El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Los tratamientos fraudulentos contra el ébola salpican a las cuestiones nutricionales

ÉbolaLa realidad de la expresión “a río revuelto ganancia de pescadores” se pone de manifiesto cada vez que una crisis golpea nuestra existencia y, en este sentido, las cuestiones nutricionales no son una excepción.

Recientemente estamos siendo testigos de algunas opiniones vertidas en no pocos blogs en las que se manifiesta que la epidemia de “ébola” no es sino un nuevo montaje de las autoridades sanitarias, y que lejos de tratarse de una infección vírica de difícil tratamiento hay a quien no le tiembla el pulso al asegurar que el ébola se podría tanto prevenir como curar con éxito a partir de distintos remedios alternativos, entre ellos: el café, la soja fermentada, el veneno de araña homeopática o la vitamina C. Sí, has leído bien “veneno de araña homeopática” y no “veneno homeopático de araña”, es decir, según estos señores debe de existir alguna especie de “araña homeopática”. Curioso.

Pues bien, más allá de la hilarante proposición de lo de la araña (o de lo homeopático) y sin olvidar otras propuestas alternativas como el uso de soluciones con nanopartículas de plata tenemos que al parecer algunos proponen una solución nutricional a la epidemia del ébola: café, soja y mega dosis de vitaminas C y D (muchas veces administrados estos últimos por vía intravenosa).

En este contexto, la administración norteamericana para el medicamento y los alimentos, la conocida como FDA, ha emitido una declaración en la que advierte que desde que el brote de ébola estalló en África Occidental, la FDA ha recibido y atendido numerosas denuncias de consumidores al respecto de diversos productos que afirman ya sea prevenir el virus o bien tratar la infección; y hace destacar que a día de hoy, no hay ninguna vacuna ni medicamento, ni tratamiento que hayan demostrado de forma universal prevenir o tratar el ébola. Aunque sí se están formulando vacunas y tratamientos experimentales contra el virus, estos productos de investigación se encuentran en sus primeras etapas de formulación, y por tanto su seguridad y eficacia no han sido examinadas del todo. Además que, ciñéndonos al cuerpo legislativo estadounidense (y al europeo), los suplementos dietéticos no pueden afirmar que previenen o curan enfermedades.

Por estas razones, esta agencia insta a los consumidores que hayan visto estos productos fraudulentos o estas falsas afirmaciones al respecto de curación o prevención del ébola a que los denuncien ante la FDA.

Como no cabía esperar de otro modo, esta declaración de la FDA advirtiendo sobre remedios fraudulentos para el tratamiento y prevención del ébola ha sido observada por algunos como una forma más de darles la razón en su conspiranoico planteamiento de la realidad. Teniendo en cuenta su opinión referente a que el ébola puede ser un negocio en tanto en cuanto las autoridades sanitarias controlen “la solución”, la declaración de la FDA no haría sino ratificar los postulados más delirantes en el momento que las autoridades sanitarias se empeñan de acallar cualquier tratamiento que alejado de la medicina “ortodoxa” pudiera hacerles polvo el chanchullo.

Ni que decir tiene a estas alturas del cuento que el estado nutricional de un individuo condiciona en no poca medida la posibilidad de verse afectado por una infección incluida la del ébola. Pero de ahí a afirmar sin ningún tipo de duda que el ébola puede controlarse a partir de maga dosis de algunos nutrientes o alimentos no hace sino volver a poner de manifiesto los pocos escrúpulos de algunas personas a la hora de sacar tajada de la situación de indefensión de algunos ciudadanos. Bien sea por su precaria situación socioeconómica, o bien a la hora de jugar con el miedo comprensible de quién habita en una zona de alto riesgo de contaminación en la que el alto nivel de formación no es precisamente una de sus características.

Para más dudas sobre el ébola me ha parecido especialmente interesante este enlace a la web de la OMS en el que aborda alguna de las preguntas más frecuentes sobre esta enfermedad, así como su propia hoja informativa:

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Imagen:  David Castillo Dominici vía freedigitalphotos.net

Nutrición-área 51: Frutos secos «activados»

Almendras

Recientemente he sido conocedor de una nueva tendencia nutricional consistente en “activar” los frutos secos antes de comerlos y obtener con está práctica una serie de beneficios.

Al menos se trata de una recomendación nueva para mí y que por lo que he podido comprobar está especialmente asociada a los ritos las prácticas de la alimentación alternativa (ya sabes ese tipo de “alimentación” que se encargan de popularizar  Gwyneth Paltrow y otros especímenes afines). Si bien es cierto que el respaldo que tiene esta práctica con respecto a sus beneficios es prácticamente inexistente, hay que reconocer que algo hay que rascar, muy poco, en esta “activación”. No obstante, antes de que lancemos las campanas al vuelo y de que te desesperes buscando el interruptor de cada almendra veamos qué es eso de la activación de los frutos secos, muchas veces asociado a las almendras en particular.

¿Qué se supone que es la activación de los frutos secos?

Según sus defensores y promotores consiste en someter los frutos secos a un remojo en agua durante un tiempo variable. Digo variable porque entre los que promueven este tipo de prácticas no se ponen de acuerdo, llegando a variar entre las 2-3 horas y las 24. En la temperatura del líquido elemento tampoco hay unanimidad, mientras unos dicen que caliente, otros que “del tiempo” (¿del de Suecia o del de Marruecos?), otros que guardarlas en el frigorífico… y así, en fin, obtener una serie de beneficios nutricionales que de otra forma no se obtendrían. Es aquí, precisamente en el punto de los pretendidos beneficios, cuando llega el desmadre buenrollista. Para una buena parte de los defensores (hay cientos o miles de páginas en internet que te hablan de ello) se consigue:

  • Eliminar o reducir el ácido fítico;
  • Eliminar o reducir los taninos;
  • Neutralizar los inhibidores enzimáticos;
  • Promover la producción de enzimas beneficiosas;
  • Aumentar el contenido vitamínico, especialmente el de las vitaminas del grupo B;
  • Descomponer el gluten y hacer más fácil la digestión;
  • Hacer que las proteínas sean más fácilmente absorbibles;
  • Evitar deficiencias minerales y la pérdida ósea;
  • Ayudar a neutralizar las toxinas en el colon para mantener el colon limpio;
  • Prevenir muchas enfermedades y condicionantes negativos de salud.

¿Qué buen rollo, no? Pues no.

Lejos de semejantes planteamientos lo único sobre lo que se sospecha a ciencia cierta que se obtiene como beneficioso es el punto uno. Nunca una eliminación y sí una reducción de la presencia de ácido fítico. Un compuesto que en cierta medida tiene la categoría de antinutriente de forma que, estando presente en una determinada ingesta puede dificultar la absorción de algunos minerales, en este caso y hablando de frutos secos, principalmente del calcio, del hierro, zinc… No obstante, este mismo ácido fítico también tiene su vertiente positiva, y no poca, sobre la salud, así que cuidadín con las demonizaciones descontextualizadas.

En el «mundo real», la «activación» de semillas sí tiene una justificación más que contrastada en el terreno de la botánica y de la producción agraria, pero no tanto, o más bien nada en absoluto, en el de la nutrición.  Además, dicha «activación», la real, la buena… requiere de condiciones cambiantes (tiempo, humedad, temperatura) en virtud de la semilla que se pretenda activar. Para más señas te sugiero que le eches un vistazo a este post “¿Es mejor comer pre-remojados los frutos secos?” de Inés Alonso en su muy recomendable blog ¿Sabemos lo que comemos?

¿Estás seguro de lo que dices, tienes pruebas?

La mejor de ellas, tengo la prueba en boca de quien se dedica a producir y distribuir almendras, en concreto de uno de los mayores productores mundiales, el Almond Board of Australia o Consejo de la almendra australiana (en España la “mesa de productores de frutos secos” no se ha pronunciado a este respecto) quien en este documento afirma que “quienes creen” en esto de la activación de las almendras lo hacen sin ningún respaldo científico ya que no hay publicaciones serias (y creo que de las otras tampoco) en las que se pongan de relieve tales prodigios activadores. Sin embargo, afirma que la venta de “almendras activadas” es un hecho y que por ser un proceso relativamente caro que encarece el precio final del producto sugiere que te las actives tú en casa. Y, ¡oído al parche! en esta activación almendrera se incluye como ya hemos visto el remojo… pero después también una deshidratación.

Por mi parte, y después de haberle dedicado un tiempo a la búsqueda en un sentido u otro de los posibles beneficios de la activación de los frutos secos no he encontrado nada serio (pero nada de nada) y sí mucha palabrería sin fundamento.

Entonces, ¿qué hago, las “activo” o no?

Mi consejo es que no, salvo que seas un seguidor de este tipo de rituales sin mayor fundamento y tu tranquilidad mental espiritual dependa de ello. Incluir una adecuada cantidad de frutos secos en nuestra alimentación cotidiana (en su justa medida) es, en líneas generales, una sana recomendación en el marco de muchas otras. Tu balance mineral, dependerá de muchas otras circunstancias más que allá de que estén “activados” o no. Al final, preocuparse por estas cuestiones tiene el mismo sentido que inquietarse por llevar la bragueta abierta mientras te precipitas desde lo alto de un rascacielos (menudas preocupaciones tienen algunos).

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Nota: Quiero agradecer la iniciativa y aportaciones de Luis Almagro (@drluisalmagro ), de Pablo Zumaquero  (@pzjarana)y de Inés Alonso (@inalma) para la redacción de este post.

Imagen:  lobster20 vía freedigitalphotos.net

Productos ecológicos con más kilómetros que la maleta de la Piquer

manzana ecológica 2Este debate no es novedad, lo sé, pero cada vez que la realidad me pone frente a él me llevan los demonios. Se trata como te puedes imaginar de poder adquirir diversos productos con el sello de “ecológico” cuando su origen o lugar de producción está a cientos cuando no a miles o decenas de miles de kilómetros de distancia. Esto es lo que me pasó el otro día al entrar en mi “súper de conveniencia” (el más próximo a mi domicilio) y contrastar la existencia de unas manzanas ecológicas (con todos los diplomas pertinentes) provenientes de Italia. La distancia, tristemente, ya no es novedad, otros productos de ese supermercado también lucen su lugar de origen y se remonta a países tan exóticos como Sudáfrica, Perú, Marruecos, Chile, pero en estos otros casos o no eran un producto perecedero (estoy recordando una soja ecológica de Chile) o no eran ecológicos (por ejemplo, el caso de las hortalizas y frutas americanas y africanas es habitual, por mucho que en España estemos en plena temporada de esos mismos productos). Pero esto es radicalmente nuevo en mi supermercado: producto ecológico, perecedero y lejano. Una contradicción. Un sinsentido. Una pena. Y las tres, legales.

¿Cómo se supone que han llegado esas manzanas ecológicas producidas en lejanas tierras a instalarse en nuestro supermercado o tienda ecológica? Ya sabemos que esos productos, en pro del “ecologismo” (uso de comillas obligado), han sido producidos sin utilizar “químicos” o determinados fertilizantes o plaguicidas (en el reglamento pone sin que sean “de síntesis”, pero con una boca más ancha que la del metro) pero… ¿acaso hemos de suponer que los camiones que las trasportan funcionan con besos y abrazos? (la irónica propuesta no es mía, es de Antonio Foncubierta, pero tiene más razón que un santo)

Esos camiones, barcos, aviones o lo que sea que las trajo hasta nuestros supermercados para contentar a un consumidor (pijo donde los haya o sin el menor asomo de verdadera conciencia ecológica) sabes muy bien con qué funcionan. Al así hacerlo deja aquello que se conoce como huella ecológica y que en estos casos se mide, entre otras variables, por la cantidad de combustible fósil y de agua que ha sido preciso consumir para hacer llegar ese producto hasta el consumidor final.

¿No sería más ecológico además de más lógico a secas el consumir en este caso manzanas producidas en el entorno próximo? Recordemos que además, en las fechas que corren, las manzanas en nuestra zona están de rabiosa actualidad, perdón… de temporada. De hecho algunos productores de productos ecológicos (Francisco José Acedo entre ellos, @Errolbabash) están que trinan con esta perversión legal de lo “ecológico”.

¿Acaso tienes un miedo cerval a la hora de consumir esas “peligrosas” sustancias químicas presentes en las manzanas de producción convencional? ¿Te asusta el menoscabo que sobre tú salud se puede originar al comerlas? Tres cosas te diré:

  • Puedes lavarlas antes de comértelas,
  • Si aun así no te fías, puedes pelarlas y, en cualquiera de los casos,
  • Has de saber que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria tras un exhaustivo análisis se ha pronunciado en un informe a cerca del peligro que supone la presunta presencia de plaguicidas, y el 98,1% de las muestras analizadas estaba está dentro de los límites permitidos. Es decir, a largo plazo y en el 99% de los casos, cualquier temor sobre este tema es infundado… y a corto plazo habría que comer cantidades ingentes de esos alimentos con niveles por encima como para que pudiera apreciarse. (A este respecto te sugiero que le eches un vistazo al análisis que hace Jose Manuel López Nicolás en su recomendable blog, Scientia)

Yo lo tengo claro y en la práctica me he autoimpuesto un par de normas antes de poner un alimento sobre mi mesa:

  • La primera: Ceñirme habitualmente a la producción nacional de la mayor parte de lo que consumo. Además, si un producto en particular puede tener dos o más posibles orígenes, elegir el más próximo haciendo un balance entre esta variable, el precio y su calidad.
  • La segunda: Adquirir solo aquellos productos que están de temporada.

Esta y no otra es, así por encima, mi conciencia ecológica sobre estos temas.

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Imagen: @juan_revenga

Ni más ni menos: el pan tiene las mismas calorías que el pan

Antes de meterme en harina con la tediosa cuestión de las calorías (aburrida como ella sola) voy a dejar este texto aquí para que lo leas detenidamente:

El etiquetado [de los productos alimenticios] y las modalidades de realizarlo no deberán ser de tal naturaleza que induzcan a error al comprador, especialmente: […] sugiriendo que el producto alimenticio posee características particulares, cuando todos los productos similares posean estas mismas características.

El fragmento extraído pertenece al RD 1334/1999 sobre la Norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios.

Así pues tomando en consideración que el pan, en general, tiene un aporte calórico de unas 250 kcal/100g resulta llamativo que algunos productores de pan en sus más diversas presentaciones realicen una publicidad haciendo destacar precisamente este dato y dando a entender (por descarte y solo en apariencia) que el resto o al menos una buena parte de los panes tienen más calorías que el suyo. Algo que desde mi modesto punto de vista resulta en una infracción de la mencionada norma.

Thins agrupado

El ejemplo más preclaro lo tenemos en el anuncio de Thins de Bimbo que publicita a modo de ventaja frente a otras opciones, que las porciones en las que se comercializa ese pan aportan 99 kcal. ¡Bravo!, teniendo en cuenta que cada porción pesa según la etiqueta 39g tenemos que los 100 gramos de Thins de Bimbo contienen 247 kcal (en la web 242, y si haces la regla de tres con los datos de la etiqueta, por 100 gramos, salen 253… lo que es ya la pera, no se aclaran ni dentro de la misma empresa). Pero bueno, pelillos a la mar, caloría arriba o caloría abajo… como todos los panes en general, Thins aporta esas mismas 250 kcal/100g de las que te hablaba.

¿Quieres pruebas? Aquí van unas cuantas:

  • El pan de molde “básico” de la misma marca aporta 257 kcal/100g (imagen)
  • El pan de molde sin corteza de Panrico 239 kcal/100g (imagen)
  • El pan de barra de verdad consultado en la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA) aporta 240 kcal/100g
  • El pan integral sin sal en la misma BEDCA  251 kcal/100g
  • El pan blanco en la Base de Datos de Composición de Alimentos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (o lo que los americanos entiendan por pan blanco) aporta 266 kcal/100
  • El pan integral en la anterior base de datos norteamericana, 252 kcal/100g

Bimbo_Panrico

¿Puede además Thins decir de sí mismo que es un pan ligero?

El eslogan no deja mucho margen de maniobra: “Thins, el pan ligero de 99 kcal”, y por este motivo también podría (el uso del condicional es accesorio) entrar en conflicto con el Reglamento Europeo 1924/2006 sobre s declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos. Para decirse “ligero”, «light» o cualquier otra expresión de similar calado, el producto en sí tiene que cumplir este apartado del RE:

Las declaraciones en las que se afirme que un producto es “light” o “lite” (ligero), y cualquier otra declaración que pueda tener el mismo significado para el consumidor, deberán cumplir las mismas condiciones que las establecidas para el término “contenido reducido”; asimismo, la declaración deberá estar acompañada por una indicación de la característica o características que hacen que el alimento sea “light” o “lite” (ligero).

¿Y qué dice el 1924/2006 al respecto del “contenido reducido”?

Solamente podrá declararse que se ha reducido el contenido de uno o más nutrientes, así como efectuarse cualquier otra declaración que pueda tener el mismo significado para el consumidor, si la reducción del contenido es de, como mínimo, el 30 % en comparación con un producto similar […]

¿Aporta Thins un 30% menos que las calorías aportadas por otro producto similar? Ni de coña.

¿Se hace acompañar el paquete de Thins con una indicación de la característica o características que hacen que el alimento sea “light” o “lite” (ligero)? Pues tampoco.

¿Dónde está el signo diferencial que anuncia Thins de Bimbo? en mi opinión en ninguna parte, para la misma cantidad de producto las calorías aportadas por uno u otro pan son casi idénticas. Así pues, teniendo en cuenta solo el sumando calórico, en vez de las famosas Thins cualquiera puede confeccionar ese sándwich que tenía en mente con dos rebanadas de pan de molde de cualquier otro fabricante (o del mismo) con un resultado calórico prácticamente idéntico. Por ejemplo, dos rebanadas del pan de molde sin corteza de Panrico aportan 108 kcal… ¡9 más!… ¡ya ves que descontrol! (modo irónico activado).

Panes aparte… y calorías también (por favor)

Keep calm and stop counting calories

Parece que hay quien no aprende a la hora de transmitir con sus productos un mensaje coherente con respecto al qué comer, que desde luego no pasa por la decimonónica estrategia de andarse con la calculadora en ristre todo el día contando calorías. Y mucho menos si, aun haciéndolo, el mensaje que se deja flotando en el aire de cara al consumidor medio tergiversa la realidad… y ¿va en contra de la legislación? De todas formas, como ya he dicho tantas veces, una de las innumerables claves para llegar a entender el concepto de “alimentación adecuada” pasa, en principio, por NO contar calorías.

Otra cosa es la cuestión de los gustos, habrá quien prefiera el pan-pan de verdad y rehúya del de molde, habrá quien dentro de los de molde prefiera unos u otros, con corteza, sin ella, con salvado de alforfón salvaje del Himalaya o con espelta ecológica… pero las calorías, que lo sepas, serán muy similares.

Con sinceridad, no sé cómo se permiten este tipo de publicidades con “errores” tan zafios mientras todos tragamos. Quizá este post tenga algo que ver en la respuesta.

Si te ha gustado esta entrada, quizá te interese consultar:

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Actualización (12/09/2014): Me acaban de hacer saber (gracias @nacho_zizou) que Aitor Sánchez (@Midietacojea) también dedicó hace poco un post al tema de la publicidad utilizando las calorías (y los números) con interesantes aportaciones sobre esta cuestión, además de un análisis de las alegaciones «integral» y «con fibra» utilizando para ello el ejemplo de este mismo producto. No dejes de leerlo aquí: Pan de 99 calorías ¿es mejor que el resto?

Imágenes: Juan Revenga (@juan_revenga)

Azúcares añadidos: recomendaciones y etiquetado (deshaciendo la madeja)

Refresco de cola

Antes de comenzar aclaremos que por “azúcares añadidos” se entiende cualquier tipo de azúcar que uno mismo pone en su plato, taza, vaso o receta; y también (esto es importante) todo aquel azúcar utilizado en la fabricación de todos aquellos productos alimenticios manufacturados, y que de forma típica, están presentes en: los (mal llamados) refrescos, las (mal llamadas) bebidas energéticas, los caramelos y chucherías, los productos de pastelería y galletería, las bebidas a base de frutas, los helados… etcétera.

Las recomendaciones

A día de hoy la mayor parte de gobiernos y sociedades científicas implicadas han realizado recomendaciones de límites superiores de ingesta para los “azúcares añadidos” y han establecido ese límite superior en el 10% del valor energético total de la dieta. Es decir, que de todas las calorías aportadas, los azúcares añadidos no deberían contribuir en más del 10% de las calorías. Es más, como ya te conté en esta entrada desde la OMS se está barajando incluso el hacer bajar esta recomendación sobre la presencia de azúcares añadidos a no más del 5% de las calorías totales. El tema es importante ya que uno de los principales problemas con este nutriente es que, tal y como comentamos en este otro post, la mayor parte de los “azúcares añadidos” en nuestra dieta no los añadimos nosotros sino que van insertos en la matriz de ese alimento industrial que nosotros elegimos poner entre nuestras manos o en nuestro plato. Y ya que el elegir estos alimentos es especialmente frecuente, tentador y ubicuo se terminan sobrepasando con facilidad ese 10% máximo de calorías aportadas a partir de los “azúcares añadidos”.

Pero, ¿alguna vez hemos reparado en la cantidad real de azúcar que representa esta cifra del 10%, no digamos ya la del 5%? Pues es muy poco, vamos a verlo.

Considerando una dieta estándar de 2000 kcal, su 10% serían 200 kcal que para aportarlas con azúcar, haría falta a una cantidad de 50g de azúcar. Es decir, las recomendaciones de las que hablaba indican que no se deberían incorporar más de 50g de “azúcares añadidos” y que se estudia reducir esta recomendación para no superar los 25g (la OMS), insisto en una dieta “tipo” de 2000 kcal.

El etiquetado y la legislación

La cosa se complica notablemente cuando uno revisa el etiquetado de algunos alimentos. Tomemos por ejemplo la etiqueta de un conocido refresco de cola (así como la información contenida en su propia página web). Me he tomado la libertad de repoducir sus datos a continuación por si el enlace falla. En ellos, dentro de la información nutricional, se dice que una unidad de 250 mL contiene 27g de hidratos de carbono de los cuales, su totalidad son azúcares. Todos son, evidentemente, de los considerados “azúcares añadidos”. A continuación nos informa de los porcentajes que implica tal cantidad de hidratos de carbono y azúcares respectivamente en la consabida dieta estándar de 2000 kcal… y aquí es donde viene el lío que voy a tratar de aclarar. Recordemos que con 27g de azúcar (los presentes en una botellita de “refresco” de las pequeñitas) estaríamos en principio cubriendo un 54% de las recomendaciones actuales de muchos gobiernos al respecto de la presencia de “azúcares añadidos” ¡y llegando a un 108% si tuviésemos en cuenta las mencionadas expectativas de la OMS de no superar su presencia en un 5%!

Coca-cola Información nutricional

Sin embargo, tanto web como etiqueta informan que esos 27g de hidratos de carbono aportarían el 10% de la energía total que se recomienda provengan de los hidratos de carbono en una ingesta de referencia de 2000 kcal y que además, esos mismos 27 gramos, siendo como son azúcares simples aportarían tan solo el 29% de la energía proveniente en forma de azúcares simples en esa misma dieta estándar. Como se puede apreciar muy lejos del 54%… y no digamos del 108% mencionado como posible. Sin embargo, y aunque parezca un contrasentido hay que decir que la citada etiqueta, y por tanto la marca en cuestión, cumplen escrupulosamente con la legislación del etiquetado. ¿Cómo es esto posible?

Es posible gracias a las aclaraciones que hace el panel de expertos de la EFSA que puedes descargar en este enlace. En él se aclara que el porcentaje de hidratos de carbono que se va a considerar adecuados dentro de una ingesta dietética de referencia de 2000 kcal es del 52%, que traducido a gramos de hidratos de carbono, son 260g. Así sí: los 27g de hidratos de carbono del «refresco»son, aproximadamente, el 10% con respecto a esos 260g, y que es lo que aparece en la etiqueta.

¿Y con respecto a los azúcares? Pues igual. En el mismo documento, el panel de expertos de la EFSA sostiene que la ingesta de referencia para el etiquetado propuesta para azúcares totales (no solo los añadidos) es de 90g, es decir el 18% del valor energético total de la dieta. En este punto hay que aclarar que por “azúcares totales” se entiende tanto los intrínsecos o presentes de forma natural en alimentos como la fruta, las verduras, los cereales y la lactosa en productos lácteos; como aquellos azúcares añadidos a los que estoy haciendo especial referencia en este post. Con estos 90g de referencia queda claro entonces que los 27g de azúcar del refresco se corresponden con el 29% (de azúcares aportados en la ingesta detética de referencia) que refleja.

Así, el comité de expertos entiende que esta cifra de 90g para azúcares totales es compatible con el límite superior de recomendaciones de ingesta para los “azúcares añadidos” del 10% para la población general propuesto por algunos gobiernos ya que:

Se ha calculado que la ingesta de azúcares intrínsecos proporcionada para la ingesta de las cantidades recomendadas de frutas, verduras, cereales y productos lácteos equivale a aproximadamente a 45g en adultos. Suponiendo que los 45g restantes de azúcares (hasta llegar a los 90g propuestos por la ingesta de referencia para el etiquetado) son azúcares añadidos, ello se correspondería al 9% para una dieta 2000 kcal.

Es decir, que la EFSA considera que los azúcares consumidos en una ingesta dietética de referencia (90g) provienen de forma arquetípica de dos fuentes bien distintas. Por un lado los presentes de forma natural en frutas, verduras, cereales y productos lácteos hasta llegar a los 45g de azúcares dentro de un consumo racional de estos alimentos, y otros 45g opcionales (“opcionales” lo digo yo, no la EFSA) con los “azúcares añadidos”.

Conclusiones, son tres

Primera: Con tan solo el consumo de un único envase de medio litro del “refresco” mencionado, muy accesible hoy en día en cualquier máquina de vending, supermercado, etcétera, se supera con creces el actual límite superior (y más permisivo) diario de consumo de «azúcares añadidos» establecido por diversos gobiernos. Imagina lo que supone si además de este refresco, te tomas un café (¿con azúcar?) o dos, más un caramelo… o dos, más una pieza de bollería industrial… en un solo día. Como ves es relativamente fácil superar ese límite con nuestro lamentable patrón de consumo. Y eso sin hacer burradas que seguro todos conocemos y que a lo mejor peor, no son tan infrecuentes. Imagina además que en vez de esa recomendación fijada actualmente en el 10% , se termina por imponer la de 5%. Consumimos mucho, pero que mucho azúcar, y no precisamente del “intrínseco”.

Segunda: El etiquetado como hemos visto (al menos en este ejemplo) es escrupulosamente fiel a la legislación vigente sobre el etiquetado. Sin embargo, las cifras que muestra en forma de porcentaje ofrecen, en mi opinión, una trampa que el consumidor medio dudo mucho que pueda percibir, pudiendo tener la impresión que se pueden llegar a consumir tres unidades y pico de ese “refresco” (del de 250 mL) sin pasarse de la cantidad de azúcar recomendada. Y eso suponiendo que dicho consumidor no le dé por comer además una fruta, algo de verdura, etcétera que también aportará azúcares a la suma.

Tercera: Esto es así, porque en la legislación no se contempla la posibilidad de incluir la información al respecto de la cantidad (y su porcentaje, que sería lo importante) de “azúcares añadidos” dándole el mismo valor gramo-a-gramo al azúcar que vienen en un vaso de leche o una manzana, que al que vienen en un “refresco” o cualquier otro producto manufacturado (pasteles, galletas, chucherías…). Esto, para mí, es una cuestión que se debería mejorar sin lugar a dudas. O al menos que se tenaga en cuenta por el consumidor.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

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Nota: Quiero agradecer a Rafael Urrialde (@RUrrialde_PhD) sus inestimables aclaraciones para confeccionar este post.

Imágenes: Naypong vía freedigitalphotos.net

Historia de la Alimentación en dos minutos

sartén dinero

Gastamos mucho en alimentación y desperdiciamos mucho de aquello en lo que invertimos. Ni que decir tiene que de todo ese gasto, los impuestos y otros gastos indirectos se llevan una buena mordida… no es estrictamente el alimento en sí el objeto de todo ese gasto.

Con frecuencia los problemas que el mundo de la alimentación ha trasladado a nuestro entorno los atomizamos de forma que nos es imposible obtener una perspectiva más general de la situación, una especie de aquello de que el árbol no nos deja ver el bosque, y de tiempo en tiempo conviene tomar cierta perspectiva. Afortunadamente hay quien de vez en cuando se encarga de resumirlo y ofrecer una visión sintetizada de la situación y sus porqués. Y de ahí este vídeo que hoy os traigo.

Cierto es que a estas alturas su contenido no descubre nada nuevo pero es interesante la forma resumida que tiene de exponer las causas de la actual situación sin demasiadas estridencias, al menos yo no se las encuentro. Si acaso algunas carencias, eso sí, en especial alguna referencia a en teoría lo mal que estamos y lo mucho que al menos en apariencia nos preocupamos por estas cuestiones del comer y su relación con la salud… me refiero a la importante cantidad de sistemas dietéticos adelgazantes, curativos… que a día de hoy, como bien sabes a poco que sigas este blog, son legión y a los que no se hace ninguna referencia en el vídeo.

Aquí tienes, dos minutos y poco sobre el origen y circunstancias de lo que nos ha hecho llegar hasta aquí

En relación con los contenidos de esta entrada han aparecido estos otros artículos que igual te interesa consultar:

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Nota: quiero agradecer a Spoony Toons (@SpoonyToons) el hacerme llegar este recurso así como las buenas conversaciones compartidas en Twitter

Imágenes:  Boaz Yiftach vía freedigitalphotos.net

¿Sirve para adelgazar el polen de abeja, qué beneficios tiene?

Polen de abeja

En primer lugar acotemos el término “polen de abeja”.

Para empezar el polen, a secas y como tal, son las micropartículas pulverulentas que contienen los gametofitos masculinos de las plantas con semillas. En un símil zoológico (en vez de botánico) serían los espermatozoides de una determinada especie vegetal de reproducción sexual. Estas partículas además de la función biológica propia de su ciclo vital en cada especie pueden servir de alimento a especies distintas, entre ellas la de las abejas. Pero para ello han de transformar ese polen recolectado, madurarlo, con el fin de poder aprovechar sus nutrientes. Así, las abejas en su metódica recolección de néctar floral y de polen incorporan este último elemento en los panales, agregan una serie de enzimas digestivas y tapan las celdillas con el fin de que pasado un tiempo y tras la acción de esas enzimas se obtenga un producto que sirva de alimento, especialmente destinado para sus larvas.

Así pues, el “polen de abeja” es el polen floral transformado por acción de las enzimas de la abeja… no es que las abejas “tengan” polen.

Sobre este producto, una vez recolectado por el ser humano, se han hecho descansar infinidad de propiedades nutritivas y no me refiero a las referentes a la de las larvas de las abejas sino a la nuestra cuando es consumido como alimento o complemento. Cuando digo infinidad, digo bien porque su consumo se ha relacionado con ciertas propiedades antioxidantes, anti cáncer, antienvejecimiento, contra la diabetes, ser adelgazante, vigorizante sexual, atajar problemas de colesterol, menstruales, de depresión, anemias, alopecia, artritis, reuma, etcétera (piensa en el problema de salud que quieras, seguro que alguien en algún momento le ha atribuido al polen de abeja la propiedad de mejorarlo). Hay cientos de páginas web (aquí solo un ejemplo típico) que obnubiladas por el buenrollismo natural nos invitan a consumir este producto como la enésima panacea para no importa qué dolencia o enfermedad.

¿Cuánto hay de cierto en todas estas magnificas alegaciones sobre el polen de abeja?

Pues la verdad que poco o nada, al menos desde el punto de vista serio… otra cosa serán todos aquellos planteamientos alternativos, naturistas y eco-molones. Para que tomes nota, en Europa aun no se ha admitido ninguna de las alegaciones que se ha solicitado para este producto a la Autoridad de Seguridad Alimentaria (EFSA). A día de hoy, este organismo ha recogido 6 posibles solicitudes para hacer las correspondientes alegaciones sobre sus propiedades nutricionales en la salud:

  • Como agente inmuno-modulador gracias a su contenido en enzimas y vitaminas (que aun está bajo consideración por parte del panel de expertos).
  • Como agente antioxidante gracias a su contenido en vitaminas y selenio.
  • Como protector frente al estrés oxidativo.
  • Como protector cardiaco así como para controlar los niveles de colesterol y lípidos plasmáticos (bajo consideración).
  • Como ayuda para la función inmune (bajo consideración).
  • Como estimulante del apetito (bajo consideración).

En el único documento publicado hasta la fecha sobre sus presuntas propiedades, el panel de expertos de la EFSA sostiene que:

  • No está comprobada una relación causa y efecto entre la toma de polen de abeja y la protección del envejecimiento celular.
  • Ni sobre su capacidad antioxidante dado su contenido en antioxidantes o propiedades antioxidantes.
  • Ni sobre la protección del DNA, de las proteínas o de los lípidos frente al estrés oxidativo.

En lo que respecta al posicionamiento de las autoridades sanitarias norteamericanas, la FDA, sobre los usos que habitualmente se le atribuyen al polen de abeja entre quienes lo distribuyen ha hecho público este elocuente documento titulado: Algunos productos de polen de abeja para adelgazar son una estafa peligrosa en el que sin ambages señala:

Los productos que dicen contener polen de abeja en la etiqueta y que prometen ayudar a bajar de peso o a esculpir su figura podrían, de hecho, hacerle daño […]

Se ha descubierto que algunos productos de polen de abeja que se publicitan para adelgazar contienen ingredientes ocultos y potencialmente peligrosos que pueden ser dañinos para las personas con padecimientos tales como pulso irregular, presión arterial alta y trastornos bipolares.

La FDA ha recibido más de 50 denuncias de consumidores y profesionales de la salud sobre efectos adversos relacionados con el consumo de productos de polen de abeja para adelgazar contaminados. En las denuncias figura por lo menos un deceso, problemas cardiacos graves, dolor de pecho, palpitaciones, taquicardia (frecuencia cardiaca acelerada), presión arterial alta, convulsiones, pensamientos suicidas, ansiedad, insomnio y diarrea.

Además, muchos de los productos de polen de abeja para baja bajar de peso se publicitan como suplementos alimenticios que afirman curar o prevenir enfermedades y síntomas diversos, entre ellos la diabetes, alergias, la presión arterial alta y el colesterol alto. Por ley [tanto en USA como en la UE], los suplementos alimenticios no pueden afirmar que curan o previenen enfermedad alguna.

Los laboratorios de la FDA han analizado 15 muestras diferentes de Polen de Abeja Zi Xiu Tang de varios distribuidores, con fechas de caducidad y números de lote diversos. Todos los productos sometidos a prueba, entre ellos los que dicen ser “genuinos” y “auténticos”, contienen ingredientes farmacológicos que no aparecen en la etiqueta: sibutramina o fenolftaleína, o ambas.

Bien, dicho esto, puedes llegar a pensar que: a) eso es lo que pasa en Estados Unidos y, b) que eso pasa con el polen de abeja de una determinada marca y que el que tú compras en tu herbolario es “natural” y de absoluta confianza.

Bueno, eres libre de pensar lo que quieras, pero mi opinión es que este polen de abeja, como el 99,9% de los suplementos son ineficaces para todas las alegaciones que suelen hacer… ya lo adquieras en USA o en tu farmacia de confianza; y que además los controles a los que se están obligados los complementos alimenticios (y este es uno más) son terriblemente laxos, así que yo pondría en entredicho esa “seguridad” al respecto de que un determinado complemento alimenticio no lleve nada que no deba llevar o que no esté declarado. ¿Cómo sabes y porqué dices que tu complemento es seguro? Igual te interesa echar un vistazo a este post: ¿Te “alegras de verme” o acaso tomas fitoterapia adulterada?

Antes que preocuparse por la posibilidad de incorporar maravillosos complementos con asombrosas (y no reconocidas científicamente) propiedades más valdría ir zumbando a revisar nuestro patrón alimenticio, un patrón que bien articulado no precisa de todas estas zarandajas.

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Imagen: Jon Sullivan vía Wikimedia Commons

Nutrición-área 51: La dieta bulletproof (o dieta «indestructible»)

Bala manzana

No me digas que el nombrecito de la dieta de marras no es molón… la dieta a prueba de balas (bulletproof) o como yo me he tomado la libertad de adaptar: la dieta indestructible, que a fin de cuentas es un poco el mensaje que subyace cuando se utiliza esta expresión inglesa.

Adelanto también que me da un poco de pereza y malagana cuando, una vez más, toco estos temas de las dietas populares, de moda… o más llanamente, milagrosas. El caso es que esta en concreto apenas ha salido de su país de origen, Estados Unidos (pero me da la sensación que amenaza hacerlo) y al traerla hoy a portada sé que corro el riesgo de que, diga lo que diga, habrá a quién le sirva de punto de partida para “probar” la enésima bobada (cara)… y eso es lo que me da pereza y desespera; pero bueno, correremos el riesgo.

¿Cómo nace la dieta bulletproof?

Este planteamiento dietético surge de la imaginación y experiencia unipersonal de un tal Dave Asprey, inversor en tecnología, que afirma de sí mismo haber invertido más de 15 años y 300.000 dólares para “hackear” (burlar o piratear) su propia biología y de este modo conseguir: perder más de 45 kilos; aumentar su cociente intelectual en más de 20 puntos; rejuvenecer su edad biológica y; dormir de forma más eficiente y por lo tanto “perder menos tiempo” al hacerlo. Y todo ello gracias a su sistema dietético. Solo. Y digo solo porque además se jacta de conseguir todo ello, en especial lo de la pérdida de peso, sin la necesidad de hacer demasiado ejercicio (en realidad nada) y lucir un desarrollo muscular cuando menos “interesante”: no tiene desperdicio el tomar nota de las condiciones que, según su autor, han rodeado las circunstancias de la foto en el anterior enlace:

  • Durmiendo menos de 5 horas al día de media en los dos años previos;
  • Sin hacer en ese tiempo apenas ejercicio físico alguno salvo 4 sesiones de yoga y poco más; y
  • Comiendo una media de entre 4000 a 4500 kcal al día.

Según el autor se trata de “reconectar” la mente con su biología más corpórea y para enseñarte a hacerlo y que sepas comer con tal fin ha sacado a la venta su método en forma de libro y una panoplia importante de suplementos dietéticos y otras zarandajas entre las que se incluye una manta “de inducción” inductora (valga la redun-dun-dancia) del sueño para dormir de forma más efectiva (50$). Pero espera, aún hay más que diría superratón, entre sus sandeces propone el uso de unos “chistófanos” (que él comercializa, claro) para eliminar la “electropolución” de tus aparatos electrónicos y con ello aliviar ciertos síntomas tales como dolores de cabeza, problemas de concentración, pensamiento confuso, agitación, fatiga y estados depresivos (99$). Por si te vas de viaje también te ofrece la posibilidad de hacerte con un travel-kit a un poco módico precio, 49$. Y la cosa continua, no te creas: neuro-optimizadores a razón de 5.500$ de vellón que incluye el antivirus Norton 360 (… y por ese precio podría incluir hasta una Thermomix); una bombilla que facilita la secreción de melatonina (esto, mira, solo cuesta 15$); un “focalizador” cerebral por tan solo 600 pepinos… ¿que no sabes para qué sirve un “focalizador” cerebral? Pues es fácil: te lo colocas en donde procede, la cabeza, y te ayudará según Dave Asprey a tomar decisiones más lúcidas, a mejorar tu atención, a pensar con más claridad, a desarrollar tu memoria, a controlar tus emociones y cosas por el estilo (qué querías que hiciera… ¿milagros?). Y hay más, pero yo no tengo más ganas de seguir. Así que si estás interesado te invito a que visites su shop-web cuajada de cachivaches y suplementos varios.

¿En qué consiste la dieta bulletproof?

Si has llegado hasta aquí, reconócelo, las cuestiones dietéticas te traen al pairo, lo que tienes es ganas de echar unas risas más. El planteamiento dietético como tal es de traca… En esencia hay quien lo ha equiparado a una dieta tipo “paleo”… pero su creador va más allá y dice que su planteamiento, partiendo de ese inicio, es “aún mejor”: “Es más efectivo que los planteamientos paleodietéticos clásicos” apostilla… toma geroma…, del fuego a las brasas… o de Guatemala a Guatapeor… y con un par.

Con sinceridad, no me da la gana de comentar las sandeces dietéticas que este señor propone y que carecen de un nulo reconocimiento por parte de la comunidad científica y sobre las que no hay ni un ápice de literatura científica que corrobore sus postulados. Fiel a mi tradición crítica y para un mejor entendimiento, resulta más sencillo desacreditar un determinado planteamiento dietético fijándote en los “detalles” antes que en el meollo… digamos que se trata de seguir una estrategia más visual que conceptual: ¿Te imaginas al Barça o al Madrid saltando al terreno de juego con chancletas en una final de la Champions? Si eso suceriera, sabes bien que no son ni el Barça ni el Madrid, así que para qué demonios nos vamos a quedar para analizar “su juego”. No obstante, si quieres, tienes un resumen de las elecciones alimentarias que este sujeto invita a hacer para seguir su método aquí te dejo un enlace en el que se hace un ultra resumen de sus planteamientos. Como bien salta a la vista, aunque “su pirámide” tiene un pase (no me parece ni mucho menos lo peor) su forma de llevarla a la práctica contiene detalles en mi opinión absurdos… empezando por la glorificación de los productos ecológicos (y la criminalización de los transgénicos) y acabando por la promoción de un consumo desorbitado de “grasas buenas”… algo que podría estar alineado con otra matraca dietético-comercial que conocemos desde hace cerca de 20 años como es la dieta de la zona.

¿Cómo se va a dar a conocer probablemente?

Es probable que su asalto al viejo continente (ya se está produciendo en cierta medida) se propicie a partir de una de sus “armas” más aventadas: el café bulletproof o lo que es lo mismo un preparado a base de café ecológico, mantequilla idem y aceite de coco ídem (tranqui, Dave te lo proporciona todo en su tienda on-line libres de toxinas) con el que desayunar y abordar la fatigosa mañana que uno tiene por delante todos los días sin que las tentaciones, el hambre o el picoteo hagan mella en la voluntad de sus consumidores, además de proporcionar una energía asombrosa (si además te lo tomas en un vaso de precipitados como él hace en el vídeo en vez de en la típica taza el efecto se debe de multiplicar por 10)

En resumen

Pocas veces y con tanto descaro se promociona un sistema o método dietético (aunque incluye muchos otros elementos) con tanta parafernalia como para poderlo considerar un arquetipo de aquello que se conoce como dieta milagro. Su claro y único objetivo: hacer caja a base de decir y vender gili-memeces aprovechándose para ello de la crédula desesperación de algunas personas. Caer en sus redes supone dos claras consecuencias, seguro un menoscabo importante en la economía del incauto y muy probablemente un menoscabo en su salud. No me extrañaría que en la próxima edición ilustrada del DRAE la entrada “cantamañanas” trajera una foto de Dave Asprey.

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Imagen:  vectorolie vía freedigitalphotos.net

Dieta sin gluten: imprudente recomendación dietética para la población general

Pan y bolleríaYa he comentado alguna vez la simpleza de la recomendación de seguir una dieta exenta de gluten para obtener, vaya a saber usted qué beneficios por parte de la población general no celiaca. Como siempre en estos casos no faltan las recomendaciones de manos de algunos famosos y celebrities que argumentan con su éxito (profesional, deportivo, etcétera) los beneficios de este planteamiento dietético que debiera estar reservado para aquellas personas con celiaquía.

El caso es que hoy saco a colación este tema porque lejos de ir a menos parece que la tendencia va a más, por eso y porque el otro día me tropecé con este fenomenal artículo que deja las cosas más que claras. Para quien quiera verlo, claro, porque para el resto ya sé que será difícil de convencerlos. Pero bueno, por intentarlo que no quede.

El título del trabajo que te hablo es prácticamente el mismo que el del post: Gluten-Free Diet: Imprudent Dietary Advice for the General Population?. En interrogante, eso es cierto, desconozco el  porqué de plantearlo así si en su interior se dejan las cosas bastante claras.

Sea como fuere, ya te lo he contado a grandes trazos:

A pesar de las frecuentes afirmaciones con las que se hacen descansar una serie de propiedades saludables sobre una alimentación exenta de gluten, no existe ninguna evidencia experimental publicada que apoye dichas afirmaciones en la población general. De hecho, hay datos que sugieran que el propio gluten podría aportar algunos beneficios para la salud, y que su eliminación en individuos sanos no está justificada por ningún motivo. Es más, es necesario tomar conciencia de algunos de los potenciales peligros que se asumen al adoptar una dieta sin gluten en el caso de personas sin trastornos relacionados con el gluten.

Así pues, las dietas sin gluten están claramente indicadas para pacientes con enfermedad celíaca o para aquellas personas con sensibilidad al gluten. Así, su retirada de la dieta podría beneficiar a personas con patologías autoinmunes crónicas como por ejemplo, la psoriasis, la artritis reumatoide y la diabetes tipo 1. Las dietas libres de gluten, bien planificadas (para lo que suele ser preciso la contribución de un profesional cualificado, en especial un dietista-nutricinista) pueden estar perfectamente equilibradas si se tiene cuidado en la elección de los alimentos. Esto no implica que una dieta libre de gluten, por su mera definición, sea una dieta más saludable.

Además, los resultados de varios estudios con pacientes celiacos sugieren que una dieta exenta de gluten mal planificada puede, en realidad, empeorar algunos descriptores de salud, entre ellos el Índice de Masa Corporal cuando estos pacientes cuentan ya con sobrepeso u obesidad.

Por último, una de las proteínas más características del gluten, la gliadina, podría contribuir con su presencia en la dieta al control de la presión arterial y a la normal función del sistema inmune. Y más allá, hay cierta evidencia que sugiere que una dieta libre de gluten puede afectar negativamente a la salud intestinal en aquellas personas sin enfermedad celíaca o sin sensibilidad al gluten.

En cualquier caso, el estudio termina afirmando que son necesarios más estudios para aclarar los efectos de salud de gluten, y las probables consecuencias de eliminar aquellos cereales que lo contengan.

Al parecer, según las actuales tendencias, hay algo de glamuroso en eso de recomendar dietas sin gluten y la verdad es que no sé dónde radica ése glamur… que se lo pregunten, entre otros, a un celiaco

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Imagen:  amenic181 vía freedigitalphotos.net

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Actualización: con el post ya escrito, pero no publicado, cuando comentaba su próxima aparición, un usuario de Twitter, Xabier Ochotorena (@ochoto) nos hizo notar a Pablo Zumaquero (@pzjarana) y a un servidor (@juan_revenga) que el estudio en cuestión tiene como primer autor a GA. Gaesser presidente del Grain Foods Foundation Scientific Advisory Board (Consejo Consultivo Científico de la Fundación sobre Alimentos basados en Cereales) y que así se hace constar en la declaración de posibles conflictos de intereses del mencionado artículo. Creo que si en otras ocasiones he cuestionado que determinadas personas implicadas directameente en un asunto escriban artículos científicos sobre esas materias en las que son «parte», es justo que ahora también lo haga constar.

«Refrescos» gratis, y no agua: la última (y lamentable) moda importada de los USA

Sí, lo reconozco lo de “la última” no es para tanto, hay establecimientos que ya llevan un tiempo promocionando este tipo de ofertas, pero lo cierto es que la implantación de este tipo de promociones está cogiendo cada vez más fuerza. Me refiero ya no solo a lo de “refrescos” gratis, sino también al “come todo lo que quieras/puedas por un módico precio” o lo que habitualmente se entiende por buffet o “barra libre” de lo que sea.

Antes de seguir aclararé que por “refrescos” y entre comillas me refiero a esa clase de bebidas que popularmente reciben tal clasificación, pero que de “refrescos”, como tal, nada de nada, por fríos que estos estén, tal y como señalaba el otros día Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) en est post… así pues, hablemos de bebidas azucaradas o edulcoradas, y no de “refrescos”.

Bien, sea como fuere, la última campaña de Burger King haciendo promoción de esta oferta está pegando fuerte, ha invertido no poca publicidad en ella y por eso merece una especial atención. Pero no es la única, por ejemplo, el otro día cuando mostré mi indignación sorpresa al hacerme eco de ella en las redes sociales no faltaron (de hecho fueron bastantes) los que me pusieron al corriente de otros establecimientos en los que este tipo de prácticas estaban ya en funcionamiento. Así, a bote pronto y sin hacer una exhaustiva búsqueda en el mercado, me informaron de que Foster’s Hollywood, Domino’s pizza e IKEA (en su web no he encontrado esta promoción pero es una oferta existente según me han confirmado en atención al cliente) también la han llevado a la práctica (actualmente, la mayoría de ellos, o en algún momento reciente otros).

Siendo así, Gemma Tendero (@gemmatendero_dn) tuvo la brillante idea de preguntarse si esta promoción del tipo “rellena tu vaso gratis” traducida nutricionalmente como “suma todas las calorías que quieras que nosotros no te las cobramosse hacía también extensiva al agua. Así pues, me pareció buena idea empezar con una rueda de consultas en las que se trasladaba esta duda a todos aquellos “restaurantes” que ofrecían esta promoción.

Y empecé por Burger King. Lo hice así por la aparente facilidad para contactar con la multinacional a partir del correo electrónico. Bueno, por eso y porque son los que más “ruido” están haciendo ahora mismo y porque son de los que más visibilidad pública tienen como “restaurante”.

Aquí tienes el correo que les dirigí (disculpas por la calidad, pero creo que da para entenderse).

BurgerKing_Rellena gratis 2

Y va y resulta que no han contestado… y no será porque no lo recibieran, ya que a escasos minutos de mi envío recibí este acuse de recibo. Han pasado 4 días laborables y nada de nada. Al final he de dar la razón a mis amigos Guillermo (@waltzing_piglet) y Rosa (@bioamara): estos no han contestado.

BurgerKing_Rellena gratis 3

Además, también han hecho oídos sordos a través de otros canales ya que tras mi consulta vía correo electrónico les mencioné en Twitter haciéndoles partícipes (de nuevo) de mi consulta.

En lo que respecta a Foster’s Hollywood mis pesquisas han dado peor resultado si cabe. En parte por la escasa nula efectividad de los recursos que esta multinacional pone a disposición de los consumidores para trasladarle dudas o preguntas: no hay correo electrónico y sí únicamente una servicio pantomima de atención telefónica. Al final, vía Twitter esta empresa contestó que:

Está incluido el refill de refrescos pagando solo el primero. Es válida para refrescos de máquina. No es válida para vaso de agua, jarras de sangría, tinto de verano, botellas de vino, combinados o licores y café.

Tras intentar continuar la conversación de porqué esta política con excluir el agua en la promoción, de si están al tanto de los aspectos negativos de las “calorías vacías” y demás… prefirieron seguir la adecuada política de Burger King: no responder.

Por su parte, mis indagaciones con IKEA fueron una delicia, tanto en las formas como en el contenido de sus respuestas. En este sentido he de decir que jamás fui atendido con tanta amabilidad y eficacia en un servicio telefónico de atención al consumidor como lo fui por el de IKEA. En resumen, les trasladé de palabra las mismas preguntas que se reflejaban en mi escrito a Burger King. Como la respuesta a la primera pregunta fue afirmativa: sí que se puede rellenar el vaso de agua con agua (con o sin hielo) tantas veces se quiera en sus servicios de restauración las demás preguntas carecían, hasta cierto punto, de valor. Sigo sin estar de acuerdo con eso de “suma todas las calorías que quieras que nosotros no te las cobramos” pero al menos, además de esa opción está la de no sumar, hidratarte y que no te lo cobren.

El tema en cuestión

Nos llevamos las manos a la cabeza cuando oímos de las malas prácticas y circunstancias (las del mercado, entorno…) que se llevan a cabo en los Estados Unidos como paradigma de país desarrollado con unas tasas de sobrepeso y obesidad desorbitadas. Sin embargo, adoptamos esas mismas circunstancias con entusiasmo a la menor oportunidad. Mientras, nuestras autoridades sanitarias no realizan el menor gesto para regular este tipo de prácticas nada beneficiosas.

No sé (bueno, en realidad sí que lo sé) hasta qué punto lo del “come y bebe por poco dinero hasta que revientes te hartes” es una medida plausible desde el punto vista de las cifras de venta de estos establecimientos; pero de lo que no me cabe la menor duda es que mientras esa especie de buffet libre solo se haga extensiva a los productos menos recomendables, las políticas de estas multinacionales quedan al descubierto. En cualquier caso también he de decir que cualquier propuesta tendente a hacer consumos “XL”, sea con los productos que sea, me parece desacertada. Al menos en nuestro entorno, invitar a comer más de la cuenta no es precisamente ni beneficioso ni necesario. Si acaso más al contrario. Es una cuestión de Salud Pública y este tipo de empresas con este tipo de promociones han decidido mirar hacia otro lado y cubrir “otras” demandas y necesidades de los consumidores.

De todas formas, ¿tanto les costaría poner el agua dentro de este tipo de promociones? No creo que sea una cuestión de logística… tampoco de precio (salvo que el agua sea más cara que los dichosos “refrescos”). Tiene que haber algo más y no nos lo cuentan.

A cada día que pasa queda más claro que nuestro entorno promueve cada vez con más ahínco circunstancias incompatibles con un patrón de vida saludable; así, muchas empresas se empeñan en reforzarlas; y las autoridades sanitarias miran también para otro lado o llevan a la práctica campañas que solo sirven para cubrir el expediente y poder decir que ellos ya ponen de su parte. Sin embargo, hacer eso y nada, es lo mismo. Y mira que sería sencillo.

Para terminar y en especial para esa clase de empresas y sus agencias de comunicación les dejo esta saga de post al respecto del consumo de “refrescos” que aportan un mensaje para nada refrescante. En resumen: con sus promociones están haciendo un flaco servicio a los intereses de Salud Pública de los consumidores de nuestro entorno (y por lo que se ve, les da igual)