El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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El porqué de que no me gusten las dietas por fases

Alimentos prohibidos fase 1 south beach_ afsheenAdemás del carácter hiperproteico de las dietas de moda actuales hay otra característica que las suele definir, no sé si a todas ellas, pero sí a una buena parte: el hecho de estar organizadas en fases o etapas.

Fases, hitos, etapas o periodos en los que las indicaciones a seguir son cambiantes. Me explico, antes podías hacer esto y ahora no, se ha de hacer de otra forma. Antes podías comer así y ahora lo has de hacer asá. Ejemplos de estas condiciones cambiantes a medida que se avanza por la dieta de moda los tenemos a patadas en aquellos métodos que hacen furor actualmente: el método Dukan, el sistema Pronokal©, el método Kot©, la dieta South Beach, la de los 31 días, y tantas otras ya sean hitos comerciales o te las aconseje un profesional (un sacacuartos profesional, se entiende).

Digo lo de “sacacuartos profesional” porque no deja de ser curioso que ninguna de las recomendaciones coherentes emitidas por las más importantes instituciones a la hora de promover un adelgazamiento saludable incluya “las fases”. Tampoco conozco ningún plan docente de ninguna universidad española en la que se incluyan fases cambiantes para promover el adelgazamiento con salud (me refiero a universidades que impartan el Grado de Nutrición Humana y Dietética). Es más, considero que dentro de las claves para desenmascarar dietas milagro o de moda debería figurar además el estar organizada en fases, como rasgo definitorio.

En líneas generales las buenas recomendaciones se centran en hacer las cosas bien, desde el principio y hasta el final, sin cambios. O mejor dicho, sin final.

Me da la sensación que el hecho de hacerlo así, por fases, se trata más de fidelizar al incauto que de otra cosa. Es decir, se trata, y para ello me baso en lo que algunos sistemas no tienen mayores tapujos en esconder, en conseguir pérdidas de peso meteóricas con el fin de crear en el paciente-impaciente una cierta confianza en que el método funciona, y qué mejor prueba para hacerlo que prometer-conseguir pérdidas de cerca de cuatro o más kilos en las primeras semanas, mientras dure la primera o las primeras fases. Pero hay una pregunta que muchas veces obviamos…

¿comer como se suele proponer comer en las primeras fases es saludable?

Supongamos que la respuesta sea afirmativa, entonces, si es saludable ¿para qué cambiar a una nueva fase con nuevas y distintas directrices? En este caso no faltará quién diga que se cambia, no porque no sea saludable sino para aportar una mayor variedad a la pauta alimenticia y para así hacerla más placentera, no tan restrictiva (las primeras fases suelen ser restrictivas hasta parecer tacañas en el plano alimenticio). Entonces, hay una pregunta que nos queda dentro de esta rama de posibilidades ¿es que acaso no se puede comer de forma saludable y disfrutar al tiempo que se adelgaza?  Ya he mencionado alguna vez que las mejores dietas no son las que están cuajadas de restricciones sino más al contrario, de buenas sugerencias, y lo sigo manteniendo.

Supongamos por el contrario que la respuesta es negativa, que no es saludable prolongar en el tiempo esa «fase» inicial, y de ahí el cambio de fase, entonces, ¿para qué se promueve el hacerla? La única respuesta que me queda es la que ya he aportado, la de la fidelización, hacer perder mucho peso en poco tiempo para convencer al paciente-impaciente.

Claro, con el tiempo, a medida que la mano se abre y se va avanzando dentro de las fases más permisivas del sistema en cuestión resulta que la pérdida de peso se ralentiza hasta el punto de hacerse inexistente. En muchos casos, estando tan abiertas las posibilidades, no siendo tan restrictivas y tan férreas como al principio, se empieza a hacer difícil el distinguir esa fase de nuestro anterior patrón dietético previo a la dieta. Es entonces cuando ya no se sabe si se está a dieta o no ¿la habré acabado? Y cuando con mayor probabilidad la pérdida de peso no es que se ralentice, sino que se revierta su tendencia y se empiece incluso a ganar.

¿Por qué no me gustan las dietas por fases? Porque incluso los pacientes-impacientes se dan cuenta del proceso, aunque sea de forma inconsciente. Han contrastado en sus propias carnes que se puede perder una cantidad de kilos considerable en un tiempo record mientras estemos dispuestos a seguir un patrón alimenticio draconiano. ¿Qué más queremos? ¿Que luego los volvemos a recuperar? pues nada, se vuelven a poner en práctica ésas fases, o cambiamos de método, por ejemplo, por aquel que esté de moda en ese momento y así, se perpetúa el eterno ciclo dieta-engorde-dieta-engorde. Sin olvidar que en ningún momento estamos haciendo lo que deberíamos.

Comprueba cuales son los peligros más claros de seguir un tratamiento inadecuado para la obesidad según el Documento de Consenso FESNAD-SEEDO sobre Recomendaciones nutricionales basadas en la evidencia para la prevención y el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos.

¿Que por qué no  me gustan las dietas o sistemas adelgazantes por fases? Por que son intrínsecamente contra educadores.

Riesgos tratamiento inadecuado obesidad_Fesnad_Seedo

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Foto 1: afsheen

Yo no quiero hablar de Dukan, pero a la fuerza ahorcan

Hola. Este post es en realidad el comentario de un servidor que aparece tal cual en dos post de dos blogs muy recomendables, uno está en el blog de Gominolas de petróleo  («Los peligros de las dietas milagro») y el otro en el blog de Scientia («El Corte Inglés y las dietas milagro»). Por lo tanto, para entender mejor el sentido de esta entrada sugiero leer antes las mencionadas entradas. Así que échale ganas y adelante, ambas entradas lo merecen.

Gominolas de petroleoScientia

 

 

Para Gominolas de petróleo, enhorabuena por tu blog, no sé si te lo había dicho alguna vez, pero me ratifico, tanto en los contenidos que abordas como en la forma como el tono en el que lo haces. Me encanta y se lo recomiendo a todos los lectores.

Para Scientia, qué decir que ya no te haya dicho, aparte de gracias una vez más por la mención.

A tenor de ambos post y los comentarios de los lectores sobre el tema Dukan me gustaría hacer una serie de matizaciones:

Dukan

Uno: A estas alturas no voy a poner en duda ni mucho menos que el Sr Dukan sea médico, pero sí lo hago públicamente sobre el hecho de que sea nutricionista o dietista, al menos en su más estricta vertiente académica. Lo digo por lo que él mismo expresa en las primeras páginas de su libro “No consigo adelgazar” que por su puesto sí que me he leído, en las que se detalla cuáles fueron sus inicios en este mundillo fruto de una experimentación con sus propios pacientes, algo más que cuestionable en cuanto a su metodología.

Dos: El Sr. Dukan, para que conste una vez más, fue denunciado por la propia organización médica francesa, la que regula esta profesión en su país, fruto de su “particular” forma de entender el ejercicio de la medicina. Como el fruto probable de estas dos denuncias era su exclusión de este colectivo, antes de que lo echaran y verse sometido a escarnio público, el Sr. Dukan decidió “salirse voluntariamente” de la organización médica francesa. Significativo.

Tres: La postura oficial del principal colectivo de dietistas-nutricionistas de este país, la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas, y la mía propia, en relación a los métodos Pronokal y similares es la misma, mismísima que la que se tiene sobre el método Dukan y se puede consultar en este enlace. Sería conveniente documentarse sobre el tema antes de pronunciarse. Que existan determinados profesionales que la promuevan es responsabilidad única y exclusivamente suya.

Follow the moneyCuatro: El argumento frecuentemente esgrimido por los dukanianos de que nosotros estamos en contra del método porque nos quita negocio sería estupendo que lo documentaran con alguna prueba, por pequeña que sea (declaraciones de algún afectado, estudios de mercado que lo ratifiquen, etc.) Lo digo por que yo no he oído a nadie que no sea “dukaniano” el decir que el método dukan vacía las consultas de los dietistas-nutricionistas. Si sirve de algo mi ejemplo, puedo decir que más al contrario. No han sido pocas las ocasiones que alguien ha llamado a mi consulta con el fin de pedir cita para que le “ponga una dieta de tipo Dukan”. Ni que decir tiene que con esos planteamientos y tras tratar de convencerle sin éxito de lo absurdo de sus planteamientos no les di cita. Así que, si hubiera querido, el método Dukan, lejos de ser un menoscabo para los ingresos de mí consulta podría haber supuesto una fuente de beneficios, al menos a corto plazo.

Cinco: Me alegro por todos aquellos a los que el método Dukan les haya funcionado. De verdad que manifiesto este sentimiento con total sinceridad, es más, me alegro de que les haya funcionado y espero que lo siga haciendo. Ahora bien, que sepan que su éxito va en contra de la mayor parte de las estadísticas (al igual que aquellos que compraron un décimo de lotería y les tocó, también me alegro por ellos). Es decir, cuando la práctica totalidad de las autoridades sanitarias… y me refiero tanto a las estrictamente pertenecientes a la administración como a las más “privadas” con fines públicos, advierten de cómo se ha de afrontar un adelgazamiento coherente con las más mínimas recomendaciones en salud (física y mental) será por algo. ¿De verdad alguien cree que la OMS, la ADA, la BDA, la AESAN, la ANSES, la EFSA, la AEDN, la FESNAD, la SEEDO, la SEEN, la SEN, la AHA, la USDA, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, el Colegio de Médicos Francés y tantos otros se han puesto de acuerdo para jorobar al Sr. Dukan y su método por alguna razón en especial, incluido el presunto menoscabo económico? Por favor, seamos sensatos.

Huevo vs gallina

Seis: Además, este supuesto contubernio internacional y puesta en común para sentar las bases de un adelgazamiento saludable son anteriores al “pelotazo” del Sr. Dukan, que creo, sinceramente, que tiene el ego muy subidito cuando dice que todos nos hemos puesto en su contra. Disculpen ustedes, pero es el Sr. Dukan el que habiendo creado un “novedoso” sistema (va entre comillas por que las dietas hiperproteicas para la pérdida de peso son más viejas que mear contra la pared) se ha puesto en contra de unas recomendaciones científicas para la pérdida de peso sostenidas desde hace tiempo y que con el paso del mismo se tratan de adaptar a los nuevos conocimientos. Pero dejadme que os diga que entre esos nuevos conocimientos no figuran el concederle a su sistema todas las garantías que el Sr. Dukan sin la menor prueba científica que lo respalde y sin el menor rubor, se encarga de proclamar a los cuatro vientos. Y digo que no hay pruebas científicas de las bondades de  su sistema concreto por que no las hay. Hay cientos, miles si se quiere, de estudios (observacionales, de intervención, de revisión, etc.) que abordan ensayos concretos con dietas hiperproteicas, no os lo voy a negar. Incluso diré, y lo reconozco, que muchos de ellos apuntan resultados interesantes sobre el uso de este tipo de estrategias, para eso tenemos el libro del Dr Campillo. Pero al final… al final de todo… ¿sabéis qué es lo que queda? Dos cosas:

  • La primera: No hay ni una sola prueba científica debidamente planificada que ponga de relieve la eficacia y la seguridad en la pérdida de peso del concreto “Método Dukan” con sus fases de ataque, crucero y demás. Ni una sola, ni la más pequeñita. Lo digo en serio, me gustaría que el Sr Dukan se gastase solo un poquito de sus astronómicos beneficios y nos diese el gusto de ofrecernos un estudio imparcial sobre el funcionamiento de sus métodos. Os prometo que a título particular estaría encantado de conocer esos resultados y, si él lo quiere, atentos al dato, incluso de participar. ¿Sabéis cuál es la mejor forma de demostrar que algo funciona? Invitar a tus detractores a que te ayuden a esclarecer las pruebas concretas de lo que uno dice funciona. Y no a invitarles a que te demuestren que NO funciona.
  • La segunda: Las conclusiones de la práctica totalidad de todas las instituciones públicas o privadas con un cierto prestigio en estas cuestiones están, de momento, bastante alejadas de sus planteamientos.

Siete: Con respecto a la responsabilidad de los centros de distribución de los libros o productos de la dieta Dukan he de decir que en otoño de 2011 los colegios oficiales y profesionales de dietistas-nutricionistas de Baleares y Aragón enviaron sendas cartas al Corte Inglés cuestionando su labor (al menos estos dos Colegios oficiales, que son los que me constan que lo hicieron, ya que guardo las pruebas). El Colegio Balear obtuvo una respuesta “no oficial” concluyendo algo muy similar a lo que esgrime Scientia en su post, que su venta se ejerce desde la más estricta legalidad y que otros también lo hacen (algo normal y previsible). Por su parte el Colegio de Aragón no obtuvo respuesta alguna, ni oficial ni de las otras.

Ocho: Yo no creo que se ejerza su venta desde la más estricta legalidad, creo que se venden “a pesar de que la legalidad vigente diga lo contrario”; y que como lo hacen muchos, pues parece más válida. Lo cual es una no poco sutil diferencia.

Cárcel de dinero

Comentario final: Si eres de los que tiene otra perspectiva diferente de la mía con respecto al método Dukan en general y quieres opinar, adelante. Con esta entrada y muchas otras sobre el tema en este blog (te sugiero que les eches un vistazo), no he pretendido que nadie que no quiera cambie su opinión al respecto, así antes de opinar te ruego, por favor, que tengas en consideración que: el decir que a ti (o a alguien conocido por ti) te ha funcionado no es una prueba objetiva para considerar la validez del sistema y, que aunque no lo creas, yo sí estoy dispuesto a cambiar de opinión… pero cuando se me pongan delante las evidencias adecuadas. Te adelanto que ya me he leído los libros del propio Dukan (hace tiempo) y el del Dr. Campillo (más recientemente).

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Tundra Books

Ya está aquí el Top-Five de las peores dietas milagro para 2013

Como viene siendo habitual cada año, la Asociación Británica de Dietética (BDA) ha publicado el ranking de la ignominia al establecer cuáles a su juicio han sido las dietas populares más peligrosas en el 2012 (y siguen teniendo el peligro de serlo en lo sucesivo) a la hora de adelgazar. Uno de los mayores peligros relacionados con su promoción entre la población general es que con frecuencia son seguidas por l@s famos@s (sea o no cierto el que las sigan, que de todo hay) y que así puedan alentar (con «n») su seguimiento en el resto de la población.

 

Antes de pasar a ello, no quiero que se me escape hacer una puntualización. La Asociación Británica de Dietética es una asociación con reconocimiento oficial por parte de la administración británica que regula el ejercicio de esta profesión, la de dietista, al igual que la Asociación Británica de Medicina regula la actividad profesional médica. Es decir, tal y como sucede en España (megasarcasmo modo: ON)

Bien, vamos a ello. Tenemos algunas nuevas incorporaciones con respecto a años pasados, pero también hay algunos clásicos que repiten el dudoso honor de verse retratados de nuevo en esta lista.

5º Puesto

La dieta OMG de seis semanas que ya les presenté en su día. Se trata de una nueva entrada en la lista ya que ha salido a la luz este mismo año, así que se puede considerar un auténtico mérito. Me refiero a lo de nacer y… ¡hala, directamente a la picota! No voy a mencionar nada de esta ya que para eso está el post que he comentado.

4º Puesto

Para la práctica de la alcorexia o también llamada drunkorexia. Está ha retrocedido en la lista, el año pasado ocupaba el 2º puesto. De esta estrategia, es cierto, no he mencionado nada hasta ahora en el blog aunque sea más vieja que el NO-DO. Me comprometo a hacerlo en un futuro. Sirva como anticipo que su esencia consiste en seguir un patrón de alimentación francamente contenido y restrictivo a lo largo de un día o incluso de la semana con la meta puesta en un próximo, nunca muy lejano,  consumo compulsivo de bebidas alcohólicas. La finalidad es que las calorías de más de las bebidas alcohólicas no te hagan engordar ya que para eso se ha ido creando un balance negativo. Si te estás riendo, no te culpo, pero tampoco me culpes a mí, que al fin y al cabo no soy yo quien la ha inventado.

3º Puesto y rutilante nueva entrada

Para la dieta Intravenosa o como ellos dicen (la BDA) “la dieta intravenosa por goteo de las chicas festivaleras” (o algo así). Aquí, mira tú, me han pillado fuera de juego; es la primera vez que oigo que alguien está utilizando o ha utilizado la nutrición parenteral para perder peso de forma voluntaria. Me informaré mejor. De momento baste decir que consiste en no comer nada de nada y conectarse a un gotero… sí, igualito a aquel que viste cuando fuiste a visitar al hospital a ese amigo, familiar o conocido y estaba enchufado a través del brazo a un gotero con el que se le administraban fármacos y también algún nutriente…

Increíble y sin comentarios (de momento) Yo creía que una de las peores aberraciones en este sentido era la que actualmente ocupa el 2º lugar de la lista y que se trata de…

2º Puesto

Para la dieta de la sonda nasogástrica… otra conocida de este blog y de la que puedes encontrar más información de su práctica en España en este enlace y en este otro. En las islas británicas la denominan como la dieta KEN (y que no tiene nada que ver con el novio de Barbie) que viene de Ketogenic Enteral Nutrition, es decir nutrición enteral que induce la cetosis. Creo que ya está suficientemente abordado en los post mencionados.

Y por último… en el primer puestoconservando tan privilegiada posición desde el año pasado, reafirmándose así como la reina de las reinas de las dietas milagro menos recomendables por segundo año en la cimaaaaaaaaa…

1º Puesto para

¡¡La dieta Dukan!! Sé que te lo estabas imaginando, y que ni tan siquiera le has dado a ver el video del redoble de tambores con efecto de suspense antes de leer esto. Pues nada, como de la dieta Dukan poco más puedo decir, te sugiero que ahora sí le des al botón, que el vídeo está muy bien y dura muy poco.

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Mi agradecimiento para @monyino

La dieta de la caja roja: esta por la empresa… y esta también

No se hagan ilusiones que es que no, que el tema no va de bombones. Va de ese “nuevo” sistema adelgazante en el que adquieres una caja (cuyo principal color es el rojo) con polvitos, barritas y sustitutivos de comida para un día y cada dos horas picoteas de alguna de las “suculentas” preparaciones que contiene cada kit diario. Decía hace pocos días que el tema proteínico tanto para comer, como especialmente para adelgazar, está de moda. Pero además del tema de las proteínas hay más mínimos denominadores comunes en las dietas de adelgazamiento al uso, uno de ellos son las fases. En este terreno el maestro de maestros es (o ha sido) el método Dukan con sus famosas fases de ataque, crucero, consolidación… y ya no sé que más, pero era algo así.

Hoy traigo a colación otro sacacuartos que tiene el tema de las fases gala, y además de forma bastante contradictoria como iremos viendo.

El sistema me lo ha hecho llegar un colega (@cfnutricion) a través de una nota de prensa que ha hecho pública una empresa, Neodiet, que ha sacado un «sesudo» programa de adelgazamiento, el ‘neodiet2h’. En esencia, según la empresa, consiste en:

“dividir el aporte calórico diario en siete comidas que se consumen cada 2 horas

Su fórmula (según la misma fuente):

«aporta una composición equilibrada de todos los nutrientes esenciales que necesita el organismo”

Estas «comidas» se realizan exclusivamente y durante 10 ó 20 días (tal y como sugieren los promotores) con los productos que ellos te suministran previo pago.

El tema de las fases de este sistema se aborda, también según los promotores, de la siguiente forma:

“programa nutricional intensivo durante un mínimo de 10 días y un máximo de 20 días, […] Para después de este programa intensivo de 10, 15 o 20 días, Neodiet ha diseñado un plan post-dieta de 3 meses que se divide en dos fases: el programa de estabilización y el programa de mantenimiento […]

Analicemos este sistema y para ello tomemos tres fuentes de información, a saber: su nota de prensa, su página web y un video de youtube al que se accede también desde su web.

1. Dice ser una dieta sana, equilibrada y estudiada científicamente

No me invento nada, lo dicen tal cual como puede comprobarse en los siguientes pantallazos de su video.

Entonces si es así, ¿porqué al mismo tiempo se dice en su nota de prensa que ha de seguirse durante un máximo de 20 días; no era sana, no era equilibrada y no estaba estudiada científicamente? Pues si es así fuera dame salud y equilibrio todos los días del mundo, ¿porqué, entonces, un máximo de 20 días? A mí me parece una soberana contradicción.

2. Dice ser “natural”

Habría qué ver que entiende el consumidor medio por “natural” (por cierto, cada vez que surge este tema no puedo dejar de acordarme de “Los productos naturales ¡Vaya timo!”, no se olviden de visitar el blog de @jmmulet). Pero más en concreto habría que saber qué entienden estos señores por “naturalidad”. ¿De verdad que el comer durante 20 días a base de suplementos, batidos liofilizados, barritas, etc. les parece “natural”? Esto más que una contradicción me parece una tomadura de pelo.

 

3. Reniega de las dietas hiperproteicas…

… y sin embargo tienen una línea de productos denominada “neoProtein”, sabor fresa… y sabor neutro para más señas (debe ser que el sabor fresa no hay quien se lo tome). A esto se le llama “nadar y guardar la ropa”. Ciertamente desconozco la composición nutricional del conjunto de los preparados, pero esta doble vertiente resulta para mí otra contradicción.

 

4. Saca a colación el tema de la “desintoxicación”

Tal y como abordé en esta entrada el tema de la “desintoxicación nutricional” o la depuración es una filfa que queda muy bonita en la publicidad, pero que no sirve para nada.

5. Hace afirmaciones y publicita cuestiones prohibidas por la legislación vigente

Tales como dar una garantía de una determinada pérdida de peso:

“Sus autores recomiendan seguir este programa nutricional intensivo durante un mínimo de 10 días y un máximo de 20 días, que en los estudios clínicos realizados ha conseguido reducir un promedio de un 8,5 por ciento del peso corporal”.

O tales como aportar testimonios (reales o ficticios) que hablen del “antes y el después”.

 

O también hacer afirmaciones o declaraciones que supongan un peligro a priori anunciado por las autoridades sanitarias. Es decir, este sistema no es que se le puedan poner algunas de las 10 banderas rojas que definen las dietas milagro, es que las tiene TODAS.

6. La falta de seriedad

He dejado para el final la que más me enfurece, que no es otra que se argumente la eficacia y/o seguridad del método en una serie de estudios clínicos o de resultados obtenidos “científicamente” y que no aparecen por ningún lado: ¿Dónde puñetas están esos estudios, con cuanta muestra se realizaron, cómo se hicieron, quién los llevó a cabo, había grupo control, etc.? Todas estas preguntas quedarían resueltas contestando a una sola: ¿Dónde se publicaron tales estudios clínicos?

Y lo que ya riza el rizo es el tema de los «expertos». Expertos con los que poder contactar, que solucionan tus dudas, con los que contactar cuando uno quiera (que es mentira, por cierto, el viernes 31 de agosto entre las 18 y las 19:00 no contestó nadie)… ¿Quiénes son esos expertos y dónde están cuando se les necesita?

Lo peor de todo es que sistema ni tan siquiera es nuevo, es el resultado del “lavado de cara” de un sistema del año anterior. Y no se lo pierdan, en esta ocasión también se utiliza el «aval» de venderse en farmacias… pero resulta curioso que, siguiendo con las contradicciones, que esgriman que se vende en farmacias y sin embargo puedas adquirir estos kits también online a través de su web. Mientras las autoridades sanitarias haciendo brindis al sol.

La hiperproteica era alimentaria y adelgazante (1)

Si superratón estuviera hoy en el candelero en vez de decir aquello de “… y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeeee!” diría algo así como “… y no olviden proteinizarse y superhiperproteinizarse”. Que sí, que me he repetido con lo de las proteínas, que ya lo sé, pero es que el bombardeo mediático-proteínico es hoy en día para ciscarse (si la proteína tuviera fibra, que es que no, pero bueno).

Comprueben que no les engaño, tenemos métodos adelgazantes, también fórmulas para niños «malcomedores» (o padres influenciables), alimentos funcionales, complementos para la tercera edad… y todo ello por no hablar de los productos made-in-gimnasio para fabricar mis poco venerados «Homo croassanis«; y siempre a día de hoy, indefectiblemente, el acento gordo en la promoción de muchos de estos productos o estrategias se pone en la misma palabra: proteínas y más proteínas, de calidad, imprescindibles, necesarias, esenciales, etc.

 

Las proteínas como elemento adelgazante

Vayamos por partes y comencemos con el tema del adelgazamiento. Si hoy en día alguien quiere lanzar un método adelgazante está obligado a promocionarlo como hiperproteico, proteinizado, proteinado o cualquier otra expresión que incluya la partícula “proteína” en su interior. Si no es así, ese alguien no se comerá un colín con su “nuevo” método, dieta o régimen. ¿Quieren ejemplos; de verdad creen que hace falta ponerlos? Bueno, si así lo quieren… Les podría poner decenas de ejemplos. Algunos de ellos sólo «juegan» con los alimentos, otros con los sustitutivos de comidas, otros con los suplementos, otros con la combinación de todos estos elementos… pero todos, absolutamente todos incluyen la palabra mágica “proteína” que actualmente cuenta con un poder de invocación-convicción inaudito. Con las proteínas, o mejor dicho, haciendo tu dieta hiperproteica o enriqueciéndola con proteínas tienes -según ellos- el adelgazante éxito asegurado.

Hagamos un poco de memoria: el método Dukan, el sistema Pronokal, los productos de BiMananPro, el sistema de la Dieta Kot, la Siken Diet, la dieta Smart, la DietaFlash (que viene ser lo mismo que ¡menudo flash de dieta!), etcétera ¿es necesario que siga? Creo que no, acérquense a su farmacia más próxima (o al super, porque para el caso) y verán como una muy buena parte de lo que se vende para adelgazar tiene este proteico carácter adelgazante. Pero ¿se puede adelgazar con las proteínas; son estas el elemento clave; usted ha engordado por poner pocas proteínas en su dieta; es la panacea poner más de ellas, cómo funcionan -supuestamente- etcétera? Si me lo permiten dejeré estas cuestiones para el capítulo 2 de esta entrada y continuemos con la constatación de la proteínica y mediática realidad de la que les hablo.

 

Las proteínas como suplemento benéfico-inevitable en la dieta

Como les decía hay más, no hace falta pretender adelgazar. Por ejemplo, si lo que usted quiere es investir a su yogur con un aura de excelencia sobre todos los demás, pues dice que tiene proteínas de alto valor biológico o que tiene el doble de proteínas, como por ejemplo el producto que se puede ver en este vídeo.
http://youtu.be/Yz6Kj77jmTU
Pero, peeeeero si lo que quiere es cuidar más aun la salud tiene, de la misma marca, otro alimento cuyo principal elemento destacable son (según el spot) las proteínas vegetales confrontadas a las grasas animales.

También puede ocurrir que usted ya tenga una cierta edad y no pertenezca a la generación de los yogures y por tanto podría estar incurriendo en un déficit de este tipo de nutrientes, y derivado de todo ello sentirse cansado, sin “ganas de nada”, etc. para usted existen múltiples suplementos, como por ejemplo el que se puede ver en el siguiente anuncio dando a entender que por tener más años vas a comer mal y que con dicho suplemento (con sus proteínas en especial y demás nutrientes en general) tienes el problema zanjado. Les sugiero encarecidamente que para ahondar un poco más en esta publicidad visiten esta entrada: “Meritene y la satisfacción de las necesidades creadas” en el siempre muy recomendable blog “Mi dieta cojea”.

Por el contrario o coincidente con las anteriores situaciones, también puede suceder que usted sea un papá o una mamá preocupadísimos con la alimentación de su hijo y que antes de que se muera de hambre (recuerde, en España no se mueren los niños por esta causa a día de hoy, ninguno) decida darle un empujoncito para que «el nene» tenga de todo, incluidas las proteínas (mejor que se le salgan por las orejas antes que verlo convertido en un canijo de 1,80m). Para usted (para su hijo, más bien) existen multitud de productos, entre ellos el del siguiente anuncio comercial, producto del que también se puede encontrar un fenomenal análisis en el blog antes comentado (Análisis publicitario de un suplemento nutricional [Pediasure]) y en el que no faltan las proteínas.

Antes de que me veten, quiero aclarar que no tengo nada en contra de estas marcas en concreto. Estas, y muchas otras, son la punta de lanza, la parte más visible de un conjunto de productos con similares características. No dudo que todos estos productos (en especial me refiero a los dos últimos y su familia, y no tanto a los yogurcitos) tengan una utilidad en colectivos desnutridos concretos, pero:

  1. En sus anuncios no es lo que dan a entender precisamente. Más bien parece que son beneficiosos (o incluso necesarios) para todo el mundo en tales circunstancias, y
  2. Los modelos, los actores, que utilizan tienen pinta de todo menos de desnutridos o de necesitados.

Como decía, con esta entrada no pretendo dañar la imagen de cualquiera de los fabricantes aquí aparecidos. Desde un estricto punto de vista nutricional estoy convencido de las bondades de algunos de ellos en situaciones concretas. Al contrario, con lo que sí que estoy en desacuerdo es con la publicidad que de muchos de ellos se hace, ya que da a entender conceptos, situaciones, «soluciones» y realidades que no son, desde mi punto de vista las más idóneas para el consumidor medio. Por tanto, con la entrada de hoy lo único que he pretendido es poner de relieve el especial impacto que las proteínas tienen actualmente en todo el universo alimentario y de la salud. Un papel que, en base a su publicidad, es desproporcionado y termina por generar un conocimiento popular irreal dotando a las proteínas de un poder casi mágico.

Sobre si las proteínas son tan buenas, tan necesarias y tan adelgazantes hablaré en el próximo capítulo de esta entrada. También sobre el actual perfil de consumo de proteínas en nuestro medio. Pero eso será el viernes que viene.

 

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Foto 1: niniramz22

Dukan afirma que los obesos están mentalmente enfermos

 

Bueno, poco más hay que añadir al titular. Creo que Pierre Dukan se retrata el solo con este tipo de declaraciones.

Según unas afirmaciones suyas mencionadas el pasado 19 de agosto en el británico “The Telegraph” el controvertido médico francés reconoce que no ha conocido ninguna persona que tuviera obesidad y que al  mismo tiempo dijera de sí misma que estaba bien de la cabeza. No obstante, Dukan reconoce que su enfermedad (llegados a este punto ya no sé si refiere al tema del peso o al de la cabeza) no es grave como pudiera ser el cáncer, pero que los obesos se sienten desplazados de la sociedad a causa de su situación. Esta circunstancia dice él que le da lástima y por tanto se pone a su disposición para poderles ayudar (qué majo).

Aparte de las palabras de Mr. Dukan, una de las cuestiones que más me han llamado la atención ha sido el constatar que tras las declaraciones, el propio medio, en este caso el periódico británico, advierte a sus lectores del escaso (por no decir nulo) respaldo científico que tienen los plantamientos del señor Dukan, una situación que no suele darse de forma tan clara en los medios nacionales (una pena).

Volviendo al tema. Como bien sabrán, es potestad de la clase médica el reconocer la naturaleza de las enfermedades mediante la observación de los síntomas y signos, es decir, la de emitir un diagnóstico. Sinceramente yo no sé si este señor está en sus cabales cuando diagnostica a todas las personas que tienen obesidad sin excepción una enfermedad mental. Si así fuera y tuviera razón me gustaría plantearle una duda: Según usted, si todos los obesos son enfermos mentales ¿podría decirme si están relacionadas estas dos enfermedades?: ¿Se llega a ser obeso por ser un enfermo mental, o por el contrario la enfermedad mental deriva de la situación de obesidad?

Y ya que estamos con enfermedades mentales, otra duda existencial que dejo en el aire: ¿Quién está más loco: el loco, o el loco que sigue al loco? (parafraseando a Obi-Wan Kenobi)

Nota: Muchas gracias a @Teresa_zgz que fue quien me puso sobre la pista de esta noticia.
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Si quiere leer algo más de sobre el método Dukan en este blog puede visitar:

Dukan vs “El nutricionista de la general”

Dos voces autorizadas más en contra del método Dukan

6 Razones 6 para NO estar en contra del método Dukan (aunque se esté por otras)

A Pierre Dukan le crecen los enanos

Dukan fuera de la organización médica francesa

La dieta OMG: el enésimo disparate

No se equivoquen. A mí me pasó: al leer textualmente la primera vez “dieta OMG” pensé que alguien había planteado algún despropósito dietético a base de Organismos Modificados Genéticamente.

Me equivoqué solo a medias: Alguien sí que había planteado un despropósito dietético, pero este no tenía nada que ver con los transgénicos (que es la forma popular de llamar a los OMG)

Hoy les presento, a todas a casi todas luces el enésimo sinsentido dietético. Y es “a casi todas” porque también como siempre, tendrá sus seguidores y al parecer no pocos. Increíble pero cierto. El caso es que en el Reino Unido esta dieta es considerada por una buena parte de los medios de comunicación como la dieta milagro número uno a día de hoy, es incluso la que ha conseguido desbancar del número 1 a la Dukan entre las ventas de libros de dietas populares. Como lo oyen.

Increíble pero cierto es, para empezar, el nombre al que responden las siglas. La dieta OMG, viene de la traducción del inglés “OMG diet” y OMG en este caso es: “Oh My God. Es decir se trata de “la dieta ¡Oh Dios Mío!”. El porqué de la expresión elegida lo desconozco. Suena a algo pijillo, a sorpresivo si quieren y no será por casualidad, digo yo, que se meta de por medio en esta ecuación al propio Dios… algo muy a tener en cuenta si quieres lanzar una dieta milagro (según dicen Dios es un tipo muy influyente en esto de los milagros).

Más increíbles pero igualmente ciertos son algunos de sus postulados con los que alcanzar y hacer buenos sus reclamos publicitarios más sonados: “Adelgazada más que tus amig@s”. Entre otras cosas la dieta OMG promete adelgazar 9 kilos en 6 semanas a base de:

  • No desayunar.
  • Hacer ejercicio en ayunas y, al acabar, tomarse un café solo, por supuesto sin azúcar.
  • Ducharse o bañarse con agua fría, a unos 15ºC, (es decir, fría de c#####) por espacio de unos 15 minutos. A este respecto he de decir que la popularización cada vez más frecuente de este tipo de medidas debería empezar a preocuparnos. Por ejemplo, Dukan también propone soluciones de este tipo para adelgazar, pero él, a diferencia de este caso, sugiere no mojarse la espalda o el pelo, ya que podía resultar “desagradable” (sic).
  • Comer como máximo una pieza de fruta al día, aunque es mejor evitarlas totalmente. Digo yo que será por aquello de los “malévolos e insidiosos” hidratos de carbono que contienen. Y no se lo pierdan…
  • Afirmar que los hidratos de carbono contenidos en una ración de brócoli pueden ser tan “dañinos” como aquellos contenidos en un refresco de cola. Así que ni brócoli ni refrescos de cola en lo que no puede ser considerado más que un auténtico despropósito por el hecho de equiparar nutricionalmente un grupo de alimentos, las verduras y hortalizas con el otro, los refrescos azucarados.

Hay algunos compañeros míos de profesión que consideran que hablar de este tipo de dietas milagro, aunque sea para denostarlas y advertir de su riesgo, no sirve si no para acrecentar la fama de las propias dietas que se mencionan. Yo en cierta medida soy también de esa opinión, pero al final no me he resistido a hacer esta entrada. Creo que el deber de informar a una audiencia racional debe pesar más que el posible riesgo de que estas líneas caigan en manos de personas insensatas y terminen encontrando en la “dieta OMG” un milagro más que seguir aunque suponga poner en riesgo su salud.

Sobre esta dieta hay más elementos noticiables como por ejemplo el considerar que el autor firma su atentado nutricional con seudónimo, Venice A. Fulton, siendo su verdadera identidad Paul Khanna, un entrenador personal que ha hecho sus pinitos como actor secundario en las películas de Harry Potter (en concreto encarnando a un mortífago). Pero no quiero desviarme del contenido de este blog.

Muy en resumen se trata de una peligrosa propuesta para la salud; que al estar especialmente dirigida a un público pre y adolescente la hace doblemente peligrosa; y que reúne muchas, por no decir todas de las características de las dietas consideradas como milagro o populares, entre ellas destacaría:

  • Hacer promesas sobre el alcanzar una meta ponderal en un tiempo récord siguiendo unos insanos consejos.
  • Contradecir las más básicas recomendaciones sobre alimentación saludable apoyadas en el consenso científico.
  • Hacer listas de alimentos buenos y malos.
  • Proponer intervenciones disparatadas fuera de toda evidencia (y que además pueden ser peligrosas)

De verdad que yo ya no sé qué pensar, espero que si esta propuesta termina llegando a España las Autoridades Sanitarias, actuando de oficio, la paren a tiempo. Espero.

Novedades: Sobre la dieta enteral o de la sonda nasogástrica (II)

Tras la entrada de ayer, queda la parte de las novedades de las que les hablaba. El GREP-AEDN (Grupo de Revisión Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietista-Nutricionistas) acaba de terminar y poner a disposición de la población general un documento de posicionamiento científico en el que expresa su opinión científica al respecto del método de la Clínica Planas una de los centros promotores más conocidos y mediáticos del método conocido en España como dieta enteral o de la sonda nasogátrica. Pueden consultar con detalle este posicionamiento, sus razones y la bibliografía en la que se asienta en este enlace.

Para quien no tenga tiempo de leerlo en toda su extensión se lo resumiré: el GREP-AEDN desaconseja a la población la utilización, como método de adelgazamiento, tanto cualquier clase de “Dieta Enteral por Sonda” (conocida en ocasiones como “la dieta de la mochila”, “la dieta del tubo”, “la dieta nasogástrica” o “la dieta de comer por la nariz”), como en particular la “Dieta Enteral Planas”. Esta recomendación se basa fundamentalmente en que el GREP-AEDN opina qué:

  1. Utilizar la nutrición enteral como tratamiento del sobrepeso y la obesidad carece de cualquier base de evidencia científica tanto en lo que respecta a su efectividad como a su seguridad. Por lo tanto debería ser considerada como una práctica experimental. Llegado a este punto les traslado una pregunta ¿Estarían ustedes dispuestos en situación de querer perder peso a que experimenten con ustedes mientras su salud está en juego?
  2. De igual forma, contradice losCriterios de Intervención Terapéutica” en el caso del sobrepeso y la obesidad de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), una de las principales sociedades científicas de este país en lo que respecta a este tema. Dicha sociedad indica que en el caso de sobrepeso, no está justificada ninguna intervención médica (solamente de modificación de estilo de vida). En algunos casos de obesidad, indican que además de la terapia convencional (dieta hipocalórica y ejercicio físico), puede ser necesario complementar con tratamientos médicos científicamente contrastados, como por ejemplo el uso de algunos fármacos. Solamente en obesidades extremas, se indica que deben emplearse terapias más agresivas, empleando aquellas que han sido bien estudiadas, como por ejemplo la cirugía bariátrica.
  3. El empleo de los preparados nutricionales dispuestos a su administración por vía enteral como herramienta en el tratamiento del sobrepeso y de la obesidad incumple posiblemente la normativa nacional al respecto de el empleo de alimentos dietéticos destinados a usos médicos especiales. En esta normativa se sostiene que la utilización de este tipo de recursos se ha de circunscribir a aquellos pacientes que tengan limitada, total o parcialmente, la capacidad de ingerir, digerir, absorber, metabolizar o excretar alimentos normales o determinados nutrientes de los mismos o sus metabolitos, o esté alterada; o bien que necesiten otros nutrientes determinados clínicamente, cuyo tratamiento dietético no pueda efectuarse únicamente modificando la dieta normal, con otros alimentos destinados a una alimentación especial, o mediante ambas cosas. ¿Acaso las personas con sobrepeso u obesidad tienen, por definición, limitada su capacidad para ingerir, digerir, absorber, metabolizar o excretar alimentos normales? Pues eso.
  4. De igual modo es posible que incumpla la normativa actual en lo que se refiere a la publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria. Todo ello tomando como referencia las declaraciones que los responsables del centro han venido vertiendo en los últimos meses a los medios de comunicación , así como por los contenidos de su página web en la que se promociona este sistema.
  5. Las características con las que se promociona cumple con muchas de las características que con mucha frecuencia se asocian a las denominadas como «dietas milagro» y, por último,
  6. Su seguimiento podría significar el asumir diversos riesgos para la salud ya que este sistema no aparece en el más reciente consenso para la prevención y el tratamiento de la obesidad, refrendado por la Federación Española de Sociedades de Alimentación, Nutrición y Dietética, FESNAD.

 

Además, merece la pena reseñar que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), comparte un punto de vista bastante similar al aquí planteado al respecto de la “Dieta Enteral Planas” y afirma de forma textual que “se trata de un método de adelgazamiento muy agresivo e intervencionista” y que su seguimiento podría asociarse a “debilidad, riesgo de fractura ósea, daño renal, desórdenes gastrointestinales, depresión y alteraciones en el comportamiento». Y además, que una dieta de este tipo no están exenta de una ganancia de peso posterior al tratamiento (el famoso «efecto yo-yo»).

Por  último, y no menos importante, no se debe obviar tampoco que la nutrición enteral tiene sus complicaciones intrínsecas. Es decir,  no se trata solamente de que no sirva para el tratamiento del sobrepeso y obesidad. La nutrición enteral  requiere de una monitorización adecuada para evitar sus posibles complicaciones: mecánicas (obstrucción), infecciosas (contaminación bacteriana), gastrointestinales (diarrea) y metabólicas (hiperglucemia, deshidratación…) entre otras.

Es importante destacar que la realización de este documento y su publicación por parte del GREP-AEDN en su página web responde a las responsabilidades y compromisos de la AEDN hacia la sociedad y hacia este colectivo profesional concreto; y todo ello en base a sus estatutos y más concretamente a su Código Deotológico.

Confundir «el fin»: Sobre la dieta enteral o de la sonda nasogástrica (I)

Para algunas personas «el fin justifica los medios». En mi opinión es una mala estrategia, es decir, una mala filosofía de vida. Pero no teman, no me voy a poner filosófico. Me centro.

No son pocos aquellos (y aquellas) que ante la situación de querer perder peso cualquier estrategia les vale. Me refiero, más en concreto, al sinsentido dietético que actualmente es objeto, no sé si de todas pero sí al menos de muchas de las miradas mediáticas: La dieta de la sonda nasogátrica, la dieta enteral, de la mochila o de la bombona… recibe varios nombres. Ya hice una entrada con este tema, pero ahora les traigo noticias frescas. Pero antes de estas novedades (que saldrán en el capítulo de mañana), déjenme que les comente algunas cuestiones relacionadas con el «fin» y «los medios» cuando de adelgazar se trata.

Como decía, con este método, es posible, lo desconozco en cualquier caso, pero es posible que se logre una meteórica pérdida de peso. Y digo que lo desconozco por que no hay ni un solo estudio (ni serio ni de los otros) que haya recopilado la evidencia al respecto de este sistema como herramienta destinada a la pérdida de peso. Lo único que tenemos para creernos la supuesta meteórica pérdida de peso con este sistema es la publicidad que distintos centros hacen al respecto como el del panameño Dr. Fit que se ve en la entrevista del vídeo, que anda que no con el autoapodo («Fit» en inglés viene a ser algo así como «sano», «en forma», etc.).

Pero bueno, supongamos que está bien, que es así, que el método «funciona». Sé que no es la mejor forma de trabajar ni de tomar decisiones, pero supongamos que se pierde ésa cantidad de peso importante (hasta 1kg por día en los 10 días que dura la intervención nasogástrica) ¿Cuál es el precio (el metabólico, no el económico)? Pues no se sabe porque tampoco hay estudios (ni serios ni de los otros) que evalúen su seguridad, aunque todo apunta a que no debe ser demasiado halagüeña. La dieta…, bueno, lo que llega al estómago de una persona sometida a este sistema pasa por ser (según la publicidad de distintos centros) una combinación de nutrientes caracterizado por una muy baja densidad energética (muy pocas calorías) y cuyo reparto de nutrientes es claramente hiperproteico, con un porcentaje de proteínas por encima de las recomendadas en lo que sería un patrón de alimentación equilibrado y, por lo menos a priori, este no es el mejor “medio” para alcanzar el “fin” porque hay evidencias consistentes que sostienen que un patrón de alimentación hiperproteico no está exento de riesgos para la salud a largo plazo.

Lo que hoy vengo a decir es que el verdadero quid no está en utilizar cualquier “medio” para alcanzar este “fin”. El tema es que el “fin” en sí mismo es el equivocado. Cuando se persigue una pérdida de peso exprés, se apunta a un objetivo equivocado en el tratamiento del sobrepeso y obesidad. Es decir, en estas circunstancias, el “fin” no ha de buscarse en el numero de kilos que marque la báscula, si no en hacer las cosas bien. Y desde luego el tema de la sonda nasogástrica se aleja mucho del hacer las cosas bien. El “fin” en este terreno debería ser la mejora de los hábitos dietéticos y su permanencia en el tiempo, mejorar la salud, los factores de riesgo etc.  y para ello es preciso poner los medios adecuados y no otros (por muy efectistas que los otros resulten). Con este «fin» en el horizonte habrá mucha más probabilidad de llegar a ese otro objetivo, que es el de alcanzar y mantener un peso adecuado… y por supuesto saludable.

Se me ocurren algunos ejemplos para, a modo de analogía, poner de manifiesto lo que quiero transmitir. Salvando las distancias y sabiendo que no son temas comparables, supongamos que alguien que es un «mal bicho», un delincuente, es decir, un tipo antisocial qué, como se da cuenta que así le va mal por la vida, decide en un momento dado cambiar y mejorar su vertiente social. Siguiendo con la analogía, el «fin» equivocado que podría elegir esta persona para mejorar podría ser, llegar a tener muchos amigos. Sin embargo, en mi opinión y dentro del ejemplo, «el tener muchos amigos» no sería el mejor de los fines a escoger. En su lugar, yo le recomendaría más bien ser mejor persona, dejar de ser tan «mal bicho». De esta forma tendrá mayor probabilidad de tener «mejores amigos» que es distinto de tener muchos amigos, que al final podrían ser «malas compañías» mientras no cambie su forma de ser.

Pues con el peso parecido, el fin no es bajar rápidamente los kilos de más, sino tener mejores hábitos que a la larga nos conduzcan a un peso más saludable que el actual. Con ese objetivo en el punto de mira, habrá que pensar en los medios que se van a poner para alcanzarlo y, como es evidente, el tema de la dieta enteral no sólo dista años luz de ser el medio adecuado si no que además, si se pone en marcha, lejos de acercarnos al objetivo, nos alejamos de él a pasos agigantados. No me quiero meter donde no me llaman pero creo que a este tipo de «proceso mental» algunos le llaman coaching o algo así, al que le reconozco que puede tener su puntillo.

Y como les he dicho, mañana la segunda parte con las novedades sobre la dieta enteral o de la sonda nasogástrica. Nos vemos por aquí.

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Foto: mhowry

 

 

 

El secreto de las dietas y productos milagro: decir lo que queremos oir

La presencia de la primavera, la semana santa ya en el recuerdo, el alargamiento de las horas diurnas, el ligero aumento de las temperaturas (aunque con el riesgo de la aparición de olas de frío «inesperadas») y los anuncios del Corte Inglés anunciando que ya es primavera en sus pasillos, suele acompañarse del punto de partida de las operaciones bikini, de la irrefrenable pulsión de abrazar tanto yogures con el cero por ciento de materia grasa como refrescos light, de rebuscar en el armario prendas más ligeras (y que dejan más visibles las lorzas) y, como no, del seguimiento de un sinfín de dietas con el fin de perder en tiempo récord los kilos acumulados durante años.

Las dietas milagro existen, lo sabemos todos. Son decenas, no, cientos; es una realidad sobre la que nadie niega su existencia… aunque se esté haciendo una de ellas. Pero claro, con una salvedad, la que cada uno sigue en ése preciso momento es la valida y, en ése caso, no se trata de una «dieta milagro». Claro.

Aunque individualmente nos obcequemos en que la nuestra es la válida, todas las dietas milagro reunen una serie de características y comparten múltiples denominadores comunes. Si yo saco a colación la dieta del grupo sanguíneo y la etiqueto como «dieta milagro», aparecerán, seguro, encolerizados seguidores de la misma que harán comentarios defendiendo su validez y que mire usté, que cómo me atrevo a decir semejantes barbaridades si en la Universidá de Colunga demostraron que funcionaba y que tal y que cual, etc. Lo mismo ocurrirá si menciono en este grupo, por ejemplo, la paleodieta, la de los potitos, la del sirope de arce, la de la grasa parda, la de la calabaza, la Dukan, la ortomolecular, la isodieta, la dieta del sandwich, la del pomelo, el tomate o la de la manzana, la dieta de las palomitas, la del cáctus, o la dieta anti-idiotas, etc. por poner unos pocos ejemplos (les aseguro que todas, absolutamente todas las citadas existen… y muchísimas más). Dará igual, siempre saldrá alguien diciendo que a él o a ella, o a su vecina del quinto les ha funcionado alguna de las mencionadas (o cualquier otra de las que se quedan en el tintero) y que cuentan con prestiogiosísimos estudios. Y me da lo mismo, qué quieren que les diga.

La entrada de hoy está dirigida para todas aquellas personas que en su día fueron víctima de una dieta milagro, que la creían buena, que les funcionó (un ratito) y que luego ya no. Es para todas aquellas personas que habiendo o no habiendo realizado dieta alguna, se plantean en el momento actual acoger en su regazo una dieta, sea la que sea, y depositar en la misma sus adelgazantes esperanzas. Para todas esas personas hay una información que me gustaría compartir con ellas (obvia por todo lo demás):

Si una dieta o producto para adelgazar parece tan «bonita» como para ser mentira

es que probablente lo sea (mentira, me refiero)

Adelgazar no es fácil

Pero el caso es que caemos. Y caemos en sus garras porque hay algo a lo que nos es muy fácil sucumbir y no es otra cosa que el hacer caso a aquello que nos gusta o gustaría oir. Y como esto lo saben muy bien los promotores de las más variopintas dietas y productos milagro ¿qué es lo que hacen? Pues alegar, decir, publicitar todo aquello que, aun siendo ilegal publicitar, ansiamos oir en un método adelgazante, por ejemplo expresiones de este tipo: Probado clinicamente, sin esfuerzo, sin pasar hambre, con resultados de éxito, totalmente eficaz, etc. y entonces ¿que hacemos? pues lo compramos… total por probar no pasa nada, muy en especial si nos dicen que además el producto, sistema, energía, método, terapia, etc. adelgazante es «natural». Claro, es verdad, como es «natural» mal no me va a hacer, claro, claro, claro.

El caso es que sí que «pasa» y me temo que este tema, el de las consecuencias del «por probar no pasa nada», será motivo de otra entrada.

Hoy quería centrarme en cuánto de vieja es la técnica de la «charlatanería científica» para vendernos cualquier cosa, en este caso un producto adelgazante exprés. Lo primero que se me ocurre para ello es evocar la figura del » timador-vendedor de tónico sexual» fantásticamente ilustrado en la serie Los Simpson cuando Homer y el abuelo recorren viejas carreteras para timar a los pueblerinos

Pero estas cuestiones son mucho más antiguas, tanto como mear contra la pared (los varones). Ya hubo quien se preocupaba y denunciaba sobre estos temas en otras épocas, e incluso quien acuñó su correspondiente frase en latín, que refleja sin dobleces lo que quiero decir… y lo que nos pasa. Se trata del «Populus Vult Decipi» de Jan van de Velde (1641) que quiere decir «La gente quiere -reclama- ser engañada» ante la típica estampa de «charlatán de mercado» mostrando sus panaceas ante los ojos de unos atónitos -y futuros- clientes.

Sin embargo, hoy los charlatanes no visten ropas histriónicas, no venden sus productos en carromatos pueblo en pueblo (¿se acuerdan de las pelis del oeste?) no dan voces al estilo de los charlatanes arquetípicos… los charlatanes de hoy en día, muchas veces, visten bata blanca, hablan de ciencia y ponen leyendas en sus productos del estilo «de venta en farmacias» cuando no pueden hacerlo tal y como ha denunciado más de una vez la Asociación para la Autoregulación de la Comunicación Comercial (más conocida como Autocontrol o AUC). También lo pone así de manifiesto un artículo de 2011 de la Facultad de Comunicción de la Universidad de Navarra («La publicidad con pretendida finalidad sanitaria en la radio española. Un análisis empírico por tipo de emisora»): «El 16,72% de los engaños hacen referencia al uso de estos productos en centros sanitarios o a su distribución a través de oficinas de farmacia […]: “en tu farmacia”, “pídelo hoy mismo en tu farmacia”, “de venta en farmacias” o “pueden comprarlo ya en su farmacia”, son algunos ejemplos que informan del punto de venta del producto».

Así pues pongan en tela de juicio cualquier cosa que suene «demasiado bien» como para ser cierta. Tengan en cuenta que si así fuera, el ser cierta, todo el mundo lo sabría, todo el mundo lo compraría (a fin de cuentas algunos no son tan caros, otros sí) y nadie padecería obesidad salvo por voluntad propia. Que no les engañen, adelgazar con salud no es inicialmente fácil ni rápido.

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Foto 1: Recuerdos de Pandora

Foto 2: Wiki en Español

Foto 3: Images from the History of Medicine (NLM)