El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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A vueltas con las raciones y las cantidades: Una útil herramienta de la OCU

Para una buena parte de la población general las recomendaciones sobre el consumo de alimentos en términos de frecuencia y cantidad supone un galimatías indescifrable, cuando no un terrible jeroglífico de imposible solución. No les culpo, es más, diría que tienen toda la razón para protestar. Quizá sea por esta razón que me gustan bastante más otras soluciones a la hora de dar un mensaje coherente y útil en relación a los conceptos mínimos que se han de tener en cuenta para articular el quehacer diario en relación con la alimentación; ya hemos hablado en otras otras entradas al respecto, por ejemplo en «Tres consejos en seis palabras» y en «MyPLate«.

No obstante, aquí en España, tanto para la bueno como para lo malo, seguimos contando oficialmente desde las instituciones públicas con la pirámide de la alimentación saludable SENC 2004 (ver página 20) para cubrir este «servicio» de aportar consejo sobre los hábitos correctos de alimentación.

Como decía, hacer una interpertación de los hábitos concretos de una persona suele necesitar de la ayuda de un profesional, de forma idónea un dietista-nutricionista, quien sabrá utilizar e interpretar las distintas herramientas de la «encuesta dietética» tales como; el cuestionario de frecuencia de alimentos, el recuerdo de 72 horas, el diario de 24 horas, los cuestionarios de preferencias y aversiones y un largo etcétera de otras herramientas utilizadas a la hora de elaborar una «historia dietética» de cada persona o, llegado el caso, de una población.

Pues bien, sin hacer de menos la labor de estos profesionales, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto al servicio de los ciudadanos (no es preciso estar suscrito a esta organización) una útil página en la que cada uno puede chequear su grado de adherencia a las recomendaciones contenidas en la referida pirámide. Para acceder a ella se puede pinchar aquí. Como digo, la ausencia de un profesional que nos ayude a entender qué es una ración de los distintos alimentos propuestos es un de los inconvenientes, no obstante creo que se trata de una interesante aplicación. Una de sus mayores ventajas es que además de poder hacer una estimación diaria del consumo de alimentos por grupos, permite hacerlo semanalmente, lo que ayuda bastante para tomar en consideración todos esos alimentos que no se consumen a diario.

Entren la pirámide y conozcan sus «secretos».

Nuevo libro: «Secretos de la gente sana»

Acaban de hacerme llegar una interesante obra titulada «Secretos de la gente sana» escrita por Julio Basulto y María José Mateo de la mano de la Editorial Random-House Mondadori.

Según el subtítulo de la obra: «Cinco pasos para mejorar y conservar la salud» (un poco pretencioso a mi juicio, mejor hubiera sido: cinco pasos para «procurar o intentar mejorar…» la salud) se trata de ofrecer al lector interesado una serie de claves con las que adquirir o retomar aquellos hábitos de vida más beneficiosos que otros, y siempre a la luz de la actual evidencia científica aportada por el primer autor. Y ya que estamos, la palabra «secretos» en el título tampoco es santo de mi devoción, resulta incluso inquietante… ¿tienen secretos la gente sana para hacer que su vida sea precisamente eso, sana? Creo que no. Unas simples comillas a ambos lados de la palabra hubieran aclarado bastante. Es posibre que se trate, de nuevo, de cuestiones de Marketing editorial.

Como no podía ser de otra forma en el comentario de un libro presente en este blog, la alimentación, los hábitos alimentarios, las costumbres sociales del comer o no comer, etc. y su influencia en la salud es uno de los temas centrales de la obra, pero no el único. La necesidad de «tomar conciencia» sobre lo que nosotros podemos hacer por dicha salud es otro de los pilares en los que se incide de forma importante.

Conociendo como conozco a los autores por otra obra anterior («No más dieta» (2010), de la misma editorial mencionada) preveo una agradable lectura, interesante, instructiva y estimulante.

Aunque editado en la siempre práctica colección «DEBOLS!LLO» un breve vistazo sirve para darse cuenta que no estamos ante el típico manual de autoayuda vitalista carente de más documentación que las buenas intenciones de un autor cualquiera. Citas, referencias y menciones a artículos científicos o a páginas de Internet con las que poder argumentar los contenidos y ampliar información son abundantes y están perfectamente detalladas en un estilo de comunicación que empeza a ser un rasgo diferencial (muy de agradecer) de Julio Basuto.

A la espera de poder disfrutarlo como merece, para lo que hace falta dedicar un cierto tiempo, les invito a hojearlo en su librería con el espíritu de lo que para mí tiene todos los ingredientes de ser un valor (casi) seguro. Por cierto, también está disponible en versión ebook.

Adiós «Mi pirámide», hola «Mi plato»

Las administraciones sanitarias de los distintos países suelen tener programas con los que se hace educación en materia de salud dirigida a la población general. Uno de los programas más habituales son los referidos a la educación nutricional o consejos y recomendaciones para seguir una alimentación saludable, equilibrada. Entre las herramientas más conocidas desde hace tiempo para hacer llegar estos consejos figura la pirámide de los alimentos. En 1992 el gobierno estadounidense fue uno de los primeros (por no decir el primero) en popularizar este icono a través de su Departamento de Agricultura (USDA). Esta iniciativa fue adoptada por otras administraciones, entre ellas la española que en base a la «Pirámide de la alimentación saludable» de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria 2004 dirigía (y dirige por que aun sigue en vigor) un mensaje gráfico a todos los españoles a cerca de cómo debe ser su alimentación a grandes trazos.

Pues bien, a lo largo de todos estos años la pirámide USA ha sido objeto de distintas modificaciones, algunas demasiado innovadoras como aquella que terminó llamándose «MyPiramid» (mi pirámide) que tenía los grupos de alimentos, de distinto grosor en función de las recomendaciones de consumo, dispuestos en vertical desde la base hacia la cúspide. Lo cierto es que nunca gozó de un gran aprecio ya sea de la población general o de la comunidad científica, era «rara» y en poco tiempo se ha visto sustituida por «MyPlate» (mi plato). Así, en junio de 2011 se presentó esta nueva herramienta de la administración USA de la mano de Michelle Obama. La imagen de «MyPlate» es la que se puede ver al inicio de esta entrada.

La mayor novedad de «mi plato», a parte del uso de un icono circular frente al triangular, radica en que en un vistazo rápido se puede observar la proporción relativa que los alimentos de origen vegetal han de formar parte de nuestra dieta. Nada más y nada menos que toda la mitad izquierda está constituida por frutas, verduras y hortalizas. Un mensaje que hace bueno uno de los consejos apuntado en otra entrada de este blog, tres consejos en seis palabras. De la mitad derecha destacan los cereales, es decir todos los distintos alimentos con este origen, ligeramente por encima de las fuentes alimentarias ricas en proteínas. Como último elemento tenemos una ración de lácteos en la parte superior derecha.

¿Es entonces esta representación de un plato la forma en la que hay que estructurar todas nuestras comidas? No exactamente. El mensaje es que si pudiéramos poner toda la comida (la de todas las ingestas diarias) con la que nos vamos a alimentar a lo largo de nuestra vida, debería tomar la forma de esta representación por grupos de alimentos.

Dentro de la página de «MyPlate«, bastante extensa y al mismo tiempo clara, existen diversos vínculos para descubrir cómo interpretar todos y cada uno de los distintos apartados de nuestro plato. Creo que el mensaje general con la imagen utilizada, el icono, es bastante claro, más que con el uso de las pirámides. Además, en la página mencionada se dan una serie de claves a modo de resumen para interpretar de la forma más correcta el trasfondo del consejo. De esta forma dan siete consejos para tratar de mejorar la salud a través de la alimentación:

Sobre el equilibrio calórico:

  • Disfruta de la comida, pero con atención a las cantidades. Lo que me parece una auténtica novedad en cuanto a los consejos de alimentación saludable: el primer consejo es que se disfrute de los que se come, desde mi punto de vista una estupenda forma de empezar con las recomendaciones.
  • Evita las raciones grandes o gigantes.

Sobre los alimentos que conviene aumentar su consumo:

  • Procurar que la mitad de «tu plato» esté constituido por frutas, verduras y hortalizas.
  • Sobre el consumo de alimentos de origen cereal, procura que al menos la mitad sean integrales.
  • En cuanto a los lácteos elige los desnatados o, al menos, los bajos en grasa.

Sobre los alimentos que conviene reducir su consumo:

  • Compara el contenido en sodio y sal en la etiqueta de los alimentos elaborados que adquieras y escoge aquellos con un menor aporte.
  • Evita el consumo habitual de refrescos y bebidas azucaradas, la bebida de elección debe ser el agua.

Qué quieren que les diga, a mí me gusta, me parece más llevadero y más práctico que otras herramientas. También es cierto que «My Plate» ha recibido algunas críticas constructivas, de mejora, en especial por parte de la Harvard School of Public Health sobre las que tengo pensado comentarles más adelante.

Entre tanto, ya lo saben, a disfrutar comiendo de una forma más saludable, aunque para eso haya que tener unas ciertas habilidades culinarias… pero eso es tema para otro día.

 

Magufadas dietéticas

 

Existen diversas páginas en la red que me resultan muy agradables de seguir. Tal es el caso, por ejemplo de amazings, enchufa2 o el fondo del asunto.
Un cierto grado de escepticismo me parece indispensable cuando se abordan temas científicos y si además se riega de vez en cuando de buen humor pues mejor que mejor. Tal es el caso de las páginas que menciono.

Uno de los post que más me ha gustado y divertido ha sido el del manual del buen magufo (para muchos el término magufo podría ser traducido por «engañabobos») en el que se aportan los mínimos común denominadores de las estrategias magufas.

La alimentación, la nutrición, la dietética, y no digamos ya el proceloso universo del adelgazamiento es un terreno abonado para las magufadas. Así pues, tomando la interesante propuesta del «manual del buen magufo» anterior me he propuesto adaptarlo a la realidad dietética. Por tanto creo que el proceso para generar un método de estas características (una magufada dietética) precisa de:

  • Tener una idea peregrina y que esta esté basada en un método o idea ancestral si se puede milenaria… cumplen el 50%
  • Tener una idea peregrina y que esta esté basada en novedosísimos estudios supracientíficos… cumplen el otro 50% (En este caso es importante crear una descripción enrevesada del funcionamiento, sin ningún fundamento científico pero que al mismo tiempo incluya complicados términos científicos absolutamente confusos)
  • Afirmar qué:
    • Es para todos los públicos condición y edad… cumplen el 95%
    • No tiene ninguna contraindicación ni efecto secundario, más al contrario tu vida mejorará en todos los ámbitos posibles… cumplen el 100%
  • Construir expresiones con los siguientes términos «natural», «eco», «bio»… cumplen el 100%
  • Demostrar su eficacia en base a testimonios personales, por ejemplo: a mi vecina del 5º le ha ido fenomenal, o el alcalde de Getafe está maravilloso después de la dieta, o mi padre perdió 15 kilos en una semana, etc. y si se incluye a algún famoso mejor… cumplen el 100%
  • Ponerlo todo en un libro y buscar a buen precio el testimonio de alguien con un título sanitario que se preste a avalar el tema o, en su defecto, alguien con bata blanca… cumplen el 100% (este particular se resuelve antes si el promotor es ya médico o al menos profesional sanitario y aporta su propia bata)
  • Por último, el sistema ha de ser complicado en su seguimiento, enrevesado y con múltiples fases de características cambiantes y porqué no decirlo, también contradictorias… cumplen el 90%

Pueden ahora tomar la dieta, sistema o método adelgazante de moda que prefieran y ponerlo sobre la lupa de este manual de magufadas dietéticas.