Dicen que todo en el mundo se conduce por barruntos, a veces al margen de instrucciones y manuales de uso de factores y situaciones que se le pasan desapercibidas, bien porque tarda en verlas o porque está convencido que no van consigo. Esas pautas, si es que se las puede llamar así, están elaboradas por sí mismos o por la cultura dominante, difícil establecer la frontera pero al final la existencia para bien o para mal. Repasemos las historias de hoy mismo en este periódico o en otros, nacionales y extranjeros, y nos daremos cuenta de cómo la gente no poderosa, que es mayoría, entiende poco lo que está sucediendo o apenas identifica cuatro cosas. Dentro de una sociedad demasiado silente, los oposicionistas o negacionistas de todo lo que podría tener interés global chillan más que nadie y confunden a la gente, que poco a poco va restringiendo sus áreas de preocupación para enrocarse en una cierta crisálida protectora. Demasiadas veces, más información no equivale a mejor información ni a formación más estable y reflexiva. Debemos luchar contra esas tendencias o descuidos del complejo mundo ecosocial.
Podríamos haber elegido muchas otras fuentes para aproximarnos al estado actual del mundo en su versión ecosocial. Pero puestos a repensar la vida en común nos hemos dado una vuelta por los informes que elabora la FUHEM (Fundación Hogar del Empleado). Nos gusta que su logo incorpore esas dos ideas mágicas que suponen educación y ecosocial y además la una se une a la otra con un más, que no supondrá una simple adición sino una conjunción e interacción entre lo uno y lo otro. La entidad es independiente y no está sujeta a componendas de signo político, aunque imaginamos que no saldrá indemne de ellas porque el mundo actual es una pista de aterrizaje y despegue de intereses políticos, económicos y de esas extrañas criaturas “transformers” llamadas fondos de inversión o corazas de captura religiosa o mediática.
Para suscitar el interés de los posibles lectores y lectoras, para animar la reflexión y el debate sosegado en entornos próximos, también laborales o de ciudadanía vamos a recoger simplemente los enunciados de algunos de los informes FUHEM. Así quienes puedan tener interés van directamente a ellos. Pero sepan que la construcción del pensamiento exigirá asomarse a más de uno porque el mundo es hoy demasiado complejo y cambiante.
Simplemente los títulos combinados de estos informes (se pueden descargar en pdf) que incluimos a continuación (solamente los posteriores a la irrupción de la pandemia que trastocó todo) servirían para hacer un escáner de la vida en común y plantearnos si es posible un estilo de convivencia diferente y un mejor reparto de lo económico, lo ambiental, lo social y lo emocional:
- Controversias sobre la valoración del medio natural
- El fin de la sociedad del despilfarro. Repensando nuestro modo de producción y consumo para reducir la contaminación y los residuos
- Desigualdades climáticas. Impactos y responsabilidades de los fenómenos meteorológicos extremos.
- Diálogo sobre la calidad de vida y necesidades humanas.
- Iniciativas legales para dotar de personalidad jurídica a ecosistemas o a sus partes
- Ciudadanía activa y emergencia climática
- Los efectos del cambio climático sobre la seguridad humana. Repensar el bienestar y la calidad de vida en términos sostenibles
- Crisis, modos de vida y militarismo. Una lectura a propósito de la vida de Ucrania.
- Impactos de la contaminación sobre la calidad de vida. Una aproximación al caso español.
- Derechos humanos. Sesenta años defendiendo una vida digna.
- Pandemias en la era de la secta extinción.
- Discursos en torno a la emergencia climática.
Todos estos junto con los anteriores al 2020 impulsarían debates continuados, o pensamientos razonados en soledad o acompañados. Si así fuese permitirían dimensionar a escala comunitaria, de las administraciones, empresas y colectivos sociales aquello que entendemos en torno a la calidad de la vida en común, al menos hasta la Cima 2030: no dejar a nadie atrás, y si se rezaga echarle una mano. ¡Son tan necesarios!