La cosa no va de broma ni trata de pervertir la imagen de España. La cadena de los muñequitos Legoland tiene varios parques temáticos en Europa (Suecia, Dinamarca y Alemania, al menos). Allí niños y niñas, también mayores, representan escenas de vida. La idea está bien, deja correr la imaginación y suscita afectividades varias. Por lo que he leído hay también parques de esos por todo el mundo: EE.UU., Malasia, Dubái, Japón y Corea. Además se puede mirar ese universo lúdico sin salir de casa, simplemente entrando en la página Legoland y “a jugar”. Me encanta hasta el motivo por el que se llaman ‘lego’: las dos primeras letras de las palabras danesas «leg” y “godt», que significan juega bien.
Si se aburren, Uds. o sus hijos, pueden visionar varios cortos sobre el asunto. Interesante la Historia de Lego en español, o lo que de él cuenta National Geographic. Pero hay mucho más en la red. Los muñequitos tienen múltiples ingredientes para atraer la atención de pequeños y mayores. Yo mismo he jugado con mi hija con ellos y ahora lo hago con mis nietos. Quién se lo iba a decir en 1932 al danés Ole Kirk Kristiansen. Una cosa más: me gustan estos “muñelegos” porque, que yo sepa- no han explotado el mundo de las guerras, tan presentes en otras promociones infantiles. Por cierto, no estoy haciendo propaganda de la marca.
Lo de Playmobil también tuvo su importancia desde que en 1974 se presentó en el salón de Núremberg con gran éxito. Lo cierto es que entre unos y otros diseños de juguetes nos plastificaron los juegos infantiles. Intrínsecamente hicimos del plástico un compañero emocional. ¿Tendrá algo que ver que de mayores no se haga una lectura crítica del sobreuso del plástico? ¡Quién sabe!
Sin dogmatismos innecesarios, pocas personas negarán que vivimos plastificados, para bien y para mal. Para bien porque disponemos de muchos objetos y materiales de plástico que nos facilitan la vida, cada día y cada momento. Una vez planteé en clase de secundaria que mis chicas y chicos contasen los elementos, objetos, cosas en donde veían plásticos en su día a día. Para incentivarlos me llevé unos cuantos “muñelegos”, los que pensaba eran representativos de escenas cotidianas, con algunos vehículos y maquinarias incluidas. También diversos animales de la granja. Sin ser minuciosos en su trabajo, la cifra superaba los cientos.
Aquello, he de confesarlo, quedó como una competición por ver quién anotaba más, sin preguntarse el para qué. A pesar de mi insistencia en el desarrollo en clase de actividades relacionadas para distinguir: el plástico malo de un solo uso del menos malo, el de las bandejas de los productos alimenticios frente a las bandejas de cartón, las bolsas de papel que salen en las compras de las películas americanas frente al desfile plástico que podemos apreciar si nos ponemos en la puerta de cualquier supermercado. Para más inri les propuse filmar con el móvil las salidas de la gente de las grandes superficies; más de la mitad de las personas que salían portaban una o varias bolsas de plástico en sus manos. Y más cosas que no merece la atención repetir. Reflexión final: no se sabe qué pasará después, pero el plástico que tanto bien y mal nos hace queda incorporado al esquema mental y no estorba.
En mis delirios ecosociales veía a mis alumnos como muñequitos Lego y Playmobil, en un mundo imaginario en el que no había malos. Así se lo hice saber y provoque algo más que risas. Pero no todo es jugar bien con los plásticos. Jugar es un dominio de la imaginación. La vida es realidad es un juego con otros condicionantes: a lo lúdico se añade lo práctico, lo emocional, los afectos, la experiencia compartida, la búsqueda de un bien colectivo, etc. Pero es que en estos momentos España sería ‘Plastiland’.
Sin entrar en honduras más complicadas, me he entretenido en dos web de fácil acceso. En la de elPeriódico –con textos de Valentina Raffio e infografías de Ramón Curto) hay una secuencia muy ilustrativa, sin nada de demagogias. No se la pierdan, aunque anoto lo más notable que allí se dice:
- Los entresijos legales eternizan la guerra contra el plástico de un solo uso
- El planeta está cada vez más inundado de plástico. La producción se ha multiplicado por dos en las últimas décadas y sigue aumentando a ritmos que dejan paralizados hasta a los mares.
- España es uno de los países europeos que más plásticos consume: el 40 % de un solo uso, casi todo envases de usar y tirar.
- Se estima que cada día los españoles consumen unos 51 millones de envases de bebidas.
- De estos envases, solo 20 millones se reciclan correctamente. Los 31 millones restantes acaban o arrojados en el suelo o vertidos en contenedores genéricos donde no se pueden reciclar.
También dice este artículo de elPeriódico muchas más cosas que seguro interesan a toda la ciudadanía. Anotamos lo que V. Raffio identifica como retos pendientes:
- Hay que consumir cada vez menos pajitas.
- Hay que recordar con carteles grandes y campañas donde sea, con alertas a los comerciantes que la venta de productos desechables como pajitas y cubiertos de un solo uso no está permitida ni en España ni en la UE.
- Afortunadamente, cada vez se compran menos pajitas de plástico. Además, los cubiertos de plástico están siendo sustituidos por otros elaborados a partir de materiales más sostenibles.
- Un poco sí que vamos reduciendo, algunos, los plásticos de un solo uso.
- Atentos cada día al reto que tenemos planteado: todavía queda un largo camino para erradicar del todo este tipo de productos desechables.
Es de justicia hablar aquí del empeño de Greenpeace para acabar con los plásticos de un solo uso y su recogida. Anotamos trece consejos –en algunos casos ya se ha dicho antes-, que ya son sabidos, para no cansar:
- Cambia las bolsas de plástico por otras reutilizables, carros o cestas
- No uses vasos, platos y cubiertos de plástico cuando estés fuera de casa
- Haz lo posible por comprar a granel y evita el exceso de envoltorio,
- Cambia los tápers de plástico por los de acero inoxidable o vidrio
- Evita el uso de cosméticos que tengan en su composición microesferas de plástico
- Bebe agua del grifo, no agua embotellada; a no ser que las autoridades sanitarias digan lo contrario.
- Elige envases para tus bebidas y líquidos que sean retornables, como el vidrio, en lugar de brik y botellas de plástico
- Reduce la exposición de los bebés y niños al plástico, no usando biberones de plástico ni lanzándoles cada día la botellita de agua mineral
- Busca juguetes de madera, tela, o de látex y caucho natural
- Di no a las maquinillas de afeitar desechables
- Intenta conseguir productos de higiene y cuidado personal que no estén envasados en plásticos y que no contengan microplásticos en su composición
- Evita los productos de limpieza envasados en plástico; hay otras alternativas
- Si es imposible reducir más tu consumo de plástico, recuerda reutilizar esos productos en la medida de lo posible y, en último caso, tirarlos al contenedor correspondiente
Ya perdonarán por la insistencia. Hemos hablado bastantes veces del asunto. NO queremos culpabilizar; simplemente añadir a gente a la causa común que es reducir los plásticos de nuestra vida, sobre todo los inútiles como los microplásticos o los de un solo uso. Por cierto, me ha quedado una duda: ¿se recicla el plástico de los legos? En esta entrada de la marca se habla de que unas partes sí, pero he leído en Euronews que no. Es más, noticias posteriores hablan de que Lego ya no fabricará sus piezas con plástico reciclado debido a sus costes, pero no abandona la idea de hacerlo hacia 2030; el año de nuestra Cima. ¿Nos unimos a la aventura? Si tarda en decidirse puede informarse del asunto en National Geographic.
A mi me marcó mucho más Playmobil
13 febrero 2024 | 3:27 pm
Muy interesante de verdad
13 febrero 2024 | 3:37 pm