Ecos de sociedad anónima Ecos de sociedad anónima

"Padres comerciantes, hijos caballeros, nietos pordioseros"

¿¡Estamos secuestrados!?

Desde hace algunos meses tengo la sensación de vivir secuestrado por los políticos.

El diccionario de la RAE define el verbo secuestrar como «Retener indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros fines«. Es esta la sensación que tengo actualmente.

Desde que la crisis económica se recrudeció siento como si los políticos me impidieran hacer vida normal y, en paralelo, me exigieran vivir con menos salario, más impuestos, menos prestaciones sociales y más temor al futuro para conseguir mi libertad, es decir mi vuelta a la normalidad.

La reducción del deficit público es el leit motiv del Gobierno y la única posible solución a todos los problemas que padecemos. Quizás. No lo sé. Lo que si tengo claro es que cuanto más nos acercamos a su eliminación más nos alejamos también de la posibilidad de vivir en un mundo mejor, que ya no podrá ser igual a aquel en el que vivíamos antes.

¿Cómo absorberemos tanto paro? ¿Cómo incrementaremos la demanda interna? ¿Cómo lograremos ser más competitivos? ¿Cómo educaremos a nuestros hijos?

Al mismo tiempo me doy cuenta de que, tras 5 años y pico de dura crisis, la normalidad a la que aspiro quizá no volverá y que existe una nueva normalidad, que es la que nos toca vivir ahora.

¡Y, aun así, sigo siendo optimista!

Fernando Botero

Secuestro Express de Fernando Botero

 

Jefatura del Estado, políticos, mesías y nosotros

Jefatura del Estado

El caso «Urdangarín» es aprovechado por muchos medios que quieren que reine Don Juan (?), que seamos una República o que no seamos nada y que todo se derrumbe como sus grupos empresariales, para titular con declaraciones de imputados (Torres y cía.) como si fueran certezas absolutas. Cualquier imputado tiene el derecho procesal a mentir y a falsear la realidad, hasta donde le convenga y le dicte su conciencia, y a veces esto constituye un chantaje para los nombrados en esas declaraciones.

Se da una imagen decadente del Jefe del Estado, que no se corresponde con la realidad. La verdad es que es una persona mayor que, en los últimos tiempos, esta teniendo una mala racha con problemas de salud. ¡Nada más! Su afán de servicio y la eficacia de su gestión en la esfera política, para mí, están fuera de toda duda.

La Jefatura del Estado es una institución vital, que en España ha jugado y juega un papel esencial. En países más avanzados democráticamente que el nuestro, los medios la cuidan con mimo. ¡Aqui no!

Los políticos

Desde la liberalización del suelo en 1996, que dío lugar a la mayor burbúja de la historia de esta país (la inmobiliaria) se generó una clase extractiva (como dice Cesár Molinas) que ha establecido, en prácticamente todos los partidos políticos, un mecanismo de financiación de los mismos basado en la corrupción y la defraudación fiscal. El triángulo formado por políticos sin escrúpulos (no todos), constructores-promotores especulativos y cajas de ahorros dirigidas por otros políticos inexpertos en finanzas es la base del sistema. Si a eso le añadimos unos mecanismos de control (Banco de España, Tribunal de Cuentas, etc.) ineficientes y una fiscalía y judicatura nombrada casi a dedo, o sin casi, pues tenemos lo que hay. Habrá que hacer limpieza del tipo «generala» y «borrón y cuenta nueva». Casi nadie irá a la cárcel, de estoy estoy seguro, pero es más que deseable que los corruptos se vayan a sus casas, al menos, o a Canadá, o a Andorra, o a Suiza, o a donde quieran, ¡pero que se larguen ya!

Lo peor con muchos políticos de hoy, no todos pues los hay extraordinarios, es que en general no están bien preparados para ejercer su imprescindible trabajo. La «cosa ésta» del Estado, cuando todo iba bien, nos parecía adecuado que la gestionará casi cualquiera, pues es un asunto engorroso. Y no, es algo que nos atañe y cuesta mucho dinero a todos. Es indispensable que lo hagan los mejores, sin llegar a los excesos platónicos, y que sepan muy bien lo que hacen y cómo lo hacen los que lo hacen con aquellos.

Esta claro que nos faltan líderes carismáticos, con «autoritas», con empuje y determinación, con visión de futuro y del Estado y con capacidad para generar ilusión sin engaños. Nos sobran, sin embargo, los pusilánimes, los aplaudidores del cabeza de lista sin ideas, los reidores, los manicuros, los whatsapperos, los crucigrameros, los sudokeros y los dormilones.

Los mesiánicos

Para los grandes males que acechan a Cataluña (crisis económica e institucional y corrupción, entre otros), patada a seguir y grandes remedios: la independencia. ¡Ahí es ná! o Déu n’hi do!, como dicen muchos de sus habitantes. Y ello desde una posición política, la de Artur Mas, de tan extrema debilidad que requiere que su partido (conservador) se alíe con otro en el extremo opuesto de la diagonal (de izquierdas).

Nadie en el mundo entiende esta pretensión mesiánica (la de Artur Mas & Co), de querer salvar a todo «su pueblo» sin que la mayoría se lo haya pedido, lo quiera y sin plantearse ni siquiera preguntarle su opinión a la otra parte, el resto de españoles. Y sin explicarnos a todos las consecuencias de lo que propone, y sin un debate serio y sosegado sobre sus necesidades y las soluciones para atenderlas.

No se puede entender a España sin Cataluña ni a esta sin aquella, pues ambas son la misma cosa y de la misma naturaleza, y tienen la misma esencia.

La sociedad civil

La dureza de los tiempos que estamos viviendo en España está despertando a la sociedad civil (a todos nosotros) que ya sabe que la mejor manera de afrontar sus problemas es la reinvindicación de sus derechos, la exigencia de responsabilidades y de un comportamiento ético a los políticos, que les representa, y todo ello ejerciendo también sus obligaciones: interesarse por lo público, lo suyo.

Después de estos últimos años, hemos visto como la necesidad imponía recortes y ajustes que los políticos se apuntan como suyos, en el sentido positivo del logro de objetivos fijados por la UE y los mercados, pero a costa de nosotros, en el sentido negativo de recortes, apreturas de cintura y el terrible paro.

Mientras todo iba aparentemente bien, parecía que el Estado era una cuestión que llevaban «otros», los políticos, a quienes elegíamos de vez en cuando para resolver «ese asunto». Hoy, somos cada vez más conscientes de que el Estado somos todos nosotros y que necesitamos estar encima de los temas para que los políticos hagan bien su trabajo, no conculquen nuestros derechos y podamos así construir un mundo mejor y sostenible.

¡No lo olvidemos cuando todo vuelva a ir bien! ¡A ver si lo conseguimos!

Todo es supuestamente falso

Las últimas semanas estan siendo realmente estresantes para todos los españoles que, sometidos a sacrificios sin parangón desde que nos dimos esta democracia, esperabamos que el año empezará con más sosiego político tras el durísimo 2012 en lo económico y la espiral mesiánica de Mas dispuesto a liberar a «su pueblo» llevándolo inexorablemente hacia la incertidumbre total.

Sr. Rajoy en la Moncloa (Fuente: www,lamoncloa.gob.es)

Después del «cierren filas» de Cospedal, yo esperaba que algo cambiara en la actitud de los políticos en este país. Y pensaba sinceramente que el Sr. Rajoy aparecería en rueda de prensa, con turno de preguntas incluido, y diría: «Lo siento. Me he equivocado. No volverá a ocurrir:»

A reglón seguido, podría haber explicado que hasta 2008 sí había prácticas irregulares en la financiación de su partido y que con firmeza impuso el «borrón y cuenta nueva» con la autoridad de la Sra. Cospedal al frente. Luego, diría que desde entonces no ha habido ninguna práctica «corrupta» y que cualquier información contraria es falsa «de toda falsedad», como diría el Sr. Zapatero. Por supuesto, debería anunciar que habría pedido a algunos colaboradores el abandono de las filas del PP, agradeciéndoles los servicios prestados (4, 5 o más). A continuación, anunciar la presentación de varios proyectos de Ley para combatir la corrupción y regular la financiación de los partidos, etc. Finalmente, anunciaría que proximamente presentará las demandas oportunas contra quienes en derecho pudiera corresponder,…Pero claro para hacer esto hay que tenerlos bien puestos y, sobre todo, poseer una seguridad aplastante.

Pero no, negó la mayor y habló en presente para no mentir sobre el pasado. ¡Vaya lío! Ahora muchos miembros del PP, que si aparecen en las listas, seguirán apuntando que es verdad lo suyo. Los que no percibieron nunca nada exigirán explicaciones al Sr. Rajoy y pueden provocar un cisma dentro del partido, y de paso debilitar más la imagen de España en el exterior.

Y todo esto suponiendo que los papeles son ciertos y que nadie ha tendido una trampa mortal a alguien, incluido algun medio.

 

 

Todo depende de como se dicen las cosas

Hoy, con tanto Bárcenas, Cospedal, etc. me siento abrumado por la dificulatd para entender lo que dicen. Y a ello no ayuda para nada el mal uso de las palabras y de la memoria, tan frecuente en los políticos. Los políticos ya no saben ni hablar. Utilizan palabras cuyo significado seguro que no coincide con lo que quieren decir, aunque a lo mejor si con lo que piensan. Y la memoria les traiciona, al decir cosas que contradicen lo que han dicho escasos minutos antes.

Horas después de la rueda de premnsa de la Sra. Cospedal me han enviado un vídeo, que no tiene nada que ver con el dislate de los políticos, pero que en un día como hoy pone una nota romántica y tierna sobre algunos aspectos de la vida, y el correcto uso de las palabras.

VÍDEO: El valor de las palabras

El baile de la corrupción: «Solid Potato Salad»

Acabo de recibir un magnífico vídeo en el que las hermanas Ross interpretan un baile acrobático al son de la canción Solid Potato Salad. Además de quedar impresionado por la agilidad y la flexibildad de estas artistas, he relacionado este número con el que nos están montando los políticos en torno a los casos de corrupción y financiación ilegal de sus partidos.

Por analogía he visto a estas hermanas como el trío Rajoy, Cospedal y Arenas haciendo auténticos números malabares para distraer y salir del paso de las acusaciones y pruebas surgidas del caso Bárcenas, uno más de los muchos y desgraciados casos: Gürtel, ERE, Pallerols, Pujol, Urdangarín, etc.

Vean el vídeo integro y quedarán asombrados, tanto como lo estamos todos los españoles con los esperpénticos y deshonestos casos de corrupción que van surgiendo. La letra de la canción es también tan cansina como la respuesta a todas las preguntas sobre el caso: «No me consta«.

Esperemos que los jueces esten a la altura y actuen con la diligencia y la dureza debida, no más que la que dicta la Ley, pero no menos.

Vean: Solid Potato Salad – The Ross Sisters (1944)

Pérdida de velocidad

Más allá de la montaña rusa en la que estamos metidos en España, con respecto a los sustos que nos dan y las subidas de adrenalina que nos proporcionan las bajadas de todo lo demás, existen riesgos más globales que no vemos suficientemente desde España tan metidos en lo nuestro.

En primer lugar, Europa está o está entrando en recesión ya que no consigue que la demanda interna se reactive y la externa se desacelera. El problema básico es el estrangulamiento financiero. Nadie pone a circular dinero en los sectores productivos. En segundo lugar, la desaceleración de las economías emergentes como consecuencia de la caída de sus exportaciones y el crecimiento de sus respectivas burbujas. Y, en tercer lugar, Estados Unidos que está en visperas del «fiscal cliff 2013», que pone seriamente en peligro sus estructura financiera global si los tipos de interés algún vuelven a tasas del 3% al 5%, aunque su sistema financiero esta ya saneado y empieza a recuperarse el mercado inmobiliario. Con todo ello, el mundo se encuentra al borde del crecimiento cero.

Sin embargo, los modelos son dinámicos y las cosas malas traen cosas buen a veces. En este sentido, la desaceleración de las economías emergentes y la menor especulación financiera sobre ellas esta presionando a la baja los precios de las materias primas y eso puede ayudar a cierta mejora. Pero siempre existe la posibilidad de que todo se estropee de nuevo: tensión en Irán (petróleo), sequía en Estados Unidos (maíz) y huracanes en el Golfo de México (gas).

¡No ganamos para sustos y no conseguiremos estar tranquilos «any time soon»!

¡Qué alivio!

¿Se imaginan que nadie hubiera prestado dinero a la banca española?

Yo no. Si eso hubiese ocurrido algunas entidades entrarían en «coma» y nadie podría ya «rescatarlas». Para entender bien el asunto, las entidades dañadas tienen 3 problemas principales. El primero es la falta de liquidez, que no de solvencia. El segundo, es el de unos activos valorados muy por encima de lo que el mercado pagaría hoy por ellos. El tercero, unos préstamos y créditos (fundamentalmente a promotores) que difícilmente se van a devolver.

Sin liquidez un banco no puede prestar. Si los activos (ejecutados de préstamos impagados) se siguen valorando a la baja, puede llegar un momento en que dichos activos estén tan despreciados que la solvencia de las entidades también se resquebraje. Si los promotores no pagan sus préstamos, habrá que ejecutarles y, de nuevo, crecerá el número de activos tóxicos.¡ Y vuelta a empezar!

Así que más vale que se les inyecte dinero fresco y puedan liquidar sus activos malos y volver a prestar.

¡A ver si no vuelven a las andadas: a financiar sectores especulativos! De paso espero que se realice una «limpia»  de bancarios chupópteros incapaces de entender la diferencia entre liquidez, solvencia y riesgo.

El problema ahora es el crecimiento

Los Presupuestos Generales del Estado, recien presentados por el Gobierno, son probablemente los que necesita España de cara a cumplir con las exigencias de nuestros socios del Eurogrupo. Y ello es así porque aspiran a que con las medidas de contención del gasto y de mayor exaccion fiscal se logre el tan cacareado 5,3% de deficit público sobre PIB en 2012 y, luego, «solo» quedará dejarlo en el 3% para 2013.

¿Es eso importante para los «mercados»? En parte sí, pues que los políticos y burócratas europeos esten satisfechos es bueno, ya que tranquiliza a los analistas de los bancos que se ocupan de la deuda soberana,  como explicaba en un post anterior.

Pero lo que a los inversores («mercados») de verdad les importa es que se les devuelva lo prestado.

Y en esto, la deuda pública no es el problema, ni la reducción del deficit es la solución. El problema real es la deuda privada que alcanzaba 292% del PIB al finalizar el segundo trimestre de 2011. De ese abultado porcentaje, 134% correspondía a deuda de empresas, 76% a deuda de entidades financieras y 82% a deuda de hogares (personas). Si a esta deuda privada le añadimos la deuda pública (71%), resulta que la deuda total española ascendía al 363% del PIB. ¡Ahí es nada! De las más altas del G-20, por debajo de Japón y Reino Unido (ambas por encima del 500% del PIB), y casi al nivel de la de Francia e Italia (del 346% y 314%, respectivamente).

 

McKinsey Global Institute: Debt and deleveraging: Uneven progress on the path to growth. January 2012

 

Lo que los mercados valoran es la probabilidad de que no se les devuelva lo prestado. El tipo de interés representa el coste del dinero más el margen de beneficio más el riesgo asociado a que no se recupere lo prestado. Cuando sube la prima de riesgo, como ha ocurrido estos días, los inversores están anticipando que a lo mejor no cobran todo lo prestado.

¿Y por qué se dispara la prima de riesgo estos días? ¿Es por los Presupuestos  Generales del Estado? Directamente, no lo creo. Más bien pienso que se debe a que, con estos Presupuestos de ahorro fiscal, el cuadro macroeconómico empeora a corto plazo y no se vislumbra crecimiento económico ni a corto y ni a medio plazo. Y si no hay crecimiento económico (consumo), disminuyen las ventas de las empresas, caen sus beneficios, no contratan [o despiden trabajadores], y tienen dificultades para repagar sus deudas. Y si esto ocurre, el Estado recauda menos impuestos [sobre beneficios empresariales o sobre la renta de las personas físicas] y debe recortar gastos para no generar más déficit público (que debe pedir prestado), y tiene dificultades para justificar que va a poder pagar su deuda [la pública].

Así que los mercados [y yo también] quieren que se les explique ahora como va a crecer la economía a medio plazo, y presionan para que se les diga [y convenza]. Su forma de presionar es subiendo el precio del dinero que están dispuestos a prestar.

Y si mientras se explica cómo vamos a crecer, dirigentes políticos (Sarkozy), burócratas, el PSOE (con muy poca credibilidad ahora) o medios de comunicación afines o desafinados echan más leña al fuego, pues los mercados [los inversores] dudan más y encarecen el precio de su producto: el dinero.

¡Esta es la cuestión, y no lo que explican interesadamente El País o El Mundo!

 

La banca ni vive ni deja vivir

Acabamos 2011 desazorados y empezamos 2012 acongojados.

En España la deuda pública alcanzó el 68,5% del PIB al finalizar 2011, tras crecer un 17,3% desde 2010 (pincha aquí). Es el porcentaje más elevado desde hace 17 años. Pero la verdad es que se trata de un porcentaje bastante aceptable si nos comparamos con otros países del mundo semejantes al nuestro. Sin embargo, lo que indica es una mala tendencia de cara al futuro si no conseguimos reducir el déficit público, que alcanzó el 8,5% del PIB. Esta última cifra es la que más influye en el coste de la deuda, por su efecto sobre la prima de riesgo, además de la esperpéntica cifra de paro.

De ahi la inevitable necesidad de reducir ese déficit. Los «expertos» ahora dicen que el dilema esta en su impacto en el crecimiento. Para mi esa no es la cuestión, pues de lo que se trata es de crear un entorno económico sostenible, que pasa necesariamente por reducir ese déficit y alcanzar una deuda pública asumible a largo plazo. ¡Y si no miren a Grecia! Por lo tanto, lo que a mi preocupa es la naturaleza de ese deficit público. ¿Cuánto procede de gasto estructural y cuánto de gasto corriente? Y me produce pavor pensar que no lo sé, a pesar de que intento estudiarme las cifras públicas, pero este dato no aparece. Me temo que esto se debe a que los datos públicos los manejan los partidos por sus propios intereses y no por los de sus conciudadanos. ¡En fin, lo de siempre!

En cuanto al  crecimiento económico, este vendrá cuando se estabilice el desmadre del gasto público (pincha aquí),  se haya desapalancado la economía y fluya de nuevo el crédito. Efectivamente, nuestro principal problema es la deuda total del sistema, que alcanzó en 2011 casi el 350% del PIB, porcentaje que solo superan Reino Unido y Japón. Y esto es lo que hay que reducir. Y quien tiene esta deuda tan fenomenal, aparte del Estado (68,5%), pues el sector privado: bancos, particulares y empresas. Si a esto le añadimos que la mayor parte es de bancos y que estos tienen activos tóxicos (créditos y préstamos impagados o impagables), pues entendemos que en España el gran problema esta en la banca: ¡Que no presta, que ni vive ni deja vivir!

El Banco Central Europeo ha empezado a ayudar al sistema prestando a las entidades cantidades ingentes al 1% de interés, para refinanciarse y para financien a sus Estados al 4,5% de interés. Con lo primero mejoran sus balances y con lo segundo sus cuentas de resultados y, por lo tanto, su patrimonio. Pero para muchos esto no basta y tienen que fusionarse para garantizar su solvencia.

Asi que: ¿Vamos por buen camino? Teóricamente si, y en la práctica no lo sé. Si el sistema no se racionaliza mediante fusiones, tendremos una banca «zombie» que seguirá sin vivir no dejandonos vivir. Pero si lo hacen, empezaremos a ver los frutos del desapalancamiento. El dinero fluirá a empresas y particulares, aumentará la inversión y el consumo, y creceremos.

Pero todo radica ahora en la velocidad de reacción del sistema financiero y que los señoritos de la banca hagan sus deberes. Pero eso en España la banca es una cuestión política. ¡Así que no sé!

La III Guerra Mundial es esta crisis económica

El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria y su esposa, en Sarajevo el 28 de junio de 1914, a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip, ligado al grupo nacionalista Mano Negra, es el detonante de la I Guerra Mundial. 9 millones de personas perdieron la vida.

25 años más tarde, el 1 de septiembre de 1939, la alemania nazi pretende crear un gran imperio europeo e invade brutalmente Polonia, lo que desencadena la declaración de guerra de Francia y del Imperio Británico y su Commonwealth al Tercer Reich. Empieza la II Guerra Mundial. 55 millones de muertos.

El 15 de septiembre de 2008, el banco de inversión Lehman Brothers se declara en quiebra. Las compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, la aseguradora AIG y hasta la gigantesca General Motors se tambalean. Ha estallado la III Guerra Mundial. Ninguna víctima mortal directa conocida.

Tras las primeras escaramuzas en EE.UU., la FED interviene, las Bolsas internacionales se desploman y, mientras, las materias primas se desbocan. Rápidamente la crisis se extiende a Europa, donde los bancos son rescatados, vendidos o intervenidos y estallan todas las burbujas creadas (obras públicas, viviendas, mercado hipotecario, etc.).

En este caso, las armas son las primas de riesgo, los «bail-out», los tipos de cambio y, como en el pasado, el campo de batalla -de nuevo- es la vieja Europa. Sin embargo, esta vez las alianzas son difusas y las líneas de resistencia no están claras. Las víctimas afortunadamente no son muertos ni heridos físicos, y me alegro de ello. Ahora son millones de parados y generaciones sin futuro aparente o que, como poco, habrán de pagar la reconstrucción con sangre de trabajo mal remunerado y años de esfuerzo. Es una guerra distinta, incruenta y sucia, pero una guerra al fin y al cabo.

Las batallas las ganan Alemania y Francia. Utilizan la presión política y la máquina del dinero (el BCE). No defienden tan siquiera un territorio, como en las guerras del pasado, sino mantener o acrecentar su cuota en % del PIB mundial. Para ello, quieren imponer reglas para todos, pero reglas de control de los demás: política fiscal y política monetaria. España, Italia y Grecia sufren las derrotas.

Además, los conflictos en Oriente Próximo no solo no disminuyen sino que alcanzan cotas de extraordinario peligro para la estabilidad mundial. En este caso utilizan armas convencionales y los bienes a proteger son las materias primas, y sus propias víctimas se inmolan o mueren en nombre de la religión, en una confusión tremenda entre los fines y los medios utilizados para lograr aquellos.

Afortunadamente, 2 sub-continentes crecen: Latam y China, y permiten así mantener indicadores positivos y mercados para el crecimiento de países con tradición comercial.

En fin, una guerra / crisis que afortunadamente no revienta al mundo pues aun imperan el miedo y el sentido común. Grandes líderes sacaron al mundo de las 2 contiendas anteriores. En esta no los hay. Solo nosotros podremos salir de ella.

¿Y por qué todo esto?

Así como en la I Guerra Mundial fue una Mano Negra, con nombre y apellidos, la desencadenante de todo los males que asolaron al mundo durante tres décadas, en esta ocasión ha sido la mano invisible, incapaz de autorregular el mercado, la que ha propinado un brutal páliza al mundo, que tardará mucho en sanar sus heridas y recuperarse de sus magulladuras. ¡Pero sobrevivirá!

Eduardo Chillida, mano a tinta china