Un blog sobre el (des)uso de la lengua en la política, los medios de comunicación, la publicidad, la calle...

Archivo de octubre, 2012

Messi: «Mi sueño es acabar mi carrera en el Barça antes de ir a Argentina a retirarme»

Hace un par de días, echando un rato por Twitter, me encontré con un curioso ‘tuit’ de Edu Polo, un (fantástico) periodista de la SER, que comentaba lo siguiente:

 

 

Las declaraciones, según Edu Polo, correspondían a la rueda de prensa que Leo Messi dio después de que le entregasen la Bota de Oro. Lo que me llamó la atención no fueron las intenciones deportivas de Messi, sino la construcción de la oración.

¿En qué quedamos? ¿Cuál va a ser el último club de Messi? ¿El Barça? ¿O uno argentino? Porque por «retirarme» podríamos entender que Messi se aparta de la actividad futbolística profesional, pero cuando un jugador de fútbol dice que va a retirarse a un sitio, por lo general, se refiere al sitio en el que va a desarrollar su última etapa como profesional, no al lugar en el que descansará una vez retirado.

Por tanto, podemos tomar «acabar mi carrera» y «retirarme» como sinónimos, con lo que la frase no tendría mucho sentido, ya que nos quedamos sin enterarnos de dónde va a acabar Messi su carrera.

Y, en este contexto, iba a escribir una entrada señalando las confusas declaraciones… cuando he visto que la confusión no la ha creado el jugador, sino el propio periodista. Podéis ver las declaraciones de Messi en este vídeo (minuto 9:30):

«Todo un iPad de arriba abajo»

El otro día, visitando la web de Apple, me llevé una grata sorpresa:


Mi sorpresa no fue por el nuevo iPad (que, siendo sinceros, me importa más bien poco), sino por el eslogan. Más concretamente, por ese «de arriba abajo», una construcción que muchas veces -de forma errónea- se ha considerado incorrecta.

De hecho, he de reconocer que es un error que yo cometía hasta hace bien poco. (De hecho, si os fijáis en la url de esta entrada, veréis que al principio escribí «de arriba a abajo» de forma mecánica. He decidido dejar así la url como forma de castigo.)

Como digo, es un error que yo cometía hasta hace muy poco. Y no solo lo cometía, sino que, de hecho, lo defendía a ultranza, ya que estaba convencido de que la supresión de la preposición a se debía a un efecto de asimilación llevado a cabo en la lengua oral. Por suerte, un día me dio por consultar el Diccionario Panhispánico de Dudas, que me sacó de mi garrafal error:


abajo
. 1. Adverbio de lugar que, con verbos de movimiento explícito o implícito, significa ‘hacia lugar o parte inferior’: «Camina arriba y abajo manteniendo el mismo ritmo» (Belbel Elsa [Esp. 1991]); «No mires abajo» (Delibes Madera [Esp. 1987]). Suele ir precedido de las preposiciones de, desde, hacia, para o por, nunca de la preposición a, ya incluida en la forma de este adverbio: Le miró de arriba abajo (y node arriba a abajo). Puede indicar también estado o situación, con el significado de ‘en lugar o parte inferior’: «Te espero abajo» (Santiago Sueño [P. Rico 1996]); «Las doncellas estaban abajo, en la cocina»(Caso Peso [Esp. 1994]).

Apple 1 – 0 Carlos Otto

«En verdad»: una locución que vuelve a usarse

El otro día estaba jugando al ‘Apalabrados’ y, después de que mi compañera de juego me vapulease vilmente, quise borrar la partida. Me llamó poderosamente la pregunta que me hacía la aplicación:

Me refiero a ese en verdad. Hasta hace pocos años era una expresión que me resultaba algo extraña o, al menos, poco usada. Sin embargo, hace un tiempo empecé a escucharla a menudo a adolescentes, lo que me llevó a pensar que es una expresión que, de un modo u otro, está volviendo al habla más popular.

Porque, no lo olvidemos, en verdad es una expresión correcta. La RAE la define como verdaderamente y, a efectos prácticos, es equivalente a de verdad.

Y es que, si hacemos memoria, seguro que todos la hemos escuchado bastante. Sobre todo, cuando de pequeños (o de mayores) íbamos a misa: «Y en verdad os digo: dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero…». A los cinéfilos también os sonará:

«Disfruten (de) lo votado»

Hay una frase que he escuchado mucho en los últimos años: «Disfruten de lo votado». Se trata de una frase irónica, en la que la persona que lo dice increpa a otra, de algún modo, que haya votado por un partido u otro en unas elecciones, haciéndole ver que los resultados de la victoria de ese partido no ha sido todo lo satisfactorios que el votante podría esperar.

 

 

Sin embargo, hace unos días una compañera me dijo que ella había escuchado algo ligeramente diferente: «Disfruten lo votado». Además, le parecía que esa era la forma correcta, sin de, y me remitía a un anuncio de zumo de hace la tira de años (no le faltaba memoria, no).

Para los que tengáis  esta duda, lo cierto es que ambas formas son correctas. El diccionario de la RAE nos hace pensar que sería correcto sin preposición, ya que la preposición se emplea con algún tipo de condición intangible, pero el Diccionario Panhispánico de Dudas nos resuelve el problema:

Cuando significa ‘sentir placer a causa de algo’ es normalmente intransitivo y se construye con un gerundio, o con un complemento introducido por de o con, que expresa la causa del disfrute:«Disfruta mirando ese mar enfurecido» (Vázquez Narboni [Esp. 1976]); «Farnesio y él irían a acompañarlo para […] disfrutar del clima sano» (UPietri Visita [Ven. 1990]); «Disfrutó con la comprobación de saberse protegido» (Andrade Dios [Arg. 1993]). También es válida la construcción transitiva, con el sentido de ‘obtener placer [de algo]’: «Disfruté la compañía» (Boullosa Duerme [Méx. 1994]).

Un titular incorrecto (y quizá un poco manipulador)

Ojo al titular que me pasa un lector del blog (mil gracias, Julián):

 

Más allá del posible sensacionalismo (en el cuerpo de la noticia, Iniesta dice: «Soy español, pero también soy catalán»), lo que me llama la atención del titular es otra cosa. ¿Adivináis qué?

En efecto: el uso del estilo directo. El sujeto de los dos verbos (decir y ser) es el mismo, pero la persona cambia. Mientras en la oración principal estamos ante una tercera persona del singular, en la subordinada se cambia a la primera del singular, lo que constituye un error de bulto.

Ya hemos hablado por aquí de lo mal que usamos (a veces) los periodistas el estilo directo, con lo que conviene recordar el criterio de la Fundéu: “(…) Puede producirse el error de utilizar sujetos distintos en el texto y en la cita, como en: El presidente dijo que «yo no estoy de acuerdo». Lo apropiado en este caso habría sido escribir: El presidente dijo que él no estaba de acuerdo o el presidente dijo: «Yo no estoy de acuerdo»”.

Recomendamos a los compañeros del medio en cuestión, por tanto, que opten por alguna de las dos posibilidades que tienen: Iniesta dice que es catalán o Iniesta: «Soy catalán». El debate político mejor lo dejamos para otro día.

«Emprendeduría», «membrecía»… y otras palabras sin demasiado sentido

A diario, un periodista se encuentra con textos, correos electrónicos o notas de prensa en las que aparecen palabras que no solo no existen, sino que, de hecho, no tienen ningún sentido desde el punto de vista lingüístico.

Yo trabajo a diario en temas de emprendedores y tecnología y me he encontrado con varias, pero hay dos que me ponen especialmente nervioso:

Emprendeduría

Cuando empecé a escribir sobre este sector, no me cupo demasiada duda a la hora de referirme a la acción y efecto de emprender: emprendimiento. Sin embargo, con el tiempo me fui encontrando con otras palabras un tanto… raras: emprendizaje, emprendeduría, emprendimentación (¡¡¡!!!!), emprendedurismoemprendiduría… He de decir que la única con sentido es emprendizaje; ¿qué pasa con las demás? Sin duda, la palma se la llevan emprendiduría y emprendimentación (esto ya es rizar el rizo a más no poder), aunque, por suerte, no son muy usadas. Sin embargo, sí se usa bastante emprendeduría.

Desde aquí nos remitimos a la recomendación de la Fundéu: emprendimiento. (Por cierto, lo de emprendeduría lo he oído, sobre todo, en Cataluña. ¿Algún catalán sabe si hay una explicación lógica a este uso?)

Membrecía

Sí, habéis leído bien: membrecía. Se usa (bastante) por parte de las incubadoras de negocios, que aluden con esta palabra al conjunto de personas que quieren ser miembros de su entidad. De entrada la palabra es incorrecta, ya que lo más parecido que existe en nuestra lengua es membresía. Sin embargo, esta palabra no se usa tanto en España como en países de América Latina, lo que me lleva a sospechar que en nuestro país se haya tomado de ahí y se haya cambiado la s por la c debido a que el hablante español pudo pensar que el latinoamericano estaba pecando de seseo.

En cualquier caso, ¿no sería más sencillo decir que una serie de personas «piden ser miembros» de una entidad? ¿No será mejor usar esa estructura que inventarnos una palabra? 

¿»Ex presidente» o «expresidente»?

Esta entrada pretende aclarar sembrar aún más dudas acerca de una de las cuestiones sobre las que más se debate: ¿el prefijo ex- va unido a la palabra a la que precede o detrás de ella?

El otro día, navegando, encontré este titular en la portada de un digital español:

Aquí no me cabían dudas; estaba seguro de que, cuando afecta a dos palabras que forman un mismo sustantivo, va separado. Sin embargo, me llamó la atención que, al pinchar en la noticia, el cuerpo de dentro lo escribía de forma correcta:

En cualquier caso, ¿hay alguna regla general que nos saque de dudas? Pues no está la cosa tan clara, ¿eh? Más que nada porque hay dos instituciones que se contradicen: según la Fundéu, «el prefijo ex- funciona como todos los demás prefijos: se escribe unido a la palabra siguiente, según la última edición de la Ortografía de la lengua española, publicada en diciembre del 2010″.

Sin embargo, si nos vamos al Diccionario Panhispánico de Dudas, encontraremos algo totalmente distinto:  «Se escribe separado de la palabra a la que se refiere, a diferencia del resto de los prefijos, y sin guion intermedio».

Entonces… ¿quién lleva razón?

Creando tendencia… al salir de casa

Hace unos días me llegó un correo de una lectora (gracias, Ane) que decía lo siguiente:

«Te escribo porque me ha llamado la atención un titular de 20 minutos que da lugar a una mala interpretación, y creo que podrías sacar una entrada divertida de él».

Ane se refería a este titular (el de la izquierda), aparecido en la portada de 20minutos.es:

El comentario que me hacía Ane era el siguiente:

«¿Qué sucede? ¿Ahora está de moda salir de casa? ¿Es la nueva tendencia? ¿Tanto tiempo encerrados y ahora lo último es salir? ¿Y vale nuestra propia casa o tenemos que salir todos de la de Sara?»

He de reconocer que me hizo bastante gracia su comentario al respecto. Me dispuse a ver de qué se trataba el asunto, así que pinché en el titular de portada. La noticia ampliada era la siguiente:

 

La verdad es que, en principio, efectivamente, podría parecer un titular algo extraño. Sin embargo, después de consultar despacio, descubrí que este minisite de 20minutos.es tiene varios artículos bajo el epígrafe Any given day outfits (algo así como «Vestimenta de un día cualquiera» o, traduciendo más libremente, «Vestimenta casual«).

Como el objetivo de este artículo, además de mostrar la ropa de Sara Carbonero, era observar el estilo casual de la periodista a la hora de vestir, parece que sí tiene un mínimo sentido describir la situación (en este caso, salir de casa). De hecho, cuentan con varios artículos similares: Kate Moss paseando a su perro o Victoria Beckahm en una competición de sus hijos.

Por tanto, sí podemos verle el sentido al titular… dentro de su contexto. Es cierto que en la portada general del diario puede chocar más…  a menos que, como dice Ana, salir de casa de Sara Carbonero se convierta en un acto de modernidad 😉

La neolengua y la «desaceleración del crecimiento de desempleo»

No es la primera vez que hablamos por aquí de la neolengua, esa habilidad lingüística que a menudo usa la gente (sobre todo los políticos) para disfrazar o enmascarar algo mediante el uso de palabras o expresiones que despistan al interlocutor. Lo hemos hecho una, dos y hasta tres veces.

Hace unos días tuve la oportunidad  de acudir a una nueva clase de esta disciplina. Fue durante la presentación de los nuevos datos del paro. En rueda de prensa comparecieron la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, y el secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Gómez. De todo su discurso, me sorprendió especialmente una frase de Engracia Hidalgo. Fue la siguiente:

«Estamos experimentando una desaceleración del crecimiento de desempleo».

¿Una desaceleración del crecimiento de desempleo? Caray, esto de la neolengua cada vez es más complicado; cualquier día tendremos que resolver ecuaciones de segundo grado para saber qué nos quieren decir. ¿Qué quiere decir la secretaria de Estado de Empleo cuando dice que estamos experimentando una desaceleración del crecimiento de desempleo? Pues que el paro sigue creciendo, pero que cada vez crece menos.

El mensaje que esconde este baile lingüístico podría resultar más o menos obvio. Porque, si el paro no para de crecer, en algún momento tendrá que crecer de manera menos acelerada, ¿no? Esto no es como cuando pierdes dinero, que puedes seguir endeudándote y engrosando la cifra negativa de tu cuenta bancaria mientras te deje tu banco. Cuando se trata de personas, el aumento del paro tiene un límite: la población activa. Por tanto, después de cuatro años de crisis, es lógico que el desempleo crezca de forma más lenta… si no queremos que se quede en paro el 100% de la población.

Ay, la neolengua…

P.D.: La foto es de Fernando Alvarado/EFE.

Jefes de Prensa que le Ponen Mayúsculas a Todo

Una de las mayores pesadillas de todo periodista es tener que lidiar con compañeros que se dedican a la comunicación corporativa. Pertenecen a esos gabinetes que, en ocasiones -siempre hay excepciones-, te mandan notas de prensa que, sencillamente no son publicables.

Ya sea porque la nota de prensa no da información, sino mera publicidad, o porque están mal redactadas, o porque el periodista dibuja a su jefe como si fuese el nuevo Steve Jobs… El caso es que, a menudo, las notas de prensa corporativas se convierten en un auténtico quebradero de cabeza para un periodista.

He de reconocer que una de las cosas que más me saca de quicio es el uso (y abuso) de las mayúsculas. No sé si se hace por ignorancia o por querer aparentar más de lo que se es, pero hay periodistas que le colocan la mayúscula a todo. Os pego el extracto (editado, para que nadie se me enfade) de una nota de prensa que recibí hace unos días:

Para Fulano de Tal, Director General de Cancamusos SL, el futuro pinta perfecto: «Somos la compañía Líder en el sector del Ecommerce, y nuestros datos de Ventas y Fidelización de usuarios harán que el retorno de nuestra Inversión nos coloque aún más a la cabeza del Sector».

Para todos ellos, amigos de gabinetes de prensa, estas reglas del Diccionario Panhispánico de Dudas sobre el uso de mayúsculas.