Archivo de abril, 2024

Algunas razones para apoyar a UNRWA

Es de todos conocido que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWAUnited Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East, por sus siglas en inglés) se empeña en paliar un poco las desgracias que inundan la vida de los refugiados palestinos que sobreviven, malviven, en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y la Franja de Gaza. Su acción reparadora no viene de ahora. Se creó en octubre de 1949 para socorrer a los palestinos expulsados (unos 700.000) tras la guerra árabe-israelí de 1948 y la creación del estado de Israel. Personas que quedaron a la intemperie física y mental. Por tanto, hace muchos años que mantiene escuelas y hospitales, presta los servicios sociales y ayuda de emergencia, intenta empujar el desarrollo económico a través de proyectos sencillos. Soluciones temporales que duran ya 76 años.

En aquellos territorios olvidados la vida de las personas refugiadas, extranjeros porque son palestinos, ¡vale tan poco! En 2017, antes de la guerra que ahora nos conmueve, la propia UNRWA cifraba los refugiados en casi 6.000.000. Ahora, tras los atentados terroristas de Hamás en Israel y la posterior masacre del ejército israelí, la vida de los palestinos vale menos que nada para la ética global, esa entelequia existencial que la gente bienintencionada persigue. Pero aquí no vamos a hablar de enormes responsabilidades políticas, ni del enorme abandono mundial que sonroja a la mayoría de la ciudadanía, de la falta de ética que todo lo inunda. Nos vamos a centrar en las razones por las cuales apoyamos y ayudamos económicamente a la Agencia de la ONU:

  • Porque más de 30.000 personas han perdido la vida, han sido asesinadas. De las cuales el 70% son mujeres y niños.
  • Porque son casi 75.000 las personas que han sido heridas y necesitan cuidados médicos urgentes.
  • Porque los desplazados se acercan a 1,7 millones.
  • Porque la violencia castigadora del ejército israelí se ha extendido también a Líbano y Cisjordania.
  • Porque el gobierno de Israel pretende poner fin a las actividades de UNRWA en Gaza.
  • Porque sus instalaciones (escuelas y hospitales incluidos) han sido blanco de ataques desde el comienzo de la guerra.
  • Porque su personal es maltratado por el ejército israelí. Se acumulan ya 178 miembros de la Agencia muertos.
  • Porque la gente de UNRWA ha sido acusada de colaborar masivamente con los terroristas de Hamás.
  • Porque 17 naciones, entre ellas EE.UU, Alemania, Suecia, Japón, Suiza y Francia –supuestos modelos de democracias solidarias- retiraron sus aportaciones a UNRWA tras esas acusaciones infundadas. Entre todas suponen el 68% de la financiación. Por el contrario, España donará 3,5 millones extra, mientras se dice que permite la exportación de armas a Israel. Ahora algunas se han vuelto atrás en la decisión equivocada tras el informe exculpatorio de la ON.
  • Porque hemos conocido un informe encargado para verificar si era cierta la colaboración con Hamás. Sus conclusiones señalan que Israel aun no ha aportado ninguna prueba.
  • Porque UNRWA certifica que dispone de un número significativo de mecanismos y procedimientos para garantizar el cumplimiento de los principios humanitarios, haciendo hincapié en el principio de neutralidad, y que posee un enfoque más desarrollado de la neutralidad que otras entidades similares de la ONU y de las ONG».
  • Porque han transcurrido ya seis meses de destrucción de las propiedades y recursos de los palestinos.
  • Porque seis meses de destrucción y dolor son una prueba de que la ética global no existe.
  • Porque UNRWA ha proporcionado refugio ante las bombas a más de un millón de palestinos en sus instalaciones. y atención médica
  • Porque 816 trabajadores y trabajadoras sanitarios de UNRWA trabajan para proporcionar miles de consultas médicas al día.
  • Porque han mantenido consultas de atención psicológica a 590.000 personas.
  • Porque procura a los refugiados palestinos desde hace años alimentos de alto valor energético, 10.000.000 de latas con alimentos varios y 6.800.000 unidades de lácteos (quesos) y casi 24 millones de litros de agua.
  • Porque ha tenido que socorrerlos con cosas tan básicas como unos 250.000 colchones, más de 100.000 kits de higiene familiar.
  • Porque cortar la ayuda a UNRWA significa dejar a 500.000 estudiantes sin educación, a 6.000.000 sin salud. A 2,3 millones de palestinos en Gaza sin ayuda humanitaria.
  • Porque si no tiene nuestra ayuda económica corre el peligro de quedar reducida a mínimos. Donar es apoyar a UNRWA pero sobre todo solidarizarse con quienes sufren.

En fin, porque UNRWA aspiraba a acercar a los refugiados a la Cima 2030 y los ve caer irreversiblemente en la Sima 2030.


(Europa Press/Ashraf Amra)

Europa en verde oscuro casi negro

Cada día que pasa los representantes, ¿nuestros?, de la Unión Europea y del Parlamento nos someten a un susto nuevo a quienes todavía creemos un poco en aquello tan publicitado del New Deal Europe. Da la impresión de que muchos de esos políticos andan a lo suyo, o a lo que les marcan sus líderes, que deben estar muy presionados por los poderes económicos u otros intereses de grupos de presión. Sea por lo que fuere se olvidan de lo nuestro (de todos es y a nadie pertenece). A la vez nos dejan en mal lugar a quienes mantenemos la necesidad de caminar hacia la transición socioecológica de la vida. A quienes nos hemos dedicado a divulgar riesgos actuales del complejo mundo que nos rodea.

Iba diciendo que algunos, ¿incautos? teníamos una percepción subjetiva de la necesidad de “verdearnos”, demasiado benevolente por lo que se ve. Imaginábamos que el escenario global de los países (ricos y pobres, ricos con pobres, o ricos entre ellos) debía transaccionar hacia lo mejor de lo posible para todos, sí o sí. Tengo la impresión de que aquel verdeado europeo ha sido repintado, tanto en la acción política como en la creencia ciudadana. Si es así, el asunto es grave.

Las gentes corrientes nos olvidamos de que lo que sucede aquí en una consecuencia de aquello que se trajina en Europa, ¡Bruselas y Estrasburgo están tan lejos! Intento suplir mi ignorancia y despreocupación no asumida apoyándome en lo que otros saben. Esa es la razón por la que acudo con frecuencia a Europe Social. En esta ocasión trataré de entender por qué razón domina la contracción de la agenda electoral verde.

Imagen del pleno del Parlamento Europeo. (JULIEN WARNAND / EFE)

Cuando redacto estás líneas todavía no ha empezado formalmente la campaña para las elecciones europeas de junio de 2024. Sin embargo, los grupos del Parlamento europeo se lanzan dardos entre sí. La ciudadanía las obviamos. Pero no nos encontramos ante unas elecciones más, sino que los resultados de estas pueden ser un hito crítico en el devenir social de la Unión, de cada país. ¿Por qué lo digo? Leo con preocupación Más allá de la ‘contraacción’: la agenda electoral verde, un interesante artículo en el que ilustra la diferencia entre lo que marcan los partidos políticos y lo que piensa la ciudadanía. Por lo que parece los votantes quieren una transición justa y más, no menos, inversión verde antes de las elecciones europeas. Al fin y al cabo se trata de vivir como desean esos 15.000 ciudadanos y ciudadanas europeos que respondieron a la encuesta liderada desde el Hertie School Jacques Delors Centre. Hay que mirar el asunto porque los augurios son preocupantes. Reproducimos íntegramente una parte de lo que se dice tras la encuesta:

La mayoría de los votantes todavía desea una política climática más ambiciosa y apoyaría una serie de medidas concretas para reducir las emisiones. Sin embargo, apoyar a los votantes cruciales en el medio requerirá un mayor enfoque en la inversión verde y la política industrial y en medidas de compensación para políticas efectivas pero impopulares, como la fijación de precios del carbono. Las partes no deberían desperdiciar los próximos meses superándose entre sí sobre cómo atender la fatiga climática imaginada, sino competir sobre recetas concretas para ecologizar la economía.

Seguimos reproduciendo esa alerta de peligro que lanza el mundo ecosocial (ONG, Fundaciones y similares); nos avisa del riesgo de que la política de la UE cambie de dirección; siga una mucho menos social que ahora. Seguimos en Europe Social, que recomienda honestidad en las próximas elecciones al Parlamento europeo. Reclama que hoy es más necesaria que nunca la transición justa. Wouter van de Klippe desgrana en su artículo (2/04/2024) que a  menos que se pueda girar el dial político, las elecciones al Parlamento europeo de este año pondrán en peligro el medioambiente. Se basa para afirmar esto en que las encuestas anticipan una victoria de la derecha en junio, cuyas consecuencias serían catastróficas para el futuro medioambiental de Europa[1]. Según su percepción, el grupo de extrema derecha Identidad y Democracia (ID) podría ampliarse hasta casi 100 escaños en el Parlamento Europeo. Por contra, los Verdes/ALE se podrían quedar entre 40 y 60 representantes, dependiendo de la encuesta que se consulte. En el artículo se alerta de que ID, que incluye al Partij voor de Vrijheid (Partido por la Libertad) holandés y al Alternativa para Alemania de Alemania. Este no podría ser más explícito en sus objetivos: poner fin a la » cruzada verde» que dicen va contra la realidad como han demostrado los agricultores recientemente, y recortar los programas de transición justa.

La eurodiputada belga de Los Verdes, Saskia Bricmont, advirtió del peligro de volver a las andadas en política medioambiental, ya que la agenda política de la UE se inclina hacia cuestiones económicas y de seguridad. Sus palabras son preocupantes: «Lo que observo ahora es una reacción total», indica refiriéndose a sus oponentes en las próximas elecciones europeas. Motivos tiene pues incluso los progresistas que votaron con ellos en políticas climáticas, no están convirtiendo esto en una prioridad. ¿No es esto erosión democrática?

Según cuenta Euronews, cinco de las mayores ONG ecologistas con sede en Bruselas analizaron 30 actos legislativos clave en materia de medioambiente y les asignaron puntuaciones, de cero a cien, en función de si los legisladores apoyaban o rechazaban las medidas y objetivos más ambiciosos que los grupos políticos de la Eurocámara han venido defendiendo, calificando estos últimos de «prehistóricos«. Al final la ley de restauración fue aprobada, aunque nadie es capaz de calcular qué recorrido tendrá.

Varias ONG elaboraron hace unos días un cuadro de indicadores que, según ellas, clasifica a los grupos políticos y partidos nacionales de la UE basada en registros de votación sobre legislación sobre clima, naturaleza y contaminación. En este enlace la clasificación de los grupos políticos de España. Que cada cual saque sus conclusiones.

Sobre nuestras cabezas está el riesgo de que el próximo parlamento vea la mayoría absoluta de partidos europeos que odian el medioambiente, lo cual casa mal con democracias vivas y ejercientes para sus ciudadanos. Dicho esto, quienes estamos próximos a una política ecosocial en la Unión Europea debemos ir a votar. Una vez allí pensar que nuestro voto tiene un sentido y una finalidad concreta: un medioambiente vivo, con nosotros dentro, que no sufra semejantes erosiones como las que se atisban.

[1] https://www.politico.eu/article/right-wing-populist-surge-eu-election-policy/

Despiste plastificado

Me han llegado varios wasaps de mis colegas en la defensa de lo ambiental fechados en el 6 de abril. Todos incluían fotografías del verdeado con césped artificial del otrora Salón de la ciudad, como lo bautizaron ediles anteriores al actual equipo de gobierno. Todos los remitentes de los wasaps exponían la preocupación del plastificado verde de la plaza. ¡No será para tanto!, pensé en el primer momento.

Vista nocturna de la plaza alfombrada (P.P.)

Dado que al día siguiente debía desplazarme a una actividad impulsada por “Ciudad deporte”, esperé antes de formarme una idea del asunto. Una vez en la plaza confirmé el verdeado chillón al que se aludía. Supuse que lo del día anterior era una preparación del escenario acotado para realizar actividades organizadas por el Ayuntamiento dentro del ciclo “Hola, primavera”, entre ellas el deporte inclusivo. También me enteré que se quería impulsar el deporte para todos con vistas a la capitalidad europea del deporte que iba a ostentar la ciudad en 2027.

Vista la plaza, en perspectiva alejada, me chirriaba un poco el conjunto: decirle hola a la primavera con un tapiz plastificado. Menos mal que tres ejemplares de olivos de vivero adornaban el césped plástico. Le daban al espacio un poco de distinción. Pero esa perspectiva me produjo preguntas incómodas. Una ciudad EuroCities 2030, que no identificamos porque podría ser cualquier otra de las europeas que ostentan ese calificativo, debía ser cuidadosa ante la plastificación de casi todo.

Me surgió la duda sobre la demostrable belleza plástica: suponía una agresión de color al conjunto, rodeado de edificios singulares civiles y religiosos; ¡como que no pegaba! Desconocemos si el márquetin aconseja pintar de verde hasta el suelo para resaltar su influjo vivencial, dado que bastantes ciudades carecen de suficiente naturaleza. No es el caso de esta ciudad de ríos con sotos esplendorosos; rodeada también de estepas en donde la belleza se amontona en tonos grisáceos, igual de trascendentales porque denotan que las plantas también ahí exhiben su aguante hacia la neutralidad climática.

Me temo que el césped, unos 2.000 m2, tendrá una vida efímera. O porque lo retiran pronto o por los castigos que sufrirá al ser pisado por tanta gente, por el calor asfixiante que soportará en esa plaza desnuda y por las partículas que depositará allí el viento; y si llueve. Con todo, los microplásticos se pondrán en marcha.

El ayuntamiento asegura que esa manta plástica será reciclada, pero no especifica si se ha elaborado con plástico reciclado. Eché en falta unos carteles en los cuales se publicitase que el material (donado) era de cercanía, reciclado/reciclable y con varios usos posteriores, y al final sería llevada al centro de tratamiento de residuos para reaprovechar no sé cuánta parte y en qué se iba a convertir después. Carteles que portarían los iconos de la certificación de sostenibilidad. Eso se llama fomento de la cultura ciudadana comprometida. No basta con obrar a favor de la sostenibilidad, hay que decir qué se hace y por qué. ¡Qué didáctico hubiera quedado unir deporte, general o inclusivo, y residuos cero!

Seguro que los y las ediles municipales son conscientes de que el uso masivo del plástico conlleva contaminación en tierra, mar y aire. Efectos que el tiempo no llega a borrar. Además de afear el paisaje y desdecir la imaginada transición conservacionista, penetra en las cadenas alimenticias de la biodiversidad que nos acompaña, y en forma de nanoplásticos hasta a la leche materna de las mujeres.

Sirva este artículo para poner en alerta a todas las ciudades, máxime a las que se han comprometido con la completa descarbonización; acompasando sus actuaciones a lo que se dice en la Agenda 2030 sobre las ciudades climáticamente neutras como esta. Deben hacer pedagogía ciudadana ante la invasión plástica. Además, el Fórum Económico Mundial -nada sospechoso de ser ecologista o como esa gente tan pesada (sic) que me envió los wasaps- advertía hace años: para descarbonizar los plásticos en 2050, tenemos que actuar hoy.

Algo se empieza a mover, pero despacio. Leímos en la web municipal que esa ciudad invertirá 280 millones de euros en una nueva planta para ser una ciudad cero residuos en 2030. Según los datos facilitados por el ayuntamiento se recuperan en su centro de tratamiento más del 50 % de los de residuos globales, uno de los porcentajes más altos entre las 100 ciudades elegidas en Europa para ser climáticamente neutras e inteligentes. Con esa nueva planta proyectada se pretende recuperar el 100 % de la basura. Precisamente, el reciclaje de residuos y la potenciación de la economía circular son dos de los elementos claves del plan de acción de la Agenda 2030 de esa ciudad. Los últimos párrafos son copia casi textual.

Lo mejor del día “Ciudad deporte” era quedarse con la ilusión y la cara de felicidad de los participantes, “Special Olimpics” o no, en los juegos deportivos. Seguro que el Gobierno de la ciudad había participado en el evento, pero llegué un poco tarde por lo que tampoco pude disfrutar de otras actuaciones. Estaba manifestándome en “Renovables sí, pero no así”.

Escaparate de sostenibilidad en una caja de leche

Buena parte de los fabricantes de productos alimentarios, pero no solo estos, se han implicado en mostrar a los potenciales consumidores todo aquello que hacen para mejorar la sostenibilidad global, vía los productos que elaboran/venden. Otros no se esfuerzan casi nada, pero olvidémonos por ahora de hablar de estos últimos y resaltemos lo positivo de los primeros.

Todas las mercancías, más los productos de alimentación, higiene o salud que compremos, dicen algo de su contenido y continente. Algunos lo escriben en letra diminuta, eso sí, especialmente aquello que informa sobre su composición. Sin embargo, lo que portan en letra de mayor tamaño, aparte de sus grandezas, da a entender que sí tienen su propia Agenda 2030, ese ente maltratado por algunas personas, ciertos partidos políticos y grupos empresariales y algunos desmedidos youtuberos. Pero vayamos al detalle.

Tengo delante una caja, “tetrabrik”, de leche. Podríamos haber elegido otra marca, pero desde fuera da la impresión de que esta cree en la sostenibilidad. El mismo logo del tipo de envase ya incorpora alrededor un mensaje circular bonito: protegemos lo bueno. Me he pasado por la web del fabricante y su propósito es contundente: «Nos comprometemos a garantizar la disponibilidad e inocuidad de los alimentos en todas partes, y prometemos proteger lo bueno: los alimentos, las personas y el planeta». Es decir, higiene alimentaria, salud de las personas y menores daños al medioambiente que forman el planeta y sus biodiversas criaturas.

Pero seguimos nuestra tarea detectivesca sobre la sostenibilidad, de arriba abajo del recipiente y nos detenemos en los mensajes. Su tapón, fabricado con material vegetal, especifica, va unido al “brik”, lo cual lo hace más sostenible, porque asegura que llega a la planta de reciclaje unido a la caja y así facilita la entrada del plástico del tapón en la cadena del reciclado. Habla también de que es más práctico.

Cuestión importante es que porte el sello de garantía ganadera, que por lo que sabemos tiene detrás una alimentación natural y el confort necesario del ganado. El SGD (Gestión de Servicios Agrarios y de Apoyo a la Ganadería Familiar) lo ha aprobado y respaldado. Varias veces publicita que el envase sostenible es además de cero emisiones netas, en letras bien grandes para que no escapen ni siquiera a los que se sirven la leche sin mirar la caja. Aenor certifica que es neutro en carbono. Subrayan que apuestan por las fuentes renovables, ahorran agua y energía y reducen sus emisiones.

La empresa proveedora de la leche –de origen España- manifiesta estar orgullosa de pertenecer,  a la iniciativa B-Corp. Esta identifica a las empresas que generan un impacto positivo para la sociedad y el planeta en su conjunto. Subrayan que la leche procede de pequeñas ganaderías familiares de proximidad; otro sello “Sin E-s artificiales” garantiza que dentro solamente hay productos naturales. Añaden que se implican en iniciativas solidarias para ayudar a mejorar la nutrición y la calidad de la vida de las personas.

Vacas frisonas descansando (Alexas_Fotos de Pixabay)

Incluye que tiene la certificación FSC, que significa que el cartón que guarda la leche supone un apoyo a la silvicultura responsable. Llama la atención de que debemos estar todos juntos en la batalla contra el desperdicio alimentario. Por eso antes de tirarla al contenedor amarillo –que lo vuelve a señalar en otro sitio con una figura en amarillo que invita a ser consumidor responsable que busca la economía circular- recomienda mirar su estado del sobrante, olerlo y probarlo, por si su posible caducidad no ha alterado el producto y se puede tomar, evitando el desperdicio.

Además incorpora información nutricional y consejos para la conservación del producto. Por razones obvias no se identifica la marca de leche en esta entrada. Solo por aproximación nos permitimos decir que procede de vacas del norte de España, muchas de las cuales pastan en prados con plena libertad.

Aquí no vamos a entrar si debería conseguirse que todas las leches y productos alimentarios líquidos deberían ser ofrecidos al consumidor en recipientes de cristal, ni tampoco si es conveniente o no que las personas adultas tomen leche. Ambos temas están sujetos a controversias. Solamente queremos valorar la necesidad de que las empresas alimentarias se aproximen al ideal de residuos cero y que lo publiciten. Quién sabe si poco a poco nos van haciendo a los consumidores más responsables con el medioambiente. Posiblemente, nos irá mucho mejor cuantos más escaparates, campañas, etc., observen o escuchemos sobre la importancia de nuestra contribución a hacer más sostenible la vida global.

¿Quién duda que todo esto nos acerca un poco más a la Cima 2030? Era solo un ejemplo, seguro que cada cual aportaría otros.

Las mujeres cuentan para coronar la Cima 2030

Se dice que el mundo sería una calamidad sin el buen hacer de las mujeres. Su aportación tiene un valor exponencial, pues se realiza en un mundo de hombres, que casi nunca se lo han puesto fácil. Tanto es así que las religiones impiden que las mujeres cuenten en el pensamiento y la obra de sus feligreses, en la gestión de sus principios morales y éticos. Los hombres que mandan están equivocados, o son demasiado tradicionalistas.

Viene bien recordarlo a menudo. Aquí vamos a relatar unos acontecimientos recientes para poner en valor el valer de las mujeres, más todavía en aquellos lugares en donde se ven más apartadas de la vida pública, de las decisiones importantes. Este blog quedaría incompleto si no dedicase un reconocimiento global al papel que las mujeres representan en el reajuste del mundo, muy maltratado en ámbitos diversos (social, ambiental, económico, etc.) y mucho más ignorado en los países en donde las religiones las arrinconan, hecho que no solo ocurre en el mundo árabe. El mundo tiene muchas deudas pendientes con las mujeres y niñas. El mundo se juega su futuro en estos años si quiere aprovechar la valía de las mujeres, de caminar hacia la disminución de las desigualdades de género. Si los hombres fueran listos, dejarían espacio vital a las mujeres y no perderían su capital humano y ético.

Mujeres con burka hacen cola para obtener comida durante el Ramadan en Peshawar, Pakistán. (EFE/EPA/ARSHAD ARBAB)

Actualmente, el 10,3% de las mujeres a nivel mundial viven en pobreza extrema y son mucho más pobres que los hombres. El progreso hacia la erradicación de la pobreza –la sufren más las mujeres- debe ser 26 veces más rápido para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. Pero claro, acelerar el progreso requiere una fuerte inversión. Según datos de 48 economías en desarrollo, se necesitan 360 mil millones de dólares adicionales cada año para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en una serie de objetivos globales clave, incluida la erradicación de la pobreza y el hambre. Cuando redacto estas líneas se acaba de celebrar la CSW68 (Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas) durante los días 11 al 22 de marzo de 2024. Su programa de trabajo marcaba que se iban a tratar cuatro aspectos fundamentales: luchar contra la pobreza, lograr la igualdad de género, fortalecer el papel de las instituciones y maximizar la financiación de políticas de igualdad. El documento final insiste en que se debe aumentar la asistencia oficial al desarrollo (asunto cada vez más olvidado por los países ricos donantes) para combatir la pobreza entre mujeres y niñas (en lugares especialmente inhumanos). ¿Por qué este énfasis?, se preguntarán quienes ven a las mujeres desde la atalaya de la engañosa superioridad de los hombres. Hay muchas razones. Entre ellas que la proporción de la ayuda total con la igualdad de género como objetivo político cayó por primera vez en una década, del 45 % en 2019 al 43 % en 2020, según los últimos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

La CSW68 afirma con datos y señales diversas que las soluciones para poner fin a la pobreza de las mujeres están suficientemente claras:

  • Hay que invertir en políticas y programas que aborden las desigualdades entre mujeres y hombres y fortalecer la capacidad de acción y liderazgo de las mujeres.
  • Las inversiones en los colectivos de mujeres generan enormes dividendos: más de 100 millones de mujeres y niñas podrían salir de la pobreza si los gobiernos priorizaran el acceso a la educación, los servicios de planificación familiar y salarios justos e igualitarios, y ampliaran los beneficios sociales.
  • De aquí a 2035 se podrían crear cerca de 300 millones de puestos de trabajo gracias a las inversiones en servicios de cuidados. Reducir las brechas de género en el empleo podría aumentar el producto interno bruto (PIB) per cápita en un 20 % en todas las regiones del mundo. La Unión Europea ha hecho suyo este empeño pero aún quedan retos pendientes tal como se detalla en Toute l’Europe. Globalmente han mejorado pero se encuentran muy lejos todavía de desaparecer. Se diseñó una estrategia 2020-2025 para reducir las desigualdades entre mujeres y hombres. Pero anotemos algunos datos estadísticos proporcionados, vía Eurostat, por la misma UE:
  • Las desigualdades se reflejan especialmente en los salarios. En 2022, las mujeres ganaban de media un 12,7 % menos que los hombres (desde un 21,3 % en Estonia a un 0,7 % en Luxemburgo.
  • Un 66,1 % de mujeres de 20 à 64 años tenían un empleo en 2020 en la UE, tasa que aumentó desde el 60,9 % que suponía en 2012. Pero la noticia es parcialmente positiva pues la ocupación de los hombres suponían ya 77,2 % en 2020. Por países, en el lado más positivo Lituania, Malta en el peor.
  •  …

El informe citado se detiene en otros aspectos como: el acceso de las mujeres a aspectos claves que ordenan la vida social, a los poderes políticos o parlamentos. También se detiene en un drama de la vida social: la violencia que sufren las mujeres en el entorno familiar o laboral. Hay que leerlo entero.

Una mujer hace cola con su carro de la compra a la espera de recibir regalos de Reyes para niños vulnerables en una imagen de archivo. (ALEJANDRO MARTÍNEZ / EP)