En su día se presentaron como la salvaguarda del Planeta, como el camino que iba a eliminar las enormes desigualdades que se pueden apreciar dentro de un país y entre países distintos; entre el rico mundo occidental y la pobre África, que soporta tantos males que parece que son eternos. Tanto que se han convertido en los nexos de la vida social, económica y ambiental de los africanos. Reclamamos la atención porque si no están muertos sí que vienen languideciendo hace tiempo, sostenidos en un limbo de cuidados paliativos. Casi nadie se acuerda ya de la coronita identificativa que tanto lució en las chaquetas de gentes importantes. ¿Pasa solo en España? No, toda Europa ha difuminado los colores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Muchas veces me he preguntado, siempre con retraso, si los políticos, los grandes empresarios o la gente corriente estaban al tanto de lo que significaban los ODS. Indulgente como soy daba por supuesto que se había iniciado un camino de no retorno hacia ellos, al menos en la rica Europa. Ahora veo que no. La dejadez, la eliminación de ciertas metas problemáticas cunde como las moscas. Mi impresión personal es que estamos muy alejados de lo que debería ser. Me reafirmo en esta posición cuando leo el Informe completo sobre el desarrollo sostenible de Europa 2023/24
Elecciones europeas, el futuro de Europa y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Vamos a comentar algunas situaciones ahí referidas, a destacar los logros pero también a reñir a quienes detentan el poder (económico o social) por su dejadez “odsiana”. Resaltemos que los objetivos y metas habían sido firmados por los países; se supone que la cadena de valor llegaría hasta la ciudadanía y la biodiversidad; ambas verían detenidos los problemas soportados cuando todo se rubricó y deberían encontrarse ya en cierta mejora.
Yendo a lo concreto que subraya el informe (quinta edición). La evaluación actual es la quinta que se realiza. No se trata de acumular datos sino de enfrentar situaciones actuales en relación con las próximas elecciones europeas y la Cumbre de la ONU próxima. Extractamos, resumiendo mucho, que “en el contexto de un mundo fragmentado y multipolar, la EDR 2023/24 exige una acción decisiva por parte de la UE para evitar peligrosos puntos de inflexión medioambientales y sociales del futuro”. A lo largo del documento se evalúa el progreso de 38 países en los ODS (los estados miembros de la UE, algunos países de la Zona Europea de Libre Comercio –AELC-, países candidatos a la ampliación de la UE, además del Reino Unido). Los países del norte copan los primeros lugares en hacer bien las cosas, como casi siempre: Finlandia, Suecia y Dinamarca encabezan la clasificación. Pero el informe no se queda únicamente en las puntuaciones generales que permiten aventurar qué gobiernos o parlamentos creen o no en los ODS. También se presenta un índice de efectos indirectos especial, algo que suele obviarse y un índice de actuaciones “para no dejar a nadie atrás”, que durante bastante tiempo fue el mensaje más escuchado cuando se hablaba de los ODS, de sus objetivos y metas.
En el documento, dentro de la web que hemos referenciado, se pueden ver mucho mejor la situación del conjunto y de los países si se accede a la pestaña “Explorar mapas interactivos”. Allí se accede al desempeño de los países en cada uno de los 17 ODS. Aparece la puntuación general con intervalos entre <65 y >80. Allí se despliegan mapas con el grado de cumplimiento de cada uno. Pero no nos quedemos solamente en lo global. También hace hincapié en las tendencias; nos permiten ver qué países van por buen camino. Si queremos conocer todavía mejor el conjunto y sus partes hemos de profundizar en cada uno de los 110 indicadores cubiertos.
Pero lo realmente ilustrativo, a veces descorazonador, es revisar la gran tarea pendiente: no dejar a nadie atrás. En este mapa se despliegan, por países, el porcentaje de personas que sufren pobreza y privaciones materiales, las desigualdades de ingresos, el acceso y calidad de los servicios y las desigualdades de género. De todas estas cuestiones se dan detalles pormenorizados sobre algunas variables. El explorador de datos presenta datos históricos de los países desde el 2.000 en adelante. Se puede acceder al conjunto, todos los países a la vez, o seleccionar países específicos para comparar. Lo mismo sucede con lo que allí se nombra como índice de derrame (Impactos ambientales y sociales incorporados al comercio, economía y finanzas, seguridad en relación con el comercio de armas).
Tan incierto está el cumplimiento de tantos países en tantos indicadores, tan despacio van las actuaciones reales, que la SDSN se ha visto obligada a redactar una especie de 10 mandamientos para demostrar que se sigue siendo creyentes. En su deseo de mantener a la UE en la cabeza de la apuesta por los ODS a escala mundial es obligado (copiamos textualmente):
- Responder al grave peligro de los “puntos críticos sociales” reduciendo significativamente el riesgo de pobreza y exclusión social de los ciudadanos europeos.
- Redoblar los esfuerzos para lograr emisiones netas cero en la UE para 2050, incluyendo avances importantes para 2030.
- Fortalecer a las autoridades regionales y locales para lograr los ODS, incluido el seguimiento y la presentación de informes periódicos sobre el progreso de los ODS en todos los niveles.
- Frenar las repercusiones indirectas negativas y apoyar la transformación hacia un sistema de comercio sostenible.
- Hacer uso de Equipo Europa para la diplomacia global de los ODS y fortalecer espacios de debate diversos y universales, especialmente las Naciones Unidas.
- Intensificar el papel multilateral de Europa liderando los esfuerzos globales para reformar la arquitectura financiera global.
- Reorientar las alianzas internacionales de la UE hacia los ODS y avanzar hacia una cooperación mutuamente transformadora.
- Movilizar los medios financieros para apoyar las transformaciones necesarias para lograr un futuro sostenible.
- Institucionalizar la integración de los ODS en la planificación estratégica, la coordinación macroeconómica, los procesos presupuestarios, las misiones de investigación e innovación y otros instrumentos de políticas públicas.
- Establecer nuevos mecanismos permanentes dentro del Parlamento Europeo para una participación estructurada y significativa con la sociedad civil, incluida la juventud, que permitan una incidencia en las hojas de ruta y las políticas con enfoque ODS.
¿Qué decir de esa España mía, esa España nuestra?, que nos cantó Cecilia hace casi 50 años. Echémosle un vistazo al gráfico y que cada cual seque sus conclusiones. Solo decir que mantiene la posición 22 (de 34) durante tres años, que su índice de complimiento no llega al 70 %. Escaso bagaje para un país supuestamente muy implicado. Demasiado rojo (quedan grandes desafíos), bastante naranja (restan desafíos importantes), algún amarillo (los desafíos persisten) y ningún verde. No nos perdamos las tendencias (flechas) que pueden ser verdes (logros que se mantienen), amarillas (mejoran moderadamente), naranjas (estancadas) o rojas (empeoran, decrecientes).