El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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¡Todos a comer! Libro y música para papás con niños

Todos a comer.jpgCreo que a nadie descubro a estas alturas si digo que el comer con hijos es para nosotros una gratificante experiencia. Bueno, con nuestros hijos y casi, casi con cualquier niño que tenga una mentalidad relativamente abierta hacia el acto alimentario y salvando sus naturales limitaciones fruto de su corta edad e inexperiencia. Precisamente es esa inexperiencia la que lo suele hacer tan gratificante: conversaciones sobre el origen de los alimentos, sus cualidades, texturas, sabores, etc y las extemporáneas (o no tanto) conclusiones de los niños son esos elementos que tanto nos satisfacen.

El caso es que el otro día a Adriana, la mayor de nuestras hijas (8), le dio por pedirnos un libro que le gustaría tener. Se trata de ¡Todos a comer! que además viene con un CD de canciones. Su autora es la genial ilustradora zaragozana Eva Armisen y se trata de un libro al que Marc Parrot le pone letra y música a partir de 6 canciones.

La obra, eminentemente visual, recrea 6 estereotipos típicos de los niños y su actitud hacia la comida con unas ilustraciones cargadas de una cierta cualidad onírica y evocadora. Su texto, breve, consiste en la letra de las distintas canciones que se encuentran en el CD.

Todos sabemos que los estereotipos son eso, conceptos demasiado típicos que rara vez se pueden atribuir por completo a un determinado sujeto o realidad. El caso es que a partir de ellos: El explorador (por aquellos niños a los que les gusta probar), la lima (por los que comen sin mayores prejuicios independientemente de lo que haya), el tiquismiquis* (por lo “raritos” que son algunos), los rápidos (aquellos que parece que comen más que respiran), el gourmet (para los que son más “selectos” por naturaleza) y “Dulce” (por la irresistible pulsión de algunos por lo dulce)… se recortan algunos de los comportamientos más fácilmente identificables cuando se come rodeado de niños (ejem, o no tan niños). Al final, como digo, pocas veces un niño se comporta siempre dando cumplida cuenta de un estereotipo concreto, sino que con su genuina personalidad unas veces se inclina más hacia uno de los patrones y otras hacia otro. Depende de días, de comidas concretas, de alimentos determinados, etc. Algo así como el signo del zodiaco que define cierta personalidad y su “ascendente”  que la matiza (lo sé, lo sé, no hace falta que me eches la bronca por poner este ejemplo, ya me flagelo yo mismo XD)

En definitiva, una obra que en casa está dando mucho juego a la hora de comer, en el desayuno de fin de semana y demás. Nos lo pasamos pipa atribuyendo a los demás cualesquiera de estos estereotipos y también imitándonos, haciendo apuestas sobre quién comerá qué… para regocijo del resto.

Una entretenida obra para abrir mentes, reírnos de nosotros mismos, de los demás con respeto y para relativizar nuestro comportamiento alimentario. No te olvides:

¡Todos a comer! de Eva Armisen y Marc Parrot. Ed Lumen. Random House Mondadori. 2012

* Carolina, nuestra peque de 4 años no le sale decir «tiquismiquis» y dice «pitismiquis»… para su desesperación (XD)

«Se me hace bola», una guía indispensable para comer con tus hijos

se_me_hace_bola_julio_basultoHay libros que los esperas como esperas la llegada de un hijo, o al menos como esperas los hijos de los buenos amigos o los de un hermano. Muy en especial cuando son tan deseados, como es este caso y además has estado al corriente de toda la gestación que ha culminado con su alumbramiento . Se trata de «Se me hace bola» del dietista-nutricionista  Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) un manual, una guía más bien, en la que poder encontrar respuesta a muchos, no sé si todos, los paradigmas de la alimentación de los más pequeños, desde que nacen y hasta que se hacen como tú eres ahora.

Como digo, me hace una especial ilusión porque sé que a su autor también se la hace. Y eso que no se trata de su primera publicación, pero sí la primera que firma en solitario (ya era hora). Además, la temática abordada, lo sé porque me consta, es uno de los temas predilectos del autor que, aunque volcado en general en cuerpo y alma a la ciencia de la nutrición, pone desde que lo conozco un especial énfasis cuando estas cuestiones aluden a los más pequeños. Así que, de nuevo, ya era hora y, por tanto, enhorabuena.

El libro acoge muchas de las claves para que tú y tus hijos abordéis el natural momento de la alimentación con felicidad. ¿He dicho «natural»? Pues sí. Sabes bien que tengo mis reticencias con el uso de esta expresión ya que muchas veces se asocia con algunos estereotipos poco afortunados. Sin embargo, parte de esas claves que contiene el libro consisten en saber dejar hacer a nuestra naturaleza a la hora de proveernos alimentos y que ello redunde no solo en una mayor salud, sino también en una mayor satisfacción. Con menos presiones, disgustos, berrinches y sinsabores que, para ambas partes, niños y mayores, muchas veces supone el enfrentarse a un plato de comida, la que sea. Tú y tus hijos sabéis cuál es vuestro particular talón de Aquiles.

Con el permiso del autor te voy a transcribir algunas de las secciones que dentro de los distintos capítulos se encuentran en su índice y que dan buena muestra de lo que vas a poder encontrar en su interior:

  • Los dos mandamientos: no negar, no ofrecer
  • Amamantar no es de «hippies perroflautas» (ni de científicos)
  • La madre que no da el pecho es tan buena madre como las demás. La que lo da también
  • El mito: padres excesivamente prudentes
  • La realidad: padres (o sanitarios) excesivamente imprudentes
  • Apetito: errático e impredecible
  • Si no toma fruta, ¿le doy zumo?
  • ¿Y si no come nada de verdura?
  • ¿Crece porque come, o come porque está creciendo?
  • ¿Debo respetar el apetito de mi niño con obesidad?
  • Ser respetuoso no es malcriar

Y así un largo etcétera de temas candentes, de preguntas con soluciones esquivas para las que, es frecuente, cada aparente especialista tiene una respuesta, y todo ello salpicado de consejos y buenas recomendaciones para afrontar la alimentación de tus hijos a lo largo de todo su desarrollo.

Así que no lo dudes, si eres de los o las que lo tienen claro en cuanto a quienes son sus especialistas de cabecera para la edad pediátrica, como por ejemplo quienes eligen al pediatra Carlos González, este es tu libro. De hecho, y para mayor gloria de este volumen, está prologado por él, por Carlos González.

Su coste es casi simbólico y su precio casi incalculable: «Se me hace bola«. Cuando no comen como queremos que coman» de Julio Basulto, editado por «DEBOLS!LLO clave»

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“Dónde está mi servilleta” un ilusionante proyecto editorial que precisa de tu ayuda (si quieres)

Where is my napkin_bookLa semana pasada hice una entrada comentando los rasgos más característicos que tenemos los españoles cuando nos sentamos a la mesa a comer según la perspectiva de un ciudadano inglés que ha pasado (y pasa) bastante tiempo en nuestro país. Lo titulé “Costumbres españolas a la hora de comer, así nos ve un inglés” y mi post tomó como punto de partida esta otra entrada en el blog de Jonathan Pincas.

El caso es que la entrada de Jonathan ha causado un cierto revuelo tanto en su país como en España y, por tanto, ha decidido ahondar en el tema de nuestras costumbres gastronómicas y lo pretende hacer no precisamente con otro post sino con la edición de un libro tituladoWhere’s my napkin? What Differentiates Spanish Eating Habits from the Rest of the World” (¿Dónde está mi servilleta? Características propias de los españoles a la hora de comer que los diferencia del resto del mundo) En este libro se pretende recabar y comentar de forma mucha más extensa todas nuestras particularidades en este terreno.

Para ello Jonathan ha lanzado una campaña en Kickstarter (una página para recaudar fondos) y si todo marcha según lo previsto en breve tendremos un análisis mucho más profundo de aquellas costumbres que se comentaron en el artículo original y mucho más.

La página en la que se puede apoyar este proyecto es esta de aquí: http://www.kickstarter.com/projects/579891664/wheres-my-napkin y con ella se pretende recaudar los “compromisos” que permitan hacer de este proyecto una realidad. Para quienes no estén familiarizados con este tipo de iniciativas os cuento de qué va, reconozco que yo no tenía ni idea de estas cosas hasta que Jonathan me informó.

Where is my napkin_Tshirt

Las personas que estén interesadas se comprometen a aportar una cierta cantidad de dinero a fin de que el proyecto vea la luz. Si se alcanza el mínimo necesario el proyecto se pone en marcha y se hacen efectivos los compromisos (pledges en inglés) de, valga la redundancia, los compromisarios. Y si no se alcanza, no se hace. Es decir, nadie paga nada hasta estar bien seguro que hay suficientes compromisarios con el suficiente capital como para llevarlo adelante.

Si al final sale, los compromisarios recibirán distintas gratificaciones que dependerán de la cantidad aportada (se pueden consultar en la página que he comentado, a la derecha de la pantalla: Libros electrónicos, en papel, firmados por el autor, camisetas…). La página es muy completa, en ella se informa de las razones que impulsan el proyecto, de los futuros contenidos del libro y de los retos y dificultades con que cuenta. Además, por si tienes alguna duda, puedes consultársela directamente a Jonathan a partir de un enlace que posibilita esta acción (abajo del todo en la página señalada). Me consta que habla correcto castellano así que no dudes en dirigirte a él si hay alguna cuestión que no ves clara.

A mí me parece un interesante proyecto que desde luego va a contar con mi apoyo. En este sentido he de aclarar que un servidor no forma parte activa del mismo y que hoy, simplemente, me hago eco de la iniciativa de Jonathan en este blog. Creo que se lo debo, fundamentalmente porque me gusta que le gusten nuestros usos y costumbres; él se considera un amante de nuestra gastronomía y con este proyecto a buen seguro que pondrá en valor muchas de nuestras virtudes. Todo mi apoyo para Jonathan.

¿Seis semanas para ser un pibón? Entre el insulto y el despropósito

Dieta OMG (8)Lo de Venice A. Foulton, el autor de este «novedoso» sistema para perder peso, es de juzgado de guardia o mejor aun, de pena capital directamente. Igual no te suena, aunque al menos un poco podría hacerlo. Hable de él y su promesa clara de perder 10 kilos en 6 semanas en esta entrada a colación del lanzamiento en el Reino Unido de su aberrante propuesta adelgazante “OMG”, acrónimo en inglés de Oh My God.

El caso es que Venice y su método «OMG» repiten protagonismo en este blog ya que se acaba de lanzar su libro en España y él está de gira presentándolo. Su título, una vez traducido, sigue siendo bastante clarificador en cuanto al desustanciado y sexista libro de autoayuda: “Seis semanas para ser un pibón. Sé la envidia de tus amigas”. Sí, así en femenino y usando el término “pibón”.

 

En realidad, según la nota de prensa de la editorial que tengo delante (me niego a darle más publicidad poniendo un enlace) ha estado de gira, en concreto los días 6 y 7. Me hubiera gustado poder hacer esta entrada con antelación, pero otros temas más interesantes han copado la actualidad de este blog, entre ellos el del Jueves Lardero. Una pena. Bueno una pena o a lo mejor una suerte para ti, Venice, porque es posible que algún colectivo de mujeres indignadas con la cosificación que tu haces de la naturaleza femenina tras saber de tus planteamientos hubiera ido a la firma de libros para decirte de todo menos guapo. También es probable que hubieras recibido la visita de algunos profesionales que en vez de pedirte autógrafos te hubiera sugerido que te largaras a tus Islas Británicas a seguir tratando la ciencia de la nutrición con tu característica indolencia o frivolidad.

Como verás estoy un pelín indignado, y creo que no es para menos. Veamos algunas de las perlas que contiene la nota de prensa en cuestión y que abunda en despropósitos, a cual más disparatado. Desde las premisas generalistas y sexistas, hasta los más directamente relacionados con la alimentación saludable. Veamos:

 Dieta OMG (5)

Te juro que desconozco como el Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad no toma cartas en el asunto para afearte la conducta… tanto a ti, que te importará un comino como ciudadano británico que eres, como a la editorial en cuestión, Cúpula. ¿De veras tú crees, Venice, que las mujeres en España persiguen ser, mujeres «pibón» y que ése sea el estatus por que pretenden ser reconocidas? No sé cómo lo llevarán en tu país, pero aquí en España el paradigma de “mujer florero” no está precisamente bien visto. Y no me extraña.

Luego, el márquetin que has usado también se las trae, Venice. Das a elegir distintos niveles de seguimiento de la dieta en función de los kilos de peso que se quieran perder Ay perdón!, he dicho «dieta», y según tú no recomiendas usar este término ya que normalmente se le asocian bastantes connotaciones negativas, restricciones, etc.). Y a cada nivel le has puesto unos nombres que parecen sacados de los apodos que les dan mis hijas a los personajes de series de dibujos manga (pero del suave, ¿eh?). A saber: niveles Ola, Llamarada y Terremoto… ¿no eran estos los nombres de las Winx, las supernenas, o eran de los 4 magníficos? Ay, no sé, me hago un lío.

Dieta OMG (4)

 

Bueno, pero lo más “gracioso” para la temática de este blog son las recomendaciones para perder peso que aparecen tanto en la nota de prensa como en el video en el que sale Venice haciendo una súper síntesis de lo principal de este método:

Dieta OMG (2)

Di que sí. Tiene que se una forma magnífica de empezar el día con buen humor y en plena forma: Te das una ducha de agua fría nada más y nada menos que de 15 minutos, te tomas un café sólo o un té verde sin azúcar y sales a la calle sin desayunar. Ole, ole y ole.

Y ya por último, el tema de tus avales. Visto, Venice, que la Asociación Británica de Dietética parece que no está muy por la labor de avalar tu sistema, has decidido usar otros argumentos mucho más serios: por un lado el uso que de tu sistema hacen las celebrities y, por el otro, el dato incontestable del número de ejemplares vendidos de tu libro como irrefutable prueba de su eficacia y, no lo olvidemos, seguridad. Voilà:

Dieta OMG (7)

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Ahora sí. De verdad que no sé que demonios están haciendo las autoridades sanitarias españolas al permitir este tipo de publicaciones que, a mi juicio, atentan a todas luces contra la salud física y mental de los ciudadanos y que además se publicitan con notas de prensa. Venice, la culpa no es tuya, me refiero al ser como eres y al hacer lo que haces. La culpa es del aquellos que te lo permiten y de los que te ríen las gracias .

Un libro de texto de la India afirma que comer carne hace al ser humano inmoral

Que levante la mano el que no ha oído nunca decir que el comer carne fomenta la violencia y que otro gallo nos cantaría como especie si todos fuésemos veganos, o sea, vegetarianos estrictos. De verdad que no pretendo entrar en mayores polémicas pero la relación causa y efecto entre un determinado consumo alimentario (vegetarianismo vs omnivorismo) y la catadura moral de los individuos no está demostrada.

Sin embargo, a los editores de un libro de texto para niños de 10 a 12 años de La India la no existencia de esta relación les ha debido de importar muy poco a la hora de promover el vegetarianismo ya que afirman textualmente (nunca mejor dicho) que las personas que no son vegetarianas suelen engañar fácilmente, olvidar sus promesas, ser más deshonestas, decir tacos, robar, recurrir a la violencia y cometer crímenes sexuales. Increíble pero cierto.

Uno de los argumentos más descabellados que se utiliza en el libro en cuestión para justificar esta propuesta es que la carne no es un alimento esencial ya que el “Creador del Universo” no incluyó la carne en la dieta original de Adán y Eva. Él les dio frutas, frutos secos y legumbres para que se alimentaran….

Aunque algunos profesores y académicos del país han instado al gobierno a que ejerza un mayor control, las autoridades sostienen que son las escuelas las que deben supervisar el contenido de los libros de texto que adquieren ya que son ello los responsables de su elección. Mientras, algunos expertos en pedagogía del país, afirman que los contenidos de este libro son “venenosos” para los niños. Y sinceramente, no me extraña.

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Nota: quiero agradecer a @manolo_elmas el haberme hecho llegar esta información a través de twitter. Saludos 🙂

 

Nuevo libro: La dieta inteligente

Hace unos pocos meses vio la luz el trabajo editorial de tres compañeras de profesión que amablemente me hicieron llegar un ejemplar para conocer mi opinión.

Afortunadamente y muy en contra de la actual tendencia de publicar libros sobre dietas con postulados disparatados y enfrentados con todas las recomendaciones, “La dieta inteligente” aborda el tema del comer con criterio y racionalidad. Cierto es que gran parte del mismo está enfocado a la pérdida de peso, pero en él también se podrán encontrar diversas claves para todas aquellas personas que se cuestionan, aunque sean pequeños matices, su comportamiento alimentario. De forma práctica toca muchos de los obstáculos con los que la población general se topa a la hora de cambiar su estilo de alimentación: la falta de tiempo, el fumar (o dejar de fumar), los horarios laborales, la falta de recursos en la cocina, etc.

Dos terceras partes del libro están dedicadas al abordaje del tema en sí, de los distintos elementos que intervienen en los hábitos alimentarios tales como el gasto energético, la motivación para el cambio sin dejar de apuntar pequeñas píldoras relativas a muchos de los mitos más frecuentes que rodean al mundo de la nutrición, incluidas las dietas milagro. La última parte consiste en un compendio de recetas tipo que, a modo de ejemplo podrían formar parte de las dietas semanales que como tal se detallan en sus páginas.

Fenomenal el trabajo de estas dos dietistas-nutricionistas, Julia Farré Moya y Anabel Fernández Serrano, que junto a la tecnóloga de los alimentos, Juana Mª González, nos dejan, ya era hora, una obra sensata en las estanterías de aquellos libros dedicadas a las dietas.

Si me lo permiten las autoras, he de decir que la cuestión de plantear u ofrecer a los lectores (y llegado el caso a sus pacientes) dietas calibradas al milímetro, por calorías y gramos de alimento, no es mi fórmula preferida a la hora de reconducir los hábitos de una persona, ni tan siquiera al principio. Pero qué duda cabe que este tipo de ejercicio de la profesión sigue teniendo sus defensores y seguidores. Al igual que a cualquiera le pueden gustar los coches y “ser” de una marca y otra persona, de igual forma “ser” de otra. Lo importante en este caso es que conduzcas lo que conduzcas se haga respetando las recomendaciones de circulación y sabiendo en todo momento qué se tiene entre manos.

Les invito, tal y como hacen las autoras en su web que le echen un vistazo a su libro descargándose el índice y primer capítulo en este enlace.

 

Comentario del libro «¡Adelgaza! sin que te tomen el pelo ni te quiten la salud»

Hace tres o cuatro fines de semana fui con la familia al súper del Corte Inglés y al pasar por la zona de novedades editoriales llamó mi atención entre muchos otros el nombre de un autor entre tanta bacanal dietético-editorial-adelgazante (estamos en la temporada propicia para que nuevos libros que tratan estos temas vean la luz o se reediten). Se trataba de José Enrique Campillo doctor en medicina y para mí toda una garantía de éxito para encontrar entre sus páginas un mensaje coherente, racional y basado en la evidencia a la hora de abordar todas estas cuestiones. ¡Hombre! –pensé- por fin alguien que escribe y al que le publican un libro sensato sobre estos temas. Para quienes no lo conozcan, editorialmente hablando me refiero, les recomiendo muy vivamente que se acerquen a una de sus anteriores obras, “El mono obeso”, una obra imprescindible para quien quiera comprender de forma sencilla el papel que juega nuestra herencia genética en el desarrollo de unas enfermedades concretas a las que el Dr. Campillo llama de la opulencia (colesterol, la diabetes o la obesidad, etc.). En el se explica cómo muchas de estas dolencias están muy relacionadas con el diseño evolutivo y con las “versiones anteriores” de otros homínidos anteriores a nosotros con los que compartimos “rama” dentro del árbol evolutivo. En mi opinión, muy recomendable.

Volviendo al tema de hoy, un hojeo rápido del libro confirma mis expectativas, o casi. De entrada la portada me chirría un poco (sí, ya sé que soy un pelín raro) pero lo del recurrente tema de la manzana y la cinta métrica, además de aburrir, me despierta un cierto grado de desasosiego; una especie de “ay, ay, aaaaay”, para que me entiendan.

El libro comienza genial, impecable; el autor justifica el porqué del mismo y hace una declaración de intenciones en relación a lo que el lector va a encontrar en su interior, pero… que contiene una terrible contradicción, la primera. El autor sostiene de manera contundente que adelgazar no es fácil, y coincido a pie juntillas con él, es más, yo diría que para una buena parte de personas adelgazar resulta condenadamente difícil. Sin embargo, en la misma introducción, al hablar de qué se va a encontrar el lector en este libro, afirma textualmente que el método que se propone “es fácil, natural y actualizado con la incorporación de los últimos conocimientos científicos sobre alimentación y salud”… ¡vaya! Algo que choca diametralmente con el Real Decreto 1907 / 1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria. Más en concreto este RD, cuando se refiere al adelgazamiento prohíbe explícitamente hacer referencia a:

  • Proporcionar seguridades de alivio o curación cierta.
  • El uso del término “natural” como característica vinculada a pretendidos efectos preventivos o terapéuticos.

Ya en materia el autor explica someramente y con criterio cuáles son las causas de la obesidad, pero llega a afirmar que para que el plan de adelgazamiento sea “completamente eficaz” es preciso que el interesado esté al corriente de los entresijos sobre las causas de la obesidad.

Aporta también una tabla de kilocalorías referidas a determinadas raciones (supongo que de lo que él considera estándar o medias) poco “ajustadas”: Por ejemplo, al establecer la ración estándar de cereales de desayuno en 50g (es menos), afirmar que un yogur desnatado aporta unas 70 kcal. (suele ser, relativamente, bastantes menos), sostener que un vaso de zumo de fruta contiene de 40 a 60 kcal. (suele ser, relativamente, bastantes más) etc.

Más adelante hace una descripción de las típicas dietas conocidas como milagro bastante matizable y, posteriormente, pasa a hacer su propuesta dietética que contiene desde mi particular punto de vista muy pocas herramientas prácticas. Ahora bien, se centra durante una buena parte de la obra en resaltar la importancia que tienen la motivación, la mentalización y el aumento del gasto energético (actividad física) en cualquier abordaje dietético con tintes adelgazantes. Y así, que quieren que les diga le alabo el parecer y el proceder. A mí juicio, me hubiera gustado más un libro centrado en estos aspectos y menos en los dietoterapéuticos que son a todas luces insuficientes (y en ocasiones mejorables) en una obra de estas pretensiones.

No obstante la peor crítica por mi parte se la lleva el final del libro en la que el autor en los dos últimos capítulos valora la eficacia de determinadas sustancias y terapias con pretendida acción adelgazante. Los divide en cuatro grupos: (1) fármacos oficiales, (2) complejos con reconocimiento científico de un cierto efecto antiobesidad, (3) remedios a base de plantas que influyen en el peso corporal y (4) productos fraudulentos y peligrosos… Una forma como cualquier otra de complicarse la vida ya que lo más fácil (y real) hubiera sido hacer sólo dos categorías, la primera y la última. Por ejemplo en la 2ª categoría (“complejos con reconocimiento científico de un cierto efecto antiobesidad”) el autor incluye:

  • Los fructooligosacáridos: No hay ni un solo artículo en la literatura científica que relacione el uso de este complemento alimenticio con la mejora –o empeoramiento, ya digo que no hay ni uno solo- de una situación de obesidad. Sí que es cierto que poseen un cierto efecto saciante, pero de ahí a decir que es un “complejo con reconocimiento científico de un cierto efecto antiobesidad” me parece un tanto desatinado (en especial por todas aquellas personas que pueden leer su libro y no tienen ni idea de estas cuestiones)
  • El chitosan: Es posible que el autor esté interesado en conocer que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) expresó su opinión científica en 2011 (legalmente vinculante) al respecto del efecto sobre el peso y contra la obesidad que tenía esta sustancia, y que su conclusión fue que no se puede establecer una relación causa efecto entre el uso del chitosan y la reducción del peso o la mejora de una situación de obesidad.
  • La fucoxantina: En este caso el autor habla de esperanzadores ensayos con efecto quema-grasas en modelos animales. No obstante se le pasa por alto una importante revisión sobre el tema realizada en la revista científica Obesity Reviews en la que concluye que pese a los esperanzadores hallazgos con determinadas sustancias en cuanto a su capacidad quema-grasa (como en el caso de la fucoxantina) la realidad es que nada de nada. A modo de curiosidad merece la pena citar que ni tan siquiera la EFSA ha recibido consulta alguna al respecto de esta sustancia y su capacidad adelgazante, así que si algún producto se vende haciendo dichas alegaciones estará etiquetado en contra de la legislación vigente (por que para poder hacerlo la EFSA ha de dar su visto bueno).

Por último, en el apartado de remedios a base de plantas también vuelve a atribuir a determinados extractos e infusiones vegetales propiedades adelgazantes, pero lo único que se consigue en realidad con tales afirmaciones es desenfocar un problema que tan bien tenía enfocado el libro en sus comienzos.

En definitiva un libro con un sabor agridulce para el profesional; y que en el caso del lector de a pie éste podrá encontrar ideas acertadas y beneficiosas, sí, pero también con el riesgo de que asuma errores a base de hablar de una evidencia científica que en algunos casos, como los ya reseñados, brilla por su ausencia.

Sea esto dicho con el mayor de los respetos (y también admiración) hacia el autor, se vuelve a hacer bueno el aforismo que dice que en los libros sobre dietas dirigidos a la población general cabe encontrar cosas buenas y originales, pero las buenas no son originales y las originales no son buenas.

Dukan vs «El nutricionista de la general»

El posicionamiento científico del colectivo nacional de dietistas-nutricionistas al respecto del “Método Dukan» es de todo menos ambiguo (Postura del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas -GREP-AEDN- sobre el método Dukan). En resumen, se le tacha (lo tachamos) de ser ineficaz, fraudulento y potencialmente peligroso para la salud. Esta opinión científica está basada y documentada en virtud del actual conocimiento científico sobre el tratamiento de la obesidad y de la vigente legislación española. Este documento al que me refiero lo ha hecho suyo el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y se puede consultar en la página web de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) con el fin, supongo, de dar respuesta a todos aquellos ciudadanos que se pregunten acerca de la idoneidad de dicho supuesto método adelgazante.

En este marco, el Planetario de Pamplona celebra, el próximo viernes 9 de marzo, a las 9.00 horas, una mesa redonda científica con el título “Controversias en torno a las dietas de adelgazamiento”. En la mesa tendrá lugar un encuentro poco usual entre el Sr. Pierre Dukan y «El nutricionista de la general«. Digo «poco usual» porque, hasta donde yo conozco, es la primera vez que el Sr. Dukan en persona accede a exponer sus planteamientos dietéticos en un foro de debate científico.

Según nota de prensa del Planetario de Pamplona, la estructura de la mesa redonda será la siguiente:

Presentará el acto el Dr. J. Alfredo Martínez Hernández, catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra.

Moderarán la mesa el Dr. Santiago Navas Carretero, de la Universidad de Navarra y D. Giuseppe Russolillo, presidente de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN).

Intervendrán el Sr. Pierre Dukan, creador del “Método Dukan” y D. Juan Revenga, miembro de la Junta de Gobierno de la AEDN.

Tras la realización de la mesa redonda se abrirá el turno para una discusión científica y sobre cuestiones de los asistentes.

La cita es en el Planetario de Pamplona (c/Sancho Ramírez, s/n) y la asistencia es libre hasta completar el aforo.

Fruto de este encuentro y para todas aquellas personas que estando interesadas no puedan asistir, lo único que puede hacer este «nutricionista de la general», de momento, es aportar el resumen de mi intervención tal y como se lo he aportado al servicio de comunicación del evento. Aquí lo tienen:

“Bases científicas de una dieta equilibrada de adelgazamiento”

Juan Revenga

RESUMEN

La prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en la población del “primer mundo” es importante; de igual forma, la incidencia de estas enfermedades año a año presenta cifras preocupantes. En palabras de la OMS estamos ante una epidemia de obesidad.

Ante esta situación la sociedad contemporánea muestra un interés creciente por los problemas de la nutrición y la alimentación del hombre. Sin embargo, este interés se acompaña de la aparición constante de falacias, mitos, dietas mágicas, que constituyen hoy en día un grave problema al que, necesariamente debemos hacer frente, puesto que llega a poner en peligro nuestra salud.

Al mismo tiempo resulta llamativa la alta proporción de personas que recurren a medios de comunicación poco cualificados para recabar información a la hora de adelgazar. Es preciso que los profesionales de la salud y los investigadores hagan llegar a la población general las características que de forma habitual reúnen todas las estrategias denominadas como populares (“fad diets”), de moda o milagrosas y al mismo tiempo informen de los riesgos que se asumen al seguirlas.

Más allá de los defectos formales que son habituales en este tipo de estrategias dirigidas para ser adquiridas por un importante número de personas, merece la pena abordar los riesgos concretos que en el momento actual y con especial incidencia tienen las denominadas dietas hiperproteicas, proteinadas o con alto contenido en proteínas que son las que, están “de moda”. El actual y muy reciente consenso FESNAD-SEEDO sobre obesidad, tras una exhaustiva, pormenorizada y detallada revisión de la literatura científica al respecto del tratamiento de la obesidad, aporta tanto las actuales evidencias en cuanto al uso terapéutico de este tipo de dietas como una serie de recomendaciones generales, pero muy concisas al mismo tiempo, de cómo ha de realizarse el abordaje del enfermo obeso.


Foto: Dreamstime

 

Nuevo libro: «Secretos de la gente sana»

Acaban de hacerme llegar una interesante obra titulada «Secretos de la gente sana» escrita por Julio Basulto y María José Mateo de la mano de la Editorial Random-House Mondadori.

Según el subtítulo de la obra: «Cinco pasos para mejorar y conservar la salud» (un poco pretencioso a mi juicio, mejor hubiera sido: cinco pasos para «procurar o intentar mejorar…» la salud) se trata de ofrecer al lector interesado una serie de claves con las que adquirir o retomar aquellos hábitos de vida más beneficiosos que otros, y siempre a la luz de la actual evidencia científica aportada por el primer autor. Y ya que estamos, la palabra «secretos» en el título tampoco es santo de mi devoción, resulta incluso inquietante… ¿tienen secretos la gente sana para hacer que su vida sea precisamente eso, sana? Creo que no. Unas simples comillas a ambos lados de la palabra hubieran aclarado bastante. Es posibre que se trate, de nuevo, de cuestiones de Marketing editorial.

Como no podía ser de otra forma en el comentario de un libro presente en este blog, la alimentación, los hábitos alimentarios, las costumbres sociales del comer o no comer, etc. y su influencia en la salud es uno de los temas centrales de la obra, pero no el único. La necesidad de «tomar conciencia» sobre lo que nosotros podemos hacer por dicha salud es otro de los pilares en los que se incide de forma importante.

Conociendo como conozco a los autores por otra obra anterior («No más dieta» (2010), de la misma editorial mencionada) preveo una agradable lectura, interesante, instructiva y estimulante.

Aunque editado en la siempre práctica colección «DEBOLS!LLO» un breve vistazo sirve para darse cuenta que no estamos ante el típico manual de autoayuda vitalista carente de más documentación que las buenas intenciones de un autor cualquiera. Citas, referencias y menciones a artículos científicos o a páginas de Internet con las que poder argumentar los contenidos y ampliar información son abundantes y están perfectamente detalladas en un estilo de comunicación que empeza a ser un rasgo diferencial (muy de agradecer) de Julio Basuto.

A la espera de poder disfrutarlo como merece, para lo que hace falta dedicar un cierto tiempo, les invito a hojearlo en su librería con el espíritu de lo que para mí tiene todos los ingredientes de ser un valor (casi) seguro. Por cierto, también está disponible en versión ebook.

Comentario del libro «La dieta anti Dukan»

Hace unos días ya les comentaba la noticia de una nueva aparición editorial, el libro titulado «La dieta anti Dukan» de Terica Uriol y Ana María Pascual de Ediciones B, y prometí que lo leería y que lo comentaría.  En esas estamos. Vamos allá:

Páginas: 222, de las cuales 111, justo la primera mitad, se dedican a desmontar el método Dukan (además de otras dietas de moda) es decir, a hablar de lo perjudicial que es y de los «posibles» efectos secundarios del método Dukan y de otras dietas de moda o milagrosas. «Posibles» está entre comillas porque pese a la opinión dogmática de que estos efectos secundarios son inherentes al seguimiento del método Dukan, en las ciencias de la salud resulta conveniente hablar más en términos de probabilidades o de aumento o disminución del riesgo, que en forma de «seguridades».

El tiempo que le dediqué en una lectura crítica y analítica fue de 4 horas y media. Tiempo en el que dilapidé un taco de post-it enterito con el fin de anotar aquellos aspectos del libro que llamaron mi atención o que, con mucha más frecuencia, simplemente estaban mal o eran inexactos o susceptibles de matización. Me llamó la atención qué:

  • El índice ocupa nada más y nada menos que 5 páginas, y que
  • En la segunda mitad del libro, las otras 111 páginas, lejos de encontrar una detallada propuesta dietética, se hallan: una pequeña loa a la dieta mediterránea; la presentación del «original» método propuesto por la autora, «la dieta del bocadillo», y del que se dice de sí misma Terica Uriol ser la inventora; además, recetas y más recetas (hasta ocupar 25 páginas con ellas) y, al final, un llamamiento a la «depuración» para todos aquellos a los que les hubiera ido mal el método Dukan (y no en referencia a la depuración mental, que bien podría ser, si no a la necesidad de seguir algún tipo de estrategia dietética depurativa post-Dukan).

Vamos a ver, en el libro encontramos cosas buenas y cosas no tan buenas. A mi entender es bueno:

  • La existencia en el mercado de una réplica, más o menos documentada, a los arriesgados planteamientos propuestos en el método Dukan con sus infinitos ejemplares vendidos. Una alternativa a quienes sin conocer demasiado del tema se plantean con espíritu crítico la apisonadora editorial del señor Dukan.  Ya está, se acabó, no le encuentro mayor bondad.

En sentido contrario sí que le encuentro diversos puntos débiles y que quiero señalar con el más puro afán de crítica constructiva. En cuanto a la forma:

  • La utilización de testimonios para defender los aspectos negativos del método Dukan. Resulta que en el documento de Postura del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AED-N) referido al método Dukan y publicado en la web del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (y que es mencionado en el texto para remachar su mensaje), se menciona que el método Dukan es milagroso por reunir una serie de características entre ellas la de incluir relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad. Resulta cuando menos chocante que en este libro se encuentren no menos de 10 testimonios o casos (reales o ficticios, quién lo sabe) a los que se dedican, más o menos, 36 páginas. Hacerlo así, con testimonios, es una de las claves para desenmascarar dietas milagro.
  • La escasez de citas y referencias en la bibliografía, hay muy pocas. Sin ir más lejos el documento del GREP-AEDN contiene 22 citas bibliográficas para refrendar su postura en un documento que escasamente ocupa un folio y medio. Sin embargo, el libro aporta 21 citas bibliográficas para criticar a Dukan, para apoyar sus tesis, para defender su «dieta del bocadillo», etc. algo a todas luces escaso. No obstante la autora hace mención a múltiples estudios de espectaculares resultados, que no digo que no sean ciertos, pero que desde luego no cita o no lo hace de la forma más idónea para que el lector interesado pueda comprobarlo por sus propios medios. Como decía Ben Goldacre en su muy recomendable «Mala ciencia«, escribir un libro con «apariencia» erudita es muy fácil, consiste en dispersar unos cuantos números entre paréntesis o en superíndice a lo largo del texto… eso le da el aspecto de una obra erudita.
  • Pero lo peor no es no citar, lo peor es plagiar y hacer propio el trabajo de otros. En concreto en la página 28 del libro la autora menciona 6 claves para distinguir las dietas milagro, pues bien, esas 6 son las mismas que las que se pueden encontrar en el documento de la American Dietetic Association «Position of the American Dietetic Association: food and nutrition misinformation«. Pero hay un detalle más, en el libro se mencionan 6 como las premisas de las dietas milagro, y no 9. Tantas como 9 son las que contiene el documento original. ¿saben cuál de entre las tres que faltan no se menciona? Pues sí, acertaron, la de «incluir relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad«.
  • Además, de nuevo en la página 28, se señalan una serie de características para descubrir las dietas milagro, entre estas, aquellas que se caracterizan por prometer resultados rápidos, sin esfuerzo y anunciando que son seguras, algo en lo que estoy totalmente de acuerdo. No obstante, al hablar de su dieta dice textualmente que es una «dieta eficaz, sana, divertida y, sobre todo fácil de seguir». ¿No es esta una forma bastante directa de contradecirse salvo que también se considere su propuesta dietética como una más entre las dieta milagro?
  • Siguiendo con temas relacionados con la forma es francamente mejorable la escasa precisión con la que en el texto se hace referencia a los profesionales sanitarios. Para empezar la autora, Terica Uriol, en la contraportada, viene definida como «dietista-nutricionista» y no lo es. Miente en cuanto a su categoría profesional (ver Ley 44/2003 de Ordenación de Profesiones Sanitarias, LOPS). ¿Verdad que nadie se diría de sí mismo que es médico sin serlo o por el mero hecho de saber mucho de medicina? Médico es quien tiene el título universitario que así le define y le representa como tal. Pues con el término dietista-nutricionista (las dos palabras juntas y separadas por guión) sucede exactamente igual, se precisa de un título universitario concreto y no se es dietista-nutricionista por el único y mero hecho de saber mucho de estas disciplinas. En este sentido y de igual forma se refiere al señor Dukan en términos de «doctor» cuando no lo es, como «nutricionista» o «dietista» cuando tampoco; a los verdaderamente «dietistas-nutricionistas» como simplemente «dietistas» o «nutricionistas» y de ella misma se dice en la presentación «nutricionista», una denominación sobre la que habría que discutir mucho su adecuación a la luz de la disposición adicional segunda de la LOPS: «No podrán utilizarse otras denominaciones [profesionales] que, por su significado, puedan inducir a confusión con aquéllas».
  • Ya por último en este aspecto, la portada. Manzana (verde) y cinta métrica al canto. En cuanto al título, en la portada, destaca la palabra Dukan sobre cualquier otra reservando sólo para el apellido del señor Dukan la letra de mayor tamaño. Una práctica legítima, que duda cabe, pero cuestionable desde un punto de vista utilitarista.

En cuanto a los contenidos:

  • Poca chicha, adecuada eso sí, pero poca chicha. Haciendo buena la expresión de D. Abel Mariné relativa a que las dietas de moda tienen cosas originales y buenas pero que las originales no son buenas y las buenas no son originales, en este libro encontramos un montón de cuestiones históricamente conocidas y defendidas por la comunidad científica. Me parece estupendo, lo digo de verdad, el poder contar con un libro que denosta aquellas propuestas dietéticas carentes de aval científico y que proponen una forma de comer más equilibrada y que es acorde con las recomendaciones común y racionalmente aceptadas. Pero la originalidad brilla por su ausencia.
  • No me convence el uso del concepto práctico de «dieta». La venta o publicidad de una solución a los problemas de obesidad a partir del «hacer dieta» me parecen estrategias desafortunadas e ineficaces en el momento de dirigir este mensaje a la población general. Entiendo que, en lo que se refiere al título, las cuestiones de marketing editorial hayan tenido un peso importante. No pretendo entrar demasiado en este tema y prefiero dirigir a todo aquel que esté interesado en el concepto de no hacer dieta jamás al magnífico libro de Julio Basulto «No más dieta» Ed. Random-House Mondadori (nótese que también figura en su portada una manzana verde, sí, pero tachada en lo que podría ser entendido como un mensaje de lo que se va a encontrar dentro).
  • Hay mucho más, inexactitudes varias y errores poco deseables. Por ejemplo, me dejó de piedra la siguiente expresión (página 57): «Otros efectos adversos del estado de cetosis son las cefaleas […] El motivo es que el cerebro no está bien alimentado sólo con grasa«.
  • No me resisto a dejar de destacar en relación a los contenidos, la invitación que se hace en el libro a la necesidad de «depurar» el organismo tras el seguimiento durante un tiempo del método Dukan. Fíjense en este reciente artículo («Alternative Detox«, publicado el 31 de enero de 2012 en la prestigiosa publicación British Medical Bulletin) en él se razona que las terapias desintoxicantes como herramienta y fin dentro de las terapias alternativas, incluidas las dietéticas, constituyen un reclamo publicitario habitual, pero que carecen hasta el momento de la evidencia necesaria en cuanto a su utilidad. Los autores del artículo mencionado recomiendan por tanto huir de todas aquellos métodos, dietas o sistemas que realicen afirmaciones tendentes a la desintoxicación: naturopatía, homeopatía o estrategias dietéticas desintoxicantes (o depurativas) entre otras. En descargo de la obra que ahora comento se puede decir que este artículo es muy novedoso, más que la publicación del libro. No obstante, el uso de estos conceptos (desintoxicante, depurativo, etc.) es y ha sido considerado por la comunidad científica como sospechoso y habitualmente vinculado a un entorno poco serio.
  • Por último, conviene también prestar atención a las recetas propuestas y al carácter «divertido» del plan «la dieta del bocadillo, tal y como se hace referencia a ella en el libro. Cuando alguien te invita a que en una receta de cogollos con anchoas escurras el aceite de la lata (hasta aquí aceptable) y que además las seques con un papel absorbente o te sugiere que para una receta de arroz con pollo se utilice media cucharada de aceite para freír toda una pechuga de pollo cortada en dados, conviene preguntarse qué concepto tiene ésa persona de la diversión en la mesa.

En resumen, un libro que quizá le pueda venir bien a quien no tenga mucha idea de nutrición o a quien crea (equivocadamente eso sí) que «hacer dieta» es una de las claves para adelgazar. Por todo lo demás, dada su escasez de buena originalidad y su falta de rigor no cabe sino plantearse una vez más la pregunta, ¿hacía falta? Yo creo que no.