Casi cada día los medios de comunicación nos traen noticias de la llegada de mujeres y hombres, también niños, a las Islas Canarias y a zonas costeras del Mediterráneo comunitario. Buena parte de ellos no habrán oído hablar de las Agendas 2030 –que buscaban la desaparición del hambre y la pobreza mundiales entre otras muchas cosas-. En sus países, el silencio humanitario es una nada sepultada por intereses diversos de quienes allí mandan o de las naciones y compañías que les usurparon su porvenir.
Se cumplen ahora 8 años desde que publiqué en el blog Ecos de Celtiberia Inmigrantes emigrados, aislados en cuadrículas verbales de soliloquios escritos con tinta de un color indeterminado, pero claramente evanescente. A propósito de la corriente de migrantes que huían de Siria y otros países en dirección a la rica Europa. Desde entonces hemos acumulado demasiados sucesos que han tenido a los migrantes como protagonistas. No me resisto a publicar parte de lo que recogía la entrada:
Salieron para llegar. Llegan y nadie los quiere. No saben donde se encuentran aunque tengan mapas y GPS. Se miran desconsolados, chillan la verdad pero nadie la escucha, o no entiende esa verdad. Muchos de los que arribaban eran encajonados en tierras de frontera física y combate ideológico, como si se mantuviesen en cuadrículas de estabulación. Los políticos dicen mucho aunque no hablen. Cuando soliloquian ya nadie los cree, o las conciencias se sienten agarrotadas y no pueden decir ¡Basta ya! Al poco tiempo los migrantes desaparecieron de las portadas de los periódicos; son evanescentes.
Por las mismas fechas, los líderes mundiales –en el marco de la ONU- adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo de esta tiene metas específicas que debían alcanzarse en los siguientes 15 años.
Ahora estamos más o menos a la mitad del tiempo programado, año 2030, para rellenar las Agendas 2030. Por este motivo recogía en mi blog en julio de este año “La tragedia y el odio creciente sacuden varias veces a los inmigrantes”. Me siento obligado a repetir lo que entonces decía, una reflexión algo musicada para hacer más llevadera la desilusión, o para reclamar la acción para la esperanza.
Asustados estamos de la pandemia de odio que se está generalizando en Europa, en España incluso en los parlamentos y gobiernos regionales. ¿Qué será pasado mañana? España fue mucho tiempo lugar de salida, de búsqueda de una vida mejor. Juanito Valderrama puso canción a las añoranzas pero se dejó olvidado el sufrimiento. La huida de los migrantes, lo que dejan atrás, les hará sentirse extranjeros allá donde vayan, como canta Bunbury.
Hace ya casi seis años que publicamos, tras un verano sangriento, esta entrada en el blog: 6.300: algo más que el número de migrantes rescatados del Mediterráneo en un solo día. Es una tragedia humanitaria que lastrará para siempre la ética global. La podríamos publicar cada mes. También preguntarnos cada día por qué ese rechazo a los extranjeros. Los detentadores del odio deberían explicarnos sus razones. Nosotros a escuchar con atención aquello que dijo Leonard Cohen en Le partisan.
Asusta pensar lo que hay detrás de esa gente que va en la barca, que salta al agua en busca de un agarradero que le abra las puertas de la vida. ¿Cuántos de los más de 5 millones que habitan en España llegaron así? Tragedia tras tragedia; aquí encontraron casi siempre exclusiones y odios.
Cada vez aumenta más rápido el número de inmigrantes fallecidos. Han transcurrido seis años y la indiferencia social no deja que entre en su mente la solidaridad. Más bien gana terreno el odio al inmigrante pobre, mal vestido; mucho peor si no es blanco. No si es estrella de un deporte, aunque el odio a los futbolistas negros se especifica en varios campos de España. Es negro simiesco el del otro equipo y es jugador admirable el del nuestro, mucho más si mete goles. Asusta pensar lo que habrá detrás de las palabras del señor Abascal asimilando extranjeros y delincuencia. El fomento del odio es un delito que debería tener responsabilidad penal, más aún si lo promueve un jefe de estado como Viktor Urban en Hungría.
Aunque nada más fuera por egoísmo laboral tendríamos que llamarlos. Dentro de unos años la mano de obra en determinados sectores económicos será casi toda extranjera. Los xenófobos pedirán echarlos aunque se hunda nuestra economía para salvar nuestra identidad religiosa y política, como en cierta manera ocurrió (1609) en algunas zonas de España con los moriscos. Qué añadir al pensamiento de los europeos-as hace año y medio: sobran inmigrantes.
Caminando fronteras denuncia que 951 personas han perdido la vida en su intento de llegar a España en lo que llevamos de 2023. En su intento de llevar una vida compartida con el continente donde ellos imaginaban que reinaba la ética y la democracia. Allí donde hoy, suma y sigue, los partidos políticos que quieren expulsar al inmigrante como primera acción política entran en los Parlamentos y Gobiernos -votados también por gente de buena fe que se deja arrastrar por sus mentiras-. Miedo da pensar qué son capaces de hacer los votados y sus votantes. Unámonos en torno a las palabras de Manu Chao, para evitar llamar clandestino o sin papeles a aquellos que de forma no regularizada llegan a Europa.
Nos quedamos con la tristeza amable, a pesar de eso reivindicativa, de Georges Moustaki y Zazie en La métèque. Hablan de alguien con facha de extranjero, judío errante y pastor griego. Para que hagamos de cada día una eternidad de reconocimiento a los extranjeros, como Nícola di Bari versionaba en español la canción del griego errante. Sin ellos poco más de nada seremos nosotros de aquí en adelante.
Nos hemos asomado al Informe de Desarrollo Sostenible 2023. Allí se dice que: «Por tercer año consecutivo, no hay avances en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel mundial y el mundo corre el riesgo de perder una década de avances. Allí se pide que se revise la arquitectura financiera mundial para hacer frente al déficit crónico de financiación de los ODS. También que España mantiene la posición número 16 del Índice ODS, encabezado en las 20 primeras posiciones por países europeos».
Pero también hemos mirado hacia las Agendas 2030 en África, el continente que aporta mayor número de migrantes que intentar llegar a países donde son algo de verdad los ODS. Hemos encontrado que un camino hacia los ODS en silenciar las armas en África. También que se necesita una acción acelerada para que África alcance los ODS y las metas de “la agenda 2063”. Que según Ayuda en Acción la Agenda 2030 es el mayor desafío para África. Que el International Science Council está implementando propuestas desde un programa de investigación conocido como Investigación integrada líder para la Agenda 2030 en África (LIRA 2030 África). Pero también hemos leído en SDGN el estudio sobre cómo van los ODS en África. Decepciones múltiples en el horizonte.
Varios periódicos europeos mantienen una página dedicada exclusivamente a los migrantes. 20minutos también. Parece que es un asunto del que se quiere informar a los lectores porque es importante entender las variables de la migración y las ventajas de llevar a cabo un buen acogimiento. El flujo no hace sino crecer. A fecha de hoy habrán llegado en 2023 más de 11.000 migrantes a las Islas Canarias. El ánimo se nos viene abajo cuando EE UU va a hacer crecer su muro “trumpiano”. Además, parece que la Cumbre de la UE, que se celebró en Granada durante estos días, va a suponer a corto o medio plazo una política mucho más restrictiva hacia la inmigración. Lo ha encaminado con maniobras nada humanitarias que impulsan Víktor Orban (Hungría), Giorgia Meloni (Italia) y compañía. Atentos a cómo tratan a partir ahora a los migrantes en ambos lugares y en la democrática Unión Europea.
Excelente artículo, como siempre! Te seguimos desde casi cuando empezaste el blog Ecos de Celtiberia! Un abrazo, sigue así!
11 octubre 2023 | 5:22 am
La migracion es un problema y hay que distinguir entre solidaridad y darle casa a miles y de personas indocumentadas
11 octubre 2023 | 11:32 am
La migración es un tema complejo que requiere un enfoque equilibrado y humanitario. La solidaridad hacia quienes migran buscando una vida mejor es fundamental, pero también es importante tener en cuenta la legalidad y la capacidad de un país o comunidad para acoger a nuevos habitantes. Es esencial abordar las causas subyacentes de la migración, como la inestabilidad política, la falta de oportunidades económicas y los conflictos.
A la vez, es importante establecer políticas claras y justas que no solo protejan los derechos de los migrantes, sino que también consideren el impacto social y económico en las comunidades de acogida.
La integración de inmigrantes en la sociedad incluye proporcionar acceso a la vivienda, educación y empleo, todo ello dentro del marco de la ley. Se debe fomentar la inclusión social para que tanto los migrantes como las comunidades de acogida se beneficien mutuamente y se promueva la cohesión social.
05 noviembre 2023 | 9:53 pm