guadalajara, ya que era una ciudad de realengo, a la que no pudo volver hasta 3 años después. La relación mejoró y el monarca le otorgó a sus herederos el título de conde de Saldaña. No obstante Diego siempre estuvo del lado de su rey Enrique IV, luchando por ejemplo en la frontera de Granada.
Se enfrentó a la Liga de los Nobles liderada por Juan Pacheco, otro de los poderosos del reino, y casó a su hija Mencía de Mendoza con Beltrán de la Cueva, que había desplazado a Pacheco como mano derecha del monarca. En el enfrentamiento dinástico entre el rey y su hermanastro el infante Alfonso, permaneció siempre fiel a Enrique. Durante la crisis sucesoria entre Isabel y Juana la Beltraneja, a la que había prometido ejercer de «guardián», apoyó la opción de Juana como legítima en los primeros momentos. Pero en 1473 decidió cambiar de bando, al parecer tras una reunión secreta camino de Dueñas donde anduvo «dos largas leguas a solas» con Fernando de Aragón. Sin duda fue decisivo el apoyo de Aragón a la candidatura de su hermano, Pedro González de Mendoza, al capelo cardenalicio que alcanzó ese mismo año. Dos años más tarde, los Reyes Católicos premiaron su fidelidad con el título de I duque del Infantado, cuyo nombre completo era de duque de las Cinco Villas del Estado del Infantado.
Como costumbre en la familia fue un mecenas de las artes y las letras. De hecho hay quién le otorga como posible escritor del Lazarillo de Tormes. También levantó grandes palacios como el castillo palacio de Manzanares, obra de Juan Guas. Diego se casó en primeras nupcias con Brianda de Luna, que era prima de Álvaro de Luna, condestable de Juan II y enemigo de su padre, con quién tuvo una gran descendencia. Entre ellos su primogénito Íñigo López de Mendoza, II duque del Infantado, que inició la construcción del precioso palacio que podemos disfrutar los guadalajareños (ver El Palacio del Infantado, la joya isabelina).
Además de señor de Mendoza y I duque del Infantado, también era II marqués de Santillana, II conde del Real de Manzanares y IV señor de Hita y Buitrago. Falleció en Manzanares el Real en 1479 a los 61 años.
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A quien le otorga como posible escritor del Lazarillo de Tormes es su sobrino nieto Diego Hurtado de Mendoza y Pacheco (1503 – 1575) quien fue bisnieto del marqués de Santillana, quien fue padre de Diego Hurtado de Mendoza y Figueroa, I Duque del Infantado (1417 –1479).
07 febrero 2022 | 5:39 pm