Un escaneo de la mar nuestra

Bastante gente está empeñada en decir adiós a los plásticos en su vida diaria. Una parte casi lo consigue, de hecho ya no compran sus alimentos envueltos en plásticos aunque deben cargar todavía con la servidumbre de las bolsas para ciertos productos alimenticios. Eso sí, algunos supermercados ya las proporcionan elaboradas con materiales casi biodegradables en poco tiempo. Otra porción de consumidores hace tiempo que abandonó el intento, al verse superada por las circunstancias. ¡Por más que se empeña no hay manera! Además de todos estos, no se sabe qué proporción pasa de semejante maniobra; ya sea por descuidos, negacionismos o creencias diversas. La realidad es que vivimos esclavos del plástico, para bien o para mal. Y no todos los plásticos son iguales. Por cierto, la Unión Europea ya ha prohibido muchos, España lo cerrará en 2023. Con tanta plastificación los mares están hechos una mierda, sin quitar ni una letra.

La Fundación Biodiversidad nos explica muy bien cuáles son los nuevos habitantes de las aguas libres del ancho mundo. Es como si se hubiera escaneado océanos y mares; no dicen nada de los ríos y lagos. Cuantifiquemos aquellos objetos plásticos que son más nuestros: recipientes para alimentos que tardan 1.000 años en descomponerse y suponen en 18 %; buena parte de los 5 billones de bolsas de plástico que se compran cada año y tardan 500 años en desaparecer; muchas del millón de botellas, sus tapones y tapas que se compran cada minuto en el mundo y tardan 500 años en descomponerse; buena parte de los famosos bastoncillos de algodón que van directamente al inodoro y ya suponen el 60 % de los desechos plásticos que contienen las aguas residuales y tardan 300 años en descomponerse; y así un largo etcétera compuesto por cubiertos y pajitas, toallitas (que no se biodegradan a pesar de lo que digan los fabricantes en su envoltorio) y tampones, vasos y platos, colillas de cigarros, etc.

Cualquiera que lo piense reconocerá que puede hacer mucho por evitar la colmatación del basurero plástico. Empezaría por no utilizar el inodoro como papelera, con lo cual disminuiría considerablemente la carga (bastoncillos, tampones, toallitas, etc.), tendría cuidado en llevar todos los recipientes para alimentos a los contenedores amarillos y así unas pocas cosas que eliminarían muchos plásticos. ¿Tan difícil es? ¿Tanto cuesta?

De tal dimensión es el asunto que dentro de no muchos años la mar océana puede contener más plásticos que peces. Hay quienes lo niegan. Deberían pasarse por esta página de Greenpeace, el Mediterráneo plastificado,  y ver cómo se ha originado semejante problema y lo que cada uno podemos hacer para evitarlo. Su estado debería ser una vergüenza para los países ribereños. Ya hemos hablado de ello en este blog. Pero hay que volver a recordar que en sus aguas se pueden capturar macroplásticos, mesoplásticos, microplásticos y nanoplásticos.  Lo de capturar es un decir. Sus impactos son graves y se pueden apreciar en las especies marinas pero también entran en las cadenas alimentarias, lo cual es más difícil de limpiar.

Todavía hay gente que no ha oído hablar de las cinco grandes islas de plásticos; son solo una evidencia de “nuestra” mar muerta. Se encuentran, y las fotografían los satélites, en el Índico; dos en el Pacífico, una enorme al norte (con una superficie estimada de 4 veces España y que alguien ha calificado como “El séptimo continente”) y otra al sur; la del océano Atlántico norte cerca del Caribe y otra en el Atlántico sur frente a las costas de Brasil. En realidad no son islas sino acumulaciones asociadas a los grandes giros oceánicos que circulan por allí. Son grandes pero no paran de crecer ya que cada año se tiran a los océanos y mares unos 8 millones de toneladas de plásticos. Aunque su producción en masa comenzó tras la segunda guerra mundial, se estima que la mitad de los objetos de plástico que hoy deambulan por el mundo han sido producidos en los últimos 15 años.

Montañas de plástico que cubren la playa de Kerobokan, en la isla indonesia de Bali, cuyos 4,5 millones de habitantes generan 1.000 toneladas de desperdicios. (EFE/ARCHIVO)

Una parte de esta inmundicia la generan las plataformas petrolíferas y de otros tipos además de los barcos, que de vez en cuando sueltan sus residuos al agua, mejor de noche. No vaya a haber algún satélite o dron de agencias ambientales o de los ecologistas que los descubran. Pero el 80 %, más o menos, y aquí viene lo grave, es cosa nuestra. Por los ríos van hasta el mar. Si alguien se lleva la palma en este menester son los grandes ríos asiáticos. Los plástico que transportan proceden de China, Indonesia, Filipinas, Vietnan y otros. No se pierdan el reportaje que se cita en el apartado anterior. Por cierto, en el escaneo no salen los miles de millones de objetos plásticos que van al fondo de las aguas o que por su tamaño o dispersión no llegan a formar islas que puedan apreciar las estrategias medidoras.

Hay gente preocupada por esta cuestión como el artista canadiense Benjamin Von Wong que construyó una enorme escultura La separación del mar (por eso de la separación bíblica del Mar Rojo) elaborada con más de 168.000 pajitas de plástico usadas. Pretendía remover las conciencias de los vietnamitas y recordar la ingente cantidad de residuos de plástico que terminan contaminando sus ríos y mares. Se trataba de una obra de 3,3 metros expuesta en un centro comercial de Ho Chi Minh (antigua Saigón). Con ella quería “crear algo bello y único a partir de una tragedia medioambiental”. O los artistas que construyeron el “Dimoni del mar”, una falla elaborada en Badalona con materiales plásticos de uso cotidiano, para criticar el uso que de él hacemos. Desconocemos si fue quemada o no en las fiestas de mayo de 2019, lo cual nos preocupa por el asunto de las dioxinas. O aquella otra más humilde “Este pez sí come plástico” que lució en el paseo marítimo de El Palo para fomentar la concienciación ciudadana. Escultura de más de dos metros fabricada con gravilla de materiales de obra, junto con otras acciones (pintada de peces junto a alcantarillas de la calle, fabricación de ceniceros tragatodo, etc., de los estudiantes de Formación Profesional para alertar a los habitantes de ese barrio de Málaga de la necesidad de acercarse al ODS. 14. Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible, cuanto antes mejor.

Nos preguntamos quién sería capaz de recogerlos; tarea difícil. A pesar del acuerdo firmado en 2017 llamado Mares limpios, ahí siguen como especies marinas. A pesar de las restricciones de la UE los plásticos ahí siguen. No perderse la última noche temática de Rtve “Plástico en las venas”. Lo verdaderamente difícil será explicar a las generaciones futuras cómo y porqué se decidió utilizar los mares como vertederos de plásticos. La cultura social es descuidada con estos temas. Ya lo apreciaba Juanjo Millás en su atinado artículo La teología de las bolsas de plástico del 19 de octubre de 1992, hace casi 30 años. Aquí seguimos incrementando lo inadecuado, cual especie rara que se afana en ensuciar su propio nido. Como dijo en una ocasión el escritor Manuel Vicent “El fin del mundo no llegará con una lluvia de fuego anunciada por las trompetas del arcángel ni será producto de las enormes calabazas de una guerra nuclear. Este planeta puede acabar ahogado bajo el insondable cúmulo de mierda que expele la humanidad. Nuestra alma es biodegradable, pero el plástico es inmortal“.

Escribe aquí tu comentario





    Normas para comentar en 20minutos.es

    • Antes de enviar su comentario lee atentamente las normas para comentar en 20minutos.es.
    • Esta es la opinión de los internautas, no la de 20minutos.es.
    • No está permitido verter comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
    • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
    • Por favor, céntrate en el tema.
    • Algunos blogs tienen moderación previa, ten paciencia si no ves tu comentario.

    Información sobre el tratamiento de sus datos personales

    En cumplimiento de lo dispuesto en el Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos, y Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales le informamos que los datos de carácter personal que nos facilite en este formulario de contacto serán tratados de forma confidencial y quedarán incorporados a la correspondiente actividad de tratamiento titularidad de 20 MINUTOS EDITORA, S.L, con la única finalidad de gestionar los comentarios aportados al blog por Ud. Asimismo, de prestar su consentimiento le enviaremos comunicaciones comerciales electrónicas de productos y servicios propios o de terceros.

    No está permitido escribir comentarios por menores de 14 años. Si detectamos el envío de comentario de un usuario menor de esta edad será suprimido, así como sus datos personales.

    Algunos datos personales pueden ser objeto de tratamiento a través de la instalación de cookies y de tecnologías de tracking, así como a través de su acceso a esta web desde sus canales en redes sociales. Le rogamos consulte para una más detallada información nuestra Política de Privacidad y nuestra Política de Cookies.

    Los datos personales se conservarán indefinidamente hasta que solicite su supresión.

    Puede ejercer sus derechos de acceso, rectificación, supresión y portabilidad de sus datos, de limitación y oposición a su tratamiento, así como a no ser objeto de decisiones basadas únicamente en el tratamiento automatizado de sus datos, cuando procedan, ante el responsable citado en la dirección dpo@henneo.com

    Le informamos igualmente que puede presentar una reclamación ante la Agencia Española de Protección de Datos, si no está satisfecho con en el ejercicio de sus derechos.