Nuestra recomendación de hoy nos lleva a los últimos momentos de la Guerra Civil Española. El último intento de la República para tratar de mantener la esperanza de una guerra que parecía ya perdida. Román Parrado nos acerca la historia desde la inocencia de unos reclutas demasiados jóvenes que chocaron con la realidad de la guerra.
Ebro, de la cuna a la batalla (Román Parrado, 2016) es una película de homenaje a aquellas generaciones de adolescentes que ambos bandos enviaron a una muerte casi segura. El filme contó con medio millar de extras y se rodó en muchos de los lugares donde sucedieron los hechos que narra. Obtuvo el el Premio Gaudí a la Mejor Película para la TV en 2017.
Aparece la llamada Quinta del Biberón, aquellos jóvenes que fueron movilizados por Manuel Azaña de manera casi desesperada ante la necesidad de soldados en el bando republicano y enviados al frente en 1938. Nos muestra personajes como Pere Puig (Oriol Pla), un pastor que debe tomar el fusil o Fermí Quintana (Enric Auquer), un miliciano voluntario que trata de encontrar a su hermano desaparecido, y que nos muestra otro de los dramas de las guerras civiles, familias y amigos enfrentados.
Nuestros personajes viven sus historias personales en medio de un frente que desconocen, con esperanzas inventadas y dirigidos por unos políticos cuyas discrepancias resultan fatales para todos. Otro de los temas que nos muestra el director son las diferencias entre Manuel Azaña (Manuel Morón), presidente de la República y Juan Negrín (Adolfo Fernández), presidente del gobierno, sobre como solicitar la ayuda de las potencias extranjeras y la necesidad de continuar la guerra. Ante el avance de las tropas franquistas y las disensiones en el gobiernos de la república, Francia e Inglaterra no parecen demasiado interesadas en ayudar a la República y menos ante la más que probable guerra en Europa.
La Quinta del Biberón
Formado por reclutas nacidos en 1920 y 1921, llegaron tan jóvenes al frente que la ministra anarquista Federica Montseny les puso el nombre por el que han pasado a la historia.
«Estos chicos todavía deben tomar el biberón»
Federica Montseny
La batalla del Ebro comenzó el 25 de julio de 1938, cuando el ejército republicano cruzó el río Ebro tratando de cambiar la trayectoria de la guerra y de paso intentar convencer a las potencias europeas para que se implicaran en el conflicto. Se enfrentaron un cuarto de millón de soldados durante 115 días con un trágico balance de 30.000 muertos, 75.000 heridos y 15.000 prisioneros. La mitad los soldados fueron bajas tras la batalla.
Tráiler Ebro, de la cuna a la batalla (Román Parrado, 2016)
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